111101111111 8102953t1X HISTORIA DE ALEMANIA dir;gida por JACQUES DAOZ 1 la Formación de la unidad alemana Profesor de le Sorboflll Traducción de MIGUEL LLOP REMEDIOS Licenciado en Hlst«ie Contempot6n• U COLECCION DE HISTORIA CONTEMPORANEA editorial vi<tns-vives Prologo El presente, libro. et el pri~ dt. .uno saie de et1atro volúmenes que abarca el conjunt<> de la Historia de A.lemanUi desde 1789 htiSfa nuestros aítU. Realmente, esta obra const;tuirá la primera ttntativa científica, desde la de Emest Denis, por presentar .una Historia de la Alemania. contemporánea debida a la pluma de historiadores franceses. El autor encargado de esta empresa no puede olvidar lo que debe a Edmond Vermeil como para no rendir homenaje, en primer Jugar, a. su intento de explicar el mundo germánico; no obstante, sus übros, po,. sugestivos y atra yentes que sean, no se presentan como una "Historia"; y lo que Titulo original: realmente hemos deseado presentar-aquí a los estudiantes que HISTOIRE OE·L.ALLEMAGNE hasta el presente han carecido de medios de trabajo sobre los 1. lll formation de l'Unité allemande, '789· 1871 países extranjeros, es una "Historia•• de Alemania, en el sentido ©Hetier. Par{s. 1970 tradicional del término. ClJACOUES OROZ, 1973 C>MIGUEL ll.OP REMEDIOS, 1973 No se trata, sin embargo, de realizar una obra exhaustiva. El Sobre le versiOn esoai'lola. marco que se nos ha fijado exige numerosos sacrificios. Con el fin Prohibida la reprooucción total o parcial de la presente obra sin de no recargar nuestro texto, hemos pensado que era preciso dar permiso expreso, por escrito, del Editor. Se exceptuan de esta prolii· por conocida la Histona General en la que se inserta la de Ale bición las citas breves en artlcu los de periódicos o revistas. des- tinedas e reset'lar esta obra. · mania. Pretendiendo escribir uno "Historia de los Estados", nos Prlmenudlción, 1973 hemos propuesto presentar los grandes rasgos de la evolución ISBN~ 84 316 1758-6 política, teniendo como trasfondo los cambios económicos, so· tleP6sito Legal: 8. 7.312-1973 ciales y culturales. N.ºdeordenV.V.: 1.126 Al estudiar la Histoha de Alemania, el autor de este primer IMPRESO EN ESPAl'ilA PAINTEO IN SPAIN tomo -que abarca el período 6omprendido ~tre 1789 y 1871- Editado por Editorial VICENS-VIVES. Avda. de Sarriá. 132. Barcelona·17 no ha considerado conveniente introducir en ella la de Austria. a Impreso por Gráficas INSTAR. Constitución. 19. Barcelona-14. Febrero 1973 pesar de que formara parte del antiguo Reich y, posteriormente, tlll'JORiA DE ALEMANIA ~fednación Germánica hasta 1866. El análisis de la evo· ~particular. de Austria y de sus países dependientes se ha ~O' para otra o_bra, que ~studiará el ~stado austríaco. S~lo ~e Alemania /J4 Ji.cho ·ttferen.caa a Austria para explicar hechos de la Histona ~ (por ejemplo, para analizar lo.s posturas a favor de la a fines del introducción P~ o Gran Alemania). A pesar de que la bibliografía general, situada al principio de siglo XVI 1 IA ~bra, es muy selecta, cado. capítulo va acompañado de: fa publicación de algunos textos históricos, cuya elección se t /ld .. lkvado a cabo con el deseo de dar a conocer, en su variadisima ditHWsül4d, las fuentes principales de la Historia de Alemania, en las. que el estudioso deberá iniciarse si desea adquirir un cono· cimltnto más completo de esta Historia; Si observáramos a Alemania en la víspera de la Revolución fran· 4r presentación de temas que,' tanto en la historfografí a ale tesa, nos quedaríamos realmente sorprendidos ante la extraor~ mana de ayer como de la actualidad, son objeto de controversia, naria contradicción entre d alto nivel cultural y el retraso poh y ello con el fin de <lar a conocer a los propios historiadores, que lico económico y .s ocial de este país respecto a sus vecinos lum desempeñado, tanto en la vida científica como en la política occidentales. Parecía como si la cultura, limitada a reducidísimos de Ta Alemania contempor6nea, un papel tan importante. círculos dt in~ ciados, no ejerciera o no quisiera ejercer ninguna La meta ansiadll se alcanzará si el autor consigue dar, por una proyección sobre la vida pública de .los pueblos alemanes. ~ que parte, una ·visión clara de ~na historia que desanima por su ex acontecía es que esta cultura permanecía profundamente intro trema complejidad, y si logra introducir, en rápidas sfntesis, las vertida", aislada en una especie de esfera especulativa de la que nuevas orientaciones científicas que están imponiéndose en no salía excepto