Gregory Bateson Una unidad sagrada Pasos ulteriores hacia una ecología de la mente Edición de Rodney E. Donaldson Supervisión de la edición española y prólogo de Marcelo Pakman Título original en inglés: A Saered Unity Further Steps to an Ecology of Mind © 1991 by the Estate of Gregory Bateson Introduction and Bibliography copyright „ 1991 by Rodney E. Donaldson Traducción: Alcira Bixio Primera reimpresión: junio 2006, Barcelona Derechos reservados para todas las ediciones en castellano © Editorial Gedisa, S.A. Paseo Bonanova, 9 l°-la 08022 Barcelona, España Tel. 93 253 09 04 Fax 93 253 09 05 Correo electrónico: [email protected] http:// wwvv. gedisa. com ISBN: 84-7432-480-7 Depósito legal: B. 32193-2006 Impreso por: Romanyá Valls C/Verdaguer, 1 08786 Capellades Impreso en España Printed in Spain Prólogo a la edición española, por M arcelo Pakman..............9 Introducción, por Rodney E. Donaldson....................................15 Nota del, editor sobre la selección y la disposición del material..........................................................................................27 PRIMERA PARTE FORMA Y PAUTA EN LA ANTROPOLOGIA 1. Factores culturales determinantes de la personalidad..30 2. La dignidad humana y las diversidades de la civilización.........................................................62 3. Sexo y Cultura...........................................................70 4. Naven: Epílogo 1958 ..................................................88 5. Deformaciones producidas por el contacto cultural....112 6. Algunos componentes de socialización para el trance .116 7. De la antropología a la epistemología........................135 SEGUNDA PARTE FORMA Y PATOLOGIA EN LA RELACION 8. Los nuevos marcos conceptuales para la investigación de la conducta.............................................................140 9. Problemas culturales planteados por el estudio del proce so esquizofrénico...........................:.........................162 10. Un científico social examina las emociones...............180 11. El mensaje de refuerzo.............................................187 12. La teoría del doble vínculo, ¿fue mal comprendida? ....203 13. El desarrollo de paradigmas en la psiquiatría...........208 TERCERA PARTE EPISTEMOLOGIA Y ECOLOGIA 14. Mente/Ambiente........................................................218 15. La cuestión (de lo que) es...........................................235 16. Un enfoque formal de las ideas explícitas, implícitas y encarnadas y de sus formas de interacción..............248 17. El nacimiento de una matriz, o doble vínculo y epistemología............................................................256 18. Esa historia natural normativa llamada episte mología ....................................................................284 19. Nuestra propia metáfora: nueve años después...........296 20. La ciencia del conocer...............................................302 21. Los hombres son hierba: la metáfora y el mundo del proceso mental....................................................305 CUARTA PARTE SALUD, ETICA, ESTETICA Y LO SAGRADO 22. Lenguaje y psicoterapia. El último proyecto de Frieda Fromm-Reichmann........................................316 23. La estructura moral y estética de la adaptación humana.....................................................................324 24. Un enfoque sistémico................................................330 25. La criatura y sus creaciones......................................334 26. Ecología de la mente: lo sagrado................................337 27. Inteligencia, experiencia y evolución..........................345 28. Ordenes de cambio....................................................359 29. Refutación de la defensa del dualismo mente/cuerpo ....368 30. Síntomas, síndromes y sistemas................................372 31. Busca lo sagrado: seminario de Dartington................377 32. “La última conferencia” ............................................385 Bibliogafpja de