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Ateismo Contemporaneo Ii PDF

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FACULTAD TEOLÓGICA DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA SALESIANA DE ROMA EL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO II EL ATEÍSMO EN LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA: CORRIENTES Y PENSADORES t-f - 1 EDICIONES CRISTIANDAD Huesca, 44 MADRID Título original: L'Ateismo contemporáneo. II L'Ateismo nella filosofía contemporánea: COMITÉ DE REDACCIÓN correnti e pensatori. <£> Copyrigt: SOCIETA EDITRICE INTERNAZIONALE, Turín, 1968 Director: GIULIO GIRARDI SDB Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana Secretario: JOSEPH GEVAERT SDB Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana Miembros: VINCENZO MIAÑO SDB Decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Pontificia Salesiana CARLO CANTONE SDB Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana AUGUSTO CUSTODIO FERREIRA DA SILVA Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana FRANCISCO GOYENECHEA SDB Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana A. M. HENRY OP Director de la revista "Parole et Mission", de París GlANCARLO MlLANESI SDB Profesor de Psicología Religiosa en la Universidad Pontificia Salesiana MlCHAEL SCHMAUS Ex profesor de Teología en la Universidad de Munich Aprobación de la Congregación Salesiana Turín, 25 de julio de 1967 JEAN-FRANCOIS SIX Profesor de Teología en el Seminario de la Misión de Francia, de Pontigny DON LUIGI FIORA Consejero para los Apostolados Sociales Imprimatur 'RICARDO, Obispo Aux. y Vic, Gen.„ Madrid, 2 de mayo, 1972 Depósito legal: M. 19.126-1971 Printed in Spain by AI.IHIS, S.. A. - ARTES GRÁFICAS - Castelló, 120 - MADRID COLABORADORES DE ESTE VOLUMEN CONTENIDO HI.ANQUART, Paul, OP l'roftsor dt Filosofía en el Instituto Católico de París ClIAKI.USWORTH, M. J. l'roftsor dt Filosofía en la Universidad de Helboarne (Australia) Corrí i'.R, Georges M. M., op Di ícenlo de Filosofía en la Universidad de Ginebra l'Aimi, Luigi Km/actor de la revista "7'estimonianze"', Florencia I'AHRO, Cornelio Profesor de Filosofía en la Universidad de Perugia (ÍIANNINI, Giorgio Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma GONZÁLEZ CAMINERO, Nemesio, sj Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma GOYENECHEA, Francisco, SDB Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Sahsiana de Roma KIÜLBACH, Wilhelm, MONS Profesor de Filosofía en la Universidad de Munich (Baviera) LADRIERE, Jean Profesor de Filosofía en la Universidad de Lovaina I.orz, Johannes, sj Profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma MORRA, Gianfranco Profesor de Filosofía en la Universidad de Bolonia SANTOS, Ceferino, sj l'rojesor de Filosofía en la Universidad de Comillas (España) SIEGMUND, Georg Profesor de Filosofía^ Fulda-Neuenberg (Alemania Oc.) WHTTBR, Gustav, sj Profisor dt Filosofía en el Instituto Pontificio de Estudios Orientales de Roma Cap. I: Génesis histórica del ateísmo contemporáneo (C. Fabro) 19 Introducción: Significado del problema 19 I. El ateísmo en la Antigüedad y en la Edad Media 23 II. Tendencia atea del racionalismo moderno 29 III. Religión y moral atea según Bayle 33 IV. Características del ateísmo deísta y racionalista 18 V. Tendencia atea spinozista y kantiana del idealismo 13 VI. La disolución atea del idealismo í') VIL De la pseudo-teología hegeliana a la antropología de Feuerbach ")6 Conclusión (<"\ Bibliografía ( Cap. II: Ateísmo e idealismo (G. Morra) (> I. Idealismo italiano 67 1. B. Spaventa, A. Vera y S. Maturi, 67.—2. G. Gentile, 70.—3. B. Croce, 73.— 4. P. Martinetti, 74.—5. B. Varisco, 78.—6. P. Carabellesse, 79-—7. Las escuelas de Croce y de Gentile, 82. II. Idealismo francés 82 1. J. Lagneau, 82.