para edificar y moralizar, deseosa ante todo de Alemania. la reforma de las almas, y no de una regeneración en el plano J. D. político y social, 1..a idea fundam~~al que la ~m~b~ era ante todo la de promover la transfonnac1on moral del mdivaduo,:pues sin ésta cualquier ~speculación sobre la mejora de las relaciones sociales carece de valor. El luteranismo es, sin lugar a dudas, la causa fundamental de esta actitud que provocaba el abstencio nismo político. Aunque liberaba a los cristianos de la tutela del sacerdocio, jamás había dejado de preco'_lizar en el. plano tem· poral la obediencia a las autoridades quendas P?r Dios; Pº! ~llo, los príncipes pudieron establecer su ~oder ~a~~ a la pastVJdad de sus súbditos, sometidos a una misma d1scaphna tanto en el terreno religioso como en el político, en el transcurso de los tiempos modernos. . Durante el siglo XVIII, la cultura alemana pudo por ~m entre· garse de lleno a la liberació~. interior de~ hom~re, rompiendo las cadenas de la ortodoxia rebg1osa. Esta liberacion era la que bus· H'81'0RIA DE ALEMANIA JACQUES DROZ 3 .CU'OD-los movimientos paralelos del pietismo y de la Aufhliirung. sentido occidental del término, sí, por lo menos, como súbditos Pe.ro ni el Sturm und Drang -que, sin embargo. exaltó el espíritu (unterhan) sometidos al poder arbitrario del propietario (Guts·' de rebelión y el individualismo genial desconocedor de cualquier herr): aparte de algunas excepciones debidas al favor real, sólo otra ley que no sea la que surge de su propio fondo-, ni el los nobles podían detentar la propiedad territorial; concedían clasicismo de Weimar -que defendía la postura contraria para algunas tierras a título más o menos precario, pero explotaban reducir Ja pasión a la razón y promover una Humanidad armo ellos mismos una gran parte de sus bienes mediante las presta• niosa y dueña de sí misma-, desembocaron en una actuación ciones personales impuestas a sus súbditos, a las que se añadía el política; y en cuanto al Estado, lo único que se pedía era que no Gesindedienst, que permitía al señor disponer de los niños como coaccionara ni obstaculizara el desarrollo del individuo. En tanto siervos. En los países del sur y oeste de Alemania dominaba la que en Francia e Inglaterra, el siglo XVIII fue el siglo en el que se Grundherrschaft, que concedía a los campesinos una parte impor· elaboró el concepto del "ciudadano'', la Alemania cultivada tante de la propiedad territorial, pero que l.;>s obligaba al pago de admitía que en el terreno político podía continuar en su estado rentas territoriales, bien en dinero o en especies. En algunas par· de tujeción y obediencia. Se reconocía, pues, la dicotomía entre tes de Alemania del Norte, como en Frisia, se mantenían algunas el mundo intelectual y el de la política. En resumidas cuentas, el propiedades campesinas independientes, mientras que en West· clasicismo de Wcimar seguía siendo en 1789 el punto de con· falia dominaba la aparcería hereditaria. fluencia privilegiado de una reducida élite, sin más ansias que la En su conjunto, la cc.onomía ¡¡¡:írnla peimUlecía .estancada .y edificación moral de su cultura, que se declaraba rotundamente con muy pobres beneficios_;, una tierra que produjera seis quin· cosmopolita y para quien la patria era algo totalmente espiritual. tales por hectárea era cottsiderada como satisfactoria; en casi El retraso alemán en el campo de la cultura política se mani todas partes subsistía el rég_imen de barbecho, unido a la rotación festaba en tres aspect._os importantes: ausencia de una burguesía de cultivos trienal. No obstante. en algunas regiones del norte de consciem ~ ms. iuteu::¡es de cl.as(, apego al particularismo y Alemania, se exportó, a partir de la guerra de independencia aceptación del abs.olutismo como centro del Estado territorial. norteamericana, una cierta cantidad de cereales al extranjero, lo que tuvo como contrapartida el aumento de los precios en los mercados alemanes. Algunos nobles y campesinos alortuirados 1. ECONOMIA Y SOCIEDAD tuvieron la iniciativa de mejorar sus. métodos de cultiw. a través de la introducción de plantas forrajeras en la rotacióo de cultivos A pesar del progreso económico iniciado a partir de la conclusión y por medio de la estabulación del ganado.. En Badcn, el margrave de la Guerra de los Siete Años, Alemania proseguía en una situa Carlos Federico, que mantenía correspondencia con Mirabeau y ción de retraso con respecto a Inglaterra y Francia. La fragmen· Dupont de Nemours, realizó unos