Description:El despertador se hizo presente como lo hacía cada día a la misma hora. ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiing! —¡Jo, qué mierda! —Fue la primera frase que brotó de los labios de Trevor Conrad a su salida del mundo de los sueños. Luego le pegó un manotazo al reloj, silenciándolo. Bostezó, se desperezó y rozó con los dedos de una mano el cuerpo cálido, vital, de la hembra. Una sonrisa floreció en sus labios vivificando y endulzando el amargo despertar. —Eres bonita porque tu madre te parió bonita… ¡Eh! ¿Me oyes?