—2. L. Bmnschvkg y la "querelle de Fathéisme", 84.—3. D. Pa- rodi, 86. III. Idealismo inglés y americano 88 I. F. Bradley, 88.-2. J. Me Taggart, 90.—3. J. Royce, 91.—4. R. G. Colling- wood, 93.—Otros escritores, 94.—6. Del idealismo al teísmo, 95. Bibliografía 97 Cap. III: Ateísmo y marxismo 101 I. KarI Marx (G. M. M. Cottier) 101 I. Negación de la trascendencia 101 II. La alienación 106 III. La praxis 114 1. Filosofía de la praxis, 114.—2. Materialismo histórico, 118.—3. Esque mas de la historia, 119.—4. Papel de la violencia, 121.—5. Superación del ateísmo, 121. IV. La ideología I >2 V. Proceso a la moral cristiana ,. I ?5 14 CONTENIDO CONTENIDO 15 II. Friedrich Engels (G. M. M. Cottier) 131 a Dios de 1897, 285.—6. Resultados de la crisis de 1897, 286.—7. Unamuno entre el catolicismo y su filosofía, 289. I. Metamorfosis de la dialéctica 131 1. Dialéctica en las cosas, 131.—2. Crítica del creacionismo, 135.—3. El Bibliografía 291 eterno retorno, 136. II. Aplicación de la teoría de la ideología religiosa 138 Cap. V: Ateísmo y existencialismo (J.-B. Lotz) 293 Bibliografía 141 I. El ateísmo de Jean-Paul Sartre 294 A) Exposición 29^ III. I.cnin y el marxismo soviético (G. Wetter) 145 1. Existencialismo y ateísmo, 294.—2. La existencia precede a la esencia, 294. 3. La libertad incluye la "nada", 295.—4. En-sí y para-sí, 296.—5. El dile I. Lenin 145 ma hombre-Dios, 298.—6. Otras razones de la negación de Dios, 298.—7. El 1. Formación atea, 145.—2. Crítica de la religión, 147.—3. Lucha contra silencio de Dios, 299-—8. Una moral atea, 300. la religión, 149. B) Valoración crítica .301 II. El ateísmo en la ideología marxista-leninista de hoy 152 1. Olvido del ser, 301.—2. Nada y negación, 301.—3. Identidad óntica e 1. El materialismo dialéctico como materialismo, 153.—2. La dialéctica materia identidad ontológica, 303.—4. Conciencia y libertad, 304.—5. El problema de lista, 160.—3- El materialismo histórico, 166. Dios, 305.—6. El hombre frente a Dios, 306. III. Crítica marxista-leninista de la religión 172 II. El ateísmo en Mautice Merleau-Ponty 31"'* 1. Crítica filosófica de la religión, 172.—2. Crítica histórica de la religión en el marxismo-leninismo, 183.—3. Crítica de la religión en las ciencias de la natu A) Exposición 3"ó raleza, 189. 1. Condenación al sentido, 306.—2. Conciencia y mundo, 307.—3. Liber tad, 307.—4. Negación del absoluto, 308. Bibliografía 196 B) Valoración crítica 3"'^ 1. El fenómeno originario, 309-—2. Interioridad y exterioridad, 309.—3. Ol IV. El neo-marxismo (L. Fabbri) ... , 200 vido del ser, 310.—4. Fenomenología y metafísica, 311.—5. Argumentos del ateísmo, 312.—6. El aspecto ético, 313. I. En Hungría 200 III. Ni ateísmo ni teísmo en la filosofía de Martin Heidegger 3'3 II. En Polonia 201 1. El significado del ser, 314.—2. Análisis de la existencia, 315.—3. ¿Nihilis III. En Francia 207 mo?, 317.—4. La vuelta a Heidegger, 317.—5. Superación del ateísmo, 318.— IV. En Italia 215 6. El ser y los existentes, 319-—7. El problema de Dios, 321.—8. Apertura hacia Bibliografía 226 Dios, 322.—9. Discusión y crítica de los principios, 324.—10. Discusión del pro blema religioso, 326. V. Discusión (G. M. M. Cottier) 229 IV. Teísmo en peligro en la filosofía de Karl Jaspers 32' 1. Pérdida de la existencia, 328.—2. Situaciones límite, 329.—3. Cifras de la tras I. Una opción metafísica, 229.—2. La alienación, 231.—3. Hacia la sociología de la cendencia, 330.—4. Fe filosófica, 331.—5. Fe filosófica y fe religiosa, 332.—6. Fi religión, 238.—4. El problema de la verdad, 243.—5. El materialismo, 244.—Con losofía y religión, 334.—7. Ni ateo ni panteísta, 334.—8. Los límites del saber, 335. clusión, 248. 9. Elementos positivos, 336. V. La dimensión espacio-temporal del mundo sustituye a Dios 53" Cap. IV: Ateísmo y vitalismo 251 A) Exposición 53'' I. Friedrich Nietzsche (G. Siegmund) 251 1. Imposibilidad de la metafísica, 338.