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La tarjeta postal: De Freud a Lacan y más allá PDF

127 Pages·1986·15.86 MB·Spanish
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Traducción de ~: ~: • :' i. ¡' ~ LA TARJETA POSTAL ,:;:'T~, TOMÁS SEGOVIA i3 e+ 1,:)~rL:(~A De Freud a Lacan y más allá f~'lA por JACQUES DERRIDA )J((J ~ editores MEXICO ESPAfIIA ARGENTINA COLOMBIA )Jl(I lNDICE siglo veintiüno .editores. sa de cv f CERRO DEI. AClUA 248. OEL~GACIÓN COYOAcAlII. 04310 MéxICO. D.F. siglo veintiuno de españa editores, sa C/I'I.AZA 5. MADRID 33. ESPAIiiA siglo veintiuno argentina editores, sa NOTA DEL TRADUCTOR 9 siglo veintiuno de colombia. Itda AV. la. 17-73 PRIMER PISO. BOGOTÁ. O.E. COLOMB.... i . ESPECULAR - SOBRE "FREUD" 13 1. ADVERTENCIAS 15 La atesis, 15; Nos escribo, 28; Uno dos tres -la especu­ lación sin término, 37 2. LEGADO DE FRllUD 45 El "mismo techo" de la autobiografía, 45; El conjunto de las interpretaciones, 57; "Continúa la sesión" (Re­ torno al remitente, el telegrama y la generación de los yernos),69 3, LA PARALISIA 85 La zona, el correo, la teoría portadora del nombre, 85; Correos de la muerte, 99; Tráfico de herencia: la deuda de Platón, 113 4. SIETE: POST-SCRIPTUM 131 Lo insaldable - efecto de postas, 131; Platón detras de Freud, 138; Fort: Da, el ritmo, 148 EL CARTERO DE LA VERDAD 153 , Pretextos hurtados, 155; La demasiada evidencia o la portada de anhelo hernández falta en su lugar, 161; Punto de vista. La verdad en (el) lu~ar de la sexualidad femenina, 182; Primer segundo. La verdad de la carta de mano de Freud, 193; El lugar primera edición en español, 1986 © siglo xxi editores, s. a. de c. v. de encuentro: el doble cuadrado de reyes, 219; El lu­ ISBN 968-23-1325-2 i gar de encuentro. La carta robada, Z21 primera edición en francés, 1980 © librairie ernest flammarion. parís DEL TODO 233 título original: la carte postale derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico r NOTA DEL TRADUCTOR Antes aún de ser traducido, este libro implica a la traducción de varias maneras y en varios niveles. Es en gran parte un mi­ nucioso examen de ciertos textos alemanes de Freud y de las traducciones francesas existentes de esos textos. Coteja cons­ tantemente esos textos con esas versiones, corrige, reinterpre­ ta, desmenuZa ese lenguaje extranjero. En otra gran parte se ocupa de un escrito francés cuyo tema es un relato inglés: el famoso "Seminario sobre la carta robada" de Jacques Lacan. y tanto aquel Seminario como este estudio sobre él parten de la traducción francesa de Baudelaire, pero volviendo sin cesar al texto inglés de Edgar Poe. Leer todo eso traducido a su vez al español es seguramente estar un grado más allá en esa lec­ tura vertiginosa que sin duda el libro mismo aconsejaría. Pero el traductor no dispone de las libertades del autor. To­ dos esperan que todo 10 justifique, aun a sabiendas de que tal cosa es imposible, Algo habrá que justificar de todas ma­ neras. En primer lugar, algunas cuestiones de lengua. He intentado en lo posible hacer con el español operaciones "equivalentes" a las que el texto hace con el francés. Para traducir los términos différance, différant, etc., esenciales en el pensamiento de De­ rrida, he construido los derivados difiriencia. difiriente. etc.; el autor forjó esas palabras para manifestar la ambigüedad del verbo diferir (différer en francés): ser diferente, y remitir a más tarde; estas derivaciones son perfectamente justificadas en español y permiten redactar un texto seguido sugiriendo todo el tiempo la alusión a "diferencia", "diferente", aunque no I tan fhúdamente como en francés, donde différence y dittérance ¡ se pronuncian exactamente igual. Otros neologismos son tal • vez más antipáticos, pero me temo que más aceptables para la mentalidad lingüística moderna: "estrictura" y "constrictura", "posicionar", "ficcional" y otros que el lector encontrará en el cuerpo del libro y cuyo sentido en todo caso no ofrece difi­ cultad; "restancia" tiene el inconveniente de que el español no usa: restar en el sentido de quedar o permanecer, pero por 10 menos el sustantivo resto lo justifica suficientemente; "atesis" puede