BT301 S3 V.2 c.l VIDA DE NUESTRO ADORABLE llflllffll J1IH1IIII, «SCKITA KN UM POR El P. LUDOLFO DÉ SAJOITIA, moDge cartujo. [LUSTRAD* CON VIRUS KOTA» POR JUAN DADREO, DOCTOR TEÓLOGO EN LA UNIVERSIDAD DB FUI», TRADUCIDA T AUMBNTADA FOfi D. ¿ITOIIO BSSELLO Y SDSESA. presbítero misionero apostólico. ' BD1C10Ü DB U CIÍILUiCIM. Capilla Alfonsina «ÚHoteca Universitaria IMPRENTA DE JOAN R. 1 r 3 01 5 3 v/.v / Í ( !7 -3JB/JI'via oji'raa'W tía mniiin iri ti illU klifl 4«n*> »jasa AIKOIAB ka o-JJoaua.i w CAPITULO PRIMERO. DE LA ELECCION DE LOS DOCE APÓSTOLES, Y DE LA IKSTRUCC10N 0 3 J I U /U /A JI. H OI TTUE JESUCRISTO LES DL6. JN O era seguramente la situación de Jesús en la Judea la mas ven- tajosa para hacer prosélitos: su humildad y pobreza eran un obstá- culo casi insuperable para que los judíos creyeran en él, porque am- * m i m i N B Lim bicionando la gloria que en otro tiempo su nación había tenido, de- seaban ver en el Mesías que esperaban un rey poderoso y conquis- -v-, (HI§ng tador que en muy poco tiempo los hiciese dueños de aquellos gran- des imperios que en otro tiempo los habian esclavizado: por eso no f solo le aborrecían, sino que hacían cuanto estaba de su parte para oscurecer sus milagros y debilitar toda la fuerza de su doctrina. El precursor, que había atraído al desierto multitud de gentes con la predicación de su nueva doctrina, se hallaba preso y no quedata mas predicador que Jesús, el que predicando á los pueblos con nue- Winr.O vo y mayor fervor el establecimiento de su Iglesia, que comunmen- te llamaba el reino de Dios, confirmaba su doctrina con tantos, tan públicos y tan estupendos milagros, que contra su publicidad y evi- "" — dencia nada podían las inicuas maquinaciones do ios ministros de la Sinagoga; y mientras estos mas se esforzaban en perse; u'rle^y VHivfSpS desacreditarle, mas evidentes eran las demostraciones d d Salvador 6 los pueblos, para persuadirles la necesidad que tenían de recibir el Evangalio que les enseñaba, para gozar de los bienes que los pro- • e,bihjtk*JISH . • é i íTI fetas les habían anunciado; exhortándoles cada vez mas á la peni- cribas y fariseos habiun formado la resolución de no darse jamás á tencia, para que por ella se hiciesen dignos de merecer aquellos, sin partido y de apoderarse ü la primera oeasion de su persona para dejar empero de echar en cara á los pontífices y magistrados la aber- perderle; que se multiplícase el número de los obreros evangélicos, ración con que caminaban, y la iniquidad y perfidia con que procu- para que con la autorización é instrucciones del Salvador le ayuda- raban engañar y seducir á los que ya creían en él. •8ii en la plantación y cultivo de 1c nueva viña que debía formar la Vosotros, les decia, os llamais hijos y discípulos de Moisés, y re- bella heredad de sil Padre. husáis darle crédito habiendo escrito tan claramente de raí. El os El Señor, que nunca emprendía grandes obras sin consultarlas anunció un nuevo legislador que saldría de en medio de sus her- antes con aquel por medio de la oracion, salió de la ciudad cerca manos, cuya voz os convendría escuchar y cuyas lecciones debe- de la caída del sol, retiróse solo sobre un monte y pasó la noche ríais seguir; ¿por qué, pues, no le creeís, vísndo cumplidos sus orá- orando S Dios; sobre lo que dice sau Ambrosio [1]: Se te da el mo- culos en mi persona? En vano, os digo, pues, que yo soy, porque do y la forma de lo que debes hacer. ¿C.u5 es lo que te conviene os habéis forjado un Mesías á vuestro antojo, y no viendo pn raí lo hacer para conseguir tu salud eterna, cuando por tí Jesucristo pasa que en aquel deseáis, siempre