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Introducción a los estudios históricos PDF

324 Pages·2003·113.754 MB·Spanish
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. , .. ' 1 INTRODUCCIÓN A LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS Charles-V Langlois Charles Seignobos INTRODUCCIÓN A LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS Estudio introductorio y notas FRANCISCO SEVILLANO CALERO UNIVERSIDAD DE ALICANTE Título original de la obra: INTRODUCTION AUX ÉTUDES HISTORIQUES Traducción de Jaime Lorenzo Miralles © Francisco Sevillano Calero, 2003, del estudio introductorio y las notas © Jaime Lorenzo Miralles, 2003, de la traducción © de la presente edición: Publicaciones de la Universidad de Alicante Campus de San Vicente, sin 03690 San Vicente del Raspeig [email protected] http://publicaciones.ua.es Corrección de primeras pruebas: Lola Espinosa Sales Corrección de segundas pruebas: Luis Bagué Quílez Diseño de portada: candela + alenda Impresión: Imprenta KADMOS Salamanca, 2003 ISBN: 84-7908-750-1 Depósito Legal: S. 1.718-2003 Este libro se ha realizado dentro del Proyecto DEGES PB98-0393 Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información ni transmitir alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado -electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.-, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de propiedad intelectual. 2. 9c~. c.,, __: ! .) ',___. --~-... . ÍNDICE ESTUDIO INTRODUCTORIO ..................................... 9 ADVERTENCIA .............................................................. 43 LIBRO l. PRELIMINARES ........................................... 57 l. La búsqueda de documentación (heurística) ...... .. 59 2. Las ciencias auxiliares .......................................... .. 79 .: LIBRO 11. ÁNÁLISIS ..................................................... . 93 l. Condiciones generales del conocimiento histórico 95 SECCIÓN l. CRÍTICA EXTERNA (erudita) ...................... . 101 2. Crítica de restitución ............................................ .. 101 3. Crítica de procedencia .......................................... . 115 4. Clasificación crítica de las fuentes ........................ . 127 5. La crítica erudita y los eruditos ............................ .. 135 SECCIÓN II. CRÍTICA INTERNA .................................... .. 157 6. Crítica de interpretación (hermenéutica) ............ .. 157 7. Crítica interna negativa de sinceridad y exactitud. 169 8. Determinación de los hechos particulares .......... .. 197 "LIBRO III. SÍNTESIS .................................................... . 213 l. Requisitos generales de la estructuración histórica 215 2. Ordenación de los hechos .................................... .. 231 8 3. Razonamiento constructivo .. . .. .. .. . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. . .. . 24 7 4. Elaboración de síntesis generales .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. 255 5. Exposición . .. ............... ..... .. .. ..... .... ...... ..... .. . ... . .. ...... 281 CONCLUSIÓN .......................................................... ...... 297 APÉNDICES ................................................................... 303 I. La enseñanza secundaria de la historia en Francia 305 JI. La enseñanza superior de la historia en Francia.... 315 ESTUDIO INTRODUCTORIO El método positivista como paradigma de conocimiento histórico Tal vez la falta del elemento mítico en la narración de estos hechos restará encanto a mi obra ante un auditorio, pero a cuantos quieren tener un conocimiento exacto de los hechos del pasado y de los que en el futuro serán iguales o semejantes, de acuerdo con las leyes de la naturaleza humana, si éstos la consideran útil, será suficiente. En resumen, mi obra ha sido compuesta como una adquisición para siempre más que como una pieza de concurso para escuchar un momento1. Con estas palabras, Tucídides resumía su propia investiga ción acerca de la guerra del Peloponeso. Como ocurrió con el historiador ateniense, la prosecución de la verdad en la narra ción sobre el pasado del hombre ha sido un:afán rycurrente en el trabajo historiográfico, pues, en el uso que de él se ha hecho, «el pasado no es nunca la historia, por más que al~nos de sus elementos puedan ser históricos»2 Así, la historiograña, como • arte de escribir la historia, ha ido delimitando su objeto de estudio, perfilando su método y aquilatando sus técnicas de crítica para el exacto establecimiento de lo acaecido, de la objetividad del conocimiento del pasado, como sucedió con la afirmación de la historiograña crítica durante la segunda mitad del siglo'XIX3. 