UNIVERSIDAD, INVESTIGACIÓN Y PERIODIS MO DIGITAL FerCnoaorndindaodo rSesa dbe élas p uTbulicramcióon: José Juan Verón Lassa Edita: Universidad, investigación y periodismo digital UNIVERSIDAD, INVESTIGACIÓN Y PERIODISMO DIGITAL Coordinadores de la publicación: Fernando Sabés Turmo y José Juan Verón Lassa COMITÉ CIENTÍFICO Presidente Fernando García Mongay Director del Congreso Coordinadores Fernando Sabés Universidad Autónoma de Barcelona José Juan Verón Universidad San Jorge Vocales José Luis Trasobares Presidente de la Asociación de la Prensa de Aragón Marcial Murciano Universidad Autónoma de Barcelona Xosé López Universidad de Santiago de Compostela Lorena Romero Universidad de Sevilla David Caldevilla Domínguez Universidad Complutense de Madrid Ricardo Carniel Bugs Universidad Autónoma de Barcelona Edita: Asociación de Periodistas de Aragón Dirección: C/Cinco de Marzo, 9. Entlo. 50.004. Zaragoza Dirección en internet: www.congresoperiodismo.com Coordinadores de la edición: Fernando Sabés Turmo y José Juan Verón Lassa © Los autores © Asociación de la Prensa de Aragón Depósito Legal: Z-283-2014 ISBN: 978-84-87175-50-3 2 Universidad, investigación y periodismo digital Índice: ¿ISLAMOFOBIA EN LA PRENSA DIGITAL? ANÁLISIS DE LOS COMENTARIOS EN “LA INOCENCIA DE LOS MUSULMANES” Alfonso Corral García 5 LA EXPANSIÓN DEL RUMOR EN LOS MEDIOS DIGITALES Ángeles Fernández Barrero 19 EL REPORTAJE UN CLÁSICO DE LA RADIO OFFLINE EN LA ERA DE LA RADIO ONLINE Chelo Sánchez Serrano y Aurora Pérez Maíllo 36 ¿CÓMO SER TT SIN TENER UNA ESTRATEGIA COMUNICATIVA EN RRSS? EL CASO DE LOS LÍDERES POLÍTICOS Y DEPORTIVOS Cristina Zurutuza Muñoz y Ana Fuentes Vicente 48 LOS MEDIOS DIGITALES EN LA REDUCCIÓN DE LA DELINCUENCIA: EL CASO DE MÉXICO Edith Carbajal Triano 63 EL USO DE LAS REDES SOCIALES EN LOS MEDIOS DIGITALES ESPAÑOLES Fátima Martínez Gutiérrez 78 LOS BENEFICIOS, EN EL MODELO DE NEGOCIO DE LAS EMPRESAS PERIODÍSTICAS DEL SIGLO XXI Javier Galán Gamero 94 ADOLESCENCIA PROGRAMADA Javier Lizaga Villarroya 111 PATRONES DE CONSUMO INFORMATIVO DE LAS AUDIENCIAS DIGITALES: ENTRE EL INTERÉS PÚBLICO Y LAS SOFT NEWS Jesús Cruz Álvarez y Juan Carlos Suárez Villegas 128 PERIODISMO Y PUBLICIDAD DIGITAL EN ESPAÑA: ANÁLISIS EMPÍRICO Joan Francesc Fondevila Gascón 140 REFLEXIONES SOBRE COMUNICAR Y OPINAR EN EL PERIODISMO DIGITAL José Juan Verón Lassa y Fernando Sabés Turmo 153 REPUTACIÓN, EGOLATRÍA O IDENTIDAD: EL ESPEJO DE NARCISO EN LAS REDES SOCIALES José María Perceval, Nuria Simelio, Maria Forga y Teresa Carreras 161 LA CREDIBILIDAD EN TWITTER: LA VISIÓN DEL PERIODISTA Leire Dieste, Lara García y Víctor Manuel Pérez 174 3 Universidad, investigación y periodismo digital CANAL NORTE TV DIGITAL. UN CASO DE ÉXITO EN EL ÁMBITO PÚBLICO Luis Manuel Candil Martín y Laura Rodríguez Galindo 187 TIEMPO REAL Y PORTABILIDAD DE CONCEPTOS EN REDES SOCIALES: NUEVAS VÍAS DE INVESTIGACIÓN PARA LA DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA Manuel Gago Mariño , Carlos Toural Bran y Xosé López García 200 THE VALUE OF PROXIMITY: EXAMINING THE WILLINGNESS TO PAY FOR ONLINE LOCAL NEWS Manuel Goyanes 216 LA RELACIÓN DE LA RADIO CON INTERNET, AMENAZAS Y OPORTUNIDADES PARA UN MEDIO QUE SE ADAPTA AL CAMBIO Raúl Terol Bolinches 232 LOS BLOGS DE LOS DIPUTADOS: ANÁLISIS DE SU ACTIVIDAD Y DE SU VÍNCULO CON REDES SOCIALES EN 2012 Ricardo Zugasti Azagra y Ignacio García Royo 244 ESTUDIO DEL CASO DE NACIÓ DIGITAL COMO MEDIO DIGITAL DE PROXIMIDAD Mònica Puntí Brun 254 4 Universidad, investigación y periodismo digital ¿ISLAMOFOBIA EN LA PRENSA DIGITAL? ANÁLISIS DE LOS COMENTARIOS EN “LA INOCENCIA DE LOS MUSULMANES” Alfonso Corral García Universidad San Jorge [email protected] Resumen Este trabajo muestra el comportamiento de los lectores de la prensa digital en torno a La inocencia de los musulmanes. Esta