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Tratado de Fonología y Fonética Españolas PDF

283 Pages·1993·45.831 MB·Spanish
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ANTONIO IJlJlLlS ANTONIO QUILIS TRATADO DE FONOLOGIA y FONETICA ESPAÑOLAS T'RArADO n~ fOHOlOG1A yrmiEIICA ESPANOLAS MAN UALES 74 l B IImlASICA I/(SP.biICA I BIBliOTECA ROMANICA HISPAN1CA EDITORIAL GREDOS GREDOS MADRID ---, ANTONIO Qurus TRATADO DE FONOLOOÍA y FONÉTICA ESPAÑOLAS La evolución de la lingüística en este siglo ha sido considerable, y con ella, la de la vieja fonética: la consolidación de determinadas perspectivas teóricas, el nacimiento de otras, y un espectacular desarrollo tecnológico han originado una profunda transformación no só­ lo en la metodología de investigación del ni­ vel de la expresión, sino también en su didác­ tica; y, lógicamente, todos estos hallazgos han dado como resultado importantes cambios en '-... el contenido de esta materia. Por otro lado, la reciente teoría de la co­ municación y los avances de la tecnología han permitido conocer aspectos del sonido igno­ rados antes . La nueva acústica ha hecho posi­ ble el estudio de la onda sonora, y la síntesis del lenguaje nos ha dado a conocer los índi­ ces acústicos de los sonidos. Y, junto a la acústica, la cinerradiografía permite analizar cada movimiento de los ór­ ganos articulatorios, calcular el volumen de las cavidades que configuran el tracto vocal, examinar los procesos asimilatorios, captar el lugar y modo de articulación, etc. Todo ello hace que, hoy, esta materia poco tenga que ver ya con la fonética de hace me­ dio siglo. Como consecuencia A. Quilis establece, en primer lugar, una jerarquización en el mate­ rial fónico: primero es el sistema, la fonolo­ gía, y luego la fonética, el habla. Después, en este nivel de análisis, tiene presente el de­ sarrollo del proceso de comunicación: la fase (Pasa a /0 s%pa siguiente) \ BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA ANTONIO QUILIS FUNDADA POR DÁtv1ASO ALONSO III. MANUALES, 74 TRATADO DE FONOLOGÍA Y FONÉTICA ESPAÑOLAS h BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA EDITORIAL GREDOS MADRID PRÓLOGO ANTONIO QUILlS, 1993. l. El tiempo transcurre y la Ciencia lo acompaña en su evolu­ EDITORIAL GREDOS, S. A. ción lenta y constante. Desde la publicación del Manual de pronun­ Sánchez Pacheco, 81, Madrid. ciación española de Tomás Navarro Tomás 1, hasta el momento actual, la evolución de la lingüística ha sido enorme y con ella, la de la vieja fonética: la consolidación de determinadas perspecti­ vas teóricas, el nacimiento de otras, y un espectacular desarrollo tecnológico han originado una profunda transformación no sólo en la metodología que se debe aplicar hoy en la investigación del nivel de la expresión, sino también en su perspectiva didáctica; y, lógicamente, todos estos hallazgos han dado como resultado impor­ tantes modificaciones y precisiones en el contenido de esta materia. La aparición del estructuralismo lingüístico y su inmediata apli­ cación al español, en la materia que ahora nos concierne, a través de la Fonología española de Emilio Alarcos L10rach 2, supuso un cambio radical en el estudio de la clásica fonética: ahora, cobraba 1 La primera edición del Manual de pronunciación espaflola apareció en Madrid, en 1918, publicado por la Junta para la Ampliación de Estudios del Centro de Estu· dios Históricos, en las Publicaciones de la Revista de Filología Española; hace ahora setenta y cuatro años. Fue corregida y aumentada en sucesivas ediciones hasta la Depósito Legal: M. 28490-1993. cuarta de 1932. Las siguientes, publicadas en su mayoría por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han sido reproducciones de ésta. ISBN 84-249-1625-5. 