Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Psicología Una aproximación a la muerte y el morir desde una mirada batesoniana Memoria para optar al título de Psicólogo Investigadores responsables Miguel Campillay Magaly Fuentes Académico Patrocinante Sonia Pérez Tello Académico Guía Felipe Gálvez Sánchez Fecha de Presentación 14 de Marzo de 2007 ____________________________ Firma Académico Patrocinante A nuestros muertos 1 RESUMEN La presente investigación pretende dar cuenta de la muerte como fenómeno relacional, considerando las formas en las que el ser humano ha significado y se ha comportado respecto a ella en distintos contextos, mirada provista principalmente por una revisión de la perspectiva historiográfica. A partir de esto se establecen reflexiones orientadas a considerar aquellos elementos que están a la base de los distintos modos en los que la muerte, en tanto fenómeno colectivo, se ha podido -y se podría- vivenciar, todo esto desde la epistemología propuesta por Gregory Bateson. PALABRAS CLAVE: Contextos, Muerte, Relación. 2 INDICE 1. Introducción 5 2. Formulación de Objetivos 9 2.1 Objetivos Generales 9 2.2 Objetivos Específicos 9 3. Antecedentes Teóricos 10 3.1. Epistemología 10 3.1.1 Gregory Bateson, epistemólogo 10 3.1.2 La Ecología de la Mente 12 3.1.2.1 La pauta que conecta 15 3.2. Contextualización: La muerte como tema de estudio 18 3.3. Actitudes: Las muertes en Occidente 21 3.3.1 Muerte domesticada 21 3.3.2 Hacia una muerte prohibida 23 3.4. Enfrentando la muerte de otro: Ritos funerarios 26 3.4.1 Velatorio y funerales 26 3.4.2 Duelo y Luto 28 3.5. Disposición del cadáver 32 3.5.1 Orígenes 32 3.5.2 La ciudad de los muertos 33 3.6. Contexto Actual 37 3.6.1 Modernidad o Posmodernidad 37 3.6.2 El lugar de la muerte 37 3 3.6.3 El ‘Renacimiento’ de la muerte 38 3.7. Miradas sobre la muerte 41 3.7.1 Muerte y religión 41 3.7.1.1 La muerte en el catolicismo 42 3.7.2 Filosofía de la Muerte 43 3.7.3 Psicología y Muerte 46 3.8. Algunas prácticas frente a la muerte en el contexto local 49 3.8.1 Los ritos fúnebres 49 3.8.1.1 Velorio 49 3.8.1.2 Velorio de angelitos 51 3.8.1.3 Funeral 52 3.8.1.4 Duelo/Luto 53 3.8.2 El Cementerio en Chile 54 3.8.2.1 El día de Todos los Santos 56 3.8.2.2 Disfrazando la Muerte: el Cementerio-Parque 58 4. Discusiones 60 5. Referencias Bibliográficas 72 4 1. INTRODUCCIÓN Quienes nacen, contraen la deuda de morir PROVERBIO VASCO Al momento de revisar las distintas definiciones de la muerte, es fácil notar que la respuesta a la pregunta sobre qué es la muerte ha sido distinta en diferentes contextos. En este sentido distintas culturas han establecido distintos criterios para sostener cuándo alguien ha muerto: los griegos utilizaban como criterio mayor la ausencia de pulso, lo que estaba asociado con la pérdida del alma vital. Para los antiguos judíos la muerte se presentaba junto con el cese de la respiración. En la sociedad occidental de los siglos XVIII y XIX, se esperaba el inicio de un proceso de descomposición celular para afirmar que una persona había muerto. Conceptualizar la muerte es, evidentemente, una labor que presenta dificultades. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la muerte, proveniente del latín mors, mortis, es la “cesación o término de la vida”, definición poco útil en la medida en que se basa en el opuesto y la negación de la vida, obligando además a una nueva definición, de orden médico o biológico respecto del momento en el que la vida ha cesado. De esta manera, actualmente frente a la pregunta sobre qué es la muerte, las respuestas más aceptables provendrán de los médicos. Por otra parte, en el estudio de las reflexiones centradas en la muerte, es usual encontrar la idea de que el hombre es tal en la medida en que es conciente de que va a morir. Con independencia de posibles discusiones al respecto, esta idea puede entenderse en función del valor que la muerte tiene en la existencia –en la vida- del hombre. Toma importancia entonces la definición de la muerte cuando algunos autores relacionan la concepción que las personas tienen sobre ésta con la que tienen, en un nivel más global, de la vida. Nuevamente ambas definiciones se ven enlazadas, en una relación cuyos límites parecen estar poco claros. Esta situación evidencia la dificultad de estudiar la muerte ‘en sí misma’, quedando como única alternativa la observación de lo que sucede cuando se aproxima, con el entendido de que se convierte en un acontecimiento que altera la cotidianeidad de la existencia. 