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Construir la escritura PDF

405 Pages·1999·37.976 MB·Spanish
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Daniel Cassany Construir la escritura Cu biefta. de Ferrnn Cartes y Ai1ontse Plnss Out-dl.n f'isutO!l-ll.-••e pruhibid~11. Un l.? =.utul luición e11ou il~ d~ '•h lhl1l.:art'll del oop¡irlr,lt!, ~ t.w ~ ~a~-icb" en!~ leyn. b. rqm.dutdón toe;al o~~ do r .. t.a obr~ poci eul\l<1uier-mcdiv o prt10.. ". tllm1.,.ntó. oom11:tndld<1' la «"('Wfllr.:iÍfa )' ti 1r01taC'llÑ'>ntu i~~Ko y 101 J1s1rihu~I011 de tijcmri1:u'l:S de ,·ll:1 1:1.xli.u1w alQ\1i!er o p1'tSl31',1011Ublk.(lll © 1999 de todas las ediciones en castellano. lldiciones Paidós Ibérica, S.;\., Mariano Cubí. 92 . 08021 Ba1'Celona y Editorial Paidós, SA ICF, l)efcnsn, 599 -J3uenOti; AiréS http;//\\1v.·v.1.paidos.co1n JSBN: 84-493-0770-8 Depósito legal: 13-37.209/1999 Impreso <:n A & t\<! GrMlc, S.L. 08130 Sta. Perp~tua de Mogoda (llarcelona) Irnpreso en España -Printed in Spain 4961-93 l ,os APRE~DICES HABLAN: Antes de llegar[. ..] escribía peor peto pensaba que lo hacía rnejot; ~1hora escribo n1ejor. .. ¡pero pienso que lo hago peor! NoE'if RoonfGUEZ, 1994 Creo que, en nuestra sociedad, aurH.)uC hay<l pocq~ l analfabetos. el escritor está 1nitifica<lo. E.s cierlo que en la 'r escuela nos han enseiiado a .leer y a articular palabras, pero no a esctibir. ·y eso provoca que. la gente tenga un i con1plejo de infel'iOti.dad cuando ve una página en bl.anco. ~ Y todo ))Ol' (aJta de instrucción. Cuando una cosa nos es desconocida Ja rnitifican1os, la temernos, crearnos le· yendas ... En cambio, si se estpdi.? )' se intenta hacer cornprendcr en Ja escuela, lo qu·e·pOa..Jíá habcr. . pare9ido can monstruoso acaha siendo nor1nal en nuestras'vida&. NúRIA J\R'l'lG"S. 1996 Los DOCEKTES HABLAN: El docenle de con1posición es el que ese<\ dedicado a liberar a los otros para que puedan poner non1bre a su mundo, a pern1itir que comparlan Jo que piensan y lo que son con Jos otros. Para hacer)o, el docente-debe co nocerse prünero lo suficiente a sí mü;1no, J>'1t'a podet en tender córno puede relaciona1'Se n1ejor con los olros. Í{E(ill\A RfNDERER ( 1980, pág. 45) Cualquier docente de cualquier rnah.~ria en Cue\lquicr nivc) es un docente de con1posición y <:.omprensión. In cluso los que creen que no lo son enseflan a los alu111nos actitude~ sobre la esctHur~'l. ELA!NE MA!MOM ( 1980, pág. 46) SUMARIO Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 El reto de enseriar a escribir . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Una declaración de principios . . . . . . . . . . . . . . . 15 Organización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 l. ¿Qué es escribir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 1.1. Concepción básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 J .2. Escritura y desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 1.3. Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 1.4. Procesos cognitivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 1.5. Características textuales . . . . . . . . . . . . . . . . 77 1.6. Representaciones sociales . . . . . . . . . . . . . . 88 2. ¿Cómo se escribe en el centro escolar? . . . . . 10 9 2.1. Investigaciones extranjeras . . . . . . . . . . . . . 110 2.2. Una aproximación a nuestro entorno . . . . . 113 2.3. Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 3. ¿Cómo enseñar? ............... . .'........ 141 3.1. Fundamentos metodológicos . . . . . . . . . . . . 142 3.2. Enseñar a escribir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 3.3. La escritura extensiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 3.4. Escribir para aprender . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 4. ¿Cómo evaluar? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 4. l. Ámbito y enfoque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 4.2. Pl'Ocedimientos evaluativos ...... .. ..... 213 9 4.3. Cooperación entre iguales .. .. ....•.. ... 216 4.4. Tutoría ........... ...... ....... .. .... 231 4.5. Pautas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 4.6. Pruebas . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 4.7. Carpetas .. ..•.. ...•........ ........ .. 264 4.8. Rcsurnen . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . 27 l 5. Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275 5.1. Generales ..... ...•... .. . .... ......... 276 5.2. Intensivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305 5.3. Extensivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365 5.4. Para aprender otras materias .. .......... 376 Bibliograffa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 393 10 PRESENTACIÓN Escribir un ensayo extenso es pl'obablcfn.entc la ta rea con.structh,;a (f){i:; compleja que se espera que realice la mayo1ia de ser~s hurnano::; en alguna ocasión. Aun que existan n1uchas otras actividades de dificultad pa recida o supcrior- co1no diseilat· )' coos1.ruir edificios, investigar de rnodo cxperin1ental, coreogr·afiar una se cuencia de baile, prescnlar una demanda judicial o re estructurar una en1pre.sa-la 1nayorfa de personas no deben t<:aliiarlas. Estas tareas e~tán rc.se.rvadas a per sonas con taleoto y formación especiales. Pero la escue la y la sociedad parecen cn.:cr que casi todo el n1undo debe ser capaz de p1'oduci1· vn ensayo coherente de cua tro mil p~labA<ts sobre un te.n1a como, por cj<:mplo, la partici paclón d<.: los discapacitados• en el deporte. Nó obstante, la co1nplejidad <le esta tarea puede rivalizar con la de las otras. . que sólo asigna1nos ~l los elegidos. Carl Bcrcitcr y Marlene Scardamalia ( 1983, pág. 20) El reto de enseñar a escribiJ: En 1987 elegí esta cita para encabezar ia presenta ción de mi primer libro Describir el escribir. Pero el edi tor me sugirió que la suprimiera porque, en su opinión, resultaba inadecuado v desmorali:.mdor iniciar una obra sobre e.l aprendizaje d~ Ja escritura resaltando su notable dificultad. Aparte, estaba la desafortunada mención a la. 1. Eo el odginal, en vez de )as palabras en cursiva St"! rncn<.:lona la rnujcr. 11 mujer en el deporte que, aunque fuera sólo en un ejem plo irrelcvanle, afl.adía más leña al fuego. Creo que hoy en día se han disipado las circunstancias que sustemaban estos argumentos y he decidido recuperar la cita para este volumen -¡con permiso del editor y licencia para cam biar el ejemplo! En efecto, empezamos a ser más conscientes de los al tos requerimientos verbales y cognitivos que exige Ja composición, además de su importancia sociocultural en un estado de derecho, científico, literario y burocratiza do como el nuestro. No es sólo que antropólogos, lingüis tas, psicólogos y pedagogos esLén investigando Jos cono cimientos y las habilidades que se utili:tan en el acto de escribil; sino que publicaciones recientes han difundido tanto en el ámbito educativo como en la difusión general una visión más realista de esta técnica. Poco a poco se de rrumban los tópicos: la ingenuidad de reducir la escritu ra a cuestiones ortográficas, el prejuicio de asociar los borradores y Ja revisión a la falta de talento, por no ha blar de la falsa disociación entre escritura y ciencia. Del mismo modo espero que esta cita haya perdido su presunto poder intirnidador y que, al contrario, el lec tor Ja comprenda con la intención con la que creo que fue escrita: la de plantear de manera descamada el reto al que deben responder los que se preocupan por ense ñar a escribir a las nuevas generaciones, y también a las actuales: ¿qué debo hacer para conseguir que jóvenes y adultos aprendan a realizar un acto de tamaña dificultad cognitiva? Carece de sentido discutir si es juslo que es cuela y sociedad nos exijan a todos saber realizar dicha actividad. Nos guste o no, vivimos en una sociedad alfa betizada, donde no sólo resulta temerario pretender so brevivir sin escritura, sino que nuestra propia mente piensa con signos gráficos. y nuestra comunidad se mue ve por impulsos discursivos visuales. La escritura, •la·más trascendental de todas las in venciones tecnológicas humanas• (Ong, 1982, pág. 87), a.c. nació hace relativamente poco, hacia el 3500 Pero pronto se convirtió en una potente •tecnología del inte lecto• (Goody, 1968, pág. 1 l) que facilitó «la domestica ción de la mente salvaje• (Goody, 1977). Dicho de otro 12 modo, lo que creó la mano humana acabó moldeando las comunidades y la mismísima mente de su creador. Muchos elementos esenciales de nuestra civilización ac tual tienen origen en la escritura: • el método empírico y lógico de la ciencia proviene de la desconlextualización de la escritura; •las formulaciones lógicas, matemáticas o químicas son códigos derivados de lo esci:ito; • Ja hislol'Ía - ¡entendida como la identidad de per sonas y pueblos!