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ModULación afectiVa de Los procesos de aLerta PDF

13 Pages·2012·0.19 MB·Spanish
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ModULación afectiVa “does anYBodY KnoW WHat attention is?” de Los procesos de aLerta A pesar de que Williams James en 1890 daba por concluido el debate sobre qué es Antonia-Pilar Pacheco Unguetti, la atención, según él, “Everyone knows what Alberto Acosta y Juan Lupiáñez attention is”, las definiciones aportadas en años sucesivos contradicen esta afirmación. En un primer momento, se consideró un Departamento de Psicología mecanismo de selección de estímulos; con- Experimental y Fisiología del cretamente, el proceso que facilitaba un Comportamiento procesamiento posterior de alguna infor- Universidad de Granada mación en detrimento de otra. Desde esta idea se desarrollaron teorías sobre limita- ciones de capacidad, filtros, procesamiento La atención se considera un aspecto impor- superficial vs. profundo, etc. (ver por ejem- tante dentro de la ciencia cognitiva, de ahí plo, Broadbent, 1958; Treisman, 1964). que desde hace décadas su estudio haya sus- Mas tarde se pasó de ver a la atención como citado interés desde diversas aproximaciones. un filtro a verla desde una perspectiva ener- A pesar de ello y dada su gran complejidad gética, como una cantidad de recursos a conceptual, hoy día sigue generando discre- repartir entre las distintas tareas a realizar pancias en cuanto a definiciones, nomencla- (Kahneman, 1973). turas y formas de medida, entre otros aspec- En años posteriores, se empezó a hablar tos. Nosotros vamos a centrar este capítulo de distintos componentes de la atención y en un componente concreto de la atención, a conceptualizarse ésta como un sistema, lo la alerta, aspecto que a pesar de ser estudia- que permitió apreciar sus posibles interac- do desde perspectivas varias (psicofisiológica, ciones y entender mejor su funcionamiento. afectiva, patológica), posiblemente ha sido el Van Zomeren y Brouwer (1994), por ejem- que mayor controversia ha suscitado a lo largo plo, postularon que la atención estaba divi- de los años. dida en dos subsistemas, uno de ellos impli- Empezaremos conceptualizando la aten- cado en aspectos de intensidad de la alerta y ción e intentando distinguir el componente atención mantenida y el otro encargado de de alerta de otros con los que se ha relaciona- procesos de selección y atención dividida. do y/o identificado, al menos, en la literatura Raz y Buhle (2006) por su parte, la definen sobre procesamiento afectivo. Diferenciare- por un lado como una forma de alerta y por mos entre las distintas modalidades de estí- otro como un índice de localización de re- mulos que movilizan la alerta (visual y audi- cursos. Lo cierto es que cualquiera de esas tiva) y describiremos tres investigaciones en definiciones puede servirnos como ejemplo que han participado individuos con ansiedad, de que, a pesar de los años y los avances en en los que hemos manipulado dicho compo- las técnicas de estudio, la confusión de con- nente atencional con información afectiva de ceptos permanece y algunos de ellos, como diferente naturaleza. Finalmente, y a modo de los de alerta, activación o arousal, han estado conclusión, intentaremos relacionar nuestros de una forma u otra siempre presentes al ha- resultados con las líneas de trabajo de otros blar de atención. autores y teorías expuestas previamente. 