confiaren su helenismo. Los casos de inconformidad clara, de una lengua a otra, de] campo semántico, son más peliagudos; a menudo he tenido [9] 10 NOTA DEL TRADUCTOR r NOTA DEL TRADUCTOR 11 que añadir notas al pie para explicar esos sentidos incompati­ t todo caso he añadido las referencias a la edición española bles. Lo mismo me ha sucedido con los juegos de palabras, que (lO'!" ed., México, Siglo XXI, 1984); el lector curioso, si tiene son por definición lo absolutamente intraducible de una len­ para ello suficientes ocios, puede seguir la pista de esas di· gua. Pero incluso en estos casos, como en los de divergencia vergencias, y tener así más doble visión, o sea más tercera de campos semánticos., he tratado siempre que ha sido posi­ dimensión, del sentido del original. ble de añadir entre corchetes la información, sin romper la continuidad sintáctica, para permitir una lectura seguida. Con­ TOMÁS SEGOVIA fío en que el lector dis.tinguirá en general sin dificultad los corchetes del traductor y los del autor: añadir en cada caso las indicaciones sobre eso hubiera sido afear demasiado el li­ bro. Pero a veces, por supuesto, no he podido evitar expedien­ tes más o menos dudosos: démarche, por ejemplo, término frecuente en esta clase de francés intelectual moderno, signi­ fica por un lado el modo de andar o andadura y por otro gestión o diligencia; bande (aparte de la polisemia de bander comentada en su lugar) es lo mismo venda que banda; en estos y otros casos parecidos he traducido a menudo según el sentido que el contexto sugería, cuando me ha parecido que con ello no desfiguraba sensiblemente la significación del original; pero eso hace que por ejemplo el vocablo andadura, mucho más raro en español que en francés démarche, pulule aquí de manera quizá alarmante. Finalmente tengo que decir algo sobre las citas. Dada la naturaleza del texto, que mencioné al principio, hubiera estado fuera de lugar utilizar traducciones .españolas. "autorizadas" de los pasajes de otros autores citados por Derrida: hubiera tenido que confrontar a mi vez esas versiones con sus origina­ les, con las traducciones· francesas citadas y con las versiones del propio Derrida. Así por ejemplo, en lo que hace a las citas de La carta robada, he seguido lo más cercanamente posible las versiones de Baudelaire citadas; era la. única manera de hacer comprensibles los comentarios de Derrida sobre esa versión, y los de Lacan sobre eso mismo que a su veZ el propio Derrida cita. Pero ese principio me ha llevado también a una consecuencia que tal vez algunos lectores juzguen desconcer­ tante: he retraducido a veces pasajes de los Escritos de Lacan, cuya traducción española "autorizada" va firmada por mí mis­ • mo. En este caso ha habido tal vez algo más que la intención de verter apuntando a ese contexto de comentarios derridia­ nos: un traductor tiene que decidirse por una versión, dese­ chando otras alternativas que siempre imagina y no siempre está seguro de que sean inferiores; hay momentos en que qui­ siera uno ponerlas todas simultánealflente, con lo cual el lector tendría una idea más clara del sentido del original (algunos traductores de poesía lo han hecho así efectivamente): segura­ mente me tentó la oportunidad de enriquecer mi versión. En 1. ADVERTENCIAS LA ATESIS Como si tuviera un incipit, abordo pues este libro. Era nuestra convención que lo abordara yo en el momento del tercer rizo.1 Tal vez lo recuerden ustedes. A falta de recuerdo, tal vez hayan verificado Su consecuencia en el transcurso de estas di~z sesiones: desde la primera, traje aquí, no digo justifiqué, el título de este seminario: la vida la muerte. Hasta verificar la consecuencia de lo que no se recuerda, tal vez es hasta allí hasta donde va lo que está en Juego.' Al traer aquí ese título, había sugerido entonces la propues­ ta de otra lógica. Así diría o traduciría una mala lengua, pues no se trata ya aquí de "lógica", menos aún, por las razones que voy a decirles, de "propuesta". Se trataba más bien de religar, pero precisamente por medio del análisis de los valores de liga, de nexum, de desmos o de estrictura,2 la cuestión de la vida la muerte