película supone un nuevo hito en las crisis internacionales surgidas por la representación del profeta Mahoma. Para lograrlo se ha llevado a cabo un estudio categórico de los comentarios efectuados en las noticias aparecidas en las versiones online de El Mundo y El País. La finalidad es conocer hasta qué punto los lectores mantienen una actitud islamófoba y comprobar si el diario es un factor diferencial. Además, se ha tratado de discernir la idoneidad de este tipo de géneros cibernéticos. Palabras clave: islamofobia, comentarios, interactividad, ética, prensa digital. Abstract This paper shows the readers behavior around Innocence of Muslims. This film has become a milestone in international crisis since the representations of the Prophet Muhammad. To achieve the purpose, a categorical study about the commentaries of the news in the version online of El Mundo and El País has been done. The objective is to get know if the readers have an Islamophobic attitude and if the newspapers are an influenced factor. Besides, the suitability of this cybernetic genre has been treated. Keywords: islamophobia, comments, interactivity, ethics, online newspapers. 1. Nuevos escenarios, viejas tradiciones El naciente paradigma social surgido de las revoluciones democráticas que dieron comienzo en Túnez durante los últimos días de 2010 bien podía haber sido el mejor argumento para derribar muchos de los clásicos discursos simplistas dictados en relación con lo araboislámico. Sea como fuere, estas revueltas se han visto equiparadas con acontecimientos tan singulares como el mayo del 68, la caída del muro de Berlín o la propia la revolución francesa. Como después pudo comprobarse con movimientos como Occupy Wall Street o los indignados del 15M –que tanto deben a Tahrir–, el común denominador del mundo árabe estaba bastante más próximo al mundo occidental de lo que generalmente se había pensado. Mucho más todavía si hablamos en términos de juventud, comunicación e internet (Corral 2012, 54). 5 Universidad, investigación y periodismo digital A decir verdad, el uso de internet, las redes sociales y los teléfonos móviles fue clave en las tareas de movilización, coordinación y difusión de imágenes e información (Castells, 2012, 59). Tampoco se puede dudar del papel de Al Jazeera, Al Arabiya y otras cadenas de televisión por satélite en la formación de una esfera pública cuasi-liberal (Espina, 2012, 15). Por lo tanto, mucho antes de que el joven Mohamed Bouazizi se inmolara en Sidi Bouzid aquel 17 de diciembre de 2010 bajo las proclamas de pan, libertad y dignidad, tanto la televisión como internet venían preparando el sustrato necesario para que la revolución fuese efectiva. Como explica Valenzuela (2012, 29), “el perfil de las ciudades árabes, incluidos sus suburbios más pobres, ya no se limitaba a los minaretes de las mezquitas, sino que incluía las antenas parabólicas que florecían como hongos en techos y balcones”. No tanto en el caso de la televisión como en las redes sociales, los árabes y occidentales compartimos un buen número de gustos e intereses. Tanto es así que fue a través de YouTube desde donde llegaron a nuestras pantallas las macabras imágenes del asesinato de Gadafi a manos de sus captores en octubre de 2010. Más adelante, coincidiendo con el primero de julio de 2012, también por medio de YouTube, aunque esta vez en sentido contrario, llegaba hasta el mundo araboislámico un vídeo de 14 minutos que hacía las funciones de tráiler de la película estadounidense La inocencia de los musulmanes (2012), producida por Nakoula Basseley Nakoula bajo el pseudónimo de Sam Bacile. En un primer momento, esta provocadora película que parodia la vida del profeta Mahoma no tuvo demasiada repercusión en Hollywood o los círculos cinéfilos. Sin embargo, una serie