44 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar La propuesta integradora de Michael Dentro de esta perspectiva de Posner y co- Posner laboradores se han desarrollado estudios pro- gresivamente más numerosos para caracterizar estas redes en términos cognitivos, neuroana- Una forma de armonizar los diferentes con- tómicos, neuroquímicos y fisiológicos (ver re- ceptos de atención es el modelo desarrollado visión de Posner, Rueda y Kanske, 2007). A por Michael Posner, que si bien ha sufrido nivel comportamental, la evaluación empírica alguna variación con el tiempo y ha recibido de la eficiencia de cada red se ha realizado con un importante apoyo empírico con técnicas el Attentional Networks Test (ANT), desarro- de neuroimagen (Fan, McCandliss, Fossella, llado por Fan y cols. (2002) o, con variaciones Flombaum y Posner, 2005), de análisis gené- de esta prueba como el Attentional Networks tico (Fossella y cols., 2002; Fosella, Posner, Test-Interactions (ANT-I; Callejas, Lupiáñez Fan, Swanson y Pfaff, 2002), farmacológicas y Tudela, 2004). En nuestros trabajos hemos (Beane y Marroco, 2004) y se ha aplicado a modificado en algunos aspectos esta última patologías diversas (Berger y Posner, 2000; tarea, que proporciona información tanto de Gooding, Braun y Studer, 2006). Desde este los efectos de cada una de las redes atenciona- modelo de redes atencionales se considera la les como de las interacciones entre ellas. atención un sistema complejo que abarca un conjunto de redes de áreas cerebrales específi- cas que, aunque son independientes, coope- La aLerta atencionaL, coM- ran y funcionan juntas. Posner y Pertersen (1990) propusieron en ponente “confLictiVo” por un primer momento tres redes atencionales eXceLencia distintas a nivel anatómico y funcional -aler- ta, capacidad y selección-, las cuales con el Sturm y cols. (1999, 2006) conceptualizan la tiempo han pasado a conocerse como red de alerta como el aspecto más básico de la aten- alerta, orientación y control ejecutivo, res- ción, como un pre-requisito para dominios pectivamente (Fan, McCandliss, Sommer, atencionales más complejos. Concretamen- Raz y Posner, 2002). Los componentes de te a nivel conductual, representa el control cada una de éstas realizan una serie de opera- cognitivo interno de la vigilancia y el arousal, ciones concretas que están bien especificadas conceptos estos últimos con los que ha ten- (Posner, Petersen, Fox y Raichle, 1988). De dido a confundirse en muchas ocasiones. La forma concisa, la red de orientación se encar- vigilancia sería la atención mantenida en el ga de seleccionar la información más relevan- tiempo, en tareas en las que, por ejemplo, los te de entre los múltiples estímulos posibles y estímulos son muy infrecuentes o impredeci- dirige la atención hacia ella. La red de control bles. El arousal por su parte, se considera un ejecutivo, por su parte, tiene un papel impor- parámetro motivacional que “señala” el gra- tante en la mediación del control voluntario do en que está activado el sistema (Bradley de la acción, ya que se ocupa del manejo y y Lang, 2000). Generalmente y dada su re- resolución de conflictos, de algunos aspectos lación en forma de parábola con la dimen- de la toma de decisiones y de generar respues- sión de valencia, los estímulos que causan un tas novedosas. La función de la red de alerta, estado afectivo suelen llevar implícitos unos como veremos posteriormente en detalle, es niveles de arousal y valencia elevados, sea ésta el mantenimiento de un estado de alta sen- última positiva o negativa. sibilidad para la percepción y procesamiento Para otros autores como Thiel y Fink posterior de estímulos. (2007), la alerta es un componente de la La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 45 atención no selectivo, de manera que “prepa- cia de la alerta con las otras redes, pero éstos ra” al sistema para un mejor procesamiento han sido bastante contradictorios. Desde la o respuesta a un estímulo, sin necesidad de propuesta original de Posner se aboga por su haberlo seleccionado específicamente en mo- independencia anatómica y funcional, aun- mentos previos. Desde la aproximación com- que cabe la posibilidad de interacción funcio- putacional, también se entiende como un re- nal dada la interconexión entre ellas (Posner curso que beneficia la ejecución en una tarea, y Raichle, 1994). La red de alerta, en con- por la preparación que supone para un evento creto, se ha relacionado de forma inhibitoria posterior (Wang, Fan y Johnson, 2004). con la red de control ejecutivo (Cohen y cols., En todas las definiciones anteriores, los 1988), con una función inhibidora