con la de la posición (Setzung) , de la posi­ cionalid~d en general, de la lógica posicional (oposicional o yuxtaposic!onal), del tema o de la tesis. Poner, posicionar, preguntábamos, ¿a qué corresponde? ¿Y a quién? Dejemos eso. Suspendida así la "posición", puedeentreverse qué sigue, o más bien cuál es la descendencia. Se conversa aquí de todo lo que su caída arrastraría, el descr~dito, la ruina y las quie­ bras que no dejaría de provocar. Llamo la atención de ustedes hacia el registro de las cuentas, lo financiero, lo fiduciario o lo especulativo: de lo que hablaré hoy será de especulación. Por lo menos tal es mi apuesta. En una palabra, desde la primera sesión se había anunciado I que una, "lógica" del más allá, o más bien del paso más allá , 1 El texto en cuyos bordes trataría de mantenerse este discurso es Más alld del principio de placer, de Freud. En efecto, extraigo esto de un ,seminario que seguía el trayecto de tres rizos. Procediendo cada vez de una explicación con tal texto de Nietzsche, se había adentrado pri· mero en una problemática "moderna" de la biología, de la genética, de la epistemología o de la historia de las ciencias de la vida (lecturas de Jacob, Canguilhem, etc.). Segundo rizo: regreso a Nietzsche y luego explicación con la lectura heideggeriana de Nietzsche. Después, aquí, el tercero y último. 2 Estas tres palabras remiten al motivo más obsesionante de Glas. Digamos q).le añado o remito aquí un "judas" suplementario de GIas. In· cisión tatuada por ejemplo entre las páginas ZlO;Zl2 columna izquierda. [15] I r t 16 ESPECULAR - SOBRE "FREUD" ADVERTENCIAS 17 [que en francés sería también del no más allá: pas au-dela],* tan parciales como canónicas, incluso académicas, a la impo­ vendría a desbordar a la lógica de la posición: sin tomar su sibilidad esencial de detenerse en él en una tesis, en una lugar, sin oponerse a ella sobre todo, abriéndose hacia otra conclusión puesta según el tipo científico o filosófico, según relación, relación sin referencia o sin común medida con lo el tipo teórico en general? Ya lo refiera a talo cual de las que ella salva con su pas, su paso o su no, o de lo que salva mencionadas instancias, la imposibilidad de tal detención de golpe. Pero ni el gelpe ni el paso ni el no son aquí trazos arrastra la actuación textual a una singular deriva. indivisibles. I He abusado de esa palabra, no me satisface mucho. Deriva Intentaré pues el abordaje de este libro, y atraerlo hacia mí designa un movimiento demasiado continuo: más bien indife­ para el tercer rizo. Pero ¿se trata de rizo? Más bien de colla­ renciado, demasiado homogéneo, parece alejamos sin sacudi­ dos en lazos más o menos apretados, y que no se cierran en miento de un origen supuesto, de una orilla una ve~ más, de el momento de volver sobre sí mismos. No pueden, pero en un borde de trazo indivisible. Pero la orilla se divide en su ese no poder se encierran. Imaginen a Indra y a. Varuna 8 trazo mismo, y hay efectos de anclaje, desmoronamientos decidiendo· entrelazar sus nombres para firmar, al pie de un de bordes, estrategias de abordaje y de desbordamiento, es­ contrato, el compromiso de entrelazar en lo sucesivo sus nom­ tricturas de atadura o de amarre, lugares de reversión, de bres cada vez que tuvieran que firmar, a consecuencia de lo estrangulamiento o de double bind. Son constitutivos del pro­ cual firman ya. ceso mismo de la atesis, y hay que dar cuenta de ellos, por lo Más allá del principio de placer: propondré de él una lectura menos si es que hay aquí que leer tal acontecimiento y contar selectiva, tamizante, discriminante. No sin volver a pasar, según con él. una pedagogía en la que no habría que estancarse ciegamente, proceso textual que no es dominable por ninguna ins­ por senderos demasiado trillados. Quisiera dar a leer la es­ tancia como tal (sobre todo no por la teórica según el tipo tructura no posicional de Más allá ... su funcionamiento a-té· científico o filosófico l, no me precipitaré a llamarlo todavía tico de última instancia, incluso de instancia a secas. "ficcional" o aún menos "literario". Quisiera más bien prose­ De la instancia distingo en otro lugar la