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Un trágico destino espera a los niños del mundo. Puede algo salvarlos. PDF

48 Pages·2006·22.92 MB·Spanish
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LA R E V I S TA DE LA M U J ER I N T E L I G E N TE Un trágico destino espera a los niños del mundo. Puede algo salvarlos. Lea páq. 4 Año VI-BUENOS AIRES, MAYO 15 DE 1939 - No. 70 Cuando usted, lectora amiga, ha manifestado su repudio o indiferencia por la iglesia, voces airadas le habrán replicado: —Toda mujer debe creer, debe ir a la iglesia. Conteste con argumentos sólidos a esta tonta aseveración. "LA INQUISICIÓN EN ESPAÑA E N E L S I G L O X V I" Colección de cuadros históricos del pintor / flamenco FRANZ KASPER HUBERT ViNCK Y "ANALES DE LA INQUISICIÓN EN LIMA" Por RICARDO PALMA Y sabrá que toda mujer debe despejar su mente, huyendo de las mentiras de una institución enemiga del pensamiento libre SON PUBLICACIONES DE LA BIBLIOTECA RACIONALISTA E j e m p l a r: $ 0 . 50 y $ 1 .— P Í D A L OS A ' V I DA F E M E N I NA T T • 1 T71 • NNúúmmeerroo ssuuelto $ 0.20 vida r¿menina — suscripción. « i ... „ z ­ nu DIRECCION Y ADMINISTRACIÓN: R I V A D A V IA 2150 Suscripciones y valores a la administradora: Celina £. Lacrouts El Importe do IM *u»crlpclon>a« puede enviarse en efectivo o en estampillas LA REVISTA / / DE LA MUJER INTELIGENTE Directora: MARÍA L. BERRON DO Dirección y Administración: Rivadavia 2150 Unión Telef. 47, Cuyo 8386 Registro de la Propiedad Intelectual 056.678 Año VI Buenos Aires, Mayo 15 de 1939 N.° 70 Primeros Fríos Y con ellos, vuelven las escuelas de la ciudad de Bue­ nos Aires, —no hablemos de las otras,— a contemplar el eterno y doloroso espectáculo: niños con frío. Niños con frío, sin ropa abrigada debajo del delantal salvador (de las apariencias) sin medias, con zapatillas míseras. Las caritas pálidas, los labios y manos amoratados son los enemigos terribles de toda enseñanza. Los precep­ tos pedagógicos mueren avergonzados ante ssa realidad dura: ¡frío! Los edificios escolares, con patios insuficientes y aulas heladas... Las revistas oficiales de educación, con una visión justa del problema, divulgan los estudios serios hachos en Francia y que han evidenciado cuánto más eficiente es la labor y y cuánto más asidua la concurrencia a clase de los niños que tienen un abrigo de lana, pero aquí, en el país de la lana, miles de niños afrontan los fríos con finas tricotas de algo­ dón inferior. VI DA F E M E N I NA PAg. 4 El Trágico Destino de loa Cada vez que pasan ante nuestros ojos la hijo de pobres, gorrioncito ágil y sonriente; silueta sonriente y aparaguada de Mr. Cham­ negrito de las colonias, todos han comenzado, berlain, la flemática y aburguesada de Mon­ con la confianza y la ingenuidad propias de sieur Daladier, la sombría de Hitler o la arro­ la infancia, el camino de su vida. Y aquellos gantemente cínica de Mussolini, surgen por grandes señores, los amos aparentes del mun­ contraste en nuestra imaginlación rostiros de do, trabajan con la más criminal inconciencia niños del mundo. para que un día un abismo se abra bajo los pies de aquellos niños! Alemancito de brazo levantado en la fana­ tización de ¡heil Hitler!; bebé chino arrojado •Si*los hombres de estado y los magnates de en la hoguera de una monstruosa guerra; mu­ la gran industria y las finanzas pensaran en chachito de clases cultivadas, rodeado desde forma de valores humanos y no de cifras o pa­ sus primeros1 pasos por el confort y la higiene; labras abstractas, tal vez la política fuese dis­ tinta de lo que es. ¿Qué es el mundo para ellos? Toneladas de mineral bruto o de acero trabajado, quintales de cereales, millares de artículos elaborados, bodegas, camiones y