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Vidas antes de la vida PDF

300 Pages·2006·1.46 MB·Spanish
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Aurelio Mejía Vidas antes de la Vida Los poderes de la mente Qué es hipnosis. Qué es una regresión Dios, ángeles y espíritus. Obsesiones y posesiones Resurrección y reencarnación. Fundamentos religiosos Niños prodigio. Terapia de vidas pasadas Procedimientos para hipnotizar y hacer regresiones Gotas del Alma Temas para meditar y motivar AURELIO MEJÍA MESA @ 2005 Aurelio Mejía Mesa DITEL [email protected] Apartado Aéreo 6783 Teléfonos 362 4056, 362 5300 y 313 1793 Cra 50G No. 12 Sur -14 Medellín, Colombia Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin permiso de DITEL ISBN 958-95655-8-1 Primera edición: 2.000 ejemplares, junio del 2000 Segunda edición: 2.000 ejemplares, agosto del 2001 Tercera edición: 700 ejemplares, julio del 2005 Cuarta edición digital: junio del 2006 Impreso en Panamericana Formas e Impresos Bogotá, Colombia 2 POR LOS FRUTOS SE CONOCE EL ÁRBOL De la curiosidad y la duda brotan las ideas, y éstas son el comienzo del análisis y la investigación. El resultado de la investigación permite deducir lo que consideramos una verdad, y ésta puede serlo para mí, pero no para quie- nes obtuvieron otros resultados. Puesto que nadie conoce ni la esencia ni el pensamiento de Dios, sea cual sea tu idea del Principio Creador de Todo, no tomes como verdad absoluta lo que leas en este libro. Creer es bueno, pero comprender es mejor. Saca tus propias conclusiones. 3 AURELIO MEJÍA MESA A mi familia Dedico este libro a mi esposa Cecilia (fallecida en enero del 2001); mis hijos Luis Felipe, Alejandro, Andrea y Esteban (fallecido); mi hermano Gabriel; mi cuñada Gloria y mis sobrinos Luz Adriana, Juan David, Eduardo y Daniel. Agradecimientos A Jesús, quien cada día me da una respuesta a todo. A Gabriel Calle, Luis Carlos Barbotto, Beatriz Ferrer, Rodrigo Gaviria, Alvaro Múnera, Jorge Berrío, Divaldo Pereira, Raul Teixeira y Alonso Cartagena (fallecido), quienes me ayudaron a comprender mejor el plano espiritual. A Orlando Rodriguez Villa, un compañero de colegio que me en- señó a hipnotizar en 1963. A Lilian Patricia Blair, por ayudarme a estructurar los fundamentos de psicología. A mis amigos: Carlos Alberto Pérez, Raúl Cano, Diana Acosta, Sandra Marín, Sair Mejía, Disney Pulgarín, Elmer Villegas, Fabio Pulgarín, Carlos Cossio, Andrea Ruiz, Juan Gonzalo Londoño, María Cristina Sierra, María Eugenia Giraldo, Daniel Duarte, Hugo Betancur, Gloria Yepes, Raúl Cortés, Pilar Gonzáles, Deyanira Patiño, Luis Gonzalo Peláez, Alvaro Cedeño y demás compañe- ros del Grupo de Hipnosis, así como a todos mis pacientes, pues de cada uno he aprendido algo. 4 Cómo llegué a esto Nací en en Medellín en 1948, y desde pequeño tuve especial interés por la carpintería, mecánica, electricidad, electrónica y física. Desbara- taba todo cuanto podía, para tratar de entender su principio lógico de funcionamiento, razón por la cual nunca me interesó leer novelas ni li- bros metafísicos, esotéricos o religiosos que sugiriesen una fe ciega e incondicional para aceptar las cosas. En 1963, cuando tenía 15 años de edad, me enseñó la hipnosis Orlando Rodriguez Villa, un compañero de secundaria en el Liceo de la Universidad de Antioquia, la cual puse en práctica durante aproximada- mente un año, al cabo del cual, después de haber hipnotizado algunos familiares y amigos, me pasó la fiebre y sólo lo volví a hacer a mediados de 1995, un año en el que ocurrieron muchas casualidades, todas aso- ciadas con un mismo tema. En la casa de mi madre espantaban (sensación de una presencia, pasos, gemido y encendido de la luz de la habitación sin causa física aparente), razón por la cual pedí a mi amigo Rodrigo Gaviria, cirujano plástico conocedor del Espiritismo, que me ayudara a terminar con di- chos fenómenos. Me dijo que él no era medium, pero que sí conocía alguien con ese don, y me invitó a unas conferencias sobre Espiritismo, que dieron en Medellín Raul Teixeira (de Brasil) y Jorge Berrío (de Cartagena). Este último hizo en público una sorprendente demostración de pintura psicodirigida por supuestos espíritus, consistente en la elabo- ración de varios cuadros al óleo y al carboncillo, en un aparente trance y con los ojos cerrados, cada uno de los cuales firmaba el supuesto autor. Yo estaba de espectador escéptico en la primera fila, tratando de aplicar mis conocimientos de hipnosis para entender cómo lo hacía, pero, aún hoy, debo confesar que fue algo inexplicable por vías conocidas. Esto me dejó muy intrigado y fue tema de sucesivas conversacio- nes en casa de mi madre, quien