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Zizek – Cómo leer a Lacan PDF

132 Pages·2013·20.28 MB·English
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Slavoj Zizek | COMOLEER =] a PAIDOS FSPACIO “Titulo original: How ro Read Lecan, Loncnes, Granta, 2006. ita las) (Cine fees Tac a ~ Banos Altes : Pads, 2008, 1365. 25415 em. (B5pados del Saber) ‘Tratveide por: Fermin Rodrigues ISBN O78 950-12-620-5, 1, Palco. 1. Rodelguc, Fenmin, ad. I. Tiel con isa.iss Cobierts de Gustave Maes ‘Traduocidn de Fermin Rodrigues (Conreccisn de Elizabeth Lemer y Marla Gabriela Ubaldini 1 edie, 2008 Ques rigoroamente proibid, sn a sorriucéinexritn de leg Stulaes del erg, bao as sanciones elec es liye la reproduc parcial octal de ea obra poe coger mesg procadiniento compcendido a reprogralay la ‘pient ive, {© 2008 de rodas as aMciones Editorial Poids SAICF ‘Defensa 599, Buenos Aires ‘eau [email protected] ‘www paidosurgentina coma (Queda hecho el depsivo que previene la ley 11.723 Impreso en [a Argentina Printed in Argentina Impreso en Primers Clase, California 1231, Ciudad de Buonos Aires cen my de 20081 ‘Tiewda: 4.000 ejemphres ISBN: 95012-6705 Indice 1. Gestos vacios y performativns: Lacan contra el complot dela CIA uv ° 31 3. 9 4, Problemas eon Jo resl: Lacan eomo espemador de Alien 69 5, Teal del yo y superys: T.acan como espectator de Casablanca zs a7 6. “Dios esté moerto, pero no lo sabe”: Lacan juega con Bohok 9 7. El sujeto perverso de la politica: Lacan como lector de Mohamaied Bouyeri » ME Crono 129 Sngevencias para leur paterinres 133 fncice analitico Bb? Introduccién Intenterns lavarnos un poco eb cerebr En 2000, el 100° aniversario de la publicaci6n de La tnterpre- taciin de fos snefos de Frend estavo acomapafiado por una neva la de proclamas triunfalistas que declaraban la muerte del ps coanilisis. Con los nuevos avances de las neurociencias, el psi- coanélisis yace enterrado en el lugar al que siempre pertenecié: en el desvin de las bisquedas precientificas oscurantistas de sentidos ocultos, junto a confesores religiosos e intérpretes de suefios. Como afirmé Todd Dufresne? ninguna figura de la hi toria del pensamiento humano estuvo fundada sobre prineipios tan errénevs con Ia sola excepcién de Mars, alguien podria agregar-. Era de esperar que en 2005 ¢l infame Libro negra det comaniono-,* que enumera todos los erimenes comumistas, fuera seguido por Hi libra negro del peicoanaitisis, enumeranda todas los earores te6ricos y fraudes clinicos del psicoanilisis.* Aunque de “Lacan, Janques, Le eva del preci. Semmaria 7, Buenos Aires, Pic és, 1997, p. 301 2. Véase Todd Destesne, Killing Fred: 208 Coutiry Culturs andthe Death of Pasbanayis, Londres, Comtnunsn Books, 200%. 3. AALV., Elio negr ded communion, Medrid, Planeta, 198, 4. AAWV,, El lve negro dl prscanalss vivir, pensar year msjor in Fretd, Anenoe Aires, Sedsmerieana, 2006, manera negativa, la profunda solidaridad entre unarsisu coandlisis quedé expuesta a la vista de todos. Existen mizones para esta oracién fiinebre. Hace un siglo, para ubicar su descubrimienta del inconsciente en la historia de Is Europa moderna, Freud desarrollé la idea de las tres humilla. ciones sucesivas sufridas por el hombre, las tres “heridas narci- sistas”, coma fas Ilaind. Primero Copérnica demostré que la ‘Tierra gira alrededor del sol, con lo que nos privé a los huma- nos de un lagar central en el universo. Luego Darwin demastré que venimios de una evolucién ciega y nos destroné de nuestro lugar de honor entre Jos seres vivientes. Finalmente, cuando Freud develé el rol predominance del inconsciente en los proce- 0s psiquicos, result6 que nuestro yo ni siquiera mandaba en su propia casa. Hoy, un siglo mis tarde, ests surgiendo un paisaje ain mas inhéspito; los