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Thomas Hobbes PDF

295 Pages·1991·5.974 MB·Spanish
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Norberto Bobbio Thomas Hobbes ensayo urante mucho tiempo, Hobbes ha sido para la 111 tica la figura por excelencia del pensamienw uon servador al justificar con sus obras el absolutls mo del Estado, personificado en el Rey. De hecho, tanto el Leviatán como el De Cibe, c< tino obras más conocidas del pensador inglés (y que resp< >i i den a la situación de insurgencia revolucionaria que vi vio Inglaterra en vida de Hobbes), son instrumentos puestos al servicio de la plena justificación de un p< Hin­ que ha de ser esencialmente absoluto para que la disidn i cia política y el desorden civil que supone no tengan li i gar. Sin embargo, la intrincada trama teórica de la obra hobbesiana, que se remonta al origen histórico del lista do (en el estado de naturaleza es donde se pacta la erra ción del estado civil), incluye, junto a una rigurosa exposición del derecho político, unas notas capitales de derecho natural que el profesor Norberto Bobbio, asi mismo iusnaturalista, ha sabido detectar y explicitar o »i» no menos rigor. De esta manera, el rastreo minucioso ei i la obra del pensador de sus elementos esenciales pone de manifiesto un Hobbes mucho más matizado e inte lectualmente mucho más seductor que el que ha heclu > aparecer una crítica probablemente demasiado apresu rada y seguramente menos respetuosa y objetiva. EDICIONES PARADIGMA Norberto Bobbio Titulo original: THOMAS HOBBES Traducción de MANUEL ESCRIVA DE ROMANI Portada de JULIO VIVAS Primera edición: Febrero, 1991 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los Mulares del -CopyrigM-, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprogratfa y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. 0 1989, Giulio Elnaudi editore s.p.a., Torino Copyright de la traducción espartóla: © 1991, PLAZA & JANES EDITORES. S. A. Virgen de Guadalupe, 21-33. Esplugues de Uobregat (Barcelona) Este libro se ha publicado originalmente en italiano con el titulo de TUriftlilt unaoce (ISBN: 88-06-11600-2. Einaudi. Torino. Ed. original.) Printed in Spain — Impreso en Esparta ISBN: 84-01-80070-6 — Depósito Legal: B. 1.580 -1991 Impreso en HUROPE, S. A. — Recaredo, 2 — Barcelona PREÁMBULO Cuando Luigi Firpo pensó la colección de los «Clásicos políticos» para la Utet, me propuso que me dedicase a Hobbes. Dado que el Leviathan ya se había traducido, decidí ocuparme de una tra­ ducción parcial.1 En los dos años que siguieron a la liberación había impartido en la Universidad de Padua dos cursos sobre la historia del derecho na­ tural en la edad moderna, en los que la filosofía de Hobbes constituía un capítulo.* Mi primer es­ crito hobbesiano había sido la recensión del libro de Cari Schmitt, Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas Hobbes, aparecida en la «Rivista di Filosofía» en 1939. La lectura de este libro, que subraya especialmente la visión mecanicista del es­ tado en Hobbes, me sugirió la contraposición entre 1 2 1. Hobbes, II ctttadino, traducción y prefacio de P. D'Abbiero, Carabla, Lanciano, 1935. Comprende las dos primeras partes y exclu­ ye la tercera, sobre la religión. 2. Le origini del giusnaturalismo moderno e il stio sviluppo nel secolo XVII. Litografía Tagliapietra, Padua. 1946; e ll diritto natura- le nel secolo XVIII, Giappichelli, Turin, 1947. 5 el estado-máquina y el estado-persona, que fue el tema de mi introducción al curso académico en la Universidad de Padua en 1946, bajo el título de La persona e lo síaío.* La traducción del De cive, confiada a la docto­ ra Clelia Guglielminetti, y revisada por mí, salió con una introducción mía, que ahora constituye el tercer capítulo de este libro, en 1948. En 1959 sa­ lió una segunda edición, seguida por la primera traducción italiana de A Dialogue between a Philo- sopher and a Student of the Common Laws of En- gland, en un volumen titulado «T. Hobbes, Opere Politiche, vol. I», al que no siguieron otros volú­ menes. Desde entonces he vuelto muchas veces sobre este grande e inigualable constructor de la prime­ ra teoría del estado moderno, que me había fasci­ nado desde las primeras lecturas y cuya compleji­ dad, que hoy han trocado con frecuencia algunos críticos impacientes en incoherencia y que han atri­ buido a ignorante falta de claridad, iba yo descu­ briendo en cada nueva y sucesiva aproximación. De esta ininterrumpida profundización ha nacido el último escrito de esta recopilación sobre un tema, entonces casi por completo descuidado, Hobbes y las sociedades parciales, aparecido en «Filosofía» en 1982. Entre el primero y el último escrito, respecti­ vamente de 1948 y de 1982, esta recopilación com­ prende, además de un apéndice de escritos meno­ res, dos artículos sobre Hobbes y el derecho natural, aparecidos en 1945 y 1962, y el amplio en­ sayo sobre la filosofía política de Hobbes, escrito para el volumen de la Storia delle idee politiche, 3 3. Publicada en el «Anuario dell’Universitá di Padova, dell’a. a. 1946-1947», Succesori Penada stampatori, Padua, 1948, pp. 15-26. 