Un buen hombre muestra cómo se reclutaba a los oficiales de las SS entre analfabetos para poder manipularles mejor y convencerles de las conductas más aberrantes. La obra ahonda en la vida diaria de estos asesinos en sus casas, de sus relaciones familiares, de cómo unos han abrazado el nazismo por oportunismo, otros por miedo o seducidos por la ideas de la comunidad racial aria.