5 La dificultad de estudiar la muerte de manera aislada obliga a enfocar aquellos elementos con los que se relaciona, elementos que se pueden conceptualizar en la noción de contexto. En este sentido cobra valor el estudio de la historia, herramienta que da la posibilidad de establecer las diferencias entre las distintas muertes que acontecen en diferentes épocas. De la misma forma, al observar el hecho de que el hombre siempre ha hecho algo cuando alguien muere, se entiende que entierros, cremaciones y velorios dan cuenta de que la muerte se configura como un momento importante no sólo para quien la vive o sus cercanos, sino que también para la comunidad toda. Más allá de las complejidades de los ritos, es posible entender también que éstos dan cuenta no sólo del valor de la muerte en cuanto ocasión, sino que también la actitud que frente a ésta se sostiene. El considerar la muerte-en-relación obliga a observarla primero no en función de particularidades, sino en cuanto a aquellos antecedentes que contribuyen a una mirada global. En este sentido la historia diferencia los distintos momentos y las distintas actitudes, asociándolos con distintos ritos y quizás con distintas vivencias de la muerte. En palabras de Barley, “la muerte es algo más que un hecho. Para resultar coherente y hallar su lugar, tiene que integrarse en un orden de cosas más amplio” (2000, p.197). Esta propuesta no sólo es útil en tanto puede dar cuenta de fenómenos que desde una mirada individual se pierden, sino que también es coherente con la búsqueda de una posibilidad para el estudio de aquella muerte indefinible. Así, a pesar de la antes mencionada limitante, la muerte se convierte en una variable posible de estudiar. En cuanto a los contextos de la muerte, uno de los elementos más interesantes que se evidencian en los estudios al respecto es que con el establecimiento de la industrialización como forma de vida, la muerte fue expulsada, negada, escondida; fue entregada a contextos asépticos, alejados del cotidiano y de la conversación coloquial: La muerte ha sido expulsada de las representaciones públicas. Sin embargo, el vitalismo imperante tiene un curioso efecto, opuesto al buscado: se niega la muerte creyendo escaparle para afirmar la positividad de la vida, pero el esfuerzo desmedido de preservación causa una inmovilidad social muy parecida al rigor mortis. Por eso la vida cotidiana, en el ápice del confort, 6 tiene un tono gris y un carácter aburrido. De la paranoia vitalista a la noia hay un solo paso. El que antes se derrochaba para alcanzar un bel morir hoy se desvive para poder durar en la rutina (…) La muerte ha pasado a ser un hecho semiclandestino (Aizcorbe, 1992, p. 13-14). En esta concepción, el absurdo de la expulsión de la muerte de la cotidianeidad se manifiesta en la desidia de una existencia que aparentemente no tiene límites, enfrentándose de vez en cuando, quizás con estupor, con la inexorable realidad y presencia de la muerte. De este modo, la muerte moderna, temida, se ve sometida al mismo trato que en la sociedad enfrenta la locura y la delincuencia: el encierro y -ojalá- el olvido. A pesar de ello, existen investigaciones que sostienen que la temática de la muerte y el morir estarían resurgiendo en el ideario colectivo (Walter, 1991, 1994, 1996; Seale, 1998; Simpson, 1987), situación que se refleja en aquellas personas que buscan quitarle a los médicos el poder que tienen sobre su muerte, resurgiendo así la posibilidad de volver a brindarle un lugar privilegiado en la existencia. Las aproximaciones a la muerte