os obstinareis en no creerme. Puro toda la noche en oracioti? ¿Qué es lo que te conviene hacer al que- nada de esto importaba; Jesús era dueño de los corazones de los fie- rer entregarte á algún oficio de pLdad, cuando Jesús ora toda la no- les, y como los atraía con beneficios, y cuando quería hacia hablar che y consulta con su Padre antes de elegir sus apóstoles? Y ad- á los mudos, lejos de disminuirse el número de sus oyentes y de los vierte que marchó solo para orar, y cuaudo ora, siempre está solo; ministros de su palabra, se aumentaba cada día mas: y ni la prisión porque los consejos humanos ninguna parte tienen en los consejos del Bautista ni las amenazas de los magistrados les imponía ni de Dios; por esto añade san Bernardo [2]: &ue cuando habló del mo- arredraba. Suave y eficazmente habia preparado el Señor los áni- do conque debía hacerse la oracion, dijo: Cuando tú orares métete mos de sus discípulos, y por sinnúmero de creyentes que iban en en tu cuarto, y cerrada la puerta ora & tu Padre; y este que pene- pos de él y todos estaban dispuestos para oir grandes verdades pu- tra y ve los escondrijos mas secretos, despachará, benignamente tus do decir muy bien á los escribas y fariseos: Yo soy el Hijo de Dios súplicas y oraciones El practicó lo que enseñaba. Solo ora toda igual á mi Padre, y Dios como el; porque le acreditaban de tal la la noche, no solo escondiéndose de las turbas, sino que no admite edificación de su vida, el esplendor de sus milagros, el sucesivo cum- en su compañía ni á alguno de sus discípulos ni á alguno de sus plimiento de los oráculos de los profetas, y porque ya confrontando domésticos; asi tú cuando orar quisieres, lo mismo debes hacer. Le- todo esto con las profecías, no se podría dejar de creerlo sin la mas vántate tú, pues, dice el Crisostomo [3], para orar en medio de la notoria criminalidad. noche, porque entonces parece que está mas pura el alma; porque las mismas tinieblas de la noche excitan mas á compunción, y está De todas partes salían en tropel las turbas para oir á tan divino como mas desnuda de los afectos de la tierra para volar hasta el cie- Maestro, despoblándose las ciudades para ir en su seguimiento y lo. Entonces ante la vista de la imagen pavorosa del silencio del solo aquellos que debían estar los mas bien dispuestos para prestar- sepulcro, no la molesta la gloria vana, ni la agita ni conmueve la e fe, porque eran los mas versados en las Escrituras santas, eran excitación violenta de las pasiones: ¡ah! no es tan poderosa la los mas rebeldes: y si la Judea toda entera no creyó en él ni se so- acción del fuego para consumir el hollín que lo carcome, como lo metió al yugo suave de la nueva ley que se le anunciaba, fué por- que los sacerdotes y doctores formaron una liga espantosa contra Jesucristo, y nunca cesaron de contradecirle ni de perseguirle- con [11 r>iv. Ambros. cap. VI in Lue. 12] Dir. Bern. in cnp. VI Maoth. venia por lo tanto, atendidas todas las circunstancias, y que los es- [>•] Div. Crisost. Hom. 42 ad popul. Antiochen. TOM. n. P.—2, 6 VIDA DB JESUCRISTO. es la oracion de la noche para matar y apartar del corazon de la había podido pervertir la envidiosa malicia de los fariseos, y otros criatura la oruga del pecado. Las cosas que lastimaron por el dia desde Tiro y Sidonia, y de la costa de los mares, llamó á la al- los rayos abrasadores de! sol, por la noche se templan y refrigeran; tura del monte á cierto número de discípulos [1], los que quiso, los las lágrimas que un la oracion derrama por la noche un corazon que aunque no todos hubiesen contraído para con su Majestad