Description:«Bruto» no era una persona, y eso que había allí muchas que merecían un calificativo tan dulce. Tampoco era un caballo, como parecía lógico, en aquella salvaje región de Arizona. «Bruto» era sencillamente, un perro. Y es que Billy Brandt era tan pobre que no tenía ni siquiera caballo. Solía cazar algo de vez en cuando, y entonces alquilaba una silla, pero terminaba dándole pena hacer perder su libertad al animal, y en cuanto éste lo había derribado dos o tres veces durante la doma acababa para dejarlo libre. Su ideal hubiera sido comprarse un caballo ya domado, da caos que no sienten nostalgias por la pradera, pero no tenía dinero para semejante lujo. De modo que te único que poseía era un perro. Cierto que también había querido dejarlo libre alguna vez, porque le daba pena verle tan mal acompañado, pero el perro acababa por seguirle siempre. No habla modo de quitárselo de encima. Y tan inseparables hablan llegado a ser que Bill le consultaba sus problemas con frecuencia, y «Bruto», con gruñidos y movimientos de cabeza, respondía que si o que no. «Bruto» era más listo que muchas personas, entre ellas el *sheriff* de Tombstone.