del tren aspectos comunes a tener en cuenta son la de pensamiento interior para potenciar la re- función de preparación y mejora del rendi- acción rápida a estímulos externos, ejemplifi- miento que se le atribuye y el hecho de ser cado en el fenómeno conocido como “vacia- un componente inespecífico. Además, como do de conciencia”, que ocurre en situaciones puede deducirse, el tipo de tarea es un factor de alta alerta. Con la red de orientación, por clave para que surjan sus beneficios y, a su vez, el contrario, la relación no está tan claramen- fuente de discrepancias entre autores porque te establecida. Fernández-Duque y Posner con frecuencia determina el tipo de alerta que (1990) no encontraron modulación de la red se esté midiendo. de orientación por parte de la de alerta, pero Si nos centramos de nuevo en la propuesta estudios neuroanatómicos (Marroco y David- de Posner, la alerta se entiende como la habi- son, 1998), neuropsicológicos en pacientes lidad para incrementar y mantener respuestas con neglect (Robertson, Mattingley, Rorden de preparación para un estímulo inminen- y Driver, 1998) o aquellos en los que se tiene te. Según él, podemos diferenciar dos tipos: en cuenta el curso temporal (véase Callejas, alerta tónica o vigilancia que, como se señaló Lupiáñez y Tudela, 2005), han puesto de ma- previamente, supone una activación durante nifiesto la relación existente entre dichas redes un largo período de tiempo; y la alerta fásica, (véase también Fuentes y Campoy, 2008). activación y preparación del sistema tras una Como veremos en los siguientes aparta- señal de aviso y de menor duración. Posner dos, la naturaleza de los estímulos con que se (1978) considera que no hay una separación manipula la red (visuales y auditivos), junto real entre los componentes fásicos y tónicos con el diseño de la tarea (validez o predictibi- de la alerta sino que se interrelacionan. lidad de las señales, tiempo entre estímulos, Las áreas corticales asociadas con esta fun- etc.), son determinantes en el tipo de relacio- ción están lateralizadas en el hemisferio dere- nes que se establecen entre las redes. cho, en los lóbulos frontales (región superior del área 6 de Brodmann) y parietales, que reciben proyecciones del Locus Coeruleus y ModaLidades de aLerta cuyo funcionamiento está modulado por el atencionaL neurotransmisor norepinefrina, de ahí que drogas como la clonidina y guanfacina blo- La capacidad que tenemos los seres humanos queantes de éste reduzcan o eliminen el efec- de generar y codificar sonidos emocionales, to normal de las señales de alerta (Marroco y además de información visual afectiva, pue- Davidson, 1998). de verse como una excelente herramienta al Se han realizado estudios dirigidos a cono- servicio de la supervivencia (Panksepp y Ber- cer el grado de dependencia vs. independen- natzky, 2002). Aunque no todos los sonidos 46 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar tienen un significado implícito en la evolu- dahl y Nordby (1994), las señales auditivas son ción (la música puede ser un ejemplo), sí son más débiles que las visuales y, por consiguien- en su mayoría importantes para nuestro bien- te, menos efectivas quizá para manipular la estar físico y mental (Blood y Zatorre, 2001), alerta. Otros sin embargo, apuestan por el uso de ahí que activen circuitos cerebrales involu- de información auditiva, bien por considerar crados en los sistemas de placer/recompensa. que activa la alerta de forma más automática En el ambiente en que nos movemos es im- y potente (Callejas, Lupiáñez y Tudela, 2004, portante la rápida evaluación de los estímulos 2005; Fuentes y Campoy, 2008) o, por ser más en general, pero más aún si éstos tienen un va- “persistente” (Bradley y Lang, 2000). lor intrínseco de alarma, como ocurre cuando En nuestros trabajos hemos utilizado estí- escuchamos un grito o vemos la cara de alguien mulos de ambos tipos para manipular la aler- que está muy enfadado. Esta ventaja evolutiva ta, con el fin de conocer si realmente algunos ha resultado ser perturbadora