desde la psicología usualmente se han enfocado, por una parte, en tratar de facilitar el bien morir, atenuando el malestar del moribundo y su núcleo familiar; por otra, en establecer las formas ‘adecuadas’ de realizar procesos asociados a la muerte, como por ejemplo el duelo, proceso propio de la pérdida de un otro significativo. Estos acercamientos si bien en muchos casos útiles, parecen no tener una mirada global de la muerte en cuanto fenómeno en sí misma, que abarque mucho más de la sola experiencia en la vida de las personas. Puede entenderse que esta situación se dé debido al prejuicio de que los fenómenos psicológicos ocurren ‘al interior’ de los individuos, prejuicio que en el presente estudio se abandona desde la epistemología propuesta. De aquí entonces que a través de esta investigación se busque otra forma de acercarse a esta temática, siempre con el esfuerzo orientado a elaborar una aproximación a la muerte que sea de utilidad en el trabajo clínico. Así, esta búsqueda es relevante en tanto responde a la necesidad de reflexión sobre la muerte, necesidad que puede asociarse, en el nivel del trabajo clínico, a la existencia de motivos de consulta ligados a esta temática. Por ejemplo, en un estudio expuesto en las Quintas Jornadas del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Chile (CAPs), se presentó una investigación realizada por uno de los equipos de este centro 7 durante el año 2000, en el que se encontró que un 12.5% de los casos refieren al duelo como motivo de consulta (Kühne & Leiva, 2003). La posibilidad de reflexionar sobre la concepción de la muerte-en-contexto invita a que, cuando se presenten problemáticas asociadas al fallecimiento de alguien, se pueda trabajar orientando las intervenciones hacia la comprensión del contexto de la muerte y, por ende, de la muerte misma. Sin esta posibilidad se corre el riesgo de dar por sentado que se trata de la muerte que el terapeuta concibe, dificultando la posibilidad de ver, más allá de los propios prejuicios, a los consultantes. De este modo, la presente investigación tiene por objetivo responder a la pregunta, ¿De qué manera ciertos comportamientos, significados y concepciones asociados a la muerte con los contextos en los que se dan, pueden ser comprendidos desde una mirada relacional? Las reflexiones se realizarán desde la epistemología batesionana, en base a la información extraída de la revisión bibliográfica. La investigación, de tipo teórico, se orienta a establecer conexiones entre distintos elementos, a partir de las cuales se presentan reflexiones en cuanto al contexto actual y las conversaciones terapéuticas en dicho contexto. Así, el presente estudio puede proyectar futuras investigaciones que mantengan la mirada de la muerte como fenómeno relacional y en contexto, abriendo también la posibilidad de otros estudios que abarquen dimensiones específicas de esta conceptualización. 8 2. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS 2.1. Objetivos Generales (cid:127) Considerar los comportamientos, significados y concepciones asociados a la experiencia de muerte desde una perspectiva relacional, haciendo emerger sus conexiones con los contextos en los que ocurren, desde una epistemología batesoniana. 2.2. Objetivos Específicos (cid:127) Reconstruir la evolución del concepto de muerte y sus usos sociales desde una perspectiva historiográfica. (cid:127) Describir comportamientos, significados y emociones asociados a la muerte. (cid:127) Relacionar dichos comportamientos, significados y emociones asociados a la muerte, entre sí y con el contexto. (cid:127) Reflexionar en torno al fenómeno de la muerte en el contexto actual. (cid:127) Seleccionar algunos elementos propios de la epistemología batesoniana y hacer uso de ellos respecto de la muerte en tanto fenómeno relacional. (cid:127) Reflexionar respecto del rol de las premisas en la significación de la experiencia de muerte y la importancia de éstas en la labor psicoterapéutica. 9
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