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Vida de Miguel de Cervantes PDF

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GREGORIO MAYANS Y SISCAR VIDA DE CERVANTES PROMETEO SOCIEDAD EDITORIAL Gcrmanías,35.—VALENCIA EL PRIMER BIÓGRAFO DE CERVANTES, DON GREGORIO MAYÁNS Y SISCAR (1699-1781) Más de una centuria había transcurrido desde la muerte del ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra, y ni la popularidad que alcanzara su nombre, ni las numerosas ediciones que de sus obras habían gemido las prensas del orbe civili- zado, ni el constituir el más legítimo orgullo de la raza neolatina, hubieron de ser causas suficientes que obligaran á los humanistas, historiadores y críticos á darnos una siquier sucinta biografía del ilustre «Manco», digna de ser tan conocida, por lo menos, como lo era la del loco manchego que Cervantes concibiera con su creadora fantasía y -dio forma con el mágico estilo de su bien cortada pluma. Hubo necesidad de que un hispanista ilustre, ferviente admirador del más excelso de los nove- listas, se diera cuenta del imperdonable olvido en que se tenía al «Príncipe de los ingenios» é hiciese partícipe de sus ideas al más docto escritor que en ^quel tiempo florecía en España, el insigne y eru- ditísimo valenciano don Gregorio Mayáns y Sisear. Era don Gregorio, á la sazón, biblioíecario def rey Felipe V, cargo que se le había conferido por su profundo saber y talenro portentoso. Habíase distinguido Mayáns por sus trabajos de biografía y crítica literaria, y á él se dirigió lord Carteret, conde de Grandville, en súplica de que honrara la memoria de Cervantes escribiendo su azarosa y singular vida. No tardó mucho tiempo el polígrafo Mayáns en complacer al noble hispanista inglés, y el año 1757 salía en Madrid, de las prensas de Juan de Zúñiga, la «Vida de Miguel de Cervantes Saavedra, autor don Gregorio Mayáns y Sisear, bibliothecario del Rei Catholico» (1). El conde de Grandville, deseoso de correspon- der al obsequio de don Gregorio, la hizo reimpri- mir en Londres, en 1758, ai frente de la bellísima edición del Quijote, por los hermanos Juan y Ro- berto Tonson (2). En la «Dedicatoria al barón de Carteret», intenta Mayáns explicar el desvío de los literatos hacia Cervantes, diciendo que era «dignísimo de mejor siglo, porque aunque dicen que la edad en que vivió era de oro, yo sé que para él y algunos otros beneméritos fué de hierro. Los envidiosos de su in- genio y elocuencia le murmuraron y le satirizaron. Loshombres de escuela, incapaces de igualarle en la (1) En 8.° 4 hjs. prels. r 204 págs. (2) Cuatro tomos en 4.'* mayor. invención y arte, le desdeñaron como á escritor no científico. Muchos señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones, sin querer favorecer al ma- yor ingenio de su tiempo. Los escritores de aquella edad (habiendo sido tantos), ó no hablaron de él, ó le alabaron tan fríamente, que su silencio y sus mismas alabanzas son indicios ciertos, ó de su mucha envidia, ó de su poco conocimiento». Tarea dificultosa debió ser la de don Gregorio para reunir los datos de la biografía de nuestro gran novelista, tanto más si se tiene en cuenta que las veladas alusiones y detalles autobiográficos que se hallan esparcidos en las diferentes obras de Cervantes no se presentan, en la mayoría de los casos, con aquella claridad que hubiera deseado el historiador, y se prestan muchas veces á torcidas interpretaciones. No obstante, la publicación de la Vida de Cer- vantes obtuvo lisonjero éxito, siendo acogida por los doctos con verdadero entusiasmo, reimprimién- dose, tanto en España como en el extranjero, mul- titud de veces, y alcanzó el honor de ser tradu- cida á varios idiomas, constituyendo por espacio de varios lustros la única fuente en la que pudieron saciar su sed los admiradores del «famoso ex cau- tivo de Argel». La casualidad, unas veces, y el ímprobo trabajo de ios cervantistas, otras, han venido posterior- mente á poner en claro muchos puntos obscuros ó 8 simplemente indicados en la obra de Mayáns. Hasta el año 1752 se tuvo como verdad inconcusa que la patria de Cervantes fué Madrid, pero el bene- dictino Fr. Martín Sarmiento hubo de leer en la Topographia é historia general de Argel, com- puesta por el P. M. Haedo, los sucesos de Cervan- tes durante el cautiverio, donde se afirma que era un «hidalgo principal de Alcalá de Henares». Trans- mitida esta noticia á los amigos del sabio conti- nuador de Feijóo, buscaron en aquella ciudad la partida de bautismo del autor de La Calatea, docu- mento que fué el primero en publicar don Agustín de Moníiano y Luyando, en 1755, y que figura en la página 10 del Discurso segundo sobre las Trage- dias españolas, impreso en Madrid por el tipógrafo Orga, establecido más tarde en Valencia. Los posteriores trabajos de los cervantistas Pe- llicer, Clemencín, Navarrete, Asencio, Pérez Pastor y otros son tan conocidos como las obras del in- mortal creador de Don Quijote de la Mancha. En cambio, la obrita de Mayáns ha sido injusta- mente olvidada, pues, aparte de haber sido la pri- mera en el orden cronológico, todavía conserva en algunos puntos verdadero interés y se lee con de- lectación por la viveza de su estilo y las curiosas noticias que contiene. Gil y Calpe J. AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON JUAN, BARÓN DE CARTERET, ETC., ETC. Excelentísimo señor: Un tan insigne escritor como Miguel de Cer- vantes Saavedra, que supo honrar !a memoria de tantos españoles y hacer inmortales en la de los hombres á los que nunca vivieron, no tenía hasta hoy, escrita en su lengua, vida propia. Deseoso V. E. de que la hubiese, me mandó recoger las noticias pertenecientes á los hechos y escritos de tan gran varón. He procurado poner la diligencia á que me obligó tan honroso precepto, y he ha- llado que la materia que ofrecen las acciones de Cervantes es tan poca, y la de sus escritos tan di- latada, que ha sido menester valerme de las hojas de éstos para encubrir de alguna manera con tan rico y vistoso ropaje la pobreza y desnudez de aquella persona dignísima de mejor siglo, porque aunque dicen que la edad en que vivió era de oro, yo sé que para él y algunos otros beneméritos fué de hierro. Los envidiosos de su ingenio y elo- cuencia le murmuraron y satirizaron. Los hombres de escuela, incapaces de igualarle en la invención y arte, le desdeñaron como á escritor no científico. Muchos señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones, sin querer favorecer al mayor ingenio de su tiempo. Los escritores de aquella edad (ha- 10 hiendo sido tantos), ó no hablaron de él, ó le alaba- ron tan fríamente, que su silencio y sus mismas alabanzas son indicios ciertos, ó de su mucha en- vidia, ó de su poco conocimiento. V. E. le tiene tan justo de sus obras, que ha manifestado ser el más liberal mantenedor y propagador de su memoria; y es por quien Cervantes y su Ingenioso Hidalgo logran hoy el mayor aprecio y estimación. Salga, pues, nuevamente á la luz del mundo el gran Don Quijote de ¡a Mancha, si hasta hoy caballero des- graciadamente aventurero, en adelante por V. E. felizmente venturoso. Viva la memoria del incom- parable escritor Miguel de Cervantes Saavedra. Y reciba V. E. estos apuntamientos como cierta y perpetua señal de la gustosa y pronta obediencia que profeso á V. E. Y cuando yo en ello no haya conseguido el acierto que merecen los preceptos de V. E. (que no vivo tan satisfecho de mí, ni soy tan ambicioso que presuma y espere tanto), á lo menos quedaré contento con la gloria de mi ob- sequio. Don Gregorio Maváns y Siscar VIDA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA NATURAL DE MADRID <'> su AUTOR DON GREGORIO MAYÁNS 5ISCAR Miguel de Cervantes Saavedra, que viviendo fué un valienre soldado, aunque muy desvalido, y escritor muy célebre, pero sin favor alguno, des- pués de muerto es prohijado á porfía de muchas patrias. Esquivias dice ser suyo, Sevilla le niega esta gloria, y la quiere para sí. Lucena tiene la misma pretensión. Cada una alega su derecho, y ninguna le tiene. 1. Defiende la parte de Esquivias don Tomás Tamayo de Vargas, varón eruditísimo: quizá por- que Cervantes llamó «famoso» á este Lugar; pero el mismo Cervantes se explicó diciendo: «Por mil causas famoso: una por sus ilustres linajes, y otra por sus ilusírísimos vinos.» 2. El grande émulo de TaiTiayo, don Nicolás Antonio, patrocina la causa de Sevilla, y para pro- (1) Según los descubrimientos posteriores, Cervantes fué bautizado el domingo 9 de Octubre del año 1547 en la igle- sia de Santa María la Mayor, de .alcalá de Henares. A más de la partida de bautismo, publicada en 1755 y reproducida varias veces en facsímile, se prueba sernatural de Alcaláde Henares por un autógrafo de Cervantes, firmado en Madrid á 18 de Diciembre-dMe 1580. (Véase Doc. cerv.. de P. Pastor, tomo I. pág. 65). de/E.

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