restancia. ¿Cómo guir el análisis. de la restancia para intentar reconocer, sobre tener acceso a la restancia de Más allá ... ? ¿Cómo debe cami­ ese ejemplo, las condiciones de lo ficcional y de ese tipo de nar este texto, con qué paso [o con qué no] * sobre todo, para ficción que llaman, confusamente a veces, literatura. Sus con­ que nos volvamos sensibles un día, hoy, contra tantas lecturas diciones "hoy", es decir desde que habitamos el psicoanálisis, con él, en él, a su alrededor o a su lado. Más estrictamente * ePas, "paso", puede ser también el adverbio negativo, y en el texto -y por eso este ejemplo es ejemplar al no ser absolutamente de Derrida está a menudo latente este otro sentido en el uso de este tér­ sustituible- desde Más allá del principio de placer. mino. T.] 3 "Varuna es el 'Ligador': quienquiera que respete el satyam y la La atesis de Más allá ... comparecerá. Como tal, antes y c:raddhii, es decir las diversas formas de la exactitud, es protegido por más allá de toda instancia. Comparecerá en su relación (des­ Mitra, pero quienquiera que peque contra el satyam y la c:raddhií. es ligado ligada, absuelta, si es posible) con la tesis teórica en general de inmediato, en el sentido más material de la palabra, por Varuna. como con las leyes de su decidibilidad. [. ..] es la historia de Manu, esclavo de la c:raddhl!, disponiéndose a sa­ crificar a su mujer a pedido de los sacerdotes demoniacos; se desencade­ No es fortuito que la atesis se suspenda indefinidamente na el mecanismo, fatal, ciego; si Manu no va hasta el final, si tiene un en cuanto a la vida la muerte. No es fortuito que se mantenga sobresalto de humanidad, falta a la ley del sacrificio y cae en las ligadu­ de la enigmática pulsión de muerte que aparece desaparece, ras de Varona. Así pues no vacila: irá hasta el final. Entonces surge un parece desaparecer, aparece al desaparecer en el Más allá ... dios, que no es ni Mitra ni Varuna, un dios que tiene piedad, y que, tomando la iniciativa y la responsabilidad de romper el terrible dilema, La digo enigmática porque aparece desaparece contando mu­ decide que el sacrificio no tendrá lugar y que, sin embargo, Manu obten· chas historias, haciéndolas o dejándolas contarse. Las llaman drá su beneficio. Ese dios es. Indra." Georges Dumézil, Mitra-Varuna, a veces fábulas o mitos. cap. VI, "Nexum et Mutuum", IV, "Indra contra las ligaduras de Varona", Se trata también de lo que pone en marcha entonces a toda pp. 113, 125. Obligado al sacrificio. ligado por su ley sI quiere evitar ser una descendencia, fabulosa o mítica. ligado por Varona, Manu es absuelto de ese double bind sin perder su "beneficio". ¿Tendrá por ello la fuerza de desligarse (¿pero con vistas a ¿Llegaremos a esas orillas en tres o cuatro sesiones? Segu­ qué beneficio?) de la gracia de Indra? Ante la fortuna milagrosa de ese ramente no. Para ganar tiempo y hacer mis cálculos más accesi­ don, ¿podria inhibir en sí mismo la gratitud, redimirse no sólo de la bles, debo fondear con ustedes en algunos ensayos ya publica­ deuda sino del movimiento mismo de la gratitud? En una'palabra, ¿evi­ dos." Otro preliminar: puesto que el trayecto de estos anillos tará no amar ya sino a Indra? * [Véase la anterior nota del traductor. T.J " Alusión a "Freud et la scene de l'écriture" (1966) (in L'écriture et 18 ESPECULAR - SOBRE "FREUD" ADVERTENCIAS 19 en forma de lazos debe volver a conducirnos cada vez a partir "evitar", Es preciso evitar lo más próximo, por la razón misma de Nietzsche, nada aquí es más fácil. Seré pues breve. Para ir de su proximidad. Hay que mantenerlo apartado, advertirlo. por el camino más corto, recordaré por ejemplo lo que se dijo Hay que desviarse de ello, divertir, advertir. ¿En verdad es de la infancia, del juego y del sin-deuda. Lo que se dijo a preciso, con esas advertencias, evitarlo? Ni siquiera es preciso: partir de Nietzsche. ¿ Cómo y con qué el supuesto niño se en-' lo más próximo se evita en lo inevitable mismo. La estructura deuda en un juego supuestamente sin-deuda? ¿Y dónde situar, de su proximidad lo aleja y prescribe que el da esté fort aun según qué tópica, el lugar de un secreto tal? antes