para la pobla- tienen un efecto superior a otros o si ejercen ción con ansiedad, caracterizada por activar una influencia distintiva sobre el funciona- sus mecanismos de detección y respuesta ante miento y/o patrón de interacciones de cada la amenaza cuando se les presentan estímulos una de las redes. Además, como creemos fun- que, aunque negativos, para el resto no supon- damental mantener la distinción rasgo vs. es- drían un peligro inminente (ver, por ejemplo, tado si queremos conocer los mecanismos de McNally, 1995; Öhman, 1992). atención propios de la ansiedad, nuestra línea Aunque en general los trabajos en los que de trabajo se ha desarrollado hasta la fecha de se manipula información auditiva han sido forma paralela sobre ambas condiciones afec- menos numerosos, hoy día disponemos de tivas (Pacheco-Unguetti, Lupiáñez y Acosta, materiales estandarizados, tanto visuales como 2008). Como veremos a continuación, tan- auditivos, para llevar a cabo este tipo de estu- to la modalidad de la señal de alerta utilizada dios. Lang y sus colaboradores desarrollaron como el tipo de ansiedad presente en los par- una base de datos con material visual afectivo, ticipantes han sido determinantes en nuestros el International Affective Picture System (IAPS; resultados. Lang, Bradley y Cuthbert, 1999) y otra con sonidos, el International Affective Digitized Alerta auditiva Sounds (IADS; Bradley y Lang, 1999). Am- bas contienen estímulos evaluados basándo- En la población general existe una ilusión se en sus dimensiones de valencia, arousal y perceptiva que lleva a sobrestimar los sonidos dominancia, y su validez ha sido demostrada que aumentan en intensidad en detrimento en estudios psicofisiológicos (Bradley y Lang, de los que decaen (Bach y cols., 2008). Es- 2000) y en algunas poblaciones específicas tos autores sugieren que un estímulo auditivo (ver por ejemplo, Verona, Patrick, Curtin, prepara al sistema para la acción y aumenta Bradley y Lang, 2004). la activación de procesos preatencionales. Se Como en el resto de aspectos vistos hasta sabe que un cambio en la intensidad del soni- el momento, también la naturaleza de los es- do es suficiente para activar la amígdala y re- tímulos de alerta ha sido origen de discrepan- localizar recursos de procesamiento gracias a cias. Autores como Posner (1980) o Roberts, un incremento en la alerta fásica, y es que al- Summerfield y Hall (2006), consideran que gunas regiones cerebrales que median el pro- la alerta es un mecanismo que no depende de cesamiento afectivo auditivo interactúan con la modalidad, así que éste no sería un factor aquellas involucradas en el sobresalto acústico relevante a tener en consideración. Para Hug- (Morris, Scott y Dolan, 1999). La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 47 Sokolov (1963) propuso que un sonido in- va. Otros como Williams, Watts, MacLeod tenso y repentino elicita una acción motora, y Mathews (1988), aunque comparten esta concretamente de sobresalto, mientras uno idea, especifican que dicha tendencia es de- menos intenso genera respuestas adaptativas bida a la ansiedad rasgo, la cual necesita in- como la orientación. Los reflejos psicofisio- teractuar con un estado de ansiedad para que lógicos de defensa, orientación y sobresalto, se “potencie” la significación de amenaza del han tenido un papel relevante en el estudio estímulo. En dos de nuestros experimentos en de los procesos atencionales y emocionales los que no incluimos estímulos afectivos (Pa- (Ruiz-Padial, Sánchez, Thayer y Vila, 2002). checo-Unguetti, Acosta y Lupiáñez, en pren- En un primer momento el reflejo de sobre- sa), obtuvimos una disociación entre ambos salto llegaba incluso a ser considerado a ni- tipos de ansiedad respecto a la forma con que vel metodológico una medida directa de las modulan los mecanismos de las redes aten- emociones, tanto normales como patológi- cionales. Concretamente, hallamos un mayor cas, por autores como Lang, Bradley y Cu- efecto de interferencia (menor eficiencia de la thbert (1997). La literatura sobre este tipo red de control ejecutivo) en los participantes de reflejos puede ofrecernos alguna pista para con ansiedad rasgo, y unos índices superiores entender mejor lo que ocurre ante estímulos de alerta y orientación en aquellos con ansie- de alerta en poblaciones como la ansiosa, a la dad estado. que durante años se les ha atribuido un sesgo Para conocer si esta modulación distinti- de “hipervigilancia”. va de la ansiedad se mantenía al introducir Autores como Eysenck (1997) postulan estímulos de valencia emocional, realizamos que los individuos con alta ansiedad se carac- un estudio (Pacheco-Unguetti, Lupiáñez y terizan por una predisposición que les con- Acosta, 2009) en el que adaptamos la tarea duce a atender en mayor medida a eventos ANTI de Callejas, Lupiañez y Tudela. (2004) amenazantes, y a interpretar los estímulos de incorporando sonidos de valencia agradable, naturaleza ambigua de manera más negati- desagradable y neutra como señal de alerta (la Figura 1. Ejemplo de procedimiento y estímulos utilizados en los experimentos 1 a 3 48 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar risa de un bebé, el grito de una mujer y un un grupo de estímulos que los seres humanos bostezo, respectivamente), en lugar del tono procesan preferentemente (Folk, Remington usado originalmente (ver Figura 1A). y Johnston, 1992), como la dirección de la Pensamos que, dado que los individuos con mirada (Friesen y Kingstone, 2003) o los ros- ansiedad se caracterizan por una mayor hiper- tros (Yantis, 1996), a los que se podrían unir vigilancia hacia los estímulos negativos, éstos otros estímulos como los que nosotros selec- podrían mostrar un mayor índice de alerta en cionamos. las condiciones de sonidos con valencia nega- No obstante, si nos paramos a pensar en los tiva. Adicionalmente y si existe una relación aspectos revisados en apartados anteriores, no de mejora sobre la red de orientación, podría- podemos descartar aún la posibilidad de que mos obtener también algún tipo de diferen- realmente no existan diferencias en cuanto a ciación en su índice. Finalmente, en lo que la activación de la alerta entre sujetos de alta y respecta a la red de control el resultado espe- baja ansiedad rasgo, al mostrar ambos grupos rado era un mayor efecto de interferencia en de participantes una respuesta máxima. Dan- los participantes del grupo de alta ansiedad, do un paso más, incluso podríamos pensar tal y como hemos informado que encontra- que la movilización de la alerta conlleva de mos en un estudio previo sin manipulación por sí un componente afectivo, de forma que afectiva alguna (Pacheco-Unguetti, Acosta y no se vea modulada por el valor afectivo de Lupiañez, en prensa). los estímulos que la movilizan. Recordemos Nuestros resultados confirmaron lo espe- que el arousal de los estímulos que desencade- rado en cuanto a la red de control pero no nan la alerta debe ser de cierto nivel y que éste ocurrió lo mismo en relación a la red de aler- es difícil que se presente acompañado de una ta. Los grupos de alta y baja ansiedad no pre- valencia neutra (aquello que nos activa, para sentaron diferencias en la eficiencia de dichas bien o para mal, no nos deja emocionalmente redes. En un primer momento, pensamos que indiferentes). podría deberse a dos factores relacionados Un trabajo reciente de Herwig, Kaffen- con el material utilizado. Por un lado, cabía la berger, Baumgartner y Jäncke (2007) puede posibilidad de una pérdida de la connotación aportarnos alguna información al respecto. afectiva de los estímulos, ya que como pudi- En su estudio con neuroimagen, obtienen mos comprobar tras el experimento, la valo- evidencias a favor de un sesgo de “cautela” o ración en dimensiones de valencia y arousal pesimista ante estímulos de valencia inespe- de los sonidos distaba bastante de los valores rada, similar al llamado “sesgo de negativi- normativos en base a los que los selecciona- dad” (Cacioppo y Gardner, 1999). Cuando mos y, además, no difería entre grupos. Otra los participantes desconocen si el estímulo posible explicación se deriva directamente del próximo será de valencia negativa o neutra, tipo de estímulos. En los tres casos, son soni- activan más intensamente áreas involucradas dos de fuerte naturaleza filogenética, lo que en procesos de preparación y adaptación in- hace posible que sean tan significativos a nivel terna, algo útil desde el punto de vista de biológico y social que no generen la potencia- una respuesta más rápida y eficaz. Domín- ción esperada sobre la red de alerta de forma guez-Borrás, García-García y Escera (2008) específica en ansiosos. Trabajos como el de también explican su trabajo sobre el efecto Seifritz y cols. (2003) refuerzan esta suposi- del contexto afectivo negativo en la distrac- ción al registrar una activación y habituación ción, refiriéndose a una expectativa negativa similar para el llanto y la risa, además de estar que desarrollan los participantes ante la alea- bien asentada en la literatura la existencia de toriedad en la valencia de los estímulos, de La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 49 manera que se encuentran constantemente Centrándonos ya en trabajos que abor- “preparados” para recibir estímulos negati- dan el estudio de las redes atencionales con vos. En nuestro caso, el hecho de que cada material visual afectivo, tenemos como an- uno de los tres sonidos aparezca aleatoria- tecedente el trabajo de Dennis, Chen y Mc- mente en un 25% de los ensayos (en el 25% Candliss (2007), quienes incluyeron rostros restante no hay sonido), puede haber influi- de valencia amenazante o neutra y estímulos do en la misma dirección, y que los parti- no emocionales, antes de cada ensayo de la cipantes en ambos grupos desarrollaran una tarea ANT. Su objetivo era ver en qué medida “expectativa” hacia la aparición del sonido esa información afectiva influía en las redes de valencia negativa (grito de la mujer), el atencionales y si variaba bajo un estado de an- que esperábamos que fuera más idóneo para siedad, según ellos inducido, en los bloques potenciar la alerta y el sesgo en ansiedad. De en que se presentaban rostros de amenaza esta manera, se habrían “anulado” las posibi- solos o mezclados aleatoriamente con otros lidades de que este estímulo active más in- de valencia neutra. Su resultado principal fue tensamente la red de alerta en un grupo que un mayor conflicto tras rostros de amenaza en otro. El hecho de no haber encontrado en participantes con bajo estado de ansiedad. mayor interferencia en los ensayos en que No obtuvieron interacciones significativas presentamos un sonido negativo en compa- entre el estado de ansiedad y la alerta como ración con el positivo, puede ser otro aspec- esperaban, ni los rostros negativos produjeron to comprensible desde esta perspectiva. mayor alerta (aunque había una tendencia). Puesto que en la interpretación de nues- Ellos explican sus resultados aludiendo a una tros resultados caben varias posibilidades, dificultad en el desenganche de estímulos de creímos necesario realizar otros estudios en amenaza por parte de quienes presentan an- esta línea de trabajo a fin de precisar aún más siedad estado pero, de ser así, quizá deberían la relación entre el componente de alerta y la haber encontrado diferencias en orientación ansiedad. En esta ocasión, decidimos hacerlo o ser estos participantes quienes debían ver manipulando la valencia de señales de alerta comprometido su control y mostrar más pro- visuales y, adicionalmente, sobre poblaciones blemas de interferencia. con ansiedad rasgo vs. estado. Nosotros pensamos que cabe otra posibi- lidad y es que, lo que ellos consideran ma- nipulación o “inducción” de ansiedad estado Alerta visual puede ser quizá lo que nosotros entendemos como alerta, o lo que otros como Domín- Al igual que con algunos sonidos, hay es- guez-Borrás, García-García y Escera (2008), tímulos visuales para los que tenemos cierta entienden por contexto afectivo. Si fuera así, predisposición a atender en términos evo- se trataría de resultados parecidos a los ob- lutivos, entre los que