6 economiche e sociali, dirigida por Luigi Firpo para la Utet, aparecido en 1980. Se le ha hecho prece­ der por un escrito de carácter general. II modello giusnaturalistico (1973), en el que establezco las lí­ neas principales de dos reconstrucciones opuestas del origen y el fundamento del poder político, que llamo respectivamente modelo clásico y modelo ius- naturalista. Este último, derivado especialmente de la reflexión sobre las obras de Hobbes. En estos cuarenta años la fama de Hobbes como escritor político, y también como filósofo, ha cre­ cido enormemente. La bibliografía crece de año en año.4 Cuando empecé a estudiarlo, el lugar que ocupaba Hobbes en la historia del pensamiento fi­ losófico y político era mucho más pequeño. Por lo menos en Italia. Quizá sea casualidad, pero el úni­ co de los grandes filósofos políticos del Seiscien­ tos y el Setecientos al que mi maestro, Gioele So- lari, no había dedicado un estudio específico era el autor del Leviathan. En aquellos años recaía so­ bre él la acusación, a decir verdad sin fundamento alguno, de haber sido un anticipador del estado totalitario. Una de las obras más importantes so­ bre su pensamiento político, la de Cari Schmitt, ya citada, procedía de un autor políticamente sos­ pechoso. En 1936 había aparecido la monografía de Leo Strauss, The Political Philosophy of Hob­ bes, pero entonces no tuvo en Italia continuación alguna. Hobbes no había entrado en el programa 4. Véase D. Felice, Thomas Hobbes in Italia (1880-1891), en «Ri- vista di filosofía», LXXIII (1983), pp. 440-70; A. L. Schino, Tendente delta letteratura hobbes ¡aria di lingua inglese degli ultimi venticinqtte anni, en «Materiali per una storia delta cultura giuridica», XVII (1987), pp. 159-98; F. Viola, Hobbes tra moderno e post-modemo. Cinquant'anni di studi hohbesiani, en «Materiali per una storia della cultura giuri­ dica», XIX (1989), pp. 27-84. Se ha editado recientemente un amplio análisis del debate hobbesiano de los últimos años: G. Surgí, Quale Hobbes? Dalla paitra alia rappresentama, Angelí, Milán, 1989. 7 de nuestros estudios filosóficos, ya que la filosofía entonces dominante, el idealismo, le había dado de lado. En su breve historia de la filosofía política,5 breve y también sumaria, Croce ni siquiera lo nom­ bra. Por otra parte, es sabido que en la Historia de la Filosofía Hegel dedica a Hobbes pocas pági­ nas, en las que se lee que no hay nada propiamen­ te filosófico en su pensamiento y que sus plantea­ mientos son superficiales y empíricos. La principal obra sobre el pensamiento de Hobbes se había pu­ blicado en Italia muchos años antes, en 1903, es­ crita por Rodolfo Mondolfo.6 La monografía más completa sobre el autor, la de Adolfo Levi, apare­ cida en 1929, no dedicaba una especial atención al pensamiento político.7 En estos cuarenta años las cosas han cambiado mucho. El año pasado apareció la cuarta edición de mi traducción del De cive. Y se ha publicado otra, a cargo de Tito Magri, en 1979, impresa por Editori Reuniti. A la vieja traducción del Levia- than, a cargo de Mario Vinciguerra, aparecida en la espléndida colección de Laterza de los Clásicos de la filosofía le han seguido otras dos, la de Ro­ berto Giammanco para la Utet, en 1955, y la de Gianni Micheli para Nuova Italia, en 1976. En 1968 se ha publicado también la traducción de la pri­ mera obra política de Hobbes, los elementos de ley natural y política, a cargo del llorado Arrigo Pac- chi, para Nuova Italia. También en Italia el pensamiento de Hobbes ha 5. B. Croce, Sulla storia delta filosofía política, en «La crítica». XXII (1924), pp. 193-208, y luego en Elementi di política, Laterza, Barí, 1925, pp. 59-90. 6. R. Mondolfo, Saggi per la storia delta morale utilitaria. /. La inórale di T. Hobbes, F.lli Drucker, Verona-Padua, 1903. 7. A. Levi. La filosofía di Tