Lynx de Warenne acaba de obtener el castillo de Dumfries como recompensa por los servicios prestados a su rey, además de poseer un título nobiliario y riquezas, sin embargo no es feliz. A sus treinta años aún no ha conseguido engendrar nigún heredero con ninguna de sus amantes, algo que le mantiene constantemente preocupado. Al poco de mudarse a su nueva propiedad, una idea comienza a forjarse en su mente. Jock Leslie, el mayordomo del castillo, tiene una prolifica familia, además todos sus hijos ya han tenido descendientes, a excepción de su hija Jane, que aún no ha sido desposada. Siguiendo una antigua tradicción celta, en la que una pareja puede yacer legalmente durante un año y un día, y después casarse si así lo desean, Lynx decidé unirse a Jane para comprobar si ella puede darle el heredero tan ansiado.
Jane es una muchacha sencilla, que ha seguido desde la infancia las antiguas creencias de su pueblo, además de poseer un don especial que le permite vislumbar acontecimientos del futuro. Nunca se ha sentido inclinada hacia el matrimonio, su objetivo en la vida es perfeccionar su arte en la curación y en las costumbres celtas. Sin embargo, se vé obligada a acatar el acuerdo al que ha llegado su padre, ya que un desaire al nuevo señor feudal les complicaría la vida a ella y su extensa familia. Además, tan solo será por un año y un día, y luego volverá a ser libre.