se pueden destacar los tenidos en nuestro trabajo con sonidos: no rostros. Éstos han sido ampliamente estudia- se encuentran diferencias en el modo en que dos en el campo de la atención en general, afecta la valencia de los estímulos a la alerta. aunque es cierto que en su mayoría ha sido Podemos pensar de nuevo en la posibilidad en trabajos relacionados con la orientación de que la movilización de la alerta conlleve de la atención, concretamente, dentro del implícito un componente afectivo. debate de los mecanismos de captura vs. Con objeto de profundizar en este aspecto, desenganche (ver, por ejemplo, Adolphs, en dos experimentos sucesivos Pacheco-Un- 2002; Fox, Russo, Bowles, y Dutton, 2001; guetti, Lupiáñez y Acosta (en preparación) Öhman, Lundqvist y Esteves, 2001). 50 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar Figura 2. Efecto de congruencia por condición de valencia y grupos modificamos de nuevo la tarea ANTI intro- gruencia es exactamente el mismo en los grupos duciendo rostros de valencia negativa y neu- de alta y baja ansiedad rasgo (96ms) cuando el tra como alerta (el procedimiento y estímulos rostro es negativo y, en ambos grupos, la mayor puede verse en la Figura 1B). Utilizamos dos interferencia se presenta tras un rostro neutro. rostros extraídos de la base de datos de Ek- Sólo en la condición de no alerta observamos man, Friesen y Hager (2002) y presentamos un mayor efecto de congruencia en el grupo de la tarea a cuatro grupos: dos seleccionados alta ansiedad rasgo, replicando nuestros resul- por sus puntuaciones en ansiedad rasgo (alta tados previos. Esto parece apuntar de nuevo a vs. baja), y dos que tenían valores medios de que todos los participantes (especialmente los ansiedad rasgo en los que se manipuló el ni- de alta ansiedad) podrían haberse preparado de vel de ansiedad estado (alta vs. baja). Para la forma implícita para la alerta de valencia emo- inducción de estado utilizamos el mismo ma- cional negativa, sólo mostrando un efecto redu- terial y procedimiento seguido en otros traba- cido de congruencia el grupo de baja ansiedad y jos en que se hemos comprobado su eficacia en ausencia de señal de alerta. En los grupos de aplicándolo tanto individualmente (Pache- ansiedad estado sí parece haber una tendencia co-Unguetti, Acosta y Lupiañez, remitido), hacia un mayor efecto de interferencia tras con- como en grupo (Pacheco-Unguetti, Acosta diciones de alerta negativa, pero de nuevo esto y Lupiáñez, en preparación) y tanto en me- se observa en ambos grupos (las diferencias no didas de autoinforme como psicofisiológicas llegan a ser significativas). (Pérez-Dueñas, Pacheco-Unguetti, Lupiáñez, Siguiendo la estrategia de análisis de datos Vila y Acosta, en preparación). de otros autores (Dennis, Chen y McCandliss, Los resultados que obtuvimos fueron, ade- 2007), realizamos comparaciones adicionales más de los efectos principales e interacciones en- atendiendo a la valencia del ensayo anterior. contradas en experimentos previos, una relación De esta forma, resultó significativa la interac- marginalmente significativa entre la alerta, con- ción entre el grupo, la congruencia, la alerta gruencia y el grupo de ansiedad rasgo. Como se previa y la del ensayo actual, en los dos experi- puede apreciar en la figura 2, el efecto de con- mentos (rasgo y estado). Siempre el efecto de La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 51 congruencia es inferior cuando en el ensayo ac- te afectivo, es decir, que de forma implícita, al tual no se presenta rostro como señal de alerta, movilizarse lo haga ya con una valencia positiva pero cuando ésta es de valencia negativa, tanto o negativa, de ahí que no se encuentren efectos en el ensayo actual como en el previo los par- diferenciales entre grupos en función de la valen- ticipantes de alta ansiedad tienen más interfe- cia afectiva del estímulo elicitador de la alerta. Es rencia. Además, son más lentos cuando en el posible que la biología y la facilitación genética ensayo actual no hay alerta pero sí en el previo, de