Table Of ContentGONZALO AGUIRRE BELT RAN
EL PROCESO DE
ACULTURACION
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO
DIRECCION GENERAL DE PUBLICACIONES
Primera edición, 1957
Derechos reservados conforme a la ley
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Impreso y hecho en :México
Printed and made in Mexico
PRELIMINAR
El fenómeno de la aculturación ha nH.:recido, en los
últimos ,-cinte años, la atención creciente de la Antropo
logía, tanto por la importancia de sus formulaciones teó
ricas, cuanto por la trascendencia de sus implicaciones
prácticas, manifiestas en la aplicación de programas de
desarrollo en diversas regiones del mundo. Las normas que
derivan de la discusión teórica y del estudio empírico del
fenómeno, por otra parte, han dado forma a un cuerpo
de doctrina que guía y aclara los procedimientos y las
metas que persigue la acción indigenista.
Parecería que después de los magníficos análisis reali
zados por Redfieid et al. (1936); Mair et al. (1938); Hers
kovits (1938); Beals (1953) y Barnett et al. (1954), poco
habría que decir sobre la materia.1 En la literatura antro
pológica castellana, sin embargo, la comprensión del fenó
meno se ha prestado a tan numerosas confusiones que su
esclarecimiento es ya indispensable. Intentaremos hacerlo
nosotros, ofreciendo a la vez, los puntos de vista que la
experiencia mexicana sostiene respecto a los problemas de
contacto.
Hemos dividido la discusión en tres capítulos principa
les: el primero, presenta el problema en lo general, con
la adición de ejemplos específicos de cambio socio-cultu
ral. El segundo, propone una teoría de la investigación
intercultural y, el tercero, analiza el concepto de integra
ción regional que alcanzó la antropología mexicana en
sus labores de aplicación.
Se consideró conveniente acompañar el trabajo de no
tas extensas tomadas de los autores que m;ís influyeron
en la orientación y elucidación del ensayo. Muchas de
esas notas fueron vertidas de las ediciones en el idioma
original, como un auxilio para el estudiante en lengua cas
tellana. La lectura de esas notas hace ver, de modo pa
tente, cuán grande es nuestra deuda para con los antro
pólogos y científicos en cuyas ideas tan abundantemente
abrevamos.
Para todos ellos nuestro más profundo agradecimiento
y, en lo especial, para Eli de Gortari, el distinguido lógico
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8 PRELIMINAR
mexicano, que personalmente discutic'J con nosotros parte
del ensayo y lo pidió para su publicación en el Seminario
de Problemas Científicos )' Filosóficos de la Universidad
Nacional de México.
GoNZALO AGUIRRE BELTRÁN.
Instituto Nacional Indigenista.
México, Octubre de 1956.
1
ACULTURACION VS. ASOCIACION
1. Etimología
La necesidad de esclarecer cada uno de los términos del
problema nos obliga a iniciar nuestra tarea por la dis
cusión etimológica del vocablo. La palabra llegó al cas
tellano procedente del inglés, como un préstamo cultural
más a la Antropología en lengua española; su adapta
ción ha tenido que sufrir las peripecias propias del fenó
meno que trata de definir. Mientras unos consideran que
la dicción correcta, es decir, la que expresa el sentido que
le dan los norteamericanos, es la de aculturación, otros
afirman que debe ser la de transculturación y algunos más
utilizan ambas voces con distinto contenido semántico.
Parece indudable que un examen detenido del vocablo no
sólo es útil, sino necesario para evitar situaciones conflic
tivas desde el punto mismo de partida.
La voz se encuentra formada por una partícula forma
tiva, la preposición latina ad -que por asimilación pasa
a ac en todos los casos en que entra en composición con
voces que comienzan con la consonante e- y la forma no
minal culturatio, de cultura. De haber existido el voca
blo en latín habría dicho acculturatio, como en inglés
dice acculturation. El genio de la ortografía inglesa accede
la persistencia de la doble consonante, no así la del cas
tellano que la reduce a una. Acoger, acomodar, acordar,
acumular, derivan de voces latinas -accolligere, accommo
dare, accordare, accumulare- que, como aculturación, su
frieron sucesivamente los procesos de asimilación y reduc
ción.2
No es necesario examinar aquí los cambios semánticos
que llevaron a trastrocar la original acepción de cultura,
9ue de cultivo pasó a expresar formas de vida; pero sí es
•mportante afirmar el significado invariante de la partícu
la formativa que, tanto en latín, como en inglés y en cas-
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lO ACUL TURACIÓN VS. ASOCIACIÓN
tellano, denota cercanía, unión, contacto. Aculturación,
por tanto, quiere decir contacto de culturas. En inglés,
consecuentemente, acculturation y culture-contact son si
nónimos, como también lo son en español aculturación
y contacto cultuml.
