Description:Simón Irish, desde la cima de una pequeña duna, vio cómo el viejo y medio desvencijado carricoche avanzaba lentamente arrastrado por dos esqueléticos caballos. Era un paisaje brusco, entregado a la salvaje naturaleza representada por los mezquites, la salvia, algunos cactus ariscos creciendo a capricho en los trozos de terreno arenoso, mientras el suelo, árido y hosco, se mostraba desigual formando pequeños repechos, baches, sendas retorcidas entre plantas parásitas, algo que por estar abandonado de la mano de Dios y de los hombres, parecía un rincón del mundo a miles de millas de la civilización. Y, sin embargo, no muy lejos de allí, se deslizaba rápido y tortuoso el Nueces, el río clásico de los indeseables, que como una barrera de agua y plantas salvajes en celestinaje con un terreno quebrado, servía de refugio a cuantos, teniendo cuentas pendientes con los rurales, buscaban zonas de relativa seguridad para hurtar sus cuellos a la corbata de cáñamo o a las frías rejas de un presidio.