Description:Estaba sentado en un coche, eso era seguro porque a una pulgada de mi nariz había un volante y más allá el salpicadero anticuado, y el parabrisas, y aún más allá una oscuridad absoluta. Aquello era un coche, pero estaba ladeado de un modo muy curioso. Mi cuerpo descansaba contra el respaldo y era igual que si el morro del coche apuntara a las estrellas. Sacudí la cabeza. O intenté hacerlo, porque el primer movimiento brusco empezó a dolerme como el infierno. Resultó una llamarada que se extendió por el resto del cuerpo y ya no hubo una pulgada de mi piel que no doliera con creciente intensidad.