A012 UN ESPACIO ALTERNATIVO PARA EL NIÑO Y ADOLESCENTE CON DIAGNÓSTICO DE DISCAPACIDAD MENTAL INTRODUCCIÓN El campo de la enfermedad mental englobado en lo que típicamente se entiende como “locura” continúa siendo para la medicina y la psicología uno de los más resistentes a los abordajes actuales. Aún con los más recientes avances medicamentosos, la evolución de estas enfermedades sigue siendo de pronóstico reservado. La situación se complejiza aún más cuando el desencadenamiento de la patología se produce a edades tempranas. Allí existen menores posibilidades de abordaje medicamentoso cuya eficacia haya sido probada. Además, la situación del enfermo en “desarrollo”, si bien por un lado aumenta las posibilidades de abordaje psicoterapéutico, por otro enmascara la sintomatología, haciendo más difícil su detección y abordaje precoz, y permitiendo que la cristalización del cuadro excluya al niño o al adolescente de los circuitos habituales para su edad, a los que luego le resulta, las más de las veces, imposible retornar. PLANTEO DEL PROBLEMA El problema de la definición de Enfermedad Mental Grave, o Discapacidad Mental o Trastorno Mental en la Infancia, resulta de alta complejidad. En la clínica psiquiátrica estos trastornos se vinculan con el concepto “psicosis”, tomado en sentido amplio. Para el psicoanálisis, la locura, es la forma cotidiana de hablar de estos trastornos, se destaca fundamentalmente como una perturbación primaria de la relación libidinal con la realidad ,lo que constituye el denominador común de las distintas psicosis con tentativas secundarias de restauración del lazo objetal. Maud Mannoni ,en su libro ¿Qué ha sido de nuestros niños locos? dice que bajo la etiqueta de “discapacidad mental” se agrupa tanto a los casos graves (que ya no encuentran instituciones especializadas que lo acojan) como a casos puramente sociales, expulsados de las estructuras educativa A la dificultad en la definición del diagnóstico de los mencionados trastornos se le agrega la probable situación de cronificación posterior. En la categorización general de enfermedades, que rige también para los padecimientos mentales, la condición de agudo distingue a los trastornos de inicio brusco, de curso transitorio y variable, con remisión total y formas de acceso al modo de crisis, mientras que lo denominado crónico implica una evolución continua, progresiva y que altera el sistema permanente de la personalidad. De todas formas debemos acotar que la categoría de agudo o crónico determina la presentación fenomenológica del paciente, y no la estructura de base que sostiene dicha presentación. Para cualquier enfermedad mental podríamos afirmar que los ejes a relevar comprenden: la fisonomía clínica, a la que podemos nombrar en general como una distimia o alteración patológica del animo, que tomará características diferenciales según otros dos ejes a considerar, por un lado la estructura de base y, por otro, la evolución prevista para el cuadro. El diagnóstico de que un niño es “distinto” lleva a los padres a un largo peregrinar: médicos, neurólogos, psiquiátras, psicólogos, perdiendo cada vez más el punto de referencia. A esto debemos sumarle que, para acceder a los tratamientos, el niño es inscripto como discapacitado (certificado de discapacidad) lo que le va a permitir una cobertura social”,un descuento en el pasaje de colectivo, un ingreso que ayude a ésta familia, pero que a la vez se transforma en una marca de la que no le será fácil desprenderse. OBJETIVOS GENERALES Conocer y comprender las posibilidades de despliegue simbólico en los niños y adolescentes con diagnóstico de trastornos mentales graves en el marco de alternativas de abordaje que favorezcan la integración. Describir como las formas de respuestas psiquiatrizantes contribuyen a imposibilitar los intentos de vida normal de los niños y adolescentes con diagnóstico de trastornos mentales graves. Analizar dispositivos que posibiliten que los niños y adolescentes con trastornos mentales graves no queden excluidos de los circuitos tradicionales de intercambio social. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Analizar en forma crítica los criterios diagnósticos vigentes en la nosografía de los trastornos mentales graves de la infancia y adolescencia. Construir parámetros de comparación entre las distintas nosografías vigentes para los trastornos mentales graves de la infancia y adolescencia. Comprender la forma en que influyen los criterios diagnósticos en la selección de la oferta terapéutica para los trastornos mentales graves de la infancia y la adolescencia. Analizar de que modo criterio diagnóstico y oferta terapéutica inciden en la cronificación del niño y el adolescente con trastornos mentales graves. HIPÓTESIS GENERAL Los criterios diagnósticos de los trastornos mentales en niños y adolescentes así como los abordajes terapéuticos que resultan de los mismos refuerzan la exclusión del mismo del circuito social normal contribuyendo a la cronificación HIPOTESIS La falta de integración social de niños y adolescentes con trastornos mentales resulta un factor que contribuye a la cronificación del paciente UNIDAD DE ANÁLISIS Niños y adolescentes con trastornos generalizados del desarrollo, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos , deficientes mentales con trastorno disocial (de acuerdo a los criterios diagnósticos del