Publicada en 1919, la colección de relatos breves Un médico rural (Ein Landartz en el original alemán) fue una de las pocas obras que Franz Kafka dio a la imprenta, y, en consecuencia, una de las que, al final de su vida, excluyó del felizmente incumplido encargo de destrucción al que sentenció a la mayor parte de su trabajo.
Se compone de catorce piezas breves, entre las que se cuenta el relato que da nombre al conjunto. Todas ellas se enmarcan en una atmósfera onírica, y, a su indudable valor literario, se suma el hecho de que presentan sintetizados los temas sobre los que se construye la restante narrativa kafkiana: la difusa frontera entre lo humano y lo animal («El nuevo abogado», «Chacales y árabes», «Preocupaciones de un jefe de familia», «Informe para una academia»), la empresa imposible («Un médico rural», «En la galería», «El pueblo más cercano», «Un mensaje imperial»), la confrontación entre el individuo y el poder («Un viejo manuscrito», «Ante la Ley») o la frustrada relación entre padre e hijo que tanto influyó en la vida y, por tanto, en la literatura del escritor checo («Once hijos»).