2 La primera edición apareció en Madrid en 1950, publicada por la Editorial Impreso en España. Printed in Spain. Gredos. Fue revisada y aumentada hasta la cuarta de 1965; las siguientes, publicadas Gráficas Cúndor, S. A., Sánchcz Pacheco, 81, Madrid, 1993. - 6572. por la misma casa, han sido reimpresiones de ésta. 8 Fonología y fonética españolas Prólogo 9 sentido la posibilidad de la existencia de una i abierta y otra cerra­ Lógicamente, la conjunción de las actuales teorías y de las re­ da, de una í relajada y otra nasal, de una i semiconsonante y otra cientes técnicas ha sido la fuente de las nuevas aportaciones de nues­ semivocal, porque la nueva fonología 3 nos venía a decir que todas tra disciplina, que han modificado, necesariamente, opiniones o afir­ esas íes eran variantes de una sola unidad, Ii/, que pertenecía a maciones, más empíricas que comprobadas, dadas las limitaciones un sistema en el que se distinguía de otras unidades, a la vez que experimentales de otrora 6. Hoy, esta materia, tanto en su aspecto se relacionaba con ellas. teórico, como de resultados y aplicaciones, poco tiene que ver con La reciente teoría de la comunicación y los avances de la tecno­ la fonética de hace medio siglo. logía, en diferentes ramas de la ciencia, han permitido conocer as­ 2. En este libro, hemos seguido las directrices que nos marca­ pectos del sonido ignorados antes. La nueva acústica ha hecho po­ mos hace muchos años 7: a) la necesidad de establecer, en primer sible el estudio de la onda sonora, o lo que es lo mismo, saber lugar, una jerarquización en el material fónico: partir del sistema, lo que ocurre desde la boca del hablante hasta el oído del oyente; de la fonología, para llegar luego a la fonética, al habla. b) Des­ la síntesis del lenguaje nos ha dado a conocer los índices acústicos pués, en este nivel de análisis, tener muy presente cómo se desarro­ de cada sonido, es decir, sus componentes mínimos, indispensables, lla el proceso de comunicación: la fase productora del sonido por para que lo reconozcamos como tal; y ambos, el análisis y la sínte­ medio de los órganos articulatorios, su transmisión en forma de han sido elementos fundamentales en el estudio y comprensión onda acústica a través del aire, su llegada al oído, y, por último, del reconocimiento y descodificación de cada onda acústica que lle­ su descodificación e interpretación en el cerebro. ga a nuestro cerebro. Nuestra Fonética acústica de la Lengua espa­ De acuerdo con lo anteriormente expuesto, partiremos del fone­ ñola 4 constituye la aportación al español de toda esa nueva dimen­ ma; luego, describiremos y daremos la distribución de sus alófonos, sión del sonido. atendiendo a lo que ocurre en el español general; a continuación, No debemos olvidar tampoco la importancia que ha tenido en estudiaremos la articulación de cada sonido, luego su estructura acús­ estos estudios la aparición de la cinerradiografía; ella ha permitido tica y, cuando sea preciso, los problemas de su reconocimiento. convertir el estatismo de la antigua radiografía, en la que cada soni­ do se analizaba aislado de su contorno, fuera del decurso, como 3. Pero el español es una lengua de más de trescientos veinti­ un pez fuera del agua, en el cinematismo que permite analizar cada cuatro millones de hablantes, y cada uno de ellos posee su verdade­ movimiento de los órganos articulatorios, calcular el volumen de ro español. En amplias regiones o en pequeños recintos, afloran las cavidades que configuran el tracto vocal, examinar los procesos hechos fonéticos que hay que conocer: unos son conservación de asimilatorios, captar el lugar y modo de articulación, etc. 5 sonidos perdidos hace siglos en otras zonas; otros son la repetición de cambios acaecidos en épocas pretéritas de la historia de la len­ 1 O ¡anémica. gua; los hay que siguen las directrices de determinadas evoluciones 4 La primera edición apareciÓ en Madrid. en 1981, publicada por la Editorial de las lenguas románicas, y algunos son el resultado de un cambio Gredos. 5 Imágenes cinerradiográficas son todos los perfiles articulatorios que aparecen antes no observado. Sabedores de esta riqueza de variantes, nos en este libro y eran ya los esquemas articulatorios que presentábamos en nuestra Fonética y fonolog[a españolas para estudiantes angloamericanos (escrita en colabo­ ración con Joseph A. Fcrnández), desde su primera edición, en 1964, y también 6 Véase para más detalles Quilis, 1985, 9-15. fueron la base de nuestra Fonética española en imágenes, Madrid, 1970. 7 Véase Quilis, 1967. 10 Fon%gra y fonética españolas hemos creído obligados a recoger los fenómenos más importantes que se conservan o que aparecen en nuestros dialectos, y a intentar una explicación de ellos, siempre dentro de los cauces objetivos de la Ciencia, ya se llame ésta fisiología, acústica, psicofonética, es­ tructura de la lengua, o caminos más amplios, como pueden ser los universales lingüísticos, o los cambios similares en otras lenguas. 