Un día con Jon Lee Anderson Fernando García Mongay Con el artículo De Bagdad a Huesca: entre dos campos de batalla históricos Jon Lee Anderson Prólogo de Javier Martín © 2005 de esta edición, Asociación de la Prensa de Aragón. Congreso Nacional de Periodismo Digital © 2005 de De Bagdad a Huesca: entre dos campos de batalla históricos, Jon Lee Anderson © 2005 del prólogo, Javier Martín © 2005 del resto de los textos, Fernando García Mongay Diseño portada: Alberto Naya, Veintiocho Estudio Creativo Traducción: De Bagdad a Huesca: entre dos campos de batalla históricos, Albert Cuesta © 2005 fotografías Fernando García Mongay © 2005 Fotografía página 74 Mariano Gistaín Depósito Legal: HU.104-2005 La edición digital de este libro se puede encontrar en Internet: www.aparagon.es www.congresoperiodismo.com/anderson “Cuando se escribe es preciso dar rienda a la inspiración, cuando se corrige entra en funciones el sentido crítico. No se deben hacer las dos cosas a la vez” Salvador Minguijón, “Las luchas del periodismo” Zaragoza, 1908 Índice Prólogo. Chico, abre los ojos Por Javier Martín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15 De Bagdad a Huesca: entre dos campos de batalla históricos Por Jon Lee Anderson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .21 Cómo embullé a Jon Lee Anderson . . . . . . . . . . . . . . . . . .27 Una lección de periodismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41 El periodista en el aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51 El “genio de los ordenadores” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63 Jon Lee Anderson, periodista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Sobre Jon Lee Anderson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .79 7 Prólogo Chico, abre los ojos Por Javier Martín * PPersona humana, voluntad política, democra- cia orgánica, periodismo digital. A todas estas expresiones les sobra una palabra. La que se quiera, pero una sobra. Incluso, les propongo un jue- go: revuélvanlas. No pasaría nada (periodismo huma- no, democracia digital, voluntad orgánica, persona política…), porque, simplemente, sobran. No dicen nada, están vacías. Su misión es ocultar la realidad. Los periodistas llevamos años -prácticamente desde su nacimiento- debatiendo sobre el intríngulis del periodismo digital, discutiendo de sus penurias, crisis y causas. Pero le sobra una palabra, la que quieran. Digital o Periodismo. Si es Digital, hablemos simple- mente del miedo humano a un avance técnico. Algo natural, comprensible y que se pasa con el tiempo. *Javier Martín, natural de Pamplona, estudió Periodismo en la Universidad de Navarra. Empezó su carrera profesional en la agencia Europa Press y desde 1982 trabaja en EL PAÍS. En 1998 participó en la creación del suplemento tecnológico del diario, Ciberp@ís, en donde sigue. 9 Sin embargo, el presunto debate sobre periodismo digital acaba siendo un debate sobre periodismo, so- bre la pérdida de identidad de un ofi cio, el ofi cio de contar. En conclusión, parece que nos enfrentamos a una crisis del periodismo en general. El periodismo llamado digital, que se suele iden- tifi car con el periodismo que se hace en Internet, se puede califi car, en general y en el mejor de los casos, de malo; en el peor, de copias vergonzosas y tardías de lo publicado en papel. El fracaso del periodismo llamado digital es nacional e internacional. Después de una década, apenas hay ejemplos de buenos tra- bajos publicados en Internet. Los sucesivos congresos de Huesca sobre Perio- dismo Digital siempre han derivado en quejas sobre la falta de recursos, la falta de publicidad, la falta de internautas… dejando en un segundo término la au- tocrítica de los profesionales. La cuestión es que el periodismo no ha encontrado la forma de adaptarse a un nuevo medio de comunicación. Por eso la grave- dad de la crisis, que no es del medio sino del ofi cio, o de los del ofi cio que trabajan en ese medio (Internet). Tampoco es que el fenómeno sea nuevo. La apa- rición de la televisión dejó descentrada a la radio. Fueron años en que la radio seguía haciendo decla- maciones, y la televisión radiando. El desconcierto afectaba a los dos medios; pero hoy se viven los mejo- res años de la historia de la radio, con una riqueza de programas y de ideas, como nunca la había tenido. 10 Seguramente dentro de unos años la eterna crisis del periodismo digital habrá acabado. Si es así, segu- ro que habrá desaparecido el adjetivo “digital”, como ha desaparecido el de periodismo “radiofónico” o periodismo “televisivo”. Ojalá; pero de momento el tiro va desviado, poniendo el acento en la inmedia- tez de Internet que, presumiblemente, obliga a los periodistas a ser rápidos, más que certeros; a difun- dir sin contrastar; a publicar todo porque en Internet todo cabe; a publicar cada pocos minutos, porque hay que mantener al internauta enganchado. La inmediatez de Internet como excusa para el mal periodismo es un insulto a la misma sustancia- lidad de la profesión. Excusarse en la “rapidez con que se trabaja” para publicar bazofi a es olvidarse del frío, escueto y longevo periodismo de agencias. No hay más inmediatez en Internet que la que hay desde hace muchas décadas en las agencias de noti- cias, madre de cualquier otro periodismo. Sin embar- go, pese a su rapidez, las agencias son ejemplo de muchas de las virtudes que debe tener la profesión. Entre ellas, y no menor, que lo importante es lo que se comunica, no quién lo comunica. La “rapidez con que se trabaja”, excusa para el mal periodismo, es la esencia de la comunicación, algo a lo que se aspira desde el principio de la hu- manidad. La rapidez es consustancial al periodismo y a la comunicación. Las vías romanas se abrieron con ese fi n, para la comunicación inmediata. A lo largo 11
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