no aceptaba saber de enfermos ni de muertos en su presencia, pero que nada opinó al respecto. Aproximada- 5 AURELIO MEJÍA MESA mente a un mes de la mencionada conferencia, un día me llamó muy temprano por teléfono a mi casa, dizque para despedirse, porque ya se estaba yendo, que ya había cumplido su proceso (sin haber estado en- ferma), y a los pocos minutos se quedó dormida para siempre. Entendí que ello era una más de las causalidades, de las muchas que vendrían luego. Conversando del tema, mi amigo Roberto Luis Arango y su esposa Eugenia, me motivaron a leer el libro "Muchas Vidas, Muchos Sabios", del psiquiatra norteamericano Brian Weiss, en el que habla de hipnosis, reencarnación y vidas pasadas. A los pocos días, mi sobrino Juan David me pidió que practicara la hipnosis con un compañero suyo de la escuela secundaria, que quería saber algo de su pasado, y grande fue mi sorpre- sa cuando comenzó a relatar eventos de supuestas vidas en Grecia, Africa y España. A partir de ese momento resultaron voluntarios para hacer hipnosis casi todos los días. Al comienzo lo hice por curiosidad y ego, y luego como terapia para sanar fobias, complejos, depresiones o enfermedades de origen psicológico. Hoy, luego de más de 11 años practicando la Te- rapia de Vidas Pasadas (TVP) y dictando charlas sobre hipnosis clínica y regresiones en Colombia y el Exterior, doy gracias a Dios porque he sido testigo de numerosas sanaciones. Considero que las enseñanzas de Jesús en el Evangelio y en El Libro de Urantia, así como las explicaciones de Allan Kardec en sus libros sobre Espiritismo y las vivencias de las terapias regresivas, son suficiente para entender que el Principio Creador de todo cuanto existe, llámese Dios, Gran Arquitecto del Universo, Krishna, Energía Univer- sal, Padre, Madre, Tao, Naturaleza o Prana, es infinitamente justo, no castiga ni toma venganza, no tiene pueblos elegidos ni es patrimonio exclusivo de ninguna religión. Aurelio Mejía 6 1 Introducción La hipnosis clínica y la terapia de vidas pasadas son técnicas utili- zadas actualmente para un rápido alivio y cura de fobias, traumas de la niñez, depresión, complejos, culpas, miedos, jaquecas y enfermeda- des psicosomáticas. El procedimiento consiste en lograr que la persona recuerde los acontecimientos de su vida que dieron origen al trauma o síntoma que lo aqueja, utizando la hipnosis para acceder más fácil a los registros de la mente subconsciente. Una vez logrado eso, se le motiva para que perdone, acepte, deje ir o elabore el duelo correspondiente, lo cual libera cargas emocionales y es el inicio de la reparación o sanación. Durante este proceso puede ocurrir que la persona también narre acontecimientos no sucedidos en su vida actual, de un supuesto pasa- do remoto, y hasta hable un idioma que desconece (xenoglosia), lo cual ha sido tomado como una evidencia de la reencarnación y tema de debate: ¿Hemos sido otros anteriormente? Experimentamos esos recuerdos por diferente causa. ¿Qué hay permanente en nosotros, de lo que realmente tengamos consciencia, que pueda sobrevivir más allá de la disolución de nuestro cuerpo, de nuestra personali- dad y de nuestros yoes? Es un hecho que cada uno siente en su interior un yo que sigue siendo prácticamente el mismo aunque pasen los años y el cuerpo físico se deteriore. Por ejemplo, del bebé que ayer fui, hoy no ten- go casi nada: mis primeros dientes, uñas y cabello ya han desapare- cido, pero yo sigo siendo yo. Aunque periódicamente se renueva la piel y la sangre que recorre mis venas, yo sigo aparentemente igual. 7 AURELIO MEJÍA MESA Me reconozco desde la infancia hasta la vejez como uno mismo, aunque los gustos, creencias y manera de amar puedan haber variado, y aunque a mi cuerpo físico le hayan amputado miembros o trasplanta- do órganos de otras personas. Entonces, ¿quién soy yo? La sensación inexplicada de haber vivido anteriormente un acontecimiento, o de conocer un lugar al que apenas acabo de llegar, así como tantas leyendas de apariciones, rui- dos inexplicables y muchas otras evidencias, me hacen suponer que ya existía desde antes de la gestación de mi vida actual, y que perduraré más allá de la muerte de mi cuerpo. Es innegable que la mente puede hacer que una persona sueñe pesadillas tan reales que le hagan creer que está despierta, y que es- tando despierta actúe a veces como dormida. Por ello, a quienes pre- guntan, cuándo son reales o imaginarios las supuestas vidas pasadas, las comunicaciones con extraterrestres o personas fallecidas, nuestra respuesta es: ¡Sólo Dios lo sabe! ¿QUÉ ES HIPNOSIS? La hipnosis son estados alterados de consciencia, relajación, ensoñación o meditación profunda, en el que parecen desconectarse temporalmente los sentidos que nos comunican con el mundo exterior (olfato, audición, gusto, tacto y visión) y se facilita la comunicación con el mundo interior, o mente subconsciente. La persona en trance hipnó- tico puede enfocar la memoria para recordar hechos específicos, como si se tratara de una lente o lupa enfocando luz, y puede potenciar los recursos mentales para sanar enfermedades, recibir mensajes telepáti- cos, insensibilizar o poner rígido el cuerpo. La hipnosis no tiene víncu- los con prácticas religiosas, místicas, adivinatorias o afines. 