1 Historia de la guerra del Peloponesó, 1, 4. 2 Plumb, J. H., La muerte del pasado, Barcelona, Barrnl Editores, 1974 (ed. or. en inglés de 1969), p. 12. 3 Entre las exposiciones más tempranas sobre la historia de la historiografía en aquel siglo, además de la historia y el cuadro de la organizaci6n comparada del tro- 10 FRANCISCO SEVILLANO CALERO Pero como disciplina de conocimiento, la historiografía es una operación que se refiere a unas condiciones previas mediante «la combinación de un lugar social, de prácticas "científicas" y de una escritura»4; una operación que realiza un grupo profesional, con sus compromisos y disputas, no sólo con sus precursores, sino en competencia asimismo con los miem bros de disciplinas aledañas para dominar el campo de las cien cias sociales. Así, se ha destacado la situación ambigua de este campo entre dos principios de jerarquización opuestos: el polí tico y el científico; un mundo social, como otros, que conoce de relaciones de fuerza y de luchas de intereses, de modo que sólo el análisis histórico permite una crítica de las pasiones y de aquellos intereses que pueden condicionar la metodología más rigurosa5. En esta línea, no se han de buscar sólo las contribu ciones permanentes de un momento anterior de la disciplina a su estado de conocimiento, sino que hay que poner de mani fiesto «la integridad histórica de esa ciencia en su propia época.>>6. En la epistemología del conocimiento histórico, ello supone matizar la idea del desarrollo gradual y acumulativo de bajo histórico en diversos países que hicera Charles-Victor Langlois, véase Fueter, Eduard, Historia de la historiografía 11Wdema, Buenos Aires, Editorial Nova, 1953 (ed. or. en alemán de 1913), en particular el segundo volumen de la obra, que conclu ye con el estado de la historiografía en correspondencia con los cambios históricos ocu rridos a partir de 1870. Asimismo, hay que citar Gooch, George Peabody, Historia e historiadores en el siglo XIX, México, FCE, 1942 (ed. or. en inglés de 1913). 4 Certeau, Michel de, •La operación historiográfica», en La escritura de la historia, México, Universidad Iberoamericana, 1993 (ed. or. en francés de 1975). p. 68. Se trata de una versión revisada y ampliada de la contribución del autor, con el título •La operación históri=o, en Le Golf, Jacques y Nora, Pierre (dirs.), Hacer la historia, Barcelona, Laia, 1978 (ed. or. en francés de 1974), vol. 1, pp. 15-54. 5 Bourdieu, Pierre, •La cause de la science. Comment l'histoire sociale des sciences sociales peut servir le progres de ces sciences,., Actes de la recherche en scien ces sociales, n.º 106-107 (marzo 1995), p. 3 y ss. Este texto fue presentado por el autor en el coloquio •Social Theory and Emerging Issues in a Changing Society>>, celebrado en Chicago en 1989 y publicado con el título •Epilogue: On the Possibility of a Field of Wprld Sociology>., en Bourdieu, Pierre y Coleman, J. (ed.), Social Theory for a Chan ging Society, Nueva York, Russell Sage Foundation, 1991. 