la supervivencia tengan un papel importante siendo esta diferencia mucho mayor en el gru- en este hecho. Los resultados obtenidos al mani- po de ansiedad estado elevada. pular la ansiedad estado pueden sugerir que para En general podemos decir que, al igual observar la modulación de la alerta se necesiten que con la manipulación de la alerta auditiva, estrategias de análisis que contemplen periodos la valencia de los estímulos no actúa de ma- de tiempo o secuencias de eventos más amplias nera diferente potenciando o disminuyendo que las contempladas en ensayos únicos. la alerta en individuos con ansiedad rasgo. En las investigaciones futuras parece nece- Más bien parece que, bajo un contexto de sario manipular simultáneamente la ansiedad- presentación aleatorio, todos los participan- rasgo y la ansiedad-estado así como estudiar es- tes, independientemente de su ansiedad alta pecíficamente las modalidades de lanzamiento o baja, están igual de “preparados” para los de la alerta o, quizá, manipular la alerta inte- estímulos negativos. En el caso de la ansiedad grando información visual y auditiva (Johns- estado ocurre algo parecido, aunque aquí sí se tone, van Reekum, Oakes y Davidson, 2006; observa una tendencia hacia una mayor alerta Morris, Scout y Dolan, 1999), han realizado tras un estímulo de valencia negativa. ya algunos estudios con rostros y voces de dife- rente valencia), para obtener una información más precisa acerca de las complejas relaciones concLUsiones entre la alerta y ansiedad. A lo largo del capítulo hemos visto cómo, referencias desde sus inicios, el estudio de la atención ha sido bastante heterogéneo por la cantidad de aspectos con los que ha sido relacionada. La Adolphs, R. (2002). Recognizing emotion from integración derivada de la propuesta de M. facial expressions: Psychological and neuro- Posner supone un gran adelanto hacia la uni- logical mechanisms. Behavioral and Cogni- ficación de conceptos y formas de medida, lo tive Neuroscience Reviews, 1(1), 21-61. que facilita el conocimiento más amplio y Bach, D. R., Schächinger, H., Neuhoff, J. G., preciso de los componentes de la atención. Esposito, F., Di Salle, F., Lehmann, C., Hemos señalado la alerta atencional como el Herdener, M., Scheffler, K., y Seifritz, E. más confuso de los mecanismos atencionales (2008). Rising sound intensity: An intrin- y hemos descrito algunos trabajos en que han sic warning cue activating the amygdala. participado personas con ansiedad y se ma- Cerebral Cortex, 18(1), 145-150. nipula la alerta con estímulos de naturaleza afectiva tanto auditivos como visuales, entre Beane, M., y Marroco, R. T. (2004). Nore- ellos, tres de nuestros estudios. pinephrine and acetylcholine mediation of Como hemos discutido al describir cada tra- the components of reflexive attention: im- bajo, consideramos factible el hecho de que la plications for attention deficit disorders. alerta ya incluya en su activación un componen- Progress in Neurobiology, 74, 167–181. 52 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar Berger, A., y Posner, M. I. (2000). Pathologies Domínguez-Borrás, J., García-García, M., of brain attentional networks. Neuroscience y Escera, C. (2008). Negative emotional and Biobehavioral Reviews, 24, 3–5. context enhances auditory novelty process- ing. Cognitive Neuroscience and Neuropsy- Blood, A. J., y Zatorre, R. J. (2001). Intensely chology, 19 (4), 503-507. pleasurable responses to music correlate with activity in brain regions implicate Ekman, P., Friesen, W. V., y Hager, J. C. (2002). in reward and emotion. Proceedings of the Facial Action Coding System: the manual. 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Description:
(1990) no encontraron modulación de la red de orientación por parte de dios. Lang y sus colaboradores desarrollaron una base de datos con material visual afectivo, En la población general existe una ilusión perceptiva .. threat advantage with schematic stimuli Attentional capture in vi- sion.
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