de acciones iban a situar la cinta en primera línea mediática: la divulgación de las imágenes por el conocido pastor Terry Jones1; su difusión a través de las redes sociales y las cadenas de televisión arabo-cristianas que transmiten desde Estados Unidos vía satélite; y, finalmente, el 8 de septiembre de ese mismo año cuando el presentador ultraconservador de la cadena salafista Al Nas, Khaled Abdullah, mostraba la versión traducida al árabe (Carrión, 2012; Cembrero, 2012). La inocencia de los musulmanes viene a engrosar la vasta lista de visiones caricaturescas y burlescas de la imagen de Mahoma. A pesar de que no existe un acuerdo generalizado en que el Corán prohíba la representación del profeta (Klein, 2008), este tipo imágenes han producido protestas, disturbios y muertes en algunos casos2. Seguramente, el más recordado sea el del diario danés Jyllands- 1 Terry Jones es un conocido reverendo de Gainsville (Florida) que pretendía quemar cientos de ejemplares del Corán en 2010 coincidiendo con el aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. 2 Según Websilam (2011), portal islámico referente en lengua española, “lo que el islam prohíbe es hacer un uso de la representación y de la imagen con el objeto de idolatrizar. Es decir, lo que no es aceptable dentro del islam es convertir las imágenes en ídolos. El problema que surge a la hora de representar al profeta Muhammad es que, verdaderamente, lo que se estaría haciendo es asociar una representación a su figura, mientras que ésta no se corresponde con la realidad. La asociación de imágenes con Dios o los profetas es, al fin y al cabo, una forma de crear ídolos. Una de las 6 Universidad, investigación y periodismo digital Posten que a finales de 2005 publicó 12 caricaturas entre las que Mahoma vestido con un turbante que se asemejaba a una bomba, es decir, una metáfora que relacionaba islam y terrorismo. El suceso deparó todo tipo de reacciones alcanzando el contexto de grave crisis internacional, además de la emergencia del debate entre la primacía de la libertad de expresión o la apuesta por el respeto, la tolerancia, la convivencia y la paz. Una vez incendiada la mecha, el semanario satírico francés Charlie Hebdo recogió el testigo de la polémica, estando en el punto de mira en numerosas ocasiones por la divulgación de portadas que representaban al profeta. También El Jueves, su homólogo español, ha contribuido en la propagación de esta corriente crítico-burlesca. La película de Sam Bacile proporciona una novedosa caracterización del enviado de Dios como homosexual, mujeriego, bufón, pedófilo, ladrón, hijo de dudoso origen o acosador sexual (Carrión, 2012; Cembrero, 2012). Generalmente, los árabes y musulmanes sí que han sido objeto de representación en un mundo audiovisual que no se había preocupado en exceso por la figura de Mahoma3. A modo de ejemplo, tras examinar unas 1.100 filmaciones, Jack Shaheen refleja en Reel Bad Arabs: How Hollywood Vilifies a People (2009) como el cine ha contaminado nuestras mentes con estereotipos mucho antes de aquel fatídico 11 de septiembre. Las imágenes son muy variadas: el islam como religión denigrante, el jeque sin escrúpulos, la mujer del harén, el árabe villano, su vecino terrorista o el fanático religioso. Bastante peor es el panorama actual4 que deja al árabe como grandilocuente, bruto y beligerante, mucho más rico, despiadado y atrevido. Normalmente son retratados como el enemigo del mundo civilizado, demonios fanáticos que amenazan a todo el planeta (Shaheen, 2009, 4). A decir verdad, esto no es más que la visión reconstruida de ese homo islamicus amenazante, retrógrado y violento que la profesora Martín-Muñoz (2010, 26) ha tratado habitualmente de derribar. Una reverberación surgida a partir de la combinación de hostilidad y reduccionismo