DSM 4 y CIE 10) METODOLOGÍA La presente investigación es de tipo descriptivo y procurará abordar el objeto de estudio en el marco del paradigma interpretativo. En ese caso se orientará la búsqueda de información a través de la selección de determinados actores sociales involucrados en la problemática, para lo cual se implementará una estrategia de entrevistas. Se conformará una muestra no probabilística e intencionada (Samaja), PLAN OPERATIVO DE TRABAJO Tiempo de Programación: estimamos en 24 meses el tiempo necesario para llevar a cabo la investigación. Plan de Actividades: Primera etapa: a. Ampliación del marco teórico. b. Descripción del criterio diagnóstico utilizado. c. Relevo de las instituciones que trabajan en el Partido con niños y adolescentes con discapacidad mental (terapéuticas, educativas, asistenciales y recreativas). Segunda etapa: a. Recolección de la información b. Análisis e interpretación de los resultados. c. Conclusiones INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS: - Observación - Entrevistas a informantes claves - Entrevistas a profesionales de las instituciones - Estudio de historias clínicas, archivos y otros materiales escritos. MARCO TEÓRICO “El ser humano inconcluso fisiológicamente en el momento de su nacimiento debe enfrentar conflictos originados en su impotencia real y en su insaciable deseo de amor y comunicación...” Para que esto depende de lo que el otro "sabe" (anticipa) de él. Este saber, puede volver algún lugar de su cuerpo sordo, mudo, ciego, paralítico o enfermo a consecuencia de algún contratiempo en el encuentro. Muchas de las internaciones psiquiátricas de adultos son consecuencia del fracaso de los tratamientos tradicionales y las implicaciones de los mismos, sujetos que han perdido su derecho a la libertad y a la posibilidad de elección, ya que fueron signados desde niños como no aptos para convivir fuera de la institución psiquiátrica, peligrosos para sí y para la sociedad. En muchos casos la ausencia de alternativas terapéuticas o recursos eficaces llevan a la psiquiatrización de los niños y adolescentes. En las respuestas tradicionales se observa la carencia de una modalidad terapéutica que lea el síntoma forma de expresión del sujeto. Lo que importa, entonces, es normalizar, reeducar. Las instituciones son históricamente de predominio asilar y aunque en la actualidad se transita por una etapa de replanteos teóricos, para resituar el espacio de la salud mental, es duro aún el pasaje del lugar del saber médico a modelos alternativos terapéuticos. Según el Reporte de la Asociación Nacional de Salud Mental (National Mental Health Association Report, l989) la población con trastornos emocionales graves es el grupo menos atendido de estudiantes (los que por su relación con la institución oficial son casi el unico grupo del que se tiene mínimas estadísticas) con discapacidades. Existen varias razones para ello. Hay una falta sistemática de identificación de esa población debido a interpretaciones variadas en la definición y la elegibilidad de criterios. Existe rechazo a rotular a los niños como portadores de trastornos emocionales graves debido a los estigmas asociados con el término. Además los distritos escolares a veces no cuentan con servicios en el lugar o se resisten a pagar por los servicios necesarios para este grupo de niños, debido a limitaciones en el presupuesto (NMHA,l989;Forness,l988). En consecuencia, algunos niños, aún estando en el sistema escolar con problemas emocionales graves pueden no ser identificados en absoluto o pueden ser mal identificados como niños “con discapacidades del aprendizaje”. La capacidad o discapacidad es tal, en función de un entorno social de pertenencia, que organiza y pauta lo esperable para la conducta de los sujetos en cada contexto socio-histórico. El criterio de bienestar social dice que todo hombre tiene el derecho a gozar de igualdad de posibilidades y beneficiarse de todo aquello que la comunidad le puede dar. Según lo esperable en una sociedad, lo considerado “normal”, se establecen marginaciones a aquellos que no cumplen esa normalidad. La marginalidad se caracteriza por una realidad de no participación que deriva del rechazo y la segregación. El tipo de comportamiento del discapacitado en general se aleja de los marcos de referencia del entorno. El principio de integración implica que todo hombre tiene el derecho de un desarrollo armónico y pleno de sus potencialidades y el deber de participar y aportar a su entorno social. La integración implica la aptitud de un individuo de desarrollar y ejecutar las tareas que realizan con mayor eficiencia. Estar integrado significa establecer canales de comunicación que provoque la real inserción en un contexto social, la posibilidad de lograr el máximo de independencia y autovalimiento. La integración es un proceso en el cual la familia constituye el primer eslabón de la cadena. La identidad del hombre como sujeto se genera en relación a otros, en sociedad. Es algo que se estructura en el tiempo, en un contexto de interrelación. En una concepción humanista es primordial la construcción del sentido de la vida, en el cual igualdad y libertad son valores fundamentales. En un mundo dotado de seres diferentes, la igualdad frente a las posibilidades de educarse y crecer es un derecho de todos.
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