em- compungido, son mas refrigerantes que todos los rocíos; ellas apa- peños particulares, no obstante se manifestaban mas adictos á su per- gan los ardores de la concupiscencia y cualquiera otro tumor que sona que otros muchos que asimismo le seguían, y les dió á enten- produzca el fuego de las pasiones. Sécase por el dia el corazon que der que quería distinguirles sobre todos los demás, elevándolos a por la noche no se riega con este rocío. Ora por tanto por la noche, un mas alto destino. y da á conocer que no solo el dia, sino también la noche, al alma Doce eran las tribus de Israel, y según el número de ellas eligió pertenece. Óeja el mundo y ora de noche huyendo á la soledad, á doce, que ya no habian de ser solamente discípulos suyos, sino y no dudes que en ella te hablará el Señor, y tal vez te hará claras que también bajo sus órdenes habian de desempeñar las funciones é importantes revelaciones, como las hizo siempre á sus amigos y de coadjutores, ministros y predicadores, y le habian de ayudar & favorecidos. extender la doctiina de su Evangelio. A estos les dió el nombre de Cuando Cristo ora, nos enseña la teoría, y cuando predica y ensa- apóstoles, esto es, enviados; los revistió de su autoridad y los forta- ña, nos demuestra la práctica de la vida del cristiano, no sea cosa que leció con su poder. No hay duda que hecha la elección por Jesu- alguno por la enseñanza y cuidado del prójimo que debe tener, Se cristo, ella soia era mía declaración manifiesta de la gracia particu- resfrie ó entorpezca eu el cuidado de la contemplación, ó que por el lar de que estaban adornados, y el número de doce ora el comple- continuo ejercicio de esta deje los trabajos de la vida activa qjie de- mento de muchos enigmas y figuras que hasta cut nces no habian ben refluir en beneficio y favor de aquel, Por esto acostumbra i podido comprenderse. Los doce apóstoles estuvieron designados y repetir con frecuencia á sus monges el santo abad del Carnaval [1]: figurados en los doce patriarcas de la antigua ley, cabezas y pa- Venid, y subamos al monte del Señor y á la casa del Dios de Jacob, dres de las doce tribus [2], porque ellos engendraron espirituaimen- y allí nos enseñará sus caminos, sus intenciones, sus pensamientos, te todo el pueblo cristiano. Lo estuvieron en las doce fuentes de su voluntad, sus afectos, y todo lo que piensa y medita en sus con- Helim [3], porque con sus doctrinas regaron c! hermoso jardín de sejos sobre los hijos de los hombres. Venid, subamos al monte del la Iglesia que plantaron en todo el universo. En las doce piedras Señor, en el lugar alto desde donde nos observa y mira, y ve todos del racional del sumo sacerdote ewgastadas en <*o, y en las que es- nuestros cuidados, solicitudes, afanes y penas: desde donde mas de taban escritos los nombres de la doce tribus [4], porque revestidos cerca nos oye y se apresta para consolarnos y remediarnos. Suba- del oro purísimo de la caridad, adornaron la Iglesia sania con sus mos, y él nos saldrá al encuentro. ¡Oh! y cuán pronto. Las tur- virtudes y ejemplos. Y lo estuvieron en tantas y tan repetidas co- bas seguían á Jesús y subían al monte para oirle, y él descendía sas, que no es posible traerlas á la memoria para exponerlas en es- del monte para hablarles; pero era de dia: mas luego que fué de dia, te lugar: sobre todo, fueron doce los apóstoles para designar nn gran y antes'áe bajar á la llanura, que aunque era un lugar desierto es- misterio que ya fué prefigurado en el racional del supremo sacerdote. taba poblada de personas hambrientas de oir la divina palabra, y En cuatro órdenes mandó el Señor se colocasen las piedras preciosas de enfermos que le habían seguido desde Judea y aun de Jermalen, que debían adornarle, porque tres veces cuatro son doce; y en el pri- pues a mi contaba esta ciudad gran número de fieles á quienes no [11 More. cap. III. v. 13. 