hacia lo araboislámico. Una imagen que ignora la gran variedad existente en este mundo. Un todo percibido como algo extraño, ajeno, inferior, con el que no compartimos valor alguno, que está importantes reivindicaciones que vino a introducir el islam en su tiempo fue el de la destrucción de los ídolos que prevalecía en el seno del politeísmo. Por eso se rechaza el uso de las imágenes y las representaciones, aunque hay que ser cauto a la hora de abnegar la tradición artística dentro del islam. Verdaderamente, los musulmanes son contrarios a la representación de Muhammad, por respeto a su naturaleza primigenia y a su verdadera identidad. Muchos musulmanes piensan que cualquier intento de representar al Profeta constituye una ofensa al islam, además de constituir un riesgo de venerar una imagen, en lugar de ensalzar su espíritu y sus enseñanzas”. Disponible en: http://www.webislam.com/consultoria/66389-por_que_razon_no_se_permite_representar_la_image n_de_muhammad_saaws.html (consultado: 7.2.14). 3 Anthony Quinn interpreta a un tío del profeta en la película Mahoma, el mensajero de Dios (1976). Mahoma no aparece nunca, porque los actores se dirigen directamente a la cámara cuando hablan con él (Altares, 2006). 4 Alsultany (2012, 2) considera que demonizar al enemigo es algo muy común en tiempos de guerra. Este es el caso de los japoneses en la Segunda Guerra Mundial, los rusos o soviéticos durante la Guerra Fría o los árabes y musulmanes en la Guerra del Terror iniciada por George W. Bush tras el 11 de septiembre. 7 Universidad, investigación y periodismo digital dominado por el fanatismo y la irracionalidad. Dicho de otro modo, se trata de un discurso que deja a los musulmanes como personas que requieren intervenciones terapéuticas o punitivas. Uno de los primeros en denunciar los prejuicios5 y los estereotipos6 sobre lo árabe, lo musulmán y, por ende, lo oriental fue Edward Said. Fue en 1978 cuando este crítico literario tomó el término orientalismo para referirse a “una forma regularizada de escribir, de ver y de estudiar dominada por imperativos, perspectivas y prejuicios ideológicos claramente adaptados a Oriente” o “la escuela de interpretación cuyo material es Oriente, sus civilizaciones, sus pueblos y sus regiones” (Said, 2010: 273). Ahora bien, en la actualidad parece más preciso hablar de islamofobia7, un concepto que profundiza más en el temor o los prejuicios hacia el islam, los musulmanes y todo lo relacionado con ellos, que constituye una violación de los derechos humanos y una amenaza para la cohesión social, ya sea en forma de manifestaciones cotidianas de racismo y discriminación o en otras más violentas (Ramberg, 2004, 6). Por motivos históricos y de vecindad, España ha estado en contacto continuo con la cultura araboislámica. Además de la riqueza cultural producida al abrigo de esos encuentros, el contacto también forjó la noción de moro que sigue siendo objeto de sátiras en nuestros días (González Alcantud, 2002, 23). Como explica Martín Corrales (2004, 39), esta milenaria pugna que el imaginario español mantiene entre maurofobia/islamofobia y maurofilia/islamofilia se ha saldado, hasta el momento, “con una clara victoria de la imagen negativa de los musulmanes en general y de los marroquíes en particular (alarbes, árabes, agarenos, sarracenos, mahometanos, berberiscos, turcos, moros, magrebíes, islamistas, etc.)”. Por lo tanto, este es el oscuro panorama con el que la sociedad española recibe las imágenes de La inocencia de los musulmanes. 