vagones que andan por el agua y la tierra. Una enorme cantidad de trabajo, vidas de hombres y. mujeres gastadas en el esfuerzo, todo cabe en las líneas escuetas de un infor­ me, en las columnas? de una estadística, en las rectas de un diagrama. ¿Qué son los seres vivientes, sus hermanos según la Biblia o el Evangelio que en riquí­ simas encuademaciones llevan sus mujeres al templo? Algo inexistente, entes abstractos que ­ sólo intervienen en sus cálculos bajo forma de cifras — producción, salarios, etc. Sin embargo, no están ellos, los ricos, los poderosos, tan alejados del mundo de los vivos. Saben también lo que es un niño, lo que es una madre. Ellos los tienen. Pero viven aparte, en lugares siempre amables, en pala­ cios o villas situados en paisajes magníficos; son seres muy finos, siempre muy bien alimen­ tados y vestidos. ¿No parecen de una esencia superior? ¿Son comparables a la vil carne de miseria o de cañón? La vida, los sufrimientos, las alegrías, las esperanzas de los de abajo quedan siendo algo tan lejano para ellos que su encuentro cons­ tituye una sorpresa. Cuando una unidad hombre entra a formar parte de una estadística sobre producción, BENITO MU 83 O L \ N I Pág. 6 'MAYO, 19S9 Niños del Mundo cuando es parte de los millares que producen carbón, hierro, telas, etc., ¿quién piensa en BUS aspiraciones íntimas, en sus afectos, en sus ilusiones, quién piensa en su vocación, en la por alegría o el sufrimiento engendrados por STI trabajo? ¿Es un hombre? No, es un elemento, A l i c ia un simple elemento, perdido en una enorme masa formada por otros elementos como él. Moreau Un robot barato podría reemplazarlo. de Cuando ese ser entra a formar parte de una estadística de guerra, su valor se reduce aún más. Constituye el material humano que nun­ J u s to ca se toma en cuenta en los presupuestos, sal­ vo en lo necesario para equiparlo, transpor­ NIEVIIULE CHAMBERLAilN tarlo y alimentarlo. Esa sustancia humana que no entra en los cálculos estadísticos es el peligro está también en el alejamiento cre­ algo sin embargo que piensa, ama y espera; ciente de la realidad. Esta es, para el caso ha sido engendrada y cuidada por una mujer que nos ocupa, ese hombre que trabaja o que cuyas penas y trabajos fueron pagados por la va a morir; lo abstracto es la tinidad ideal ilusión de crear una vida feliz. ¡ Qué es todo que forma y que entra en los cálculos. esto para los amos del mundo! Cuando desde su alto sitial los ven desfilar en "cadena", cu­ Lo abstracto son esos millones que, emplea­ biertos por cascos redondos o puntiagudos, dos en los presupuestos-de guerra, deberán ser vestidos de verde, azul o marrón, marchando pagados por el trabajo esforzado de las gene^ al compás de músicas que cambian de nombre raciones venideras. Lo real son estos niños pero cuyo ritmo fue inventado por antropó­ que nacen hoy acogidos por la sonrisa temblo­ fagos, cuando los saludan levantando el, brazo, rosa de sus madres olvidando el dolor; lo real el puño o la mano, ¿piensan acaso en el hom­ son esas pequeñas existencias que van a des­ bre que vive bajo el uniforme? envolverse sobre un suelo minado, bajo un cielo minado y que tendrán que trabajar, ca­ Y puede ser muy bien que, vueltos a su ca­ da vez más atados a sus máquinas, para pagar sa, sentados en su rincón favorito, busquen el las armas; lo real son los hijos de esos hom­ descanso en la lectura de algún .delicado poe­ bres y los hijos de sus hijos, todos nacidos del ta o de un sesudo filósofo, es decir, de hom­ amor y para el amor y que encontrarán el bres en quienes existe en el más alto grado la ; odio, el trabajo y la muerte. humana capacidad de pensar y sufrir. A ella son sensibles, pero no la suponen —no la quie­ Los jefes