12 Genes, cap. 33, v,. 23, 21,23 et 26. [31 Esod. cap. 15. v.27. [4] Exod. cap..33, »». 17,18,10 et 20. [1] Div. Bcraard. lib-1 Modit. TÍDA ÖE HfcáSft. '9 mer número se manifestaba el adorable misterio de la Santísima el privilegio de andar mas cerca'de Sri' persona; y arinque fés'lióh- Trinidad, que habia de sei anunciado por los doce apóstofes en las ró con el nombre de apóstoles, no lésdió todavía ciertos poderes'rié- cuatro partes del mundo, bautizando todas las gentes en el nombre cesarios para llenar este hombre, lós que les comuhitíó después''al del Padre, y de! Hijo, y del Espíritu Santo, según la misión quelés tiempo de su misión, y cuando los erivió á predicar de:dös en 'des. habia de dar el Maestro divino; por lo que, de la JerúSalen s'ánta, Es muy digne de notar qüe ninguno de los cróhistas sagrados ciudad del Señor que bajó del cielo, está escrito [1]: Que tenía un deja de poner á Simon Pedro á la cabeza der apostolado, nomWSn- muio grande y alto con doce puertas, y cu las puertas doce ánge- dole siempre el primero'entre los apóstoles y discípulos del Sala- les, y nombres esculpidos, que son los nombres de las doce tribus'de dor, y no falta qiiién Observa qUe Simon, á quien su Majestad dló les hijos de Israel, tres puertas al Oriente, tres al Norte, tres al 'Me- el nombre de Pedro, era el primero; esto 'és, el cabeza y'príncipé del diodía, y otras tres al Pouiente. Y el muro de la ciudád tenia do- colegio apostólico. Santiago ó Diego, y su hermano Juan también, ce cimientos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del se llamaron por el Señor Boanerg'és, esto es, hijos del trueno, por- 'Cordero. Con cuyas figuras ó alegorías se demostraba qüe por la que después de Pedro fueron los más ardientes y fervorosos'eri'el predicación de los apóstoles y desús sucesores, todas las naciones celo y servicio de su Maestro. Tres de los últimos apóstoles 'eíá'n de la tierra han de entrar en el gremio de la Iglesia por la confe- conocidos por'el parentesco cercano con el'Sálvador, por Ser sobri- sión de la santa é individua Trinidad. nos de san José, padre putativo de Cristo, el qrie tuvo á CleópUss Nombró, pues, ci Señor públicamente á los escogidos para ap'ós- por hermano, que casó con María, quepór eSto se llamó María Cléo- loles, los que fueron Simón, por sobrenombre Pedro, hijo de Júan; phe; y María Salomé qtie casó con el Zébedeo; y no fáita' táíri- y Andrés su hermano; Diego y Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y bien quien dice que tuvo también otra heímáila cuyo nómtreSe'iig- Bartolomé, que se cree fué Nathanael. Estos seis hacia ya mas nora, que se casó con Galileo, llamado Jacobo, del cualsuponen qile tiempo que se habian dedicado al servicio de Jesús; pero principal, fueron hijos Judas ó Tadeo, que fué apóstol, y San Simeon, discí- mente Pedro, Juan y Diego, casi siempre lo habian acompañado pulo del' Salvador. Sea empero "de 'esto lo que fuese, siempte' Véstil- desde su primera vocacion, por lo que les distinguió constantemen- ta que Jacobo el menor, Simon f Judas, apóstoles de Jesucristo; eran te y les dispensó las mayores confidencias. Si de los otros'se excep- sus priinos hermanos, y en este concepto se les fiOmbrá comnnäÄn- túa Mateo ó Lev:, hijo de Alpheo, á quien el Salvador habia llama- te hermanos de Jesús. do poco antes, conyírtiéndole do