4. Los trabajos que se han publicado en estos años pasados 1 sobre distintos aspectos de la fonética y de la fonología españolas son numerosísimos, aunque, lamentablemente, la cantidad no acom­ FONOLOGÍA pañe, en muchos casos, a la calidad: hasta 1984, pueden encontrar­ se en nuestra Bibliografra de fonética y fon%gra españolas 8; en este libro que ahora damos a la luz, sólo citamos aquellas obras que consultamos expresamente. 1.1. EL PROCESO DE COMUNICACIÓN y hasta aquí nuestro trabajo. Creemos, o por lo menos lo he­ La comunicación fue definida, desde el punto de vista psicológi­ mos intentado, haber hecho con él algo útil, pensando en los millo­ co, por S. S. Stevens (1950, 689-690), como la «respuesta discrimi­ nes de hispanohablantes repartidos por cuatro mundos y en nuestra común Lengua española. natoria de un organismo a un estímulo». C. Cherry (1961,6-7) ma­ tizó esta amplia definición, puntualizando que no es estrictamente Madrid, 16 de de 1992. una respuesta, sino más bien la relación que se establece entre la transmisión de los estímulos y la evocación de las respuestas, seña­ lando, además, que en la noción de estímulo es necesario distinguir, 8 Madrid, es.l.c., CPh, IX, 1984, 481 págs. por lo menos, entre el lenguaje humano y los signos comunicativos de los animales, por un lado, y entre las lenguas, los códigos y los sistemas de signos lógicos, por otro. Para Dubois el alii (1973, 96), «La comunicación es el intercambio verbal entre un sujeto ha­ blante, que produce un enunciado destinado a otro sujeto hablante, y un interlocutor del que él solicita ser escuchado yI o una respuesta explícita o implícita (según el tipo de enunciado). La comunicación es intersubjetiva. Desde el punto de vista psicolingüístico, es el pro­ ceso en el curso del cual la significación que un locutor asocia a los sonidos es la misma que la que el oyente asocia a estos mismos sonidos». Los lingüistas y los teóricos de la comunicación la definen como la transmisión de un lugar a otro de una determinada información. Fonología 13 12 Fonología y fonética españolas guaje escrito; gestos o símbolos, en cuanto convencionales, como Todos los elementos que intervienen en esta transmisión integran los de la circulación; en las lenguas naturales, está constituido por el sistema de comunicación, constituido por: los fonemas, los morfemas y las reglas combinatorias de estos ele­ 1. Un emisor o fuente de información, que es el origen de lo mentos entre sÍ. que se va a comunicar; en nuestro caso, el hombre. La fuente de El transmisor es, en el caso de la comunicación oral, el aparato información debe seleccionar los distintos signos que forman un vocal (fonador) del hombre, que transforma la información en on­ conjunto de alternativas que denominamos, de un modo general, das sonoras; en la comunicación escrita, sería el acto de escribir. un alfabeto, (letras, números, palabras impresas, alfabeto Morse, 5. Un receptor, entre el canal y el destino, que realiza una etc.). Esta selección de signos, convenidos previamente con el obje­ nueva transformación al invertir la información transmitida en su to de comunicar una información, constituye el mensaje. forma original; es decir, realiza una operación inversa a la del trans­ 2. Un destino, donde se recibe el mensaje. En nuestro caso, misor: la descodificación del mensaje. En la comunicación oral, el el destinatario último también es el hombre. receptor es el oído, que transforma las ondas sonoras en actividad 3. La fuente de información y el destino están unidos en el nerviosa en su punto de destino; en la comunicación escrita, son espacio o en el tiempo por medio de un canal de transmisión, que los ojos del lector. es el medio material usado para la viabilidad de la información. En la comunicación oral, el canal es el aire portador de las ondas I-~~~. ~I ~,""" acústicas; en la comunicación escrita, el lugar donde se escribe. Es­ te canal puede tener una dimensión espacial (información visual o m. Ffuoermntaec w~l~n ~mensaje Transmisor sdl<JI C;;¡nai sei"ial Receptor mensale 1 emifida redhtda acústica), temporal (escritura, grabaciones sonoras), o una combi­ nación de ambas. Al mismo tiempo, puede ser: natural, cuando el