tiftimos avances cientificas parecen estar infligiendo una serie de humillaciones extra a la imagen na sista del hombre: nuestra propia mente es una mera computa dora que procesa datos; nuestro sentido de la libertad y de Ia autonomies Ia ilusién del uswario de esta maquina. A ki luz de las neuroviencias de hoy, el propio psicoanslisis, Ixjos de ser subversivo, parece pertenecer al campo humanista tradicional amenazado por las burnillaciones més recientes. :El psicoandlisis esti entonces hoy realmente pasado de mo- ca? Parece que si, en tres niveles interdependientes: (1) en el ni- vel del conocimiento cientifico, donde el modelo engnitive-neu- robiol6gico de la mente humana parece superar el modelo freadiano; (2) en el nivel de la clinica psiquidtrica, donde el tra- tamiento psicoanalitico esté perdiendo terreno répidamente frente a los medicamentos y a las terapias conductistas, (3) en el nivel del comtexto social, donde la imagen de una sociedad y de rnormas sociales que reprimen las pulsiones sexuales de los indi- viduos yu no parece una representacién vélida de la permisividad hedonistica que predomina en nuestros dias Sin embargo, en el easo del psieoanslisis ef funeral tal vez sea prematuro, celebrado para un paciente que todavia tiene una larga vida por delante. En contraste con las verdades “eviden tes” adoptadas por los eriticos dle Freud, mi objetivo es demos- 1 ahora ba liegada el momento del psicoanalisis oy psi- LR Inrreduccién Mirados a wavés de los ojos de Lacan, a través de lo que Lacan Iamé su “retorno 2 Freud”, los descubrimientos de Freud apa- zecen finalmente en su verdadera dimensién. Lacan sunca lo concibid como un retumo & lo que F retorno al nicleo de la revolucién freudiana de la que el propio Frend no fue completamente consciente Lacan comenzé su “retorno a Freud” con Ia Jectura lingtifi- ca del edifieio del psicoanilisis, condensada en To que quiz sea su formula como un lenguaje”. La idea mis extendida es que el inconscien- te es el dominio de las pulsiones irracionales. opuesto al yo sacional y conciente. Para Lacan, esta nociéa del inconsciente pertenece a la Letenspbilosopiie (Glosofia de la vida) roméntica y no tiene nada que ver con Freud. Si el inconsciente freudiano ‘eaus6 tanto escindalo no fae porque afirmara que el yo racional estuviera snbordlinada al campo mncho més vasta de los ciegos instintos irracionales, sino porque demostré emo él mismo obedece a su propia gramética y a su propia légica: cl incons- ciente habla y pienea. El inconsciente so es una reserva de pul- siones salvajes que han sido domesticatlas por el yo, sino el Ingar donde una verdad traumdtica habla, All radiea la versién de Lacan del lemma freudiano Ws Bs wr, cul Teh werden (Adonde 0 estaba, yo debo advenir): no “El yo debe conquistar el ello” “el lugar dé las pulsiones inconscienées-, sino “Tengo que atre- verme a acceder al lugar de mi verdad”. Lo que “alli” me espera no és una Verded profnda con la que tengo que identificarme, sino una verdad insoportable con la que tengo que apreader a En qué difieren enronces las ideas de Lacan de las de Ine cescuelas de pensaniiento psicoanalitico dominantes y del propio Freud? Con respecto w otras eseuclas, lo primeco que Hama Ja atencién es el tenor filosdfico de la teoria de Lacan. Para Lacan, cl psicoznilisis no es en principio una teor‘s y una técnica de tratemiente de porturbuciones psiquicas, sino una teoria y una prietica que confronta a los individuos con la dimensién més sadical de la existencia humana. El psicoandlisis no le ensesia a un individu cémo acomodarse a lis demandas de la realidad social; en lugar de ello, expliea ef modo en el que alga como la dijo, sino come vn is conocida: “El ineonsciente esté estrueturade A Slay) Ziteh “realidad” se constituye en primer término. El psicoandlisis no permie que un ser humano acepte meramente Ja verdad repri- mida acerca de sf mismo: explica c6mo la dimensién de la ver- dad surge en la realidad humana. En la concepcién de Lacan, formaciones patolégicas como las neurosis, las psicasis y las perversiones tienen la dignidad de posturas filosdficas funda mentales respecto de la rcalidad. Cuando safro de una neurosis ‘absesiva, esta “enfermedad” tifie mi entera relacién con la reali- dad y define la estractara global de mi personalidad. La eritica principal de Lacan a otras concepciones psicoanaliticas apunta a su orientacidn clinica: para Lacan, Ia meta del tratamiento psi- ‘coanalitico no es el bienestar, una vida social exitosa o la satis faccién personal del paciente, sino lograr confrontarlo von las ‘coordenadas y los atolladeros elementales de su deseo. Con respecto a Freud, lo primero que Hlzma la atencin es que Ja clave utilizada por Lacan en su “retorno a Freud” no proviene del campo del psicoandlisis: para penetrar los tesoros ocultas de Freud, Lacan recurri6 a una variada triba de teorfas, desde la lingiifetica de Perdinand de Saussure, pasando por Ia antropologia estructural de Claude Lévi-Strauss, hasta la teoria :matenuftica de los conjuntos y la filosoffa de Plat6n, Kant, He- gel y Heidegger. De esto se deduce que la mayoria de los con- cepius clave de Lacan no tienen un correlato en Ia teor‘a de Freud: Freud nunea mencions la triada de lo imaginario, lo real y lo simbélico; nunca habla del “gran Otro” como del orden simbélico; habla del “yo”, no del “sujeto”. Lacan utiliza térmi- nos importados de otras disciplinas como herramientes para distinguir elementos que ya estaban implicicamente presentes en Frend, incluso si éste nia era consciente de ellos. Por ejem- plo, si el psicoandlisis es una “cura por Ia palabra”, si trata tras tornos patolégicos solamente con palabras, depende de una concepeién de lengusje. Le vesis de Lacan es que Freud no fue consciente de la concepcién de lenguaje implicita en su propia teoria y prilctice, y que sélo paclemos desarrollarla si nos referi~ mos a fa lingiifstiea de Saussure, 2 la teoria de los actos dle habla y ala dialéctica hegeliana del reconocimiento, El *retorno a Freud” de Lacan proparcioné al psicoanslisis nuevos fundamentos teéricos, con enormes cunsecuencias para i traduccion el tratamiento analitica, Controversias, crisis, incluso escinda- los, acompafiaron a Lacan a lo laxgo de su carrera. No sélo fue forzado en 1953 a cortar relaciones con la Asociacién Psicoana- litica Internacional (véase Cronologia, p. 129), sino que sus pro- vocativas ideas contrariaron @ muchos pensadores progresistas, desde marsistas crisicos. hasta feministas. Aunque en Ia acade- mia occidental sca percibido comiinmente coma una especic de posmodernista o deconstruccionista, Lacan se despega del lugar que esas etiquetas designan. A Jo largo de sa vida, Lacan fue de- jando chicas las etiquetas que le aplicaron a su nombre: feno- menologista, hegeliano, heideggeriano, estructaralista, postes- tructuralista; esto nv sorprende, desde el momento en que el rasyo més destacado de su ensefianza es el permanente autocuestiona- mienco. Lacan fue un lector y un intérprete voraz; para él, el psicoa- nilisis es un método de leerura de textos, orales (el diseursa del paciente) o eseritos. Qué mejar forma emonces de leer a Lacan que poner en prictica su modo de leer, de leer textos de otras con Lacan, Por eso, cada capitulo de este libro confrontard un pasaje de Lacan con otro fragmento (de Ia filosoffa, del arte, de Ih cultura popular y de la ideologia). La concepcién lacaniana seri clucidada 2 través de la Lectura lacaniena de otro texto. Otro rasgo de este libro