—2. Una nueva manera de pensar, 339. 3. El mundo como totalidad, 339.—El mundo sustituye a Dios, 340. I. Exposición 251 B) Valoración crítica 54» 1. Nietzsche como profeta, 251.—2. Devenir religioso, 256.—3- Razones 1. Crítica de la metafísica racionalista, 341.—2. Reducción del existente al del ateísmo, 257.—4. Vida dionisíaca, 260.—5. La voluntad de poder, 261.— ser, 341.—3. La plenitud del ser, 342. 6. Hybris, 263.—7. La inquietud incurable, 268. II. Valoración y crítica 271 Bibliografía 5-13 Bibliografía 276 Cap. VI: Ateísmo e historicismo. Ortega y Gasset (F. Goyenechea) 5V II. Unamuno (N. González Caminero) 277 I. La filosofía de Ortega )J' I. Vicisitudes de la crítica en la cuestión religiosa de Unamuno 277 1. Unamuno "ateo", 277.—2. Unamuno "místico", 277.—3. Unamuno pro II. El problema de Dios 0' testante y modernista, 277.—4. Unamuno, de nuevo, ateo, 279.—5. Un nuevo 1. Bajo el influjo neokantiano, 356.—2. Más claros horizontes en el camino hacia católico, 280.—6. Unamuno acatólico, pero religioso, 281. Dios, 358.—3. Las pruebas de la existencia de Dios y su valor, 360.—4. Algo más II. Itinerario religioso de Unamuno 281 sobre la naturaleza de Dios, 365. I. La niñez católica, 281.—2. La pérdida de la fe, 282.—3. La "crisis de III. La religión en Ortega 361 retroceso", 283.—4. "Chapoteando en el ateísmo teórico", 284.—5. La vuelta IV. Cristianismo y catolicismo CONTENIDO 17 16 CONTENIDO IV. Del ateísmo a la irreligión: El marxismo de Althusser 494 V. El hombre y su destino 375 1. Una nueva lectura de Marx, 494.—2. Crítica marxista de la religión, 496.—Con Conclusión 377 clusión: tareas filosóficas del pensamiento cristiano, 498. llthliografía 378 Bibliografía 500 < ,ip. VII: Ateísmo y naturalismo: G. Santayana (C. Santos) 381 Cap. XI: Ateísmo y ser americano (A. Caturelli) 503 I. F.l problema de Dios 382 I. Descubrimiento de América por la conciencia europea 503 1. La negación de Dios, 382.—2. El Dios de Santayana, 383. II. Ateísmo y ser americano 506 II El problema de la religión 385 1. América en el monismo hegeliano, 507.—2. La "raza cósmica" en el monismo de Vasconcelos, 509-—3. El linaje de Hércules (Argentina) en el deísmo pagano de 1. La religión y la fantasía, 385.—2. La religión y la razón, 386.—3. Religión y Leopoldo Lugones, 510.—4. Posibilidad de un cosmismo ateo indigenista, 514.— poesía, 386.—4. Religión como ciencia, 386. 5. El humanismo ateo de Carlos Astrada y el mito gaucho, 515.—6. América en el III Til destino humano 387 ateísmo existencial de Mayz Vallenilla, 516.—7. El neokantismo de Francisco Larro- 1. Felicidad natural, 387.—2. Inmortalidad, 388. yo y el problema de América, 518. IV. Valoración crítica 389 111. Meditaciones conclusivas 519 1. Reflexiones críticas, 519.-—2. Cuatro Américas, cuatro espíritus, 522. Bibliografía 391 índice onomástico 523 Cap. VIII: Ateísmo y neo-positivismo (J. Ladriére) 393 I. El positivismo 393 1. Wittgenstein: teoría del sentido del "Tractatus", 394.—2. Principios básicos del neo-positivismo, 401.—3- Crítica del lenguaje metafísico, 402.—4. Proposiciones cuasi-sintácticas, 406.—5. Naturaleza de la filosofía, 409.—6. Criterios de confirma- bilidad y experimenrabilidad, 410.—7. Criterios de traducibilidad, 416.—8. Es tatuto de los términos teóricos según Carnap, 418. II. Alcance epistemológico del neo-positivismo 420 1. El neo-positivismo y el "Tractatus", 421.—2. Discusión de la teoría de la pro posición en el "Tractatus", 423.—3. El principio del empirismo, 426—4. Discusión del principio del empirismo, 428.—5. Proposiciones metafísicas, 429.—6. Interpre tación conceptualista de los conceptos científicos, 431. Conclusión 433 Bibliografía 433 Cap. IX: Ateísmo y filosofía analítica (M. J. Charlesworth) 439 1. Exposición histórica 439 1. Introducción, 439.