Description:El panzudo Ellem, con su abultado abdomen, sus piernas terriblemente arqueadas de montar a caballo, sus brazos cortos y musculosos y su apimentonado rostro, en el que el bigote era como un recto y áspero cepillo colocado bajo su nariz, y el pelo un reparto antiestético de vellones rizados de lana, había girado como un sacacorchos sobre el ancho tablón que cruzaba el espacio de lado a lado para evitar que los que tenían que pasar de un extremo al otro de la calle, se enfangasen de barro hasta la rodilla, y luego de iniciar unos movimientos de brazos, cómicos y estrafalarios, había caído de bruces sobre el fango, en el que hundió su abultado rostro como si pretendiese demostrar que era preferible bucear en el barro de la calzada que habitar en aquel poblacho escondido, donde la vida de la gente carecía de todo valor moral y espiritual. Y allí quedó como un objeto inútil y abandonado, con el brazo derecho extendido y en cuya mano aún aprisionaba como un tesoro la dorada manzana que estaba desayunando, cuando recibió al unísono y como si se hubiese tratado de uno solo, los tres proyectiles del 48 con que le obsequiaron los tres hermanos Saff, como prueba de reconocimiento por los «apreciables» servicios que en vida les había prestado.