intentos de renovación fisió· tación territorial, la existencia -sólo en Prusia- de 67 taríías crata bajo los consejos de Juan Augusto Schlettwcin. Se pw:de. aduaneras distintas y el carácter autárqui'o que revestía la pro hablar de una "fiebre por la agricultura'' en la Alemania de fines ducción .de. cada región, habrían bastado, por otra parte, para del siglo XVIII. imposibilitar en Alemania una economía de mercado. En el plano. indus.trial se realizaron, asimismo, importantes De los 20 millones de alemanes, alrededor de las cuatro progresos, en particular en Sajonia en la industria algodon~ra, quintas partes vivían aún en el campo, y la inmensa mayoría de introduciéndose en los años 80 las primeras tejedoras del tipo los campesinos estaba s~metich .J<l.<illY.Ía aunque de forma muy "Jenny"; la industria de los estampados era ya de carácter capi diyersa af sistema feudal ,JU este del Elba dominaba la Gutshe" talista. En cambio, la industria silesiana. del lino prosiguió en schaft, perma-netiendo lo~ campesinos, si no como siervos en el poder de los fabricantes-negociantes (Verlagsystem), general· }OlmllAD!-ALE.MANIA J.A.CQUES. .D ROZ 5 mJ!!n.t'M a:rútócratas, que acumulaban en sus manos la explotación S.e formaron imp.ortarW:s .fortunas comerciale!! en las ciudadCs ttiñtorial y la explotación capitalista de sus obreros. En realidad, de f erías, tales como Leipzig y Francfort, que eran a ·1a vez cen· ~· R¡imm coip.orativo predominaba casi por todas partes. A fines tros del comercio europeo y puntos de. apoyo del comercio inte dd siglo XVID las principales preocupaciones de los gremios con· rior y exterior alemán, así como en Ham.burgo, cuyo puerto .sistian aún en impedir cualquier aumento de la producción, li alcanzó una gran expansión en el siglo XVIII debido al tráfico de mitar cuidadosamente el número de obreros, obstaculizarles la los productos coloniales y a la exportación de los tejidos sile· obtención del grado de "maestro" y garantizar los recursos del sianos. y en donde la burguesía comercial y financiera alcanzó un mercado local a algunas personas privilegiadas. El patriciado ur· espíritu de iniciativa y un deseo de libertad económica sin igual bano se aferraba a la antigua legislación corporativa que provocó en Alemania. Pero también en este terreno, se de{aban sentir el hundimiento económico de algunas ciudades del Imperio, en dramáticamente las limitaciones impuestas por la ausencia de W> las que se desarrolló una mendicidad considerable. 4 idea de que mercado nacional y de un Estado centralizado. era preferible fabricar más y vender menos caro parece ser que De hecho, hacia 1789 se produjo en Alemania un desfase todavía no había conquistado los espíritus En cuanto a las ma· cada vez mayor entre un cierto pro.greso económico y el estan· nufact.~ que experimentaron un a\fge notable en el si· camiento de las estructuras sociales. Había quienes deseaban la glo .XVIII, fueron generalmente obra de los propios príncipes; se libertad de empresa y la flc.xihilidad dd répc.n i;orpDrativo aear.on mediante decretos reales,. casi siempre gracias a los ex· como Georg Forster en Maguncia -autor del Viaje filosófico y tranjeros, y a la sombra de privilegios, monopolios o tarifas pro:. pintoresco a través de las riberas del Rhin-, Heinrich Johann teccionistas. Muy a m<anudo, los centros industriales que se des· Bertüch en Weimar, redactor del Periódico del luj<> y de la moda. arrollaban alrededor de las residencias principescas tenían un Pero, en conjunto, la burguesía, con un espíritu creativo muy carácter tan caricaturesco como los ejércitos creados por los so· limitado, se aferraba a instituciones superadas, cuyo anacronismo beranos. En Prusia especialmente, la legislación mercantilista, que y mezquindad no parecía llegar a comprender. Indudablemente, había favorecido el desarrollo de una importante industria, se podía sentirse orgullosa de su honradez, de su dignidad y de la !:resentaba poco favorable al desarrollo de una clase media em· expansión de su labor: era el resultado de una educación esme· ?rendedora; se trataba de una obra inspirada por el capitalismo rada, que reposaba en la disciplina corporativa, la vigilancia de la •.e Estado, impuesto desde arriba, y que no se había visto acom Iglesia y la asistencia a las escuelas pietistas. Pero el rigor de la pañada de una educación de la nación capaz de sobrevivir a cir· vida moral no fue compensado por una adecuada amplitud de cunstancias menos favorables o a una suspensión de las subven pensamiento. En una palabra. en Alemania no existió esa bur ciones. Al sacrificar la economía a consideraciones financieras guesía rica y emancipada.. ese Te.r.cer Estado deseoso de as~gu· -militares en definitiva- la monarquía prusiana imposibilitó la rarse su "lµgar bajo c:l Sol" que sería, en Franciat el principal formación de un capital privado importante. nervio de la Revolución. Esta estrechez de miras se aprecia en su Excepción hecha de la-iniciativa de unos cuantos empresarios, actitud con respecto a las clases privilegi<!