la obra publicada de Gregory Bateson.........397 Indice temático...................................................................................431 Prólogo a la edición española Marcelo Pakman (...) Los espejos del ébano y del agua, El espejo inventivo de los sueños, Los liqúenes, los peces, las madréporas, Las filas de tortugas en el tiempo, Las luciérnagas de una sola tarde, Las dinastías de las araucarias, Las perfiladas letras de un volumen Que la noche no borra, son sin duda No menos personales y enigmáticas Que yo, que las confundo. No me atrevo A juzgar a la lepra o a Calígula. Jorge Luis Borges (Poema de la Cantidad, 1970) De todos los crímenes que las dictaduras cometen (y no son pocos), el intento de crimen intelectual no es, por cierto, uno de los menores. Dicho intento suele recorrer un orden ominoso que trasciende épocas y lugares. Sangre y fuego son los materiales que abundan en esa trayectoria, que cubre un espectro que va de la destrucción de textos y documentos al asesinato liso y llano. El proceso se completa con formas aparentemente más benignas de control, como la censura, y con una forma inaparente de destruc ción, aquella que proviene del aislamiento al que los gobiernos autoritarios sistemáticamente someten a sus pueblos, asumiendo que ese aislamiento es el terreno en que perdurarán y florecerán los dogmas con los que quisieran reemplazar a la multiplicidad dis cursiva de un universo cultural en expansión. La obra monumental de Gregory Bateson fue una de esas ausencias significativas en la nutrición intelectual de los pue blos hispanoamericanos, tan consistentemente rodeados, en este siglo, de esas murallas más o menos invisibles que las dictaduras supieron construir a su alrededor. Cuando parte de esa obra atravesó, a pesar de todo, esas murallas, fue bajo esa forma fragmentaria y fuera de contexto en que nuestros pue blos. durante sus épocas aciagas y las consecuencias que ellas tienen sobre las épocas mejores, suelen contactar con los pro ductos culturales del “afuera” (ese idealizado primer mundo que no está, a su vez, libre de lo que Noam Chomski gusta llamar la “manufacturación del consenso”11 En esas condicio nes la falta de conocimiento del proceso que llevó, como resul tado, a ese producto, hace malinterpretarlo, aplicarlo de modo inapropiado, o repetirlo cual nuevo dogma. Así, ese material valioso queda incorporado al sistema total que mantiene a los estudiosos “locales” en una posición de desprestigio o les hace invalidar y descalificar sus propios procesos de producción y aprendizaje, a los que muchas veces les faltan los métodos, las condiciones económicas, las circunstancias sociales, que permi tan plasmarlos en discursos de peso internacional en el “merca do’7 cultural. Afortunadamente, a pesar de la destrucción que siembra, el intento de crimen intelectual no logra, con mucha frecuencia, su objetivo de destruir “ideas”. Por cierto que los dictadores, a juzgar por su insistencia en cometer siempre los mismos erro res, no se preguntan nunca: “Pero entonces, ¿dónde están las ideas?”. Si lo hicieran, aprenderían algo acerca de su propia episte mología y algo acerca de cómo esa epistemología no les permite tener acceso a otros modos de responder a esa pregunta, como los que Gregory Bateson estaba desarrollando en la época en que para Hispanoamérica era “algo que no sucedía”, un “no suceso”. Encerrados en su propia ceguera, los sistemas dictatoriales jamás dudan de que es destruyendo libros y cerebros que destruirán las ideas y, una vez lanzados por ese camino, descubren que la destrucción debe extenderse hasta distancias insospechadas para ellos, porque en el mundo de lo que Gregory Bateson llamaba la Creatura, cada uno de esos pasos de des trucción del soporte material de las ideas genera nuevas ideas. En el mundo de lo humano, de lo lingüístico-eultural, siempre existe la posibilidad del testigo, de aquel que recoja la memoria de la destrucción, que vuelva a encamar esas ideas y les permita seguir su destino de generar nuevas “diferencias”. En