—2. Trasfondo histórico, 441.—3. Moore, Russell y Witt genstein, 444.—4. A. J. Ayer y el positivismo lógico, 451.—5. Ulteriores desarro llos, 453.—6. Conclusión, 466. II. Crítica 467 Selección bibliográfica 476 Cap. X: Ateísmo y estructutalismo (P. Blanquart) 477 1. La lingüística estructural 480 I. Los orígenes, 480—2. El lenguaje, objeto de ciencia, 482.—3. La unidad de lo estructural y de lo no-estructural, 483. II. I.a etnología de Levi-Strauss 484 1. La función simbólica, 484.—2. Historia y estructura, 485.—3. Significación y formal ización, 487. III. I.¡i filosofía de Foucault y el psicoanálisis de Lacan 489 I. El hombre es un mito, 489-—2. El sentido de la antropología, 490.—3. Las i inicias humanas, 491—4 El psicoanálisis de Lacan, 492. 2 CAPITULO I GÉNESIS HISTÓRICA DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO por CORNELIO FABRO Profesor de Filosofía en la Universidad Lateranense de Roma INTRODUCCIÓN: SIGNIFICADO DEL PROBLEMA En la religión de la época clásica, la divinidad fue concebida como la fuerza primor dial inmanente en la naturaleza y en la vida del hombre y expresada en el mito, mientras que los filósofos la concibieron como el Bien (Platón) o como la Mente Suprema (Ana- xágoras, Aristóteles). En la revelación bíblica, por el contrario, Dios se presenta primero como persona absoluta, creador trascendente del mundo a partir de la nada que poste riormente, con la Encarnación, entra en la historia del hombre para redimirlo del pe cado '. El ateísmo moderno surge del abismo de oposición de estas dos concepciones irreconciliables, la griega y la bíblica, con el audaz propósito de fundirlas y superarlas |x>r la mediación de la conciencia humana. No sorprende, entonces, que fuera o al mar een de este trasfondo (Hintergrund) el ateísmo o el llamado humanismo moderno2 aca- l>c apareciendo como una ejercitación de estudiosos sedentarios a lo Hegel-Feuerbach o de inquietos revolucionarios a lo Fichte-Marx. No obstante, este trasfondo sigue actuan- ' En nuestro trabajo los términos de religión y teísmo están tomados en sentido estricto, <•: r», inctafísico, y por tanto son sinónimos: en realidad, Dios no puede ser reconocido sino en •• »<T iiuiontico, como absoluto, trascendente y espíritu, esto es, personal. Por consiguiente, toda form • Ir piinlcí.vmo es ateísmo, del mismo modo que irreligión y ateísmo son sinónimos. Cuando se <• • rlhc: "<)n peut étre athee en faisant profession de croire en Dieu, on peut étre croyant en •*• ilimuir itiliee" (P. De Lubac, De la connaissance de Dieu, París 21948, p. 114), se permanece en «I ntmpo iiinbiKuo de Ja fenomenología subjetiva, mientras se intenta alcanzar la esfera metafísica <h- 11 determinación del ser. " III autor ha dedicado al desarrollo de este tema el volumen Iniroduzione all'ateismo moderno I Stniíliiim, Roma 1964), al cual se permite remitir para exposiciones o discusiones más analítica» ICM punios señalados aquí. .'O C. FABRO GÉNESIS DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO 21 tío a su modo, incluso en la formación de las doctrinas, como fundamento y como vis a que Dieu n'existe pas, et qu'il faut en tirer jusqu'au bout les conséquences...", es decir, tvrgo que no se agota nunca, antes bien apremia de continuo con una pregunta infinita. aceptar sin lamentaciones que "...avec lui disparait toute possibilité de trouver des valeurs Lejos, pues, de liberar al hombre de la invasión de la necesidad de la naturaleza y de dans un cid intelligible" 7. En otras palabras: si el ser es referido a las posibilidades dd los falsos dioses del mundo clásico, parece como si el cristianismo hubiese provocado hombre como libertad, corresponderá al hombre asumir su propio ser y arreglárselas por con la interpretación