es una omisién generalizada: ignora casi por completo la teorfa lacaniana del tratamiento psicoanali- rico. Lacan fue antes que nada un clinico, y les preocupaciones clinicas permean todo sus actos y sus escritas. Incluso cuando lee a Platén, Aquino, Hegel o Kierkegsard, siempre est tratan- do de aclarar un problema clinico preciso. La ubicvidad de estas preocupaciones es lo que nos permite excluirlas: precisamente porque la clinica esté por todos lados, uno puede pasar por alto el proceso y concentrarse en cambio en sus efectos, en la forma en que la elinica tile todo lo que aparece como no-clinico ~1al es la verdadera prueba del lugar central que ocupz- En vez de explicar a Lacan a través de su contexte histérico y tebrieo, Cine leer a Lucen usari al propio Lacan para explicar nuestras egerciones sociales y libidinales. En lugar de pronun- ciar un juicio imparcial, se comprometerd con una leccura mili- tante ~como parte de Ia teoria Iacaniana de que toda verdad es 1B Slavoy Zitek parcial-. Lacan mismo, en su lectura de Freud, es un ejemplo de la fuerza de esta perspectiva parcial. En sus Noras bacia una definicin de la cultura, T. S, Eliot observa que hay momentos en los que la tiniea eleceién posible es entre sectarismo o ateismo, cayunturas en les que el nico modo de mantener viva una reli- gin es por medio de una ruptura sectaria con su cuerpo princi- pal. Por medio de esta ruptura sectaria, al separarse de! cadaver en descomposicién de la Asociacién Psicoanalitica Internacio- nal, Lacan mantuvo viva la ensefanza de Freud. Cincuenta afios mas tarde, depende de nasotros hacer lo mismo con Lacan’ 5. Una nota final: desde el momento en que est libro ¢3 una introduceién 1 Lacan centrada en algunos de sus conceptos bisioos, y desde el momento en que este tépico ex el oe de mi trabajo de las slkizas déeadas, ne hubo mode de eviter I canibalizacia de algunos de mis libros ya publicados. A modo de ‘compensatiGn, he incentado darle a cada uno de estos passjes un nuevo giro. 6 1. Gestos vacios y performativos: Lacan contra el complot de la CIA bien en las palabras de consigna que seimanizin eon ellos su sinsentida sakidable, donde comicnza el Iengusje con la ley? Porqne esos dones san y2 simbo~ los, en cuanto que el simbolo quiere decir peevo, y en cuanto que son en primer lugar sigificantes del peeto que constituyen como significado: coma se ve en el hecho de que los objetos del inter- cambio simbslico, vasijas hechas para guedar vactas, escucos dema- siados pesados para ser usados, haces que se secarin, pices que se hbunden en el suelo, estin destintados 9 no tener uso, si no e5 que son superfluos por su sbundaacia Esta neutralizacidn del signifieante es la totalidad de la natura Jeza del lenguaje? ‘Tomado asi, xc encontraria su despuntar entre las golondrinas de mar, por ejemplo, durante el pavoneo, y iate= rializada en el pez que se pasan de pico en pico y en el que los eté~ logos, si hemos de ver con ellos en esto el instramento de una puesta cn morimicnto del grapo que serfa un equivalente de la fiesta, tendrian justificaciéin para reronocer un simbolo.! *Danaoe" [ausente de la traduccién eepatiola de Berita] es el término que usa Homero pars nombrar a ls griegos que sitiaron Troya, El don fue caballo de Tropa, qoe les peemitié penetear en is cindsd y destmicla, Km Is ea clisica, a partic de un verso en Virgilio, “regalos griegos” se convirtié ana fra que expresaba un favor que parecia boncfiioga poro que per- iaicaria al destinstavie: “Vimeo Danaes, et dano fereates" “Teme 2 los grie~ (gos aunque traigua regalos 1. Lacar, Jacques, “Funcin y campo de la palabra y del Lenguaje en psico= aniliss", Bxvte: 1, Buenos Airas, Siglo XXI, 1988, p. 361

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