publican» eu apóstol, ninguno de Entro los apóstoles fué elegido Judas Iscariote para demostrar los demás parecia merecerle tanta confianza; sin embargo, fueron asi- qiie en esta parte se habia cumplido también la profecía de David mismo proclamados apóstoles Tomás 6 Didymo, Diego ó Santia- cnliklo dijo: ün hombre con quien tivia yo eri 'dulce paz, ele qtáen go el menor, hijo de Jacobo; Simón Cantineo, á quien los griegos yo me fiaba, y qué comia dé mi pan, ha urdidó contra mi uñét grün- dieron el sobrenombre de Celoso ó Celador, porque era de Caná, que de traiáon [1]; como también para evidériciár la inculpabilidad de significa celo, y Judas el traidor llamado Iscariote, porque era de los buenos cuando eii sil asociación y compañía se asocia ó riíéicla Carioth, que fué el que después vendió y entregó su Maestro á los algún malo. O para manifestar, cómó dice san'Ambr&sio^2],iiÜ4n judíos; por cuya razón se escribe siempre su nombre y se pronuncia grandes, cuän sublimes, cuan incontestables son las verdades que con horror. Con todo, es de notar que no les comunicó desde luego el Señor predica, cuando no se invalidan ni deStrúyén teniendo por todos los dones y gracias aligadas al aposfolado;'soto les concedió contrario tino de los ministros que había elegido para'anunciarías [1] Ps. 40. v. 10. [1] Apocal.vp. cap 21, vs. 12,13« 14. [2] Div. Ambros. ín cap. 6 Luc. al mundo. Quiso ser abandonado, quiso ser vendido, quiso ser en- El principal encargo que su Majestad les dió, fué el que predica tregado por su apóstol, para que cuando tú lo seas por tu compañe- sen la penitencia, porque se acercaba á ellos el reino de los cielos; ro 6 amigo, lo lleves con paciencia y no te irrites por haber errado esto es, el tiempo en que se iba á establecer el reino del Mesías que til juicio y haber perdido el beneficio que le hiciste. Nombra á los habia aparecido ya entre los hombres para fundar su Iglesia, en la apóstoles por sus propios nombres, para que los pseudo ó falsos que no queriendo entrar los judíos habian de ser abandonados, y apóstoles no pensasen ingerir los suyos en la lista de los verdade- los estraños ocuparían el lugar destinado para los hijos; y que para ros; y conocidos estos por los fieles fuesen excluidos aquellos: y los atraerlos empleasen todos los medios que ponia en sus manos para eligió de humilde nacimiento, rudos y deshonrados á la vista de los justificar y autorizar su misión, curando á sus enfermos, resucitan- hombres, para que se conociera que todo lo grande y admirable que do á sus muertos, limpiando sus leprosos, y lanzando los demonios ellos hiciesen, Él mismo lo hacia y obraba con ellos. que atormentaban sus cuerpos, repartiendo graciosamente estos be- No faltará quien á vista de esto piense y crea que la carrera del neficios, ya que graciosamente se les conferia el poder para obrar- apostolado fué por lo mismo la de los goces y satisfacciones, porque los. Era preciso ser Hijo de Dios para tener un poder tan extenso elevados y sostenidos por un hombre de tanto poder como Jesucris- y conferirlo. to, seguramente dicen que debieron merecer y gozar; pero ;cnánto Como el espíritu de pobreza sobresalía de una manera tan grande se engañan! La carrera del apostolado 110 fué sino la de los traba- en Jesucristo, quería que fuese uno de los caracteres distintivos de jos, la profesión de la pobreza y la escuela del martirio, hasta que sus apóstoles, y asi les previno que en aquellos viajes que iban á pasados los tiempos borrascosos de los primeros siglos y las san- emprender no llevasen oro ni plata, ni especie alguna de moneda grientas persecticionos do