-Cfas y en los sufri como Johann Heinrich Schüle, quien dio un vivo auge a la indus· mientos padecidos en su amor propio ante éstas, burlándose de la tria-algodonera de Augsburgc;i la industria alemana era, en ge· inutilidad y holgazanería de las mismas, pero 11in .. p.ensar siquieu. neral, una iniciatin estatal, que no tenía nada que ver con las en atacar sus privilegios. El Tercer Estado alemán.: habituado .a _posibilidades de enriquecin;iiento de la población: era una obra pensar de una manera jerarquizada y .disciplinada oo ~ñaba en "asistencial" (Versorgung) que-el príncipe tenía que llevar a cabo convertirse en "el todo" del que hablaba Sie:yes en Francia; la para todos los miembros de esa gran familia que era la sociedad sociedad "de órdenes" (Stand) no sufrió serios ataques. Ni. por civil. otra parte. tampoco la burguesía trató de explotar en su bene· Yl&TQRIA DE ALEM.O.NIA JACQUES DROZ 1 tfl!INllaii mentimientos de los campesinos y .de los artesanos, pues convirtió en una asamblea formada por 29 miembro~. que per ·tfMúdmli.a que.la fidelidad y !a obediencia debían ser las cuali dían sus energías en cuestiones de procedimiento y protocolo. dades predominantes. El pensamiento político alemán excluyó casi .por <;ompleto de la noción de Imperio la idea de soberanía universal, · que fue durante mucho. tiempo !\U wó.n de ser; l.m juristas consideraban Z. LAS INSTITUCIONES IMPERIALES al Imperio cada vez más bajo el aspee.to nacional, y pensaban en Y EL PARTICULARISMO Alemania al emplear este ténnino. Hay que reconocer que sus instituciones estaban muy mal adaptadas a las exigencias del Es· A· finales. del siglo XVIU hasta el mismo título de "Emperador" tado moderno. En su panfleto respecto a El Espín"tu Mcional carccfa .de valor; cada "capitulación" había sido una nueva limi Germánico (1765), el publicista suabo Friedrich Karl von Moser tación de sus derechos y la soberanía efectiva había pasado a señalaba como causas de ello la inconsistencia de la enseñanza manos de los príncipes territoriales. La elección y la coronación universitaria, la persistencia de la división religiosa y el descono· conservaban ww. cierta brillantez, pero este esplendor apenas cimiento mutuo que la fragmentación te.rritorial produce entre podía· disimular lo que los alemanes califican con el término de los alemanes. Manifestaba su deseo de fortalecimiento de los "miseria imperial". El emperador apenas disfrutaba de otro poder lazos de unión imperiales, la centralización de las instituciones y que el de otorgar títufos nobiliarios; y en algunas circunstancias el despertar de la responsabilidad con respecto al Reich, que no disponía de feudos vacantes. A su lado había dos tribunales im· sólo era, según su parecer, una comunidad espiritual, sino un periales: la Cámara im~rial (Reichskammergericht), con sede Estado con su base territorial y sus leyes políticas; y, al mismo en Wetzlar, y la Cámara imperial aúlica(Reichshofrat), con sede en tiempo, consideraba la Guerra de los Siete Años como una lucha Viena y encargada de resolver los litigios entre los Estados fratricida. Pero en su obra había más pesares y lamentos· que {Reilhstiinde); rivales entre sí, estas dos instituciones adolecían opiniones positivas sobre el futuro. "El patriotismo imperial", del de la lentitud de sus procedimientos y la venalidad de sus que tanto se habló a fines del siglo XVIII, disimulaba mal una jueces. profunda adhesión a las tradiciones particularistas. El poder del Imperio estaba en manos de .la Dieta (Reichstag), Los mismos que hacían profesión de "patriotismo" sólo eran con· sede en Ratisbona, que comprendía tres colegios: el de los capaces de basar sus tesis en argumentaciones de orden retórico, Electores, con 3 eclesiásticos y 5 laicos, presididos por el arzo sacadas casi siempre de la historia de Grecia o Rom~ aplicando bispo de Maguncia que, asimismo, era canciller mayor del Impe su demostración no al Reich alemán, sino a éste o aquel Esta.do rio; el