6 Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 1971 (ed. or. en inglés de 1962), p. 23. ESTUDIO INTRODUCTORIO 11 la disciplina a través del mejoramiento de su método de cono cimiento científico7• El cambio de la historiografía conlleva, más bien, el tras tocamiento de un actitud intelectual, que es sustituida por otra que no era tenida como natural. De este modo, la práctica dis ciplinar de la historia se sitúa en un plano diferente, al modifi carse la perspectiva de la comunidad de historiadores. Un cambio que no resulta del enfrentamiento de ideas, sino de profesionales que las aceptan y acaban compartiendo distintos elementos a modo de «matriz disciplinar>> de un paradigma a través de un entramado institucional: trátese de generalizacio nes, modelos concretos, valores, y ejemplos de problemas y soluciones acerca del conocimiento del pasado8. Así sucedió con el establecimiento del método crítico de investigación en historia durante el siglo XIX, que acabó con una importante polémica acerca de su carácter científico. La naturaleza episte mológica del conocimiento histórico suscitó la controversia, a finales de aquel siglo, acerca de los fundamentos cognitivos de la disciplina y su método a partir del ejemplo de las ciencias naturales; en último término, tales reflexiones trataban sobre la oposición entre objeto y sujeto, herencia de la filosofía cl~ica del conocimiento, y de las condiciones de acceso a la verdad. Un debate que no sólo trató de la historia, puesto que también las ciencias, y en particular la física, fueron puestas en cuestión como conocimiento puro, resultado de la relación entre un objeto existente independientemente de un sujeto en un esta do de objetividad y receptividad. De este modo, la historia y las 7 No obstante, In importancia de la continuidad y el desarrrollo gradual, más evolutivo que revolucionario, sobre todo desde el punto de vista de la práctica de la crítica histórica en lugar de la teoría, han sido destacados por el historiador Anthony Grafton en Falsarios y criticas. Creatividad e impostura en la tradición occidental, Barcelona, Crítica, 2001 (ed. or. en inglés de 1990) y Los origenes trágicos de la eru dicción, México, FCE, 1998. 8 Ibídem, pp. 278-287. Estas precisiones sobre el concepto de •matriz disci plinar» fueron hechas por T. S. Kuhn en In posdata de 1969 a la primera edición en inglés del libro citado, y que originalmente había incluido en la versión japonesa del mismo. ¡\ ¡. 12 FRANCISCO SEVILLANO CALERO ciencias han tenido trayectorias paralelas como manifestacio nes parciales del conocimiento general9. La «historia de la historiografía>> debe permanecer ajena a las luchas por el monopolio de la representación legítima del pasado, pues ha de «proceder al estudio de la historiograña en coyunturas concretas y particulares, para que pueda ser referida a la estructura social que la hace posible, renunciando si hace falta a obtener un concepto unitario y dogmático de la actividad historiográfica>>1º. Este comentario acerca de la formación del método positivista como paradigma de conocimiento histórico parte, así, de unas premisas: la concepción de la tarea historio gráfica como una práctica social enmarcada históricamente; la atención a los correspondientes factores contextuales, pero sin menoscabo de la que se debe prestar a los propiamente intelec tuales; el interés entre unos y otros fenómenos por la organiza ción institucional del oficio de historiador; y el rechazo de una visión lineal acerca de la formación de un método científico, coherente y uniforme, que sea consustancial a la historia. LA EMERGENCIA DEL PARADIGMA POSITIVISTA EN HISTORIA En 1898, la edición de la obra Introduction aux études his toriques, de Charles-Víctor Langlois y Charles Seignobos11 , supuso el cierre de un periodo de ciencia normal en la historio- " grafía tras el cambio que la adopción del método positivista había producido en Francia. Elaborado a partir de la revisión de 9 Pomian, Krzystof, «Lhistoire de In science et l'histoire de l'histoire•, Anna les. Économies, Sociétés, Civilisations, 30 (septiembre-octubre 1975), pp. 93.5 y ss. 10 Niño Rodriguez, Antonio, «Ln historia de In historiografía, una disciplina en construcción•, Hispania, CSIC, XLVI, n.0 163 (1986), p. 416. 11 Introduction aux études historiques, París, Hachette, 1898, XVII-308 pp. Esta obra fue traducida al español a partir de In cuarta edición del original en 1909 con el mismo título de Introducción a los estudios históricos, Madrid, Daniel Jorro, editor, 1913, 372 pp .. volviendo n ser editada en Ln Hnbann, Editora Nacional de Cuba, 1962 y también en Buenos Aires, Editorial Ln Pléyade, 1972.

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