de tribus primitivas, cuando las ren suponer— en la masa que explotan o con­ conducían llenos de astucia y coraje para ro­ ducen a la muerte. La necesitan para cons­ bar 'a otros sus ganados o sus mujeres, com­ truir sobre ella su riqueza o su poderío, y pa­ partían con los demás hombres los peligros y ra poderla estrujar con tranquilidad la quie­ el botín. Hoy los jefes de naciones conducen ren sin alma. a éstas para los mismos fines disfrazados con i Quién puede dudar del valor de la abstrac­ otras palabras (honor nacional, expansión vi­ ción y de la generalización en el proceso del tal, etc.), sólo que todo el peligro es real pa­ razonamiento? Sin ellas no podríamos concebir ra los de abajo y el botín queda siendo algo la idea, y nuestra mente no iría más allá de abstract^: la restitución de una provincia, el la formación y agrupación de imágenes. Pero (Sigue en la pág. 31) Pag. e VIDA F E M E N I NA La Mu je r en la Fábrica Para VIDA FEMENINA ¿Cuál es el motivo por el salario del'obrero que trabaja pagarles 6 u 8 pesos diarios; cual la mujer concurre a las entre nosotros no alcanza nada hoy han sido eliminados y en fábricas? Es ésta una pregunta más que a $ 90 mensuales. ¿Qué su lugar se coloca mujeres que que debe analizarse detenida^ hace una familia compuesta de ganan como máximo, cuando mente antes de responder. matrimonio y un hijo solamen­ son bien competentes, $ 2.50, En la República Argentina te con ese salario exiguo? ¡Na­ esto el día que trabajan, cuan­ hay personas vinculadas a los da ! No puede vivir. Ahora, su­ do no son obligadas a presen­ grandes trusts, a las empresas pongamos un hogar compuesto tarse en la fábrica para recibir que explotan en nuestro país por más hijos y sobre todo muchas veces la noticia: "Hoy a hombres y mujeres, que se cuando ya1 son mayores. ¿Qué no hay trabajo". Además son encargan de escribir que aquí remedio le queda a la hija del tratadas en forma brutal, pues no se conocen por su indumen­ obrero, a la compañera, que se les impide durante el traba­ buscar la manera de aliviar las jo hasta poder conversar, ni taria al pobre ni al rico; que necesidades del hogar? De ahí aun con sus compañeras inme­ es un país de tanta super­ que concurran a las fábricas. diatas. Hay jóvenes que ganan abundancia que aquí nadie Pero estos señores industria­ $ 1.50 diarios, cuando traba­ siente la miseria. Para ellos, les, que saben positivamente jan, y hay fábricas donde se nuestro pueblo es poco menos las razones por las cuales acu­ les obliga hasta a comprar las que esa Jauja legendaria en den a ellos las mujeres, tratan zapatillas de trabajo a los ca­ donde el maná caía del cielo y de sacar el mayor beneficio de pataces y por el precio que és­ puestos boca arriba se recibía estas humildes obreras que se tos les impongan. el maná, sin ser necesario aun someten a la explotación de es­ ni masticarlo. Sin embargo, la Hay casas en donde la co­ tos pulpos que con sus ten­ mujer en la fábrica no repre­ rrupción llega al extremo de táculos tienen acaparadas toda senta otra cosa que la miseria, hacérseles a las mujeres propo­ clase de industrias. pues es la falta de medios eco­ siciones inmorales si quieren nómicos en el hogar, porque el mejorar en los miserables sala­ hombre no gana lo suficiente El jornal diario de la obrera rios que reciben. Si una obrera, para cubrir las necesidades más en cualquier industria— frente a un fraseado soez de apremiantes para la subsisten­ algún capataz vendido al capi­ cia. Hay fábricas, por ejemplo talismo, se queja por su con­ Está matemáticamente com­ de dulces, que en puestos ocu­ ducta a la dirección, recibe la probado que el promedio del pados por hombres tenían que siguiente respuesta: "Si no es­ MAYO. 1939 Pág. 7 tá Vd. conforme, en los cuba cosa que seres atrofiados, ra­ determina que el salario de las rets se gana más; puede reti­ quíticos, enclenques, siendo ésa mujeres y el sueldo mínimo se­ rarse". Casos como éstos suce­ una de las cansas por las cuales rán establecidos por comisio­ den muy ¡i menudo. Y si el Sin­ vemos a muchos jóvenes argen­ nes especiales nombradas a dicato quiere hacer valer sus tinos, en edad de ingresar al esc efecto. Sin embargo, yo derechos frente a esta ignomi­ ejército nacional, ser desecha­ creo que el legislador puede in­ nia, de inmediato los señores dos por considerárseles" hom­ volucrar en un solo capítulo a industriales hacen intervenir a bres inservibles para el mismo. ambos sexos para Ja distribu­ nuestra policía. Esta, entonces, ción de salarios, puesto que es­ llama a algunos de los miem­ tá probado que en la actuali­ Debe ser un deber general— bros de la C. A. y les mani­ dad la mujer viene desempe­ fiesta que a tres cuadras de la ñando, ya sea en oficinas, esta­ Toda persona, mujer u hom­ fábrica no deben acercarse, so blecimientos comerciales, fábri­ bre, que sea consciente de su pena de ser detenidos y pro­ cas o talleres, los mismos tra­ misión en donde desenvuelve su cesados. bajos que el hombre, sin detri­ actividad como intelectual u Este enjambre de mujeres mento de la producción. ¿Por obrera y que lucha por el pro­ jóvenes que concurren a las qué diferenciarlos entonces? greso nacional, debe prestar fábricas, son explotadas bru­ una gran atención al problema talmente, pues se les imponen Una razón de peso para el de la mujer obrera y exigir de tareas exageradas y a veces en legislador— .quien corresponda los mismos trabajos nocivos y lugares fal­ derechos del hombre en el des­ tos de higiene; todo, a pesar de Los industriales, conociendo arrollo de sus actividades. A que hay una ley que obliga a la miseria de los hogares pro­ igual producción, igual remu­ todos los industriales a mante­ letarios, producto de los sa­ neración. Así los señores in­ ner higienizados los lugares de larios de hambre que ellos dan, dustriales que se enriquecen trabajo y con sus correspon­ saben que la mujer, como he con el sudor ajeno no podrán dientes salas cunas, piezas es­ dicho antes, se acerca a la fá­ abusar de la mujer en la for­ peciales para el vestuario, ba­ ma descarada en que lo hacen brica para mejorar en algo la ños suficientes de acuerdo al hoy. situación económica del hogar; número de obreras que ocupan, los industriales aprovechan y leyes muy humanas pero que ellas no se dan cuenta que sir­ ninguna fábrica la cumple y Ley general de salario mínimo ven de instrumento empeoran­ que cuando el Sindicato lo de­ do su propia situación, porque nuncia ante las autoridades, los El día 6 de julio de 1938 paulatinamente van desplazan­ inspectores cierran los ojos pa­ nue s t r o compañero Américo do a los hombres y las entra­ ra no ver, no sabemos si por Ghioldi presentó en la Cámara das en el hogar van disminu­ coima o por ignorancia. de Diputados este interesante yendo en virtud del paro for­ Y bien; cuando estas jóve­ proyecto de ley, que tendrá zoso que a aquéllos se les va nes obreras llegan a constituir que tratarse próximamente en imponiendo. Esto no sucederá un nuevo hogar, el producto el Parlamento Nacional; pero si se equiparan los derechos y de su procreación, por haber recorriendo sus capítulos y sus eso es lo que debe tener en dejado en la fábrica jirones articulados, en lo que se refie­ cuenta el legislador. de sus cuerpos y la fuerza de re a la mujer lo hace en una su sangre, no puede ser otra forma pasajera. El artículo 10 Isidoro AYALA. ¡pj j-j—, CAMMELOS. BOMBONES. 