de los Príncipes, formado por magnates eclesiásticos y particular. Pero de una forma general, el patriotismo era conside· soberanos se<:ulares, entre los cuales se diferenciaban los que te· rado como un sentimiento inferior, una "heroica debilidad" se nían un voto en el colegio (Virilstimmen) y los que debían unirse gún el término empleado por Lessing. Era inútil -pensaban para formar un voto (Kuriatstimmen); y el de las ciudades (52): o crear un término medio entre la individualidad y la Humanidad sea, en total, 269 Estados representados (mapa de la pág. 5 7 ). En toda. El particularismo, favorecido por la corriente de simpatía lo tocante a cuestiones religiosas había dos secciones, una ca hacia Suiza, centro ·~e la libertad y de la felicidad, así como por tólica,. presidida por el arzobispo de Maguncia, y otra evangélica, la influencia de los escritos de Rousseau, se hallaba profunda· p~1idida por el elector de Sajonia. El emperador estaba represen mente anclado en la conciencia alemana, de manera que impedía tado en la Dieta por un comisario encargado de emprender las el deseo de la formación de una gran potenc~ política, siguiendo negociaciones con los colegios; el dictamen (Gutachten) debía el ejemplo de Inglaterra o Francia. El profesor de Historia de la recibir la sanción imperial (Reichsschluss ). De hecho, la Dieta se Universidad de Maguncia, NikJas Vogt, veía en Ja Kleinstaaterei HISTORIA OE ALEMANIA 9 JACQUES DROZ. mnmenso número de ventajas morales: el particularismo -afir Historia rehabilitaba los siglos oscuros de la historia-alemana y c:n maba-asegu~ debido a la competencia, un espíritu de emula especial !a Edad Media, lo hacía para oponer la rica abundancia y. . cion entre los Estados y favorece el crecimiento de la población y la potente vitalidad de aquélla a la sensibilidad de "las luces. . y a de las riquezas; otorga a la publicidad de la prensa un papel la hegemonía del espíritu francés. mucho; más importante y dificulta, de este modo, el estable· tjmiento del despotismo principesco; asimismo, al originar gran cantidad de capitales, permite un notable desarrollo de las Letras, 3. LA PRACTICA DEL ABSOLUTISMO las Artes. y las Luces en general. Finalmente, ¿puede dudarse que los pequeños ejércitos de los príncipes no podrían ser instru· La aceptación del particularismo iba unida a la práctica del "des· mcntos del absolutismo, tan temibles como los de las grandes potismo ilustrado", ya que la actuación del príncipe en favor del naciones? En pocas palabras, hay que convenir -deducía Vogt bienestar de sus súbditos se ve más facilitada en un Estado pe· que la Constitución del Reich, aunque necesita ser reforzada y queño que en uno grande. De hecho, la totalidad de los Estados mejorada en algunos puntos, asegura en definitiva la f eliddad del alemanes permanecía sunúsa al absolutismo monárquico, al que pueblo alemán. La virulenta polémica suscitada en 1 785 por la el luteranismo político proporcionaba la doctrina de la obe· fonnación de la Liga de los Príncipes, dirigida contra las ambicio diencia incondicional a una autoridad instituida por Dios a causa nes de Austria, probaba hasta qué punto la opinión alemana con del pecado original, y que se vio fortalecido por argumentos tinuaba ligada a sus "libertades" y cuán poco le importaban las extraídos de la filosofía del Derecho natural, así como por los ventajas de orden militar o político que se hubieran conseguido argumentos de ..l a razón de Estado" y la práctica del mercanti~ mediante la concentración de todas las fuerzas alemanas bajo una lismo económico. Aunque en algunos Estados, como. Sajonia, dirección única La impotencia de la nación alemana, garantía del Württemberg o Mecklemburgo, existía junto al soberano una re· equilibrio europeo, aparecía a los ojos de una generación saturada presentación por "órdenes" (Landstiinde), de hecho sólo servía de cosmopolitismo como un beneficio y no como un escándalo. para ocultar antiguos privilegios, pero sin ofrecer en ningún caso A decir verdad, a fines del siglo XVIII sólo en el aspecto el carácter de constitucionalismo moderno. Por el contrario, la cultural se concebía una auténtica nación alemana: la idea na filosofía de Jas luces, sin atacar al absolutismo, obligaba al sobe· cional aparecía como una protesta contra la supremacía del gusto rano a preocuparse por la promoción de la cultura y la prospe· francés, como una "declaración de derechos" de Alemania a la ridad en sus Estados, y a someter su bienestar a los intereses