idealista la caída irreparable en el nihilismo y en el ateísmo radical sí en todo lo demás. que definirá en adelante la positividad del ser del hombre como pertenencia absoluta a Por tanto, se podría decir que la primera característica del nuevo ateísmo es —por sí mismo. I-o que significa que el pensamiento moderno en sus diversas etapas no ha extraño que parezca— su inmediatez. El ateísmo en la cultura y en la sociedad contem sillo más que el desarrollo progresivo del regnum hominis como subjetividad sustentante, poránea no es, como era. en las épocas anteriores hasta el positivismo materialista, un n expensas del ser y, por consiguiente, de la creciente pérdida de Dios. El desmorona punto de llegada, sino que se ha convertido en fundamento y punto de partida, consti miento inevitable del suntuoso edificio teológico y sobre todo de la Cristología idealis tuyendo el clima y el ambiente de la cultura dentro de la cual cada uno de nosotros se ta ' ha suministrado los materiales para la construcción del hombre nuevo, libre de mitos mueve y actúa. Evidentemente, no se trata de una inmediatez primaria, o sea, de una y arbitro de su propio destino. En este sentido, como es sabido, Nietzsche proclamó que evidencia sensible de la ausencia de Dios, como la evidencia de la oscuridad en las tinie "Dios lia muerto". Por eso Heidegger sostiene —con razón, a nuestro parecer— que el blas, sino de una evidencia secundaria, firmemente operante en d sentido de que la Dios cuya muerte proclamó Nietzsche es el Dios cristiano, el Dios moral, o sea, el Padre ausencia de Dios constituye la plataforma desde la cual se mueve y en la cual se desarro a quien el hombre recurre para salvarse, el Dios que es Persona con la que tratamos y lla toda actividad social si exceptuamos las asociaciones cualificadas. Se ha cumplido nos comunicamos, el Juez que premia y castiga4..., es decir, un Dios antropomorfizado. ya la profecía (Weissagung) de Liehtenberg: "Nuestro mundo llegará a ser tan refina Para Marx, después de la crítica de Feuerbach contra la religión en general y el do que creer en Dios será tan ridículo como hoy lo es creer en los fantasmas" 8. Y Ja- cristianismo en particular, el quehacer del hombre consiste en reconquistar el ser de la cobi, que lo cita, añade una "profecía" personal: "Y poco después, el mundo se hará libertad que la religión había alienado en él mundo ilusorio y fantástico de lo suprasen más refinado todavía. Y se alcanzará muy pronto la cumbre del refinamiento. El juicio sible con el espejismo de una promesa de vida futura. de los sabios llegará a la cima: el conocimiento se transformará por última vez. Después, Pero una diagnosis de convergencia sintomática desde todos los puntos del pensa y esto será el fin, seremos nosotros: creeremos solamente en los fantasmas. Nosotros mis miento moderno resulta suficientemente esclarecedora por lo que se refiere al inevitable mos seremos como Dios. Sabremos que el ser y la esencia en cualquier parte es y sólo desenlace ateo a que conduce el principio moderno de inmanencia. Nos limitaremos a puede ser un espectro" 9. De este modo, el mundo, que ha quedado desierto de toda señal las indicaciones esenciales. de Dios, ha pasado a ser presa completa de la hybris del hombre. Ciertamente el ateísmo de la civilización contemporánea es un fenómeno extraordi La segunda característica del ateísmo moderno, y especialmente del contemporáneo, nariamente complejo que no se deja encerrar en la estrechez de una fórmula, pues im es la universalidad. Mientras en el pasado, hasta la llegada de Nietzsche y de la izquierda plica una particular convergencia intencional de múltiples factores (étnicos, religiosos, hegeliana unida al positivismo y ahora a las filosofías de lo finito, el ateísmo se limitaba económicos, políticos...). Pero en la filosofía contemporánea no hay lugar para esta cau a posiciones de secta entre filósofos, librepensadores, miembros de sociedades secretas..., tela, ya que abiertamente se declara y reconoce atea: ni siquiera le preocupa la acusación como una profesión de élite, hoy día envuelve a las masas, a las cuales el principio de de ateísmo —como en otro tiempo preocupó a Descartes, Spinoza, Lessing, Kant, Eichte, mocrático ha lanzado rápidamente a un primer plano: las masas de trabajadores de Hegel5...