6ULCES. ETC. labrldulce CONSTITUCIÓN 1213/45 'ás. 8 VIDA F E M E N I NA No. podemos afirmar, ni metafórica­ mente, que estamos curadas de espanto. al cor Cada día, de cualquier rincón del mun- do, nos llega vina noticia, J que nos deja yertas. los ¿Que leo? ¡Asóm­ brenle los orbes! \n Bolivia, el flamante dictador coro­ nel Busch, se desayuna en su amanecer de ti- \ , ­ rano, fusilando a un santo padrecito de la grey católica, que tuvo un mal momento, y violó, — como en otros y anteriores malos mo­ mentos, — a una niña de 7 años. El crimen es asqueroso, pero así y todo, la noticia del fusilamiento nos dejó sin fuerzas para hilvanar una idea. ¿Qué mosca le ha picado a Busch? ¿Alguna infectada de... de qué será, señor? Un tirano de América, fusilando a uno de los hombres que con su prédica oscuran­ tista y mal intencionada, le prepara el material humano para hacer posible su tiranía, es algo francamente incomprensible. Nos deja heladas. Porque crímenes, ¡señor!, se cometen y a granel en la mayor impunidad. Y en cuan­ to a los cuervos ¡pican! y ¡fuerte! Eso es cosa vieja. i* # -sur Ana de Pombo, bailarina española, y creadora de modelos de Paquin, cuenta que está preparando, desde hace dos años, por encargo de una dama, — un abrigo de marta cibellina. ¡Y cuántos desvelos le cuesta hallar una piel lo suficientemente bella como para integrar esa joya! 2 Aun falta mucho, muchísimo. ¿Otros dos años de afanes? Quién sabe. Aun falta mucho. Anita es exigente, y la dama dueña de esa obra de titanes pacientes, lo es mucho más. Ese abriguito, esa monadita, costará una vez terminado, 4 millones de francos. Dentro de dos años, en Europa, ¿cuántas madres tendrán sus hijos? En cualquier caso, ¿en cuántas mesas humeará el plato de sopa? Lindo mundo: pieles, joyas, cañones, tan­ ques... y hambre! Y hoy mismo, en los campos de concentración de Francia, ¿con qué se abrigan y qué comen los niños españoles que allí creyeron hallar refugio? Estas mujeres que se horrorizan de los pecados contra dulzura y feminidad que co­ meten las emancipadas, ¿tendrán corazón? ¡No! Las fibras musculares de ese órgano, serían, — por su dureza, — un insulto para ellas. Las suaves, amorosas y candidas damas, tienen en su pecho, un panecillo de mantequilla. Hay gente que extraña el látigo y los bofetones. Hay gente amasada con barro tan ordinario y putrefacto, que no puede respirar sino en un ambiente de violencia, ultrajes y vejámenes. Que haya profesoras, maestras que aun ensucien un auta hacien­ 3 do propaganda totalitaria en un país democrático, es algo que enardece. El cuento de las ranas pidisndo rey, deja cada tanto de ser un cuento, para convertirse en dolorosa realidad. Realidad de inconcebible bajeza. ¡Qué dolor! ¡Maestras argentinas que empañan la pureza de un aula, con veleidades nazistas! Con profunda pena, supimos que en el Colegio Secundario de Señoritas de La Plata, se está ventilando un asunto, del cual no sale muy airosa la Srta. Profesora Sofía Lovera. MATO, 1939 Pág. 9 ¿Será posible? ¿Una mujer sabe lo que pide, rer de cuando aspira a que se rompan las normas del respeto humano? ¿Qué espera una mujer, en una sociedad regida por el miedo, la fuerza, la trai­ días ción? ¿En sus más profun­ das y ocultas ilusiones, aca­ ricia la de ser la favorita del déspota? Sólo así... Y buen provecho le haga. No tenemos fuerza para sanear ciertas imaginaciones. Sólo nos es dado, compadecer. El general Kindelán, jefe de la aviación nacionalista española, debe ser un chulapón mu salao. Agradecer a los aviadores alemanes e italianos, la ayuda prestada para salvar a España, 5 ya es mucho. Todos sabemos que ahí donde dice salvación hay que leer destrucción, y meter en el asunto a Dios y la virgen María, no deja de tener sal. Pero nada tan