de que un juicio de denegación venga a poner sobre él Recordaré también, una VeZ más, la escena que hace Freud la especificidad de su sello. La evitación de la filosofía, en a la memoria de Nietzsche. No lo yerra nunca en el movimiento el momento mismo en que está ya en el lugar como un falsa­ impresionante de una denegación. La evitación no evita nunca rio, nos introducirá dentro de un momento, más directamen­ lo inevitable de lo cual ya es presa. Freud toma las cosas con te, al Más allá ... tanto desenfado en una situación tan embarazosa, declina la Aunque lo haya citado yo más a menudo,C! este pasaje no es deuda con una seguridad tan expedita, una ligereza tan imper­ el único de su tipo, ni siquiera el primero en la genealogía turbable que se pregunta uno; ¿se trata de su propia deuda? fabulosa del psicoanálisis. Hay el apéndice de la Traumdeu­ ¿O de la deuda de otro? ¿Y si la deuda fuese siempre de tUI1.g: Rank no se contenta con ver en Nietzsche "el precursor otro? ¿Cómo sentirse y no sentirse a la vez, de antemano, directo del psicoanálisis" por lo que se refiere a las relaciones cumplido y culpable ante la deuda de otro cuando éste, alojado entre el sueño y la vida despierta. Le reconoce otro mérito: el en sí mismo por el efecto de una singular tópica, regresa a sí de habernos despertado a la responsabilidad de aquello mis­ mismo según una filiación de la que todo está por pensarse? mo de lo que nos consideramos irresponsables. Se puede ser ¿Cómo especular sobre la deuda de otro que le cae a uno? culpable de aquello de lo que se cree uno por esencia inocente, He citado en otro lugar pero releo una vez más aquí la de­ se puede estar endeudado con lo que siente uno de antemano claración de evitación que realiza lo inevitable. Está en la saldado.6 Nietzsche osó ligar la responsabilidad, la deuda y la Selbstdarst ellung: culpabilidad con el inconsciente. Lo hizo por ejemplo en Auro­ "Nietzsche, el otro filósofo cuyas intuiciones y perspectivas ra. Lo que no puede ya asumirse en conciencia se vuelve desde coinciden a menudo de la manera más asombrosa con resulta­ ese momento insaldable: la deuda de otro regresa, en sueños dos penosamente adquiridos del psicoanálisis, durante mucho o de otra manera, a acosarnos y a anularse en la denegación. tiempo justamente lo evité (gemieden) por ese motivo; me interesaba menos la prioridad que mantenerme libre de toda 6 Por ejemplo in Qual quelle (Marges - de la philosophie, 1972, p. 363). 6 La analítica existencia! del Dasein sitúa la estructura del Schuldig­ prevención." sein originario (el ser-responsable, el ser-prevenido, o el poder-ser respon­ Lo más penoso, lo menos soportable (suspiro al pasar) es sable, la posibilidad de tener que responder-de antes incluso de toda deuda, toda falta e incluso toda ley determinada) más acá de toda sub­ que lo que se ha pagado con tanta pena (lo más penoso), a jetividad, de toda relación con el objeto, de todo conocimiento y sobre saber la tarea de la especificidad psicoanalítica, se le dé sin todo de toda conciencia. Cf. Heidegger, Sein und Zeit, § 58. Por las esfuerzo al filósofo, gratuitamente, graciosamente, como por mismas razones, Heidegger no habla allí de inconsciente, noción que juego, por nada. Lo más penoso es que lo penoso no sea pe­ según él pertenecería a! sistema conceptual y a la época filosófica más noso para otros, estando así en peligro de perder todo valor: acá de la cual debe regresar la analítica del Dasein, que es tan poco el hombre como el sujeto, tan poco la conciencia como el inconsciente. moneda falsa en suma, emitida por ese ancestro indigno del Schuld (a la vez la falta y la deuda, la obligación en general), ése es psicoanálisis. Como si no le hubiera costado nada. el objeto de la Genealogía de la moral, singularmente de su Segunda En cuanto al valor de "evitación", aparecía ya un poco más disertación (§ 4 Y passim). Es sabido que esa genealogía y ese análisis de la deuda proponen una teoría de la "represión" (§ 21). Es el "au· arriba: era esa vez la filosofía en general lo que había que tor" de esa teoría de la deuda a quien FrC'l.1d no quiso deberle nada, es de él de quien no