Description:Yo había ido a aquel bar de Canal Street a hacer un trabajo por cuenta de un cliente. Éste era una mujer casada a la que un antiguo novio había sacado algún dinero amenazándole con enviar a su marido un par de cartas y una fotografía comprometedora. Primero el fulano se conformó con pequeñas cantidades, luego fue apretando las tuercas y finalmente se decidió a dar el golpe. Pidió tanto dinero como si las cartas fuesen autógrafas de Abraham Lincoln y la foto de Marilyn Monroe cuando posó para aquel almanaque. Cinco mil dólares, exactamente. Los tipos así siempre me han revuelto el estómago. La dama en cuestión se había avenido a pagar los cinco de los grandes, pero para asegurarse de que el tipo iba a cumplir su palabra, acudió a un detective privado y me tocó a mí la china. En fin de cuentas, yo llevaba ahora encima los cinco mil dólares que debía entregar al chantajista recibiendo a cambio las dos cartas y la fotografía.