Puesto que el vocablo tomado en préstamo del inglés
deriva del latín, y el castellano es una lengua romance, la
adaptación a nuestro idioma de la voz acuñada, no parece
que hubiera podido prestarse a mayores dificultades que
las contenidas en la reducción de la doble consonante y
en la asibilación de la t seguida de yod. La voz, en su
dicción de aculturación, es correcta en castellano. Sin
embargo, las cosas no sucedieron de manera tan simple.
Las confusiones, por fortuna, quedaron limitadas a la
partícula formativa preposicional.
Algunos supusieron que esa partícula denotaba nega
ción al tomarla como un alfa privativa e hicieron del
vocablo un híbrido greco-latino. Según tal etimología,
aculturación significaba sin-culturación y se interpretaba
como expresando la idea de suministrar cultura a indi
viduos que carecían de ella. Dado que en los estudios
aculturativos se ha puesto un acento mayor en la influen
cia de la cultura occidental sobre la de los pueblos primi
tivos, se acusó al vocablo de tener un contenido etnocén
trico. A culturación, según la etimología errónea, conno
taba la aportación que la cultura occidental superior hacía
a las culturas primitivas infériores.
Igual camino recorren quienes suponen que la partícu
la formativa procede de la preposición ablativa latina ab,
que denota separación y guarda estrecho parentesco con el
prefijo privativo griego.3 El error etimológico hace com
prensible la posición de los que rechazan el vocablo como
etnocéntrico, pero no existe justificación para aquellos
que sostienen idéntica postura y adscriben, a la partícula
formativa ad, una carga emotiva de signo negativo que
est<Í muy lejos de contener.~
Para obviar las inconveniencias imaginarias, se propuso
la adopción de la voz transcultumción, como equivalente
de acculturation, considerando que la partícula formativa
ETIMOLOGÍA 1 1
trans expresaba, mejor que ad, el tránsito de una cultura
a otra y sus repercusiones. Se partió del falso supuesto
de que aculturación indicaba, en rigor, la adqnisiciún de
una distinta cultura.J Hemos visto que aculturación sig·
nifica, sencillamente, contacto de culturas. En consecuen·
cia, la introducción de la nueva voz no aclaró el concepto,
sino que, por el contrario, condujo a una mayor confu·
sión. La partícula trans no expresa la idea, como quieren
algunos, de interacción o acción recíproca; denota, exclu·
sivamente, paso de un lugar a otro.
El análisis de las partículas formativas ad, ab y tran.s
en su composición con la raíz, duc, guiar, ayuda a com·
prender la forma distinta en que modifica el sentido de
sus compuestos. Ad-ducción, aducción, denota la fuerza
dirigida a la unión sobre un eje, al contacto; ab-ducción
es el movimiento opuesto, separación; trans-ducción, tra
ducción, significa el paso al través del eje -paseo, en la
antigüedad latina-; en la actualidad, específicamente, paso
de una lengua a otra.
Volviendo a nuestro término: ad-culturación indica
unión o contacto de culturas; ab-culturación, separación
de culturas, rechazo; y trans-culturación paso de una cul
tura a otra. En el proceso de aculturación, las ideas de
separación y de paso no constituyen la cualidad propia
o médula del fenómeno y sí, en cambio, la de contacto
y unión, según adelante veremos. Todo ello viene a con
firmar la corrección del uso castellano de la voz acultura
ción.6
La importancia que hemos dado al problema etimoló
gico tiene su origen en los constantes errores que se han
cometido a partir de la introducción al castellano de la
voz transculturación.7 Esta ha seguido corriendo y, lo que
es más grave, se le ha dado una acepción distinta a la de
aculturación.í' Se dice, por ejemplo, que transculturación
~lenota el cambio exógeno producido en una cultura por
zn{luencias externas, en tanto que aculturación connota
el cambio endógeno o intemamente producido.9 También
se ha afirmado que aculturación es sólo una fase de la
transculturación.10 Parece que la confusión ha llegado
12 ACULTURACIÓN VS. ASOCIACIÓN
al punto de propugnar, de una vez por todas, el uso de la
voz aculturación, con exclusión de cualquiera otra, dán
dole el significado ya establecido que el concepto tiene en
Antropología.
2. Definición
Toda definición carece de significado productivo si se
la toma aisladamente, ignorando el contexto que la hizo
necesaria.H Sería inexpresiva una delimitación de los con
ceptos de regresión, evolución y cambio cultural si no se
les refiere a las ideas de progreso en que tuvieron su
origen. Poco diría la determinación del concepto de difu
sión si no lo referimos a las contradicciones que le dieron
nacimiento. De la misma manera, cualquiera definición de
aculturación, y su distinción de otros procesos, caerá en
el vacío si hacemos caso omiso de las circunstancias que
permitieron el surgimiento y expansión de los estudios de
contacto. Por tanto, antes de examinar las definiciones
propuestas de aculturación, parece conveniente echar un
somero vistazo al panorama en que el fenómeno se pro
dujo.
En el desenvolvimiento del pensamiento antropológico,
la lucha de los opuestos ha sido el factor más importante
para el perfeccionamiento de la comprensión del hombre.