quiso saber nada. la différence), Glas (1974, en particular lo que concierne al fetichismo, el Defensa, evitación, desconocimiento: esa desviación de Nietzsche o double bind - el, la, los doble(s) banda(s) (ean) [le, la les double(s) ante Nietzsche pertenece en lo sucesivo al legado de Freud. Toma inclu­ bande( s )(ent), juego de palabras con' diferentes sentidos de bande: so, siguiéndolo, a veces, una forma que no tenia nunca en él, la de la banda o venda, pero también tensa o tiene una erección, etc.; v. cor­ mofa o la mueca. Por ejemplo en este texto que, girando precisamente chetes del T. en la p. 140. T.] Y el problema económico del maso­ alrededor de "la deuda simbólica", se autoriza así: "No señalo aquí el quismo), "Le facteur de la vérité" (1975) (in Poétique 21, reproducido comercio de la pacotilla nietzscheana de la mentira de la vida..." (La­ en este volumen). A eso añado aquí Pas (Gramma 3/4, 1976), ~perons can, "La cosa freudiana", ~crits, p. 405 [Escritos, p. 388]). (1972-1978), Fors, prefacio a Le verbier de l'homme aux loups, de N. Abra­ En cuanto a referir Sein wul Zeit a la Genealogía de la moral en lo ham y M. Torok, 1916, La vérité en peinture, 1978. que se refiere al Schuldigsein, lo intentaré en otro lugar. ADVERTENCIAS 21 20 ESPECULAR - SOBRE "FREUD" la primacía de la·afectividad y la importancia preponderante de la Estáis dispuestos a ser responsables de todo, grita Nietzsche, sexualidad, sino q,ue adivinó incluso el mecanismo de la repre­ menOS de vuestros sueños, y el nombre de Edipo no tarda en sión- no se dejan reducir a mi conocimiento de su doctrina. Leí resonar, pues es ante todo a él a quien va destinado este após­ a Schopenhauer muy tarde en mi vida. El otro filósofo, Nietzsche ... trofe. [El subrayado es mío.] Es también este Nietzsche el que la Selbstdarstellung decla­ ra haber "evitado". Lo mismo que, unas líneas más arriba, la Tres observaciones al pasar. filosofía en general. Lo cual supone que Nietzsche siguiese 1. Ni más ni menos que a Nietzsche, nada se debe a Schopen­ siendo un filósofo. Pero ¿no se atrevió a pensar lo que la hauer. En cuanto tal, la teoría psicoanalítica no le debe nada. filosofía, como tal, nunca hubiera hecho más que negar? Pero Ra heredado tan poco de él como puede heredarse de simu­ ¿se piensa o no se piensa lo que se plantea, se pone, bajo la lacros conceptuales, que es como decir de falsa moneda, de forma de la denegación? ¿A qué se llama pensar? billetes emitidos sin garantía de valor. Las palabras y las La evitación de la filosofía es más activa que nunca, más "nociones" de Schopenhauer y de Nietzsche se parecen indis­ deliberada también, más circunspecta en la "especulación". tinguiblemente a un discurso psicoanalítico. Pero les falta el Especulación: lo que Freud nombra así reúne toda la dificul­ equivalente de un contenido propio del psicoanálisis que es tad que me interesa aquí. ¿Qué es lo que la filosofía no tiene el único que puede garantizar su valor, su uso y su intercambio. que ver con la "especulación" psicoanalítica? ¿Y por qué ésta Sobre todo no debe heredarse de semejantes asignados, incluso debería hacer escribir en el modo de la atesis, por ejemplo en de semejante prensa de billetes, o de una máquina para emitir, Más allá ... ? ¿Quién habrá especulado? ¿Sobre qué? ¿Sobre más o menos fraudulentamente, en la más incontrolable facili­ quién? ¿Qué habrá comprometido a ello? ¿Qué es lo que se dad, semejantes "acciones". Y debido al parecido, debido a una habrá dejado comprometer en semejante especulación? imputación de herencia demasiado natural, hay que evitar a ¿Freud se dio o abandonó a la especulación? ¿Lo quiso? cualquier precio esa filiación. Hay que romper con ella en el ¿Quiso quererlo? ¿Y por qué su relación fue siempre doble, instante en que la identificación amenaza de más cerca. No aparentemente dividida a este respecto? En la Selbstdar­ hay que asumir la deuda: no sólo porque es la de otro, sino stellung, interpretando sus últimos trabajos llamados "especu­ porque el otro se ha endeudado de manera insaldable (imper­ lativos", los del periodo de Más allá ... (antes y después de donable) al emitir simulacros