gracioso, como una advertencia que nos llega muy de cerca: ...y nuestras antiguas colonias no tienen por qué volver a agruparse en torno nuestro, porque espirittialmente estamos ligados por la religión, la raza, el idioma y las costumbres. Es ¿ina suerte que nos perdone la vida. Si no ¡¡brrrü Ya tendríamos que comenzar a aprender italiano y alemán, y para satisfacer las ambiciones coloniales de Isabel la Católi­ ca, gritar: ¡Viva Hitler! ¡Viva Mussolini! La buena señora, — muy inteligente, por otra parte, — nunca habría soñado estar en tan buena compañía. Es doloroso y desconcertante. Hasta al seráfico Monseñor de Andrea le meten la muía, los picaros industriales, cuando deben pagarles a las costureras el salario establecido por la ley 10.505, de trabajo a domicilio. Así lo manifestó en su discurso del día 13 del corriente, en una asamblea, té y música, en la Casa de la Empleada. Y eso me apenó pro­ fundamentey Y me apenó, no tanto por las 25.000 obreras explotadas,— al fin ellas ya están acostumbradas, — sino por el derrumbe producido por ese acto, en el espíritu del príncipe de la Iglesia. ¿Hay, pues, hombres ricos que explo­ tan la miseria humana? ¿Desde cuándo? A las mujeres siempre nos han engatusado con palabras bonitas. Algunos mal pensados, aseguran que mejor se nos engaña con el fuidito y el brillo de las monedas, pero ésas son calumnias. 7 Tenemos una predisposición enfermiza para adquirir la tontera, seducidas por las bellas frases y las promesas... N ¡Oh!, las promesas han sido nuestras más terribles enemigas... La sirvientita que creyó en las promesas del niño de la casa... la dactilógrafa seducida por las promesas del patrón... Y hay para rato. se pieDrdíaes Sa. trEá.s ,p oler yneon dhoa beel rlme eancsoajred addeol esle ñvoort o Pare lsai demnuteje rd. e la Nación, me decía yo: lo que Pág. 10 V I DA F E M E N I NA Cumbres De C u m b r es Borrascosas B o r r a s c o s as (Para VIDA S^BMENINA) —No, de ningún modo, no permito nada de eso. ¿Conoce usted CUMBRES BORRASCOSAS, naveta de Emily Brontc, es un libro de som­ el estado de ánimo del que se ihalla solo, contemplando o&mo una bras. ¡Qué honor! ¡vaya una mu­ gata lame los gatitos tendidos sobre la alfombra a sus pies, y llega jer!, dirán los lectores que lo to- a sentir tal interés en la operación, que una sola oreja que deje de men del montón, y lleguen a sus lineas finales, acuciados por el limpiar la gata, le pone fuera de sí? halo infernal que envuelve todas —¡Vaya una ociosidad, me atrevería yo a decir! sus páginas. Pero quienes se sien­ —Al contrarío, una fatigosa actividad. He aquí mi caso ahora: tan cautivos en su oscura caverna, donde el espíritu de la venganza y, por lo tanto, prosiga usted minuciosamente. Observo que la gen­ afila puñales sutiles en un insano te de estos parajes, comparada con la de la ciudad, adquiere el valor afán de exterminio, y sepan que la que tiene para los distintos ocupantes, la araña de un calabozo mujer que animó esos terribles muñecos, temblaba de frió, y se comparada con la araña de una casa y, sin embargo, lo hondo de entumecía de cansancio por ase­ la atracción no se debe, exclusivamente, a la situación del observa­ gurarle el techo y el tazón úe le­ dor. Las gentes viven aquí sin duda más en serio, más en sí miis­ che, a una vieja criada imposibi­ mos, y no tanto en la superficie mudable y frivola de las cosas. litada, dirá absorto: ¿cómo es esto? Aquí casi podría creer posible un amor de toda la vida, yo, que ja­ Y ESTO fue por falta de com­ más creí en un amor de un año de duración. prensión, por agravio a las exqui­ ir -K £• siteces y sutilezas de un espíritu El tiran oprime a sus esclavos, y ellos no se vuelven contra él, genial, porque ese espíritu