los tiranos, pudieron sus sucesores ejercer en sus bolsillos; ni una alforja, ni provisiones para el camino; ni ves- de alguna manera su autoiidad sin tan manifiesta oposicion depar- tidos dobles, ni aun calzado para mudarse en caso de necesidad: lle- te de los gobiernos, aunque hayan tenido siempre que luchar con la gando á tal grado su extremado celo por la pobreza, que hasta les pertinacia de los herejes, y combatir la necia y obstinada contradic- previno nci llevasen báculo que indicase ser instrumento de su pro- ción de los impíos: por consiguiente, la honrosa distinción que el pia defensa, siuo solamente un cayado para apoyarse y sostenerse. Maestro divino les dispensó, fué para hacerlos compañeros de sus Tal era ta mbien la confianza que queria tuviesen en su providen- trabajos; á este efecto los dió poder y autoridad para curar los en- cia, para que supiesen que él que los enviaba tendria cuidado ds fermos, y lanzar los espíritus malignos de los cuerpos que poseiani que nada les faltase. Mas á pesar do todo esto no quiso el Señor mandándoles qne fuesen á predicar el Evangelio del reino de Dios; desconociesen la nobleza y elevación de su destino, y por esto les pero es preciso advertir que no fué esta aquella misión general que dijo: Tan luego como entráreis en alguna ciudad ó pueblo, ó aun- después les dió, porque esta fué particular y muy limitada. que sea un pequeño castillo ó aldea, informaos cuál sea la persona mas digna, y allí hospedaos, quedando en su casa hasta que sal- No marchéis, les dijo, á naciones estrañas, ni entreis en sus ciu- gais de la ciudad; qne fué lo mismo que si les hubiera dicho: Sabed, dades. Significábales el Señor la Tiberiades, Cesárea de Philippo, que por la cua üdad de enviados y ministros mios, se os debe la ma- Julia, y algunas otras pobladas de griegos y romanos que se halla- yor consideración, y que se honra mucho <2 sí mismo el que os recibe ban situadas en los contornos de Cafarnaum y en toda la Galilea, por huéspedes [/ ]• Vosotros, empero, saludareis la casa y á los que mandándoles expresamente que no visitasen las de los samaritanos, la habiten cuand o entreis, dándoles en mi nombre la paz, esto es, sino que fuesen á buscar las ovejas que se habian perdido de la ca- sa de Israel, porque á estas era muy conveniente ofrecerlas desde luego la luz. [1] Math. eap. 10. 11. 12 VIDA DE JESUCRISTO. ' ' O r¡.-.•>•.'. u Tft ..i.> deseándoles Iodos los bienes y prosperidades que por su caridad y sus sinagogas cruelmente azotados. No queriendo sufrir la predi- virtudes sean dignos de merecer. Si lo fuesen, Dios oirá vuestros cación de la doctrina santa que les anunciéis, harán mil esfuerzos ruegos, y los llenará de bendiciones; pero si desgraciadamente no para que no habléis: os entregarán á los presidentes y reyes acu- lo fuesen, vuestra paz recaerá sobre vosotros, recogereis las bendi- sándoos en su presencia por el grande odio que tienen á mi perso- ciones de cielo, y con ellas el premio de vuestra caridad; porque es na y doctrina; mas vosotros les daréis entonces testimonio de quién la voluntad de Dios que esta virtud que tanto le agrada, reciba to- soy. En estos casos debeis hablar llenos de confianza, no dudan- das las recompensas y misericordias que la ha vinculado. do el cómo ó lo que habéis de hablar, sino que debeis anunciar con La ingratitud, que es el carácter distintivo de los hombres, ases- intrepidez las verdades del Evangelio, sin miedo á las persecucio- tará alguna vez contra vosotros sus tiros, y sucederá, que aunque nes, dando á conocer S todos que llegó ya el reino de Dios. les lleváis tan