La antigua concepción, que consideraba a los pueblos
primitivos como los representantes vivientes o contempo
ráneos del estado original de la humanidad, dio base a la
teoría del estado de naturaleza, que tomó a la sociedad
civilizada como la regresión de una idílica condición pri
meva!. A modo de oposición a la interpretación regresiva,
surgió el concepto de evolución cultural, que postuló el
progreso humano expresado al través de una sucesión de
etapas socio-culturales de desarrolloP
En franco antagonismo con tal manera de ihterpretar el
cambio cultural, hizo su aparición el concepto de difusión.
El acento excesivo en la invención independiente y en los
impulsos endógenos, fue substituido por un énfasis en
el préstamo cultural y en los factores externos. La dimen-
DEFINICIÓN
sión temporal evolucionista perdió exclusividad y se puso
atención en la dimensión espacial, considerando el des
arrollo cultural como una propagación de las innovacio
nes originadas en unos cuantos centros geográficos espe
cíficos, de donde se esparcían por áreas o círculos cultu
rales que la investigación de rasgos y complejos similares
descubríaP La determinación de esos centros aislados
llevó a la reconstrucción histórica, inductiva, de pueblos
que carecían de alfabeto y concluyó por enclaustrar los
estudios antropológicos en las salas y en las vitrinas de los
museos.
Como una reacción contra las escuelas difusionistas -he
liolítica, histórico-cultural y boasiana- se levantaron dos
tendencias opuestas: la norteamericana cultural y la in
glesa funcional. La primera, puso en duda la trascenden
cia práctica de los estudios de culturas vestigiales, tuvo
la concomitante preocupación por salvar para la posteri
dad los elementos de esas culturas -que pervivían en la
memoria de los ancianos- y se dirigió a inquirir la difu
sión que alcanzaban los rasgos y complejos de la cultura
occidental en las sociedades llamadas primitivas.
El mecanismo en la transmisión cultural y las resultan
tes de las influencias recíprocas, originadas por el con
tacto de una cultura altamente industrializada con otras
tecnológicamente sencillas, fueron los focos de interés que
propiciaron los estudios aculturativos. Por esos años -dé
cada 1925-35- la sociología había determinado el con
cepto de asimilación para explicar el proceso de ajuste
biológico-cultural al medio norteamericano de los inmi
grantes procedentes en su mayoría de Europa y, por
tanto, de países que partiCipaban de la cultura occiden
tal.14 El concepto comprendía el contacto éntre indivi
duos y una gran masa cultural.
. La escuela funcional británica, por otra parte, compe·
hda por las exigencias emanadas de la explotación de los
pueblos coloniales, enfocó el problema del contacto desde
ángulos distintos: los de la integración y la estructura so
ciales. Para dicha escuela el interés residía, predominan
temente, en el mecanismo mediante el cual las institucio-
14 ACULTURACIÓ:'Ió VS. ASOCIACIÓ:'Ió
nes de una cultura, operando en plano transversal de
tiempo, se reforzaban unas a otras como partes de una
unidad cultural. Según ello, los estudios de contacto de
bían realizarse teóricamente en términos de culturas tota
les y no a base de pulverizar las culturas examinadas en
rasgos y complejos, que reducían la realidad viúentc de
las formas de vida a una suma de componentes sin vida
ni significación.
Conforme a tal manera de plantear el problema del
co~ttacto lógico, fue que la escuela funcional negara vali
dez a todo intento de reconstruir la historia cultural y aun
impugnara la eficacia del método histórico, aplicado a la
investigación antropológica, restringiendo el campo del
conocimiento en un elemento fundamental de la experien
cia. A ello lo llevó su oposición al evolucionismo unili
neal y al difusionismo exagerado. La escuela cultural, en
cambio, no desechó la dimensión temporal sino que la
sujetó al estricto control de la documentación escrita al
favor del naciente método etnohistórico.
La situación conflictiva obligó a la Asociación Norte
americana de Antropología a determinar los conceptos en
disputa y comisionó a los profesores Redfield, Linton y
Herskovits, para que limitaran el de aculturación específi
camente. Los antropólogos mencionados definieron así el
término: "Aculturación comprende aquellos fenómenos
que resultan cuando grupos de individuos de culturas di
ferentes entran en contacto,. continuo y de primera mano,
con cambios subsecuentes en los patrones culturales ori
ginales de uno o de ambos grupos". En nota adicional
aclararon: "Según esta definición, aculturación debe ser
distinguida de cambio cultural, del cual sólo es un aspec
to y de asimilación que es, a intervalos, una fase de la
aculturación. También debe ser diferenciada de difusión
que, aunque ocurre en todos los casos de aculturación, es
un fenómeno que tiene lugar con frecuencia no solamente
sin la ocurrencia de los tipos de contacto entre grupos
especificados en la definición sino que, además, consti
tuye sólo un aspecto del proceso de aculturación"Y•
La definición que antecede, criticada posteriormente