—, antes bien la reivindica expressis verbis como liberación de la "alienación Occidente, y la densa muchedumbre de pueblos descolonizados y subdesarrollados de Asia fundamental" del ser humano y abiertamente acusa de mala fe a los teístas. La concien y África, que acaban de obtener su independencia, a los que la propaganda atea del cia de éstos, en efecto, no se muestra del todo segura y precisamente sobre el punto comunismo proporciona el principio de que la religión y el cristianismo fueron y siguen esencial: "11 est frappant de constater qu'aujourd'hui on ne prouve plus guére Dieu, siendo los aliados principales de los regímenes capitalistas y dominadores. comme le fáisaient saint Thomas, saint Ansdme ou Descartes. Les preuves restent d'or- ilinaire sousentendues et l'on se borne á réfuter la négation de Dieu, soit en cherchant Iilósofo (p. ej., J. Lagneau, Cours sur Dieu: Célebres Iecons et fragments [París 1950], p. 228; daos les philosophies nouvelles qudque fissure par oü puisse reparaítre la notion toujours il, nuestra Introduzione..., p. 15ss) corre el riesgo de identificar la conciencia religiosa con la Mipp>séc de l'Etxe nécessaite, soit, au cóntraire, si décidément ees philosophies la mettent i mu ¡encía ética. tu quesiion, en les disqualifiant briévement comme athéisme"6. Más aún, para Dios ya 1 J. P. Sartre, L'existentialisme est un humanisme (París 1945), p. 33ss, 35. Para Sartre y I'jra el ateísmo contemporáneo, el ateísmo es un dato de hecho y un punto de partida (cf. H. Du- no queda sitio en el mundo; ha llegado a ser superfluo: "Nous voulons diré seulement niéry, Foi et interrogarían [París z1953], p. 97). En nuestra interpretación se convierte en un pinito de partida, ya que es la conclusión inevitable del principio de inmanencia y, por consiguien- " Cf. R. Schneider, Die Heimkehr des deutschen Geistes: Schriften zur Zeit (Baden-Baden ir, puede reivindicar para sí la única posición de derecho en ese presupuesto. Por ello, en el cogito 1V48), p. 8Vss. i\e Descartes está ya virtualmente Sartre, quien, como es sabido, no se ha reconocido en el ilustre ' M. Heidegger, Nietzsche (Pfullingen 1961), vol. I, p. 318ss. Cf. antes el ensayo: Nietz- antepasado (cf. La liberté cartésienne, en el volumen Descartes, Ginebra-París 1946; reproducido en ichts Wart "Gott ist tot" (Francfort 1950), p. 193ss. Situaría»* I (N.R.F., París 1947), p. 3l4ss). " Y Ilcgel mismo, que incluso había asistido al "Atheismusstreit", declaraba que la polémica " ). C. Lichrenberg, Vermischte Schriften, publicación postuma de escritos inéditos todavía contri el «teísmo había perdido ya todo interés (cf. Die Beweise vom Dasein Gottes: Vorlesungen i ,-ipzÍK 1800), vol. I, p. 116. Ubcr <lie Philosophie der Religión (ed. Lasson) III, 2, p. 51). * J. C. I.ichtcnberg, Vermischte Schriften, ed. cit., vol. I, p. 116s. Cf. F. H. Jacobi. * M. Merleau-Ponty, Eloge de la philosophie (N.R.F., París 1953), p. 58. Limitar el / hpr titie Wtissagung Lichtenbtrgs: Werke (Leipzig 1H16), vol. III, p. 199ss. »tc(uno «I «teísmo practicó, como so encuentra muy a moñudo on los teólogos y también en algún 22 C. FABRO GÉNESIS DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO 23 Mirando las cosas de tejas abajo, es necesario reconocer que, al menos aparentemente, ñas razones para