independencia literaria: así lo entendió Lessing. Y si se mostraba colectivos de Ja nación. cierto entusiasmo hacia la poesía de K.lopstock y sus evocaciones Sin lugar a dudas, Federico 11 de Prusia fue quien propor~ de la antigua comunidad germánica, ello era debido a que a través donó a Alemania el mejor ejemplo de cómo debía ser un sobe de Arminius y los queruscos, se exaltaba la resistencia de Alema· rano ilustrado. Cínico en sus métodos de gobierno, reconoció que nia a la penetración del mundo occidental. El propio Herder, al éste no debía ser concebido como una satisfacción de sus ínte· estallar. la Revolución francesa, formuló ya una nueva doctrina reses particulares sino como una forma de conseguir el bien de sobre la nación, que ejercería una enorme influencia sobre la sus súbditos. Sustituyó el concepto cristiano de la monarquía de "inteligentsia" alemana: la ve.fa animada por una especie de derecho divino por la doctrina secular de la autoridad real: el "genio" popular, misterioso e inconsciente, presente en todas las príncipe sólo es, según él, el primer servidor de sus subditos y la formas de la cultura moral, religiosa o intelectual del pueblo y única fuente de su poder radica en el consentimiento constante ~ya realidad viviente y orgánica no se dejaba violentar por nin· mente renovado por éstos. Sin embargo, ésta concesión no signifi· gún artificio natural; pero cuando en nombre de esta visión de la caba que Federico 11 renunciara al disfrute de su plena autoridad: ID HISTORIA OE ALEMANlA JACQUES DROZ 11 seguía convencido de que él era el único ~amado ª.procurar la la autoridad de los obispos sustituiría a la autoridad del Papa; felicidad de sus pueblos y de que la monarqu1a es la mejor form~ de bajo la influencia de Lessing y de Moisés Mendelsolm se multipli· Gobierno, ya que no permite discrepancia alguna. Apenas conside caron los escritos sobre la emancipación de Jos judíos, de Ja que raba necesaria la colaboración de sus súbditos, ya que su buro· Dohm se hizo el máximo teórico en Berlín. Pero el pensamiento erada y su ejército. eran suficientes para asegurar Ja prosperidad y alemán se muestra mucho más reservado en cuanto al tema de las el poderío de la nación. Tampoco pens~ en ningún momento en instituciones políticas; no debe creerse que las diatribas "republi· transformar la estructura feudal de la sociedad: a la nobleza corres canas", de las que la literatura del Sturm und Drang presenta una ponde el mando de los ejércitos~ así como el en~~adramiento buena cantidad de muestras y en cuyo nombre los "genios..,pre· de la clase campesina; a la burgues1a toca la producc1on artesanal; tenden acabar con la "tiranía", tuvieran un sentido político pre~ y a los campesinos, el servicio militar y la explotación servil de la ciso, a pesar de sus referencias a Rousseau. Los publicistas sólo en tierra. El centro de gravedad del Estado prusiano se apoyaba, muy contadas ocasiones atacaron el principio monárquico; es pues, en la alianza de la realeza y la nobleza. Encuadrado e~ una más, admitían que la libertad civil podía quedar plenamente ga· ~structurá SOClaJ rígida, el 'indivtduo· no' conocerá otra cosa smo el rantizada en un Estado en el que el pueblo delegara sus poderes CX;mplimiento de su función que llevará a cabo de una f?nn.a en un soberano hereditario y absoluto, cuyos intereses se identifi· plenamente consciente y honesta. En el marco de estas mst1· caban mejor que en una República, con los de sus súbditos. Se tuciones, el príncipe se preocupará de mejorar con espírit~ t_l1er· esperaba que gradas a la espontaneidad de los príncipes llegaran cantilista la prosperidad relativa de sus puebl~s: de pemu:n. la las reformas, taJ como expresaba Wieland en el Espejo dorado_ tolerancia y la enseñanza y, gracias a la conces1on de un cod1go (1772). El político wurtemburgués Friedrich Karl von Moser, de leyes, en cuya elabi;>ración trabajarán Cocceji y Suárez~ de virulento denunciante del "sultanato,. de los príncipes alemanes, ejercer una justicia uniforme e independiente. El Allgememes creía, sin embargo, que sólo existía límite a la autoridad si se Landrecht, acabado en 1784 y publicado en 1791, al dar al formaba un cuerpo de funcionarios honrados e independientes. cuerpo de funcionarios su estructura corporativa, sentó las bases August Ludwig von Schlozer. cuyos Staatsanzeigen se publicaron de lo que sería, diez años después, el movimiento reformista en en Gotinga, se contentaba perfectamente con una monarquía ili· Prusia. Sin