felices anuncios, no quieran recibiros ni en sus ciuda- No hay duda que la persecución que sufrieron los apóstoles y des ni en sus casas; entonces salid prontamente de ellas y sacudid los primeros cristianos de parte de los gentiles, fué, horrible; pero el polvo de vuestros piés en testimonio de vuestra justa indignación: ello, es por desgracia demasiado cierto, que no fué menos atroz de así leí anunciareis la maldición de Dios, y este polvo que arrojareis parte de los judíos. Pedro y Juan fueron entregados con ignomi- sobre sus frentes, atestiguará contra ellos en el dia de la justicia del nia al tribunal de los ancianos de la nación; de los príncipes de los Señor, que les anunció el Evangelio y no quisieron oirlo ni sujetar sacerdotes, y el mismo Pedro se hallaba ya en vísperas de ser sa- se á él. En verdad os dijo, que la iniquidad de los de Sodoma y crificado para satisfacer las exigencias del judaismo. Santiago lo Gomorra será mas tolerable á los ojos del Señor en aquel espantoso fué con el mismo objeto y por el propio tirano. Pablo fué azotado dia, que la ingratitud de aquellos que despreciaren la misericordia hasta cinco veces en los concilios de su nación, conducido ante Fé- y la gracia que les vais á ofrecer. lix y Festo, presidentes de la provincia, y_citado ante Agrippa, rey Pafece que estas prevenciones que hizo Jesús á sus apóstoles pa- de Judea: y Estéban fué apedreado en un sedicioso tumulto de la ra que desempeñasen con dignidad y fruto este primer ensayo de Sinagoga: además de otros muchos cuya memoria no nos supieron su apostolado, eran mas que suficientes para ello; paro no se con- conservar los historiadores de aquellos tiempos, ó por el miedo de tentó su Majestad divina con ellas, puesto que después de su muer- la persecución, ó porque los archivos é instrumentos públicos fue- te les habia de confiar empresas mas grandes en las que tendrían ron en su mayor parte arrebatados y destruidos por los tiranos. Pe- que arrostrar mayores peligros, y mas terribles y espantosas tribu- ro lo que ha podido conservarse es muy bastante para dar á cono- laciones; y así les añadió: Ved ahí que yo os envió como ovejas cer cuán atroz fué la persecución que tuvieron que sufrir de parte en medio de los lobos; esto es, solos, desarmados y sin defensa: os de sus hermanos los judíos, cuántos fueron los obstáculos que tu- enoargo por lo tanto la prudencia de las serpientes y la simplicidad vierou que vencer, cuántos los combates que tuvieron que sufrir, de las palomas: la primera, para que atentos á las astucias de los y cuántos los oprobios é insultos que tuvieron que tolerar, para dar perseguidores del Evangelio, examinando todas sus acciones y pa-' i¡ sos, sepáis oportunamente precaveros, manteniéndoos siempre fir- cima á los importantes designios que su Maestro les habia confia- do. Aunque también es innegable que fué muy conveniente les mes en la fe que vais á anunciarles, evitando como las palomas, los previniera, no fuese cosa, que al ver desencadenarse contra ellos lazos, sin hacer daño alguno á los que os los armaren. Guardaos, persecución tan inaudita y bárbara, hubiesen creido que su Majes- repito otra vez, de los hombres, que cuanto mas bien les hagais, tad los habia abandonado. tanto mas aumentarán contra vosotros sus desprecios y malos tra- Estos sublimes documentos, que convendría continuamente repe- tamientos. Os entregarán á sus consejos y tribunales, y sereis en tir para que no los olvidasen jamás los sucesores de los apóstoles, -!! i* .0" -ir.t- ,ri:rM [I] TOH. u. r.—3. ¿ ú c z i a s:
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