de conceptos. Es como otra his­ 1920), Freud se defiende de haberse abandonado a la especu­ toria de responsabilidad colectiva: lo analice o no, Freud se lación: somete a un imperativo que le prescribe interrumpir la cadena y rechazar la herencia. Fundar así otra genealogía. Pretendo La tentativa [la metapsicología] quedó como una estatua trunca­ que lo que escribe en cuanto a la especulación (filosófica y da, la interrumpí después de haber escrito algunos ensayos: Pul. no filosófica) tiene algo que ver con esa escena de herencia siones y destinos de pulsiones, La represión, El inconsciente, Duelo intolerable. Algo que ver, dicho de otra manera algo que no y melancolía, y tuve ciertamente razón al actuar así, pues la hora ver. Lo que escribe, dicho también de otra manera el hecho de semejantes anclajes teóricos no habia sonado todavía. En mis de que tenga que escribirlo. últimos trabajos especulativos, me he dedicado a dividir nuestro Como es obvio, la racionalización discursiva de esta escena aparato psíquico sobre la base de la valorización de hechos pato­ lógicos, y lo he descompuesto en un Yo, un Ello y un Superyó (Das supone una seguridad ingenua en cuanto al concepto de falsa ¡eh und das Es, 1922). El superyó es el heredero del complejo moneda, como de la relación entre una palabra y un valor de Edipo y el representante de las exigencias éticas del hombre. No conceptual. quisiera que se tuviera la impresión de que en este último periodo Ni más ni menos que a Nietzsche, pues, ni más ni menos que de trabajo haya vuelto la espalda a la observación paciente y que a la filosofía en general de la que se defiende evitándola, me haya abandonado enteramente a la especulación. Más bien he Freud supone no deber nada a Schopenhauer. El reconoci­ permanecido en contacto íntimo con el material analítico y nunca miento de deuda queda anulado, o, si ustedes prefieren, dene­ he dejado de trabajar temas especiales, clínicos o técnicos. Y en los casos en que me alejaba de la observación, he evitado cuidadosa­ gado, confirmado, en el centro de Más allá. .. Esto sucede en mente acercarme a la filosofía propiamente dicha. Una incapacidad el momento en que se adelantan ciertas proposiciones (no digo constitucional me ha facilitado mucho semejante abstención. Siem­ tesis) discriminantes, en el momento en que se les confía el pre fui accesible a las ideas de Fechner y he tomado también apoyo poder de acarrear la decisión, al menos para una etapa. Se tra­ en puntos importantes en las ideas de ese pensador. Las extensas ta de reconocer el dualismo de la vida pulsional. Freud evoca concordancias con la filosofía de Schopenhauer -no sólo defendió ¡ 23 22 ESPECULAR - SOBRE "PREUD" ADVERTENCIAS lo cual se hace otro ahorro, el de la lectura] de las relaciones la teoría de Hering, los dos grupos de procesos de "dirección opuesta" (entgegensetzter Richtung) que se desarrollarían sociales reales, de donde han salido esas fruslerías idealistas". continuamente en la sustancia viva: el proceso de asimilación I y se remite en una nota, sin pestañear, a las Éditions Sociales, (assimilatorisch) y el proceso de di-similación o desasimila­ incluso sin precisar, como quiere la Academia, IItr. ligeramen­ ción (dissimilatorisch); el primero construyendo (aufbauend), te mod." el segundo des-truyendo (abbauend). Abbauen: es la palabra Se habrá notado al pasar, y es el destino esencial a mi en­ que algunos heideggerianos franceses han traducido reciente­ f tender de esta cita de apariencia filológica, el poco caso que ¡ mente por "déconstruire", como si todo estuviera en todo y ¡ hace de los "fantasmas" y de los "aparecidos". l!.se es nuestro siempre delante de la caravana. Es cierto que esa traducción ¡ problema. no es simplemente ilegítima desde el momento que se les ha Si ahora se tradujese abbauen por "desconstruir" en Más ocurrido (bastante recientemente). A menos que se manipule ¡ allá . .., se entrevería tal vez un lugar de articulación necesaria entre lo que queda comprometido allí bajo la forma de una el rebote para asimilar, precisamente, y reconstruir lo que no escritura atética y lo que me ha interesado hasta aquí en