convertir al mencionado código en un •Rechtstaat, mitada, con la condición de que concediera una total libertad de consiguió promover una nueva concienciación de los límites jurí prensa a sus súbditos. dicos impuestos a la arbitrariedad. No fueron los burgueses afortunados, sino los miembros de La Aufkliirung fue el vehículo de las nuevas ideas. Su acción una élite intelectual - teólogos, funcionarios, profesores de Uní~ fue particularmente in..novadora. en el terreno de la~ , ideas rel} versidad y en especial jóvenes profesores particulares- los que giosas y morales. A pesar de ser cierto que su penetrac1on fue mas tomaron una postura a favor de "las luces" con el mayor entu• profunda entre los protestantes que entre los católicos, no obs siasmo. Los elementos más activos se reclutaban en las' logias tante, una importante parte de la opinión pública, incluso en las masónicas: en 1776, el profesor universitario Adam Weishaupt esferas gubernamentales, acogió los principios que el emperador organizó en Baviera la Orden de los Iluminados, para luchar con José Il había comeguido implantar en Austria y deseó, a fin de tra la influencia que durante mucho tiempo había gozado la limitar los privilegios eclesiásticos, la simplificación del culto, la Compañía de Jesús; realmente, la orden buscaba a la larga la creación de una enseñanza estatal y la extensión de la tolerancia conquista del poder. En un principio se dedicó a captar a las para con las minorías religiosas; algunos hasta llegaron a pensar, personalidades más influyentes; esta labot de emancipación poli· según insinuaciones del obispo auxiliar de Tréveris, Hontheim tica y social, destinada a conseguir que reinara sobre la Tierra Ja (Fcbronius), en la organización de una Iglesia alemana en la que tolerancia y la razón, corresponderá a las sociedades secretas 12 HISTORIA DE ALEMANIA JACQUES OROZ 1 3 ~ gtados -superiores deberían permanecer lo más desaperci hombre. Así quedaban ya fijados los antagonismos que' la Revo bi.dol y escondidos posible. Pero el abuso de la razón crítica no se lución francesa no hará sino agravar aún más. diQ sin provocar, antes incluso de que estallara la Revolución, El rasgo dominante seguía siendo la confi~a que los alema· vivas.reacciones en los medios ligados a los valores tradicionales, a nes tenían en sus príncipes y en su espontaneidad reformadora. quienes inquietaba que se atacara el poder y las jerarquías so Se admitía que _el pu_e~lo, eternamente menor ~e e~ad, no e!a ciales. pero que podían contar con la influencia aún estimable capaz de alcanzar por s1 mismo ese grado de sab1duna necesano de la Iglesia sobre la credulidad popular y con el fervor del sen para tomar las decisiones soberanas: sometido siempre a una t;imicnto religioso en las masas rurales y en el seno del l>atriciado autoridad superior, el estado natur~ que le corrcspondia era ~l de urbano. Por esta causa, frente a los Iluminados, se formaron otras ser obediente. A pesar de la F.ilosofia d~ las Luces~ el pcnsam1cnto -sociedades secretas, con la misión de defender los conceptos de aJemán continuaba marcado por el concepto luterano del poder. obediencia y de jerarquía, apelando a los valores sentimentales y místicos. Puede apreciarse su aparíción en Prusia alrededor del nuevo rey Federico Guillermo 11, cuyo ministro, Wollner, publicó sucesivamente un edicto sobre la religión, referente al uso de la palabra por parte de los pastores, así como un edicto de censura, que destruía una de-las principales conquistas del período del re.inado de Federico 11. Se multiplicaron los procesos contra los ~tores ilustrados, has.ta contra Kant, acusado de traicionar las Sagradas Escrituras. Ya se iba desarrollando una "leyenda ilumi nista,., según la cual la Orden, tras haber sido disuelta en 1785 por el elector Carlos Teodoro de Baviera, se había vuelto a for mar clandestinamente gracias a los esfuerzos de un teólogo ra dical, Karl Friedrich Bahrdt, con el nombre de Unión alemana, y preparaba una "conspiración" contra el orden establecido. Así pues, se dibujan los esquemas de un pens.l!Jllien to conservador, que se enfrentará con la fuerza a la Revolución francesa poste iionnente, al considerarla como la nefasta consecuencia del error de "las luces". El principal representante de este movimiento fue el historiador de Osnabrück, Justus Moser, quien en sus Fantasías patrióticas (1774) defendió extraordinariamente bien "la razón local" contra la "razón general'', negando la aptitud del espíritu humano a legislar de