- existe desde que se pueden guardar los hechos con palabras; • el derecho deja de ser sagrado o autocrálico cuan do se escribe para Ja comunidad; • la agricultura y el comercio deja11 de ser privados y autosuficientes para convertirse en negocios, con la po sibilidad de registrar cosechas y ventas; • incluso la violencia y la fuerza dejan paso al len guaje-y a la escritura- como instrl.lmento de control y manipulación: hoy, como mínimo en muchas sociedades democráticas, se domina con la palabra y no con el fusil. En el plano psicológico, nuestras capacidades de re flexión y análisis. m1estn1 conciencia sobre el propio len guaje, nuestro razonamiento lógico en términos de causa y consecuencia, clavan sus raíces, en pa1i.e, en los usos es e,;t os del lenguaje. Estamos abocados a escribir. Recordamos nuestra edad porque registramos la fecha de nacimiento, existi mos legalmente porque tenemos un carnet escril.O que lo certifica, poseemos propiedades y realizamos activida des sólo con el •;sro bueno de escrituras y contratos; nuestras posibilidades de ,;da y desarrollo sociocultural dependen en buena medida de la escolarización y ésta, indudablemente. en la capacidad de leer y escribir. En el trabajo, el dominio de las técnicas csc1;tas es una cuali dad muy apreciada; quien comunica tiene más posibi lidades de promoción, satisfacción y é,~ito profesional. Y es que incluso los analfabetos o los que csc;:riben ,y 1 leen poco o nada acceden a lo escrito cuando se propaga · acústicamente por ahavoccs, radio y televisión. ¡No sea- 13 mos tan ingenuos de pensar que todo lo que escuchamos es oral! Muchos discursos, parlamentos e incluso entre vistas y debates que percibirnos por vía oral han sido ela borados p1·e,ria y cuidadosamente con guiones, scripts y olras formas escritas de elaboración del significado. Oral sólo es el papel para envolver el regalo y el lazo para adornar: lo que se esconde dentro es escrito: el conte1údo, el estilo de pensamiento, las preocupaciones, Jos proce sos de producción, etc. Incluso cuando en apariencia ni se lee ni se escribe estamos en contacto con la escritura. Es impensablc esquivar o desembarazarse de todas las formas culturales que nuestra comunidad ha desan·olla do con la escritura. Pero Ja magnitud de esta Lécnica no se corresponde siempre con el prestigio, las opiniones o los esfuerzos que se le dedican. ¿Quién no ha escuchado más de una vez que cada día se escribe menos?, ¿que la eserittua es una herramienta obsoleta con relación a las tecnologías orales? Creemos ciegamente que dominar Ja ortografía es fácil, que basta Ja primaria para aprenderla, pero litego tropeza mos a diestro y siniestro con todo tipo de en"Qres gal1'afa les. En teoría debe ser suficiente la educación de Bachille nllO para preparar a un joven para entrar en la selva de textos académicos y científicos que le esperan en la uni versidad, pero después el trabajo es suyo para sa.lir adelan te, y las penas las pasa el profesorado. Por Olro lado, pocos consideran necesario formar a los profesionales de las em presas en redacción técnica, jurídica o adrninistraliva ... pet"O todos hemos maldecido unas instrucciones torpes que no aclaran el funcionamiento de un aparato -y que incluso pueden conducirnos a estropearlo-, o hemos su liido Ja letra pequeña de un contrato o nos hemos ext.ra >1ado en alguna subordinada de una carta comercial. M.ás allá de discusiones estériles sobre si el redactor •nace• o •se hace•, sobre si la escritura tiene más •técni ca• o «arte-, necesitamos respuestas eficaces al reto de en se1'1ar a escribir a las personas que necesitamos escribir en el mundo alfabetizado en el que vivimos. Debemos prc gunlamos: ¿cómo podemos cambiar esas concepciones tan esquemáticas y eJTÓneas sobre la escritura?, ¿no debe ría extenderse hasta la universidad, y en todas las licencia- 14

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