se deja asimilar fácilmente. Es cierto también que en este I terreno la competencia se hace tanto más áspera cuanto que relación con la desconstrucción. siempre se puede hacer pasar lo ya-allf de una palabra por .la Una vez rendido este homenaje a todos los celos militantes, anterioridad de un concepto con el que se pretende entonces regreso a los dos procesos "opuestos". Freud ve una relación de oposición (Entgegensetzung), por lo menos en la doctrina de endeudar e incluso fecundar a todo el mundo. Se echa mano de una marca y se la aplica por todas partes. Puede verse así, Hering, entre el proceso de asimilación constructiva y el pro­ del otro lado si así pudiera decirse, a la palabra "desconstruc­ ceso de disimilación desconstructiva. Esto es algo que impon. ción" caer del cielo en el texto de Marx. Hasta ahora, "auf­ dría un límite a la traducción si se aceptara considerar que gelost" se traducía fielmente en francés por IIrésolu" [resuelto] la desconstrucción no se opone sólo sino que trabaja de otra o "dissous" [disuelto]. Una traducción reciente de La ideologla manera (y sin trabajar si el trabajo es determinado como alemana dice "peuvent etre déconstruites" [pueden descons­ oposición). Dejo a esta cuestión operar en silencio, nos espera truirse] por lIaufgelost werden konnen", sin otra forma de en otro lugar. alegato y sin la menor explicación. No me detendría en la Freud se pregunta entonces si debemos reconocer "nuestras ingenuidad teórica o en la astucia táctica de semejante opera­ dos nociones pulsionales", la "pulsión de vida" y la "pulsión ción si no tendiese a extraviar al lector. Pues una vez cum­ de muerte" en esos dos procesos. Añade entonces: "Pero plida la amalgama, incorporada la apropiación, se da a enten­ hay algo más que no podemos disimulamos... JI Hay pues algo, der que la IIdesconstrucción" está destinada a quedar limitada algo otro, que tendríamos tentaciones de disimularnos, algo otro a la crítica intelectual" de las superestructuras. Y se finge que hubiéramos querido evitar o no reconocer. ¿Qué es? 11 que Marx ya lo había dicho. He aquí esa nueva traducción "Es que sin darnos cuenta hemos abordado los golfos de la [vertida literalmente al español], que marcará una fecha, es de filosofía de Schopenhauer, para la cual la muerte sería 'di1.s esperarse, en los anales franco-alemanes: [esa nueva con­ eigentliche Resultat' [el resultado propio, apropiado, propia~ It •• • cepción materialista de la historia] no explica la praxis según mente dicho -es una cita] y en esa medida la meta de la la idea, explica la formación de las ideas según la praxis ma­ vida, mientras que la pulsión sexual sería la incorporación terial y llega en consecuencia al resultado de que no es por la (Verkorperung) de la voluntad de vivir." crítica intelectual, por la reducción a la 'conciencia de sí' o Punto y aparte: "Tengamos el valor de dar un paso más por la transmutación en 'aparecidos', en 'fantasmas', en 'obse­ (einen Schritt weiter zu gehen)." siones', etc., como pueden des construirse (aufgelOst werden Por la pista seguiremos todos los pasos, paso a paso y no sin konnen) todas las formas y las producciones de la conciencia, no, que conducen Más allá ... hacia el singular camino de la sino solamente por la subversión práctica [estas últimas pala­ especulación. Tal camino no existe antes del allanamiento de bras sustituyen la traducción clásica de 'praktischen Umsturz' la escritura atética, pero no se construye a sí mismo como el por 'inversión práctica' y se ahorran el espinoso problema de método de la especulación hegeliana; y por muy ocupado que la inversión a la vez que coquetean con la 'subversión', que esté con los aparecidos, no se aparece a sí mismo regresando goza de mejor salud; y, astucia demasiado astuta y por 10 sobre sí, no tiene ni la forma del círculo dialéctico, ni la del tanto un poco grosera, quiere darse a entender que la 'des­ círculo hermenéutico. Tal vez las da a ver, pero no tiene nada construcción' es de esencia 'teórica', incluso teoricista, con que ver con ellos. Se construye-desconstruye según una inter­ 1

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