receptor es un órgano de percepción del hombre (o más de uno), Ruido y artificial, cuando el receptor inmediato es una máquina (magne­ HG. l.!. Esquema de la comunicación tófono, por ejemplo) l. 4. El transmisor hace pasar la información desde el emisor o En el caso de la comunicación hablada, el proceso es como si­ fuente hasta el canal. La operación que realiza el transmisor es la gue: en el cerebro del sujeto emisor, se produce la codificación: llamada codificación, es decir, la conversión del mensaje estructu­ los fenómenos extralingüístico s se estructuran lingüísticamente de rado en un código. El código es un conjunto de reglas no ambi­ acuerdo con el código de la lengua empleada; esta codificación se guas, previamente convenidas, por medio de las cuales los mensajes traduce en una secuencia de fonemas diferenciados, que son trans­ se convierten de una representación en otra. Este código está for­ feridos en forma de impulsos nerviosos a los órganos fonadores, mado por una serie de señales: signos gráficos en el código del len- los que, a su vez, originan una onda acústica. Esta onda llega al oído del sujeto receptor en forma de estímulos acústicos que se transmiten al cerebro; en él, tiene lugar la descodificación del men­ Otro sistema de comunicación es, por ejemplo, el telégrafo: la fuente propor­ saje, que precede a la interpretación del mismo. ciona un sistema de letras; el transmisor las transforma en combinaciones de puntos, En cualquier sistema de comunicación, pueden aparecer defec­ rayas e intervalos; el canal es el aire o el hilo conductor; el receptor transforma tos que originen una pérdida de información. Estos defectos o erro­ la señal de puntos, rayas e intervalos en letras, y la información llega a su destino. 14 Fonología y fonética españolas Fonología 15 res se producen en la codificación o en la descodificación del men­ ción, que condiciona la posibilidad combinatoria de las unidades saje; sus causas pueden ser varías: el imperfecto conocimiento del del nivel inferior, a partir de las cuales se construyen las unidades código por parte de alguno de los polos de la comunicación; algún superiores correspondientes. En segundo lugar, hay que tener en defecto en el propio código, como pueden ser las ambigüedades 2; cuenta el aspecto psicológico del comportamiento humano, que reac­ por algún defecto en el propio canal. Todos estos errores se cono­ ciona más favorablemente a determinadas series de estímulos que cen con el nombre de ruido. Si un sistema de comunicación tiene a otras 4. muchas posibilidades de errores, se dice que es ruidoso, y, lógica­ mente, cuanto más elevado es el ruido en el sistema, más difícil es el logro de una buena información. Para prevenir o solucionar 1.2. EL SIGNO LINGüíSTICO los problemas que se derivan de la aparición de ruidos está la Uno de los principios fundamentales de la lingüística moderna redundancia. La redundancia es una propiedad de las lenguas, de los códigos es que la lengua es un sistema de signos 5. Efectivamente, el lengua­ je humano es un sistema de comunicación que utiliza determinados y de los sistemas de signos que se origina por una serie de reglas signos previamente convenidos. Estos signos, por su carácter de ar­ superfluas, que contribuyen a facilitar la comunicación, a pesar de bitrarios 6, se diferencian de otros, parcialmente motivados 7; son todos los factores de inseguridad que puedan surgir. Las lenguas los denominados signos lingüísticos. naturales han llegado a tener tal número de reglas fonológicas, sin­ El signo lingüístico es para Saussure la unión de un concepto tácticas, léxicas, que algunas pueden ser violadas sin un detrimento y de una imagen acústica. Es una «entidad psíquica de dos caras» serio para la comunicación 3; claro es que cuanto más las rompa­ que puéde representarse por el siguiente esquema: mos, más bajas son las posibilidades de una comunicación con éxi­ to. Las reglas que se duplican o complementan a otra proporcionan I un gran margen de seguridad. Se pueden incumplir algunas reglas, pero no todas, si queremos permanecer dentro de la comunidad 1 social, cuyo vínculo de unión es, como se sabe, la lengua. El proceso de comunicación en las lenguas naturales se ve com­ plicado por una serie de factores que es menester tener en cuenta. 1"10. 