Description:Pero ya tiene veintitrés años.—Julio. por el cariño de Dios, hijo mío, hoy en día una muchacha, a los veintetrés años, es una jovencita.— Te digo, madre.—Y yo te digo, hijo, que Berta no es una solterona.Julio Torralba descargó un fuerte puñetazo sobre la mesa y vociferó con voz espasmódica:— A este paso lo será muy próximamente, y yo te digo que no quiero tener una hija solterona. ¡Mi única hija! Por mil demonios que no.Dora Aguirre, viuda de Torralba, no pareció inmutarse. Era una mujer de más de setenta y cinco años, pero se mantenía erguida y estable, y su blanca y venerable cabeza se alzaba con arrogancia.