última instancia, ¿cómo destruir todas las fotografías, todas las grabaciones, todos los documentos, todos los recuerdos, todas las pesadillas, en que “lo que no está” sigue estando? Las ideas pueden, por cierto, morir, pero no suelen hacerlo por decreto, ni a sangre y fuego. Rodney E. Donaldson dedicó largos años de sus energías y su talento a la organización del Archivo de Gregory Bateson, su antiguo maestro, y luego, a la edición de este texto postumo. Su conocimiento del hombre, su obra y el contexto de su producción hacen de su Introducción una pieza invalorable para la com prensión cabal de estos trabajos de Gregory Bateson que cubren casi cuarenta años de su aventura intelectual en la exploración de lo que, a partir de un cierto momento, él llamaría “ecología de la mente”. Como toda lectura es una invitación a la multiplicación de ideas en eso que Francisco Varela llama “el molino sin fin del lenguaje”2, ofrecer este texto al lector hispanoamericano dará, probablemente, una oportunidad nueva de crear pautas impen sadas que contribuyan al tejido conceptual que creció, en este siglo, en ese terreno limítrofe (pero entonces, ¿qué son los contornos?) entre ciencia, filosofía y religión que Gregory Bate- son supo explorar. Por ejemplo, para este lector sudamericano (que cumple con uno de esos tan comunes destinos latinoamericanos, el de no vivir en su país), es hermoso descubrir (¿inventar?) de nuevo algo que Jorge Luis Borges descubrió a principios de siglo, con los “ultraístas” españoles: el valor estético de la “enumeración contrastante” (que nunca dejó totalmente de explorar, a juzgar por los versos del Epígrafe). En Gregory Bateson, en su caso provisto del método “abductivo” (que tomó de C.S. Peirce), esa intuición estética se vuelve una indagación intelectual (que para él no era muy distinto de una poética) como búsqueda incansable del secreto de esa “pauta” que une al mundo de lo viviente, incluyéndonos a nosotros mismos, que tratamos de entenderlo, y entendernos. Fue en esa búsqueda que Gregory Bateson comprendió, como pocos, que contestar las preguntas epistemológicas, lejos de ser una disquisición intelectual super- flua, era una cuestión de vida y muerte. Hemos visto por cuáles caminos lo fue para Hispanoamérica. Este libro deleitará a todos aquellos que, proviniendo de las ciencias duras o blandas, humanas o sociales, de la filosofía o la práctica social, hayan “resistido a la vida cotidiana” 3 y man tenido la pasión por esas preguntas inocentes y fundacionales de la epistemología: ¿qué es conocer? ¿qué es aquello que puede ser conocido? ¿qué son las ideas? ¿cuál es la sustancia de ese misterio inmediato quellamamos lamente? Aaquellos que en su camino se alejaron de ellas les recordará la magia de preguntár selas. Es un placer y un privilegio presentar esta nueva encama ción de las ideas de Gregory Bateson, que Rodney E. Donaldson facilitó con su magnífico trabajo editorial, para que cumplan ahora su destino multiplicatorio en el mundo hispanoamerica no. Por caminos insospechados, las ideas tienen, muchas veces, una segunda oportunidad. Northampton, Massachusetts Febrero de 1993 Notas 1. Chomski, Noam, Media Control: The Spectacular Achievements of Pro paganda, Open Magazine Pamphlet Series #10, febrero de 1992. 2. Varela, Francisco, “Reflections on the Circulation of Concepts between a Biology of Cognition and Systemic Family Therapv”, Family Process, vol. 28, N9 l,pp.15-24, marzo de 1989. 