afirmarlo— ser el legítimo heredero del pensamiento moderno. A dife el ateísmo ha ganado la batalla desencadenada hace un siglo por los epígonos de la filo rencia, pues, de las épocas anteriores, en que era prevalentemente negativo, es decir, po sofía moderna contra la religión: este expandirse del ateísmo no sólo hace mella en los lémico y destructivo, el ateísmo contemporáneo afirma dedicarse a la construcción del pueblos cuyo gobierno profesa el marxismo ateo, sino que ha invadido también a las hombre nuevo a partir del hombre: el hombre es principio, medio y fin de su propia llamadas naciones libres. Nada más falso en este sentido que las estadísticas oficiales: la historia. Es el ateísmo más radical, pues ve en la negación de Dios y de lo sagrado la mayoría puede continuar declarándose de una u otra confesión cristiana, mientras sigue condición fundamental para salvar al hombre. La falta de Dios (Fehl Gottes) n lamen ignorando tranquilamente la doctrina y descuidando los deberes sagrados más elementales tada por Holderlin —"muerte de Dios" para Nietzsche— es ciertamente el aconteci como la oración y los actos de culto fundamentales. Contribuye a confirmar todo esto miento principal de la Edad Moderna: el avanzar irresistible de la "profanidad" sobre el colapso de las costumbres individuales y sociales en un clima de despreocupación, de todos los puntos del horizonte del espíritu. Por ello resulta tanto más urgente un exa oportunismo, de amoralidad, en una postura de cinismo que toma un aire de candor men objetivo13, aunque sea elemental, de los factores que han provocado y sustentan irresponsable. Existen aún creyentes integrales, pero son minoría casi en todas partes y desde su raíz el nuevo rumbo del pensamiento. tienen que resignarse a vivir clandestinamente, a soportar repulsas y discriminaciones en la vida pública y a ser incluso vejados por parte de los nuevos "clericales del ateísmo". Aquí no se trata sólo del "comunismo ateo", como se quiere hacer creer; el comunismo I. EL ATEÍSMO EN LA ANTIGÜEDAD Y EN LA EDAD MEDIA no es más que un aspecto de la situación de toda una cultura decepcionada de lo "sagra do", cuyas raíces son más profundasI0. Desde el punto de vista semántico, el término "ateo-ateísmo" es bastante raro en la La tercera característica que resume y potencia las dos anteriores es la positividad y antigüedad clásica y no está asociado en manera alguna con el de materialismo, sino más contructividad del ateísmo contemporáneo. Mientras en los siglos precedentes las bien con el escepticismo. Epicuro y su escuela fueron acusados de inmortalidad, pero formas de ateísmo eran prevalentemente de naturaleza teórica y, por eso mismo, estaban no de ateísmo, y los estoicos, aunque materialistas, escribieron grandes alabanzas e him reservadas a una élite cultural y social que actuaba en el aislamiento y en la sombra, casi nos a la divinidad. Desde el punto de vista existencial, merecieron incluso el respeto de celosa de sus privilegios de casta, hoy día el ateísmo vive y opera a la luz del sol, sin san Pablo, quien los elogió como llenos de viva y hasta excesiva religiosidad: ¿<; SsictSat.- necesidad —fuera del férreo aparato marxista— de defenderse en asociaciones o grupos. [Aovecrspooc; u[i5i; Gscopco1. Los ateos organizan la vida pública, la cultura, la enseñanza, la complicada actividad sin dical..., con plena libertad y suntuosa abundancia de medios y con el explícito propósito Una cuestión que puede surgir —de hecho fue planteada ya en la antigüedad y se ha de eliminar toda religión, y en particular el cristianismo, como único baluarte de resis mantenido siempre en suspenso— es la de si la superstición ( Ssio-iSoufiovía ), es decir, tencia. De hecho se afirma (como se dirá, es él principio director de la edad moderna) la