1.2. En primer lugar, las unidades del lenguaje están jerarquizadas: las unidades de nivel inferior se reúnen para formar unidades de nivel Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman superior: los fonemas, en morfemas; los morfemas en lexías, etc. recíprocamente. En cada nivel, estas unidades tienen una cierta frecuencia de apari­ 4 Vid. G. Ungeheuer, 1967, 161-163. 2 En español, por ejemplo, la primera y tercera personas de algunos tiempos l F. de Saussure, 1945, 60. verbales (Cuando venia.• se hizo de noche). las homofonías, etc. 6 La idea de 'gato' no está ligada a la serie de sonidos, Igl + /ál + ItI + 3 Por ejemplo, en español, en un mensaje como Los perros corren, hay cuatro /01, que utilizarnos para expresarla; por otra parte, la misma idea se expresa en marcadores para la significación de plural: los dos morfemas el morfema I-n] diferentes lenguas de forma distinta: laL cattus, fr. chato ingl. cat, etc. y la misma forma del artículo los (frente al singular el). 7 El índice. la seilal, el símbolo. 16 Fonología y fonética españolas Fonología 17 Como puede haber equívocos en la terminología, ya que mu­ Contenido y expresión forman una solidaridad, es decir, se con­ chas veces se entiende por signo sólo la imagen acústica, olvidando dicionan uno al otro y se mantienen unidos por la función del signo. el concepto, y dado que el signo lingüístico es una unidad lingüísti­ Las palabras, ejemplificando con los mismos términos de Hjelm­ ca constituida como tal entidad por dos términos unidos por el lazo slev, son signos, pero también son signos determinadas partes de de la asociación, Saussure prefiere reemplazar concepto e imagen una palabra. Por ejemplo, en latín I -lI es un signo de genitivo (pater acústica, por significado y significante, respectivamente. Es decir, PaulT) y un signo de pasiva (amarl). Una palabra como des-torn-ill­ que el «signo lingüístico = significado + significante»: ad-or-e-s es un signo que se compone de siete signos diferentes más pequeños. Un signo puede conllevar sólo un elemento de expresión y un elemento de contenido: por ejemplo, -s, en gatos es un ele­ 1 1 mento de expresión Isl que lleva unido un elemento de contenido 'plural'; o puede estar compuesto por dos o más elementos, tanto en el plano de la expresión como en el del contenido: por ejemplo, el signo francés -ra en aimera, se compone de dos elementos de FIG. 1.3. expresión: r y a unidos a cuatro elementos de contenido: 'futuro', 'indicativo', 'tercera persona', 'singular', Un signo lingüístico como mesa está formado por un signifi­ Ahora bien, tanto el contenido como la expresión poseen una cante Imésal, es decir, por la suma de unos elementos fónicos forma y una sustancia: (/ml + lél + IsI + la/), y por un significado, que sería la idea o a) La forma es la estructura relacional abstracta que cada len­ el concepto que nosotros tenemos de lo que es una «mesa», gua impone a la misma sustancia; b) La sustancia, definida negativamente por Hjelmslev, es to­ do lo que no es forma, es decir, la «materia», el medio en el que Imésal se hacen las distinciones. Para Saussure, es la realidad semántica o fónica considerada independientemente de toda utilización FIG. 1.4. lingüística. Veamos con algún ejemplo cómo operan forma y sustancia en También para Hjelmslev (1966, 55), <<toda lengua se presenta los planos del contenido y de la expresión: inmediatamente como un sistema de signos, es decir, como un siste­ 1. En el plano de la expresión: en la figura 1.5., están repre­ ma de unidades de expresión a las cuales está unido un contenido». sentados por medio de las líneas y F los dos formantes que, 2 Es decir, que de modo paralelo a Saussure, el lingüista danés distin­ como veremos más adelante, constituyen el timbre de las vocales. gue en la lengua dos planos: Podemos pronunciar un continuum sonoro vocálico desde [i} hasta a) la expresión o aspecto significante: la ordenación de los ele­ [u], sin interrupción, moviendo la lengua, el maxilar inferior y los mentos fónicos; labios: es lo que representan los dos formantes (F¡ y F2) de la figu­ b) el contenido o significado, aspecto conceptual, que es obje­ ra. Ese continuum acústico, y amorfo, que sería la sustancia de to de un determinado mensaje. I KATADO DE fONOLOGÍA.

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