3. Cohén, Stanley y Taylor, Lurie, The Theory and Practice ofResistance to Everyday Life, Routledge, segunda edición, 1992. Reconocimientos Bien pudiera ser cierto, en el caso de todos los maestros dignos de ese nombre, que sus obras escritas no son más que “la polvareda que dejan detrás de sí”, según las palabras de Chuang Tzu, y a veces yo mismo tengo la sensación de que esto resulta peculiarmente cierto en el caso de Gregory Bateson. Sin embargo, personalmente yo sería un ser humano mucho más pobre si no hubiera entrado en contacto con los escritos de William Blake, R. G. Collingwood y otros que tuvieron gran importancia en mi vida y pensamiento; por eso me pareció que bien valía la pena dedicar nueve años de mi vida a preservar esa “polvareda” de mi principal mentor. En medio del trabajo de organizar el archivo de Gregory Bateson y de publicar su correspondencia y sus ensayos más importantes contraje una serie de deudas, como inevitablemen te le ocurre a todo estudioso que emprende tarea tan enorme. Primero y ante todo agradezco a Lois Bateson, a Mary Catherine Bateson y a los miembros del Instituto de Estudios Interculturales (el albacea literario de Bateson) por confiarme la responsabilidad y el privilegio de preservar, organizar y publicar los restos de la obra profesional de Gregory Bateson. Su persistente fe, su apoyo, su paciencia y la confianza que me mostraron en los pasados nueve años me eran indispensables y yo lo agradezco con gran afecto. Siento también particular gratitud por Mary Catherine que ha leído minuciosamente el manuscrito original. Las muchas otras personas que me brindaron apoyo, ayuda y aliento durante los años de mi trabajo en el Archivo Bateson (que ahora es accesible al público en la sección de Colecciones Especiales de la Biblioteca de la Universidad de California, Santa Cruz) ya han recibido mis expresiones de agradecimiento en mi Gregory Bateson Archive: a Guide / Catalog, y por eso no volveré a mencionar por su nombre aquí a cada una de ellas. Con todo, la profundidad de mi gratitud continúa siendo inmutable. Entre aquellos que me prodigaron su apoyo durante todo el período de mi trabajo en el archivo y en este volumen, deseo agradecer especialmente a Heinz y a Mai von Foerster, sin cuyo resuelto aliento y saber no estoy seguro de que habría podido resistir los choques producidos a lo largo del camino. Mi cariño y respeto por estos dos amigos y mentores es profundo y les habría dedicado este volumen a ellos si no fuera impropio dedicar la obra de otra persona. Es también imposible agradecer adecuadamente a dos personas que estuvieron junto a mí durante muchos años y a quienes amo en trañablemente, mis padres, el señor y la señora E. L. Donaldson (h.). Por la ayuda financiera prestada al presente volumen agradezco de corazón a los miembros de la W. Alton Jones Foundation, Howard Komfeld y Dee Ann Naylor, Jay Haley y Paul Herbert, y del Instituto de Estudios Interculturales por su muy generoso préstamo de un procesador. Aún más importantes fueron la amistad y el aliento de Laurenee D. Richards, Pete Beeker, Humberto Maturana. Jean Taupin, el desaparecido Ronald J. Stebbins, Frederick Steier, Jane Jorgenson, Eric Vatikiotis-Bateson, David Lipset y Melba Wallace. Estoy también profundamente agradecido por la constante ayuda que recibo de todos los miembros de la Sociedad Norteamericana de Cibernética. Dos estudiantes, Mareen Lambert y Cari Childs, leyeron el manuscrito en su totalidad e hicieron una serie de valiosas sugestiones. La introducción se benefició con el consejo de Elaine Jessen y otros amigos ya mencionados y también de mi editor, Tom Grady. Jenny Manes ofreció una inestimable ayuda en la lectura de las pruebas de imprenta y Cornelia Bessie y John Brockman Asociados tuvieron la amabilidad de valorar el proyecto desde el principio y de darme suficiente margen para completar el volumen en medio de una multitud de interrupcio nes de varias clases. Por último, estoy agradecido por la amistad y el apoyo de Al Guskin, Gaiy Zimmerman y todo el personal de la facultad de la Universidad Antioeh de Seattle, especialmente a mis alumnos y colegas del Whole Systems Design Gradúate Program. Pero superando todas las demás, está mi deuda con el propio Gregory Bateson. Mis seis años de trabajo con él constituyen años de formación de un aliento y una profundidad tales que resultan raros en el siglo XX y aprecio particularmente los años en que pude gozar de una interacción casi cotidiana con Bateson. Este es para mí un privilegio que agradezco humildemente y por el cual ofrezco el presente volumen como la prenda más simple.