tuvo la 0 peregrina ocurrencia de florecer en sino que aplastan a los que tienen debajo. un cuerpo de mujer- * •¥• -ir Y ESTO fue, por falta cíe libertad. ¿'Estás segura de que me aborreces? Supongo que el<la preferiría Libertad para una mujer... ¡Dis­ que ante tí me mostrara yo derretido en ternura. Ofende su vanidad late! Las mujeres, o esclavas, o el oír la verdad cruda. Pero nada me imipo-rta que todos sepan que libertinas. ¿Libres? ¡absurdo! el amor estaba sólo de una parte; yo nunca le mentí sobre este Y ESTO fwé, porque ESO, es el fruto amargo, ácido, de un ¡vergel punto; no puede acusarme de haberle mostrado ni un adarme de magnifico, que se sabia condenado falso cariño. La primera cosa que me vio hacer al salir de la Granja, a la esterilidad, por ser femenino. fue ahorcar a su. perrito; y cuando salió en su defensa, mi prime­ Y esto es, porque la injusticia, aun s cuando marca & los espíritus supe­ ras palabras fueron para expresar mi deseo de ahorcar a todo ser riores, fructifica siempre en dolor que le pertenezca, con excepción de uno sólo. 'Es posible que tomara y amargura. la excepción por su propia cuenta, pero ninguna brutalidad le re­ La gran enamorada de la liber­ pugnaba, y supongo que sentía innata admiración por «lio, con tal tad, la gran sensible, —Emily Bronte,— murió esclava y adusta, de tener a su preciosa persona segura de todo daño. Ahora bien, a los 30 años de edad, esclava de ¿no es el colmo de lo absurdo, de la auténtica idiotez en ese des­ los prejuicios y la miseria ambien­ preciable, servil ruin falderillo, el soña que yo podría amarla? te, y toda encogida dentro de una y r mascarilla de insensibilidad, que Di ?. tu amo, Elena, que en mi vida he encontrado una cosa tan no rompió ni ante la muerte. abyecta como ella. Pero nos dejó una prueba de su <r •¥• •£ martirio. Nos dejó CUMBRES BO­ ¡Quisiera tenerte asido —contin'úó amargamente— hasta que RRASCOSAS. Es como habernos de­ jado en las manos, sus grilletes y estemos ambos muertos! No me importaría cuanto sufrieras; nada cadenas. Es como habernos dejado me importan tus sufrimientos. ¿iPor qué no habrías de sufrir? Yo en los" oidos, su gran voz de pro- sufro. ¿Me olvidarás? ¿Serás feliz cuando esté enterrada? ¿Dirás testa: yo, que amo el bien, ved, dentro de veinte años. "Esta es la tumba, de Catalina Earnshaw. asi sufro la iniquidad: yo, que amo la libertad, así soy pisoteada La amé muclho tiempo ha, y tuve una gran pena al perderla, ,pero por los carceleros; yo, que amo la ya pasó. Muchas otras he amado desde entonces. Mis hijos me son vida, y atesoro un gran amor, mar­ más caros de lo que ella me ha sido; y cuando muera, no me ale­ cho apresurada hacia la muerte. graré de ir a ella, me afligiré porque debo dejarlos?" ¿Dirás así Libro escrito a escondidas y úni­ ca ¡válvula de escape de una prodi­ Heatchcliff? giosa fantasía atormentada; escri­ to junto a un moribundo, entre en­ CUMBRES BORRASCOSAS ha llega- Brontc, como prólogo. Una vez sueños afiebra-dos, y de cara a un do a los lectores de habla castella- más, las mujeres debemos agrade­ cementerio, es la obra de un alma na, en una cuidada edición de cer el esfuerzo cultural de la dis­ finísima, acosada hasta el marti­ "8ur", con un estudio concienzudo tinguida intelectual argentina, que rio. Y en él sobrecogen, por lo in- de Victoria Ocinnvo sobre Emily asi amplia horizontes espirituales. mensas y devastadoras, las fuerzas desatadas: amor, odio, venganza. Noemí SALAS.

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tificación de "albañalero lite- rario" y "poeta de la inmun- dicia". A Cézanne reservaba algo más doloroso: la total incom- prensión; el rechazo en los
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