8 INTRODUCCIÓN Aunque el estado hipnótico es algo inherente al ser y tan antiguo como la humanidad, su nombre actual apenas le fue dado por el médi- co escocés James Braid en 1843, tomando como base el griego Hyp- nos, que significa sueño, porque sus manifestaciones son similares a las de una persona dormida y con sonambulismo. Cuando un sujeto se deja influir por la sugestión, el miedo o la tensión que le produce un evento súbito inesperado, permite acceder fácilmente a su mente subconsciente para generarle un estado de trance en el que se pueden eliminar bloqueos o inhibiciones psicológi- cas. A diferencia de la mente consciente, que es la que se emplea para hablar, razonar, trabajar, querer y controlar voluntariamente las acciones, la mente subconsciente carece de raciocinio y de lógi- ca; maneja la memoria, las emociones, los complejos, los sentimientos de amor, culpa, odio y temor; trabaja con imágenes, figuras, sonidos, olores y emociones; almacena las vivencias, las prohibiciones, los ta- búes, las creencias religiosas y las enseñanzas dadas con autoridad; ejecuta las funciones automáticas; nunca duerme; siempre está lis- ta para tomar el control en las situaciones de peligro. Se puede tomar como hipnosis, el sentir temor cuando el persona- je de una película está a punto de caer a un precipicio, como si tal cosa estuviese aconteciendo realmente; el experimentar enojo cuando al- guien de la telenovela va a cometer una injusticia; el dejarse convencer por la palabrería de un vendedor profesional; el quedarse lelo mirando al vacío mientras la mente viaja por algún recuerdo; el estar absorto e imperturbable durante la lectura de un buen libro; el conducir el auto como con piloto automático mientras se está pensando en otras cosas. La hipnosis la puede lograr el político con sus discursos, el pastor con la imposición de las manos, el vendedor con su perorata, el brujo con la danza y el tambor, o el hombre de ciencia mediante unas gafas con dos pequeñas luces intermitentes. Se puede hacer a plena luz del 9 AURELIO MEJÍA MESA día y hasta en medio del bullicio de un almacén. Al encontrarse cual- quiera de los sentidos bajo la influencia de excitaciones táctiles, sono- ras o visuales monótonas e incesantes, tal como mirando fijamente el ángulo de un cuadro, puede entrar en estado de inhibición o de fatiga. Por ejemplo, cuando se le pide a un sujeto que fije su mirada en un péndulo que se mueve lentamente frente a los ojos, es normal que se produzcan lágrimas, que sienta fatiga en la vista y parpadee. Esto era aprovechado en los métodos iniciales de la hipnosis para reforzar el poder de la sugestión: "Con cada respiración, y a medida que escu- chas mi voz, siente como tus párpados se ponen cada vez más pesados y se quieren cerrar.... Sientes una agradable sensación de descanso cada vez que se cierran... Cada vez te es más dificil abrir- los... A medida que pasan los segundos, comienzas a sentir un sue- ño cada vez más profundo... Muy profundo... Muy profundo.. A la cuenta de tres, dormirás profundo: Uno.. Dos.. Tres.. ¡Dormid!". Los métodos actuales para hipnotizar han cambiado, como veremos más adelante. Se pueden sanar enfermedades de origen psicológico Así como una jeringa es un medio para inyectar la droga en el torrente sanguíneo del cuerpo, la hipnosis es un medio rápido para inducir amor, el remedio eficaz para dolencias del alma y del cuerpo. Al recordar el origen o causa de las afecciones, se tiene la oportunidad de elaborar duelos, perdonar ofensas y enfrentar situaciones para libe- rar presiones psicológicas que se manifiestan a manera de dolencias o enfermedades que no son detectadas por exámenes clínicos. Con hipnosis se puede llegar a lo profundo de la mente para des- cubrir el origen de los trastornos y reparar sus causas. Inflamaciones del colon, gastritis, dolores de cabeza frecuentes, parálisis, bloqueos de memoria, ciertos tipo de cáncer y de artritis reumatoidea, por ejem- plo, pueden ser causados por rencores, odios, miedos y depresiones. 10

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