religiosidad aberrante y desviada de su objeto (politeísmo naturalista y antropomór que el hombre tomará posesión de su propio ser en la medida en que eche de sí y de la fico, fetichismo, etc..) ha de ser preferida al ateísmo. Caben varias respuestas. De hecho sociedad la conciencia de Dios. Por eso se habla de ateísmo humanista y de humanismo parece que la superstición, a pesar de equivocarse en el objeto, contiene un núcleo de ateo como recuperación de la esencia humana mixtificada por la alienación religiosa de verdad, que es él reconocimiento de una realidad superior; otros, por el contrario, pien lo trascendentalu. san que los atributos o predicados que se aplican a la susodicha Realidad destruyen el De ahí que él ateísmo no encuentre hoy resistencia en el terreno de la cultura: el sujeto, puesto que rebajan a Dios, tanto en el orden ontológico como en el moral. Por tema religioso ya no es "testimonio", sino en el mejor de los casos un "pretexto" para eso, según los Padres de la Iglesia, la superstición o idolatría era un ateísmo incluso peor hilvanar una novela o un drama o incluso para montar una película, es decir, una espe que el puramente teórico. cie de "experimento psicológico" —para decirlo con Kierkegaard— en el circuito ce También para Plutarco es menos reprobable él ateísmo que la superstición; aquél nace rrado de la inmanencia. Así, la esfera religiosa, que constituye el sagrario del espíritu, es de la ignorancia de Dios y, por consiguiente, de debilidad de la mente, mientras que la transferida a la categoría de lo "interesante" y lo que eran conflictos secretos del alma superstición concibe a Dios de una manera indigna, tiene lo bueno por malo, lo paterno en la lucha por su purificación y por su ascensión hacia Dios se convierte en un "juego" por tiránico, lo providente por pernicioso y lo puro por impuro2. Hay que reconocer qué dentro del conflicto de la conciencia encaminada a la conquista de su unidad. Por tanto, el paganismo y la idolatría, las guerras del Islam, la Reforma misma, la u Cf. M. Heidegger, Wozu Dichter?: Holzwege (Francfort 1950), p. 248. Sobre todo, Ilustración y la revolución francesa... fueron, sin lugar a dudas, menos radicales y pe Nietzsche (Pfullingen 1961), vol. II, p. 394s, donde la pérdida de lo sagrado es puesta en rela ligrosas que este "ateísmo constructivo" de nuestro tiempo, que pretende —y tiene bue- ción directa con la pérdida del ser. " Como primer análisis complexivo del pensamiento moderno en esta dirección, remitimos a 10 "L'athéisrae est l'affirmation d'une moróle sans peché, qui .repense tout le probléme de la nuestra Introduzione all'atehmo moderno, Roma 1964. culpabilité. Pour que l'homme soit responsable de son comportement dans la situation oü il se 1 Act 17,22. La afirmación de que no existen pueblos ateos y todos ellos, civilizados o bárbaros, trouve, il faut que cette situation ne soit pas issue de luí, qu'il ne soit pas coupable" (J. Lacroix, tienen un concepto de Dios, se remonta a Aristóteles (De coelo I, 3, 270b 5-8). Lo mismo dice Platón (Leg. X, 886a). El texto aristotélico tiene ya su puesto de honor en el diálogo de La Le sens de l'athéisme moderne [Tournai-París 1958], p. 44s). 11 Es la tesis, tomada de Marx, del socialismo ateo contemporáneo (cf. A. Donini, Lineamenti Moche La Vayer, Sur la Divinité (ed. E. Tisserant, París 1922), p. 87. di storta delle religioni II [Roma 1959], p. 40; cf. pp. 17ss). Pero ésta es también, como se sabe, ' Plutarco, tras haber hecho un inventario de los groseros errores de la superstición, elogia el la tesis de Sartre, del existencialismo de izquierda, del neopositivismo, del pragmatismo. lonccpto superior que los filósofos políticos tienen de Dios (De superstitione, 5, 167 DI?; ed.

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