una forma universal, señalando su descon fianza sistemática respecto a cualquier especulación abstracta, en lazando el uso de los derechos cívicos a la propiedad de bienes raíces, recusando el principio de igualdad -destructor de esta diversidad de condiciones y de esa jerarquía de valores que son la señal de la vitalidad de un pueblo , y no aceptando otra forma de basar la autoridad sino en los compromisos de hombre a 1 5 JACOUES DROZ doc.umentos 1. DefenSI dtl partlc1.1larilmo lidad de sus príncipes entre s{ (que por la convergencia en e1to1 micro Fuente: N. Vogt, U.W-uropSlschf R~blik (Francfort, 17881, t. 1, pp. 96-101, encuentran un indescriptible placer co1mos de todas las dilcmionc• cu• en ver que la prensa critica dura ropeu; todo• estos factores, y otrot El lautorifldor de Maguncia, Nicolaus Vogt, profesor de la Universidad y mente a uno de sus congéneres), má1 que se podrían ai\adir, confie· 4nttri<irJtu1nte precepto,. tle Metternich, explica, era su libro "Sobre la Re· por la emulación que empuja a ren a la Constitución alemana. por pública e"ropea", lt;u razorus por ltls que prefiere los pequeños Estados todos los Estados pequeños a en defectuosa que sea, una auténdca. antes que los grandes y por qué no desea una re{o rma de las instituciones frentarse a sus vecinos en lo tocante nobleza ante cualquier cosmopolita impmaks: a civilización, y, en último lugar, clarividente. Un príncipe o una República en acompañada de terribles tras nuuuo imperio sabrán proteger tornos ... mejor los intereaes locales que un Podemos realizar ahora esta de 2. Adhesión de los alemanes a 11 tradición soberano. Los caprichos y los excc· mostración de forma negativa, con· Fuente: J. Moeser, Pattioti#lul Phantas#n ( 17721. en SMnmtlicM Wri•, t. 11, 20, 101 de nuatroa príncipes tienen la. sidcrando la reciente historia de la n.º 2. suerte de .er menos tiránicos de lo libertad y de la Auflr.liinmg. En Ale· que lo sería el· despotismo de los manía. y en algunos Estados libres El public"ista fustus Moser, administrador e historiado,. del obispado de Os· g o bcrnadores provinciales asala· (tales como Holanda, Inglaterra y nabrüd. -gobanado sucesivamtnte por un obispo católico "J un obispo riados. Un príncipe hereditario pre Suiza) es donde han encontrado és protestante- mueslni el caTácter irracional de estas instituciones y el peso senta con toda seguridad más ra tas su pleno desarrollo, hasta tal de las tradiciones y de los prejuicios, que deben consen14rse s14se detta eoit4r zones para cuidar de su país que no punto que estos paí~ se han con la uniformidad de la legislación, hacia la que tiende la época contemporánea. un gobernador cuya obra puede vertido en el refugio natural 4e los desaparecer en cualquier momento campeones de la libertad expuestos Las tendencias actuales a hacer le los contratos originales, los privi a cauta de 1u muerte o de un. cam a las per-secuciones en los países yes y ordenanzas generales son pe legios y b.s libertades, las rcstric· bio... Pero admitamos, por un mo monárquicos. Alemania. ha sido fa ligrosu para la libertad. Al rcali· dones y lu prescripciones, ya que mento, que todos estos argumentos vorecida· en este aspecto por su z.arlas nos alejamos del verdadero deducen arbittariamente los deberes carecen de valor y que nue1tra ac Constitución: ofreciendo su pro plan de la Naturaleza, que encuen de los príncipe• y de 1us súbditos, tual Coiutitución es nociva por va tección a los oprimidos, puede lle tra su riqueza en la diversidad, y así como los dcrechoa sociales, de rios aspectos ... Ello no entraña que gar a ser un gran centro del pcnsa· abrimos el camino al despotismo, un único y mismo principio: y para tenga que acr sustitwda por una miento en materia de aswttos pú que pretende subordinar todo a al imponerse, consideran que 101 obs· monarquía absoluta: 101 males que blicos. La libertad está protegida. en gunas reglas .•. Cuanto más simples tácul<n prcsent.ados por la Hlstoria produciría una monarquía así, SC· Alemania por la multiplicidad de son los códigos de leyes, cuanto son corno .una molestia que deben rían indudablemente tan grandes sus pequeños Estados, con la com· más generales son las leyes, tanto rechuar violentamente, 1istcmáti· como lot que sufrimos en el mo tante posibilidad de replelarse a un más se empobrece y debilita un Es camente... Cada región tiene su mento presente, y su llegada. estaría Estado vecino, por la envidiosa riva- tado. Las teorías filosóficas ignoran administración particular, cada ciu·