1.1. Audiencias activas Este trabajo pretende estudiar la cobertura periodística de la polémica película en la prensa de referencia en España8. Sin embargo, no es nuestro objetivo enjuiciar la labor del periodista, pues el propósito principal reside en indagar el discurso global de los comentarios de las noticias para comprobar hasta qué punto son islamófobos. Como avisan Ruiz et al. (2010, 38), las conversaciones digitales contienen comentarios antidemocráticos, racistas, xenófobos y contrarios a los derechos humanos, a pesar de la prohibición expresa de difundirlos. Es por ello que trataremos de responder a la cuestión planteada por Verón (en prensa): “¿Es 5 Un prejuicio es una idea preconcebida que desvía o impide el juicio justo (Santamaría y Casals, 2000, 83). 6 Un estereotipo es una creencia exagerada asociada a una categoría cuya función es justificar (racionalizar) una conducta respecto a esa misma categoría (Allport, 1979). 7 El debate académico surgido en torno a su existencia como fenómeno o su idoneidad conceptual no está cerrado (Bravo López, 2012, 42). 8 Según Armañazas y Díaz Noci (1996) la prensa de referencia en España se corresponde con Abc, El Mundo, El País y La Vanguardia. 8 Universidad, investigación y periodismo digital esto periodismo?”. De acuerdo con Ramonet (2011, 13), el periodismo ha cambiado de tal forma en la actualidad que: “La información ya no circula como antes, en unidades precisas, controladas, bien corregidas y calibradas. Ya no se presenta sólo en sus formas cerradas tradicionales: cables de agencia, diarios impresos, noticieros de radio, telediarios… Convertida en algo inmaterial, ahora toma la forma de un fluido que circula en segmentos abiertos por la red casi a la velocidad de la luz… Las redes sociales y la Web 2.0 permiten a los web-actores completar cada noticia añadiendo un matiz, un comentario, una cita, una foto o un vídeo, en lo que podría llamarse un trabajo de inteligencia colectiva”. La participación de los lectores es uno de los parámetros básicos con los que los cibermedios tratan de fidelizar a sus audiencias sin tener en cuenta los riesgos que esto implica (Ruiz et al., 2010, 38). Como apunta Verón (en prensa), esto forma parte del fenómeno conocido como periodismo abierto –no su homólogo ciudadano– con el que se pretendía que el público sustituyera a los profesionales. Su antecedente más directo bien podrían ser las cartas al director, ese género que tantos requisitos debe superar para que sea publicado por el medio en cuestión: nombre, apellidos, DNI, dirección, etc. (Verón, en prensa). En cambio, para escribir un comentario basta con crear una cuenta y emplear tu nick. Este anonimato o falta de identificación debería suprimirse en tanto que fomenta la impunidad, aberraciones de todo tipo y bullshit, en vez de pluralismo o críticas constructivas (Verón, en prensa; Ruiz et al., 2010, 38). Entonces, conviene preguntarse hasta dónde debe primar la libertad de expresión. Una buena respuesta la encontramos en la versión digital de La Vanguardia (2014, web), que ofrece unas normas de participación para regular los espacios de discusión cuyo fin es “fomentar el debate sobre temas de actualidad y generar, a partir de la interacción, nuevos conocimientos a partir de los cuales dar forma a contenidos”. Este diario “se reserva el derecho de suprimir aquellos comentarios inadecuados que incumplan las normas básicas de participación en cualquiera de los espacios abiertos a los usuarios”. Si bien, se puede mostrar opinión “sobre los contenidos informativos y temas de debate que se proponen en la web mediante la inserción de comentarios que no sobrepasen los 1.200 caracteres”. Por otro lado, si un usuario quiere interactuar con los textos de La Vanguardia debe comprometerse a cumplir las siguientes normas9: respetar las normas básicas de convivencia; respetar la dignidad de la personas y el principio de no discriminación por motivos de raza, religión, opinión, nacionalidad, discapacidad o cualquier otra circunstancia personal o social; respetar la identidad; respetar la netiqueta propia de un espacio electrónico; ajustarse al tema de debate; y evitar mensajes comerciales, o que incluyan números de teléfono o direcciones personales. El sitio web de El Mundo también ofrece unas normas de 9 Aquí solo hemos presentado una síntesis. La explicación de cada una de estas normas puede comprobarse en: http://www.lavanguardia.com/ayuda/normas-de-participacion.html (consultado: 7.2.14). 9 Universidad, investigación y periodismo digital participación10 donde puede leerse esta máxima: “Buscamos mensajes educados para un intercambio de opiniones, de modo que no se permitirán los ataques personales ni los mensajes no relacionados con la conversación” (El Mundo, 2014, web). Los otros dos cibermedios revisadons son menos explícitos a la hora de referirse a la interacción, ya que no poseen un código normativo que regule la actividad de los usuarios. Abc (2014, web) ofrece algunas líneas a estas cuestiones en lo que denominan Condiciones de uso del portal www.abc.es. En el punto que corresponde a la participación11 obligan a los usuarios a no emplear sus servicios para “la realización de actividades contrarias a las leyes, a la moral, al orden público y, en general, para realizar a actividades publicitarias o de explotación comercial, o para mantener valoraciones en tono amenazante o no cordial” (Abc, 2014, web). Finalmente, El País (2014, web) apenas afirma: “EDICIONES EL PAIS se reserva el derecho de retirar todos aquellos comentarios y aportaciones que vulneren el respeto a la dignidad de la persona, que sean discriminatorios, xenófobos, racistas, pornográficos, que atenten contra la juventud o la infancia, el orden o la seguridad pública o que, a su juicio, no resultaran adecuados para su publicación. En cualquier caso, EDICIONES EL PAIS no será responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los foros, chats, u otras herramientas de participación”. Si retomamos de nuevo el objetivo de este trabajo parece necesario preguntarse cómo se ha tratado el caso de La inocencia de los musulmanes en los comentarios realizados por los lectores de la prensa digital. Como hemos visto a partir de la revisión de la literatura, todo lo relacionado con el islam y lo árabe no suele dejar lugar para la indiferencia. Esta nueva islamofobia que ha generado la imagen más oscura sobre los musulmanes y los marroquíes durante los últimos siglos, bien puede tener su origen en el salvaje atentado del 11 de marzo de 2004 (Martín Corrales, 2004, 50). La búsqueda de la paz y el entendimiento es un principio inherente a la humanidad y, por lo tanto, el periodismo tiene que ser uno de los principales garantes de esta salvaguarda. 10 El Mundo “pone a disposición del Usuario distintos espacios y herramientas de participación para fomentar la conversación y el intercambio de ideas y opiniones entre los usuarios. Su objetivo es permanecer abierto y accesible para cualquiera siempre que se respeten unas normas de convivencia y respeto básicas”. Estas normas prohíben “la publicación de contenidos que de forma manifiesta fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social. Tampoco se tolerarán, en ningún caso, sea cual sea su fin, los intentos de suplantar la identidad de terceras personas ni la publicación de datos de contacto privados”. El resto de recomendaciones están disponibles en: http://www.elmundo.es/registro/avisolegal.html (consultado: 7.2.14). 11 Abc (2014, web) se limita a habilitar un espacio, pero no participa en los mismos. El diario define los comentarios y los otros canales de participación (foros, chats, etc.) como “meras aportaciones u opiniones” realizadas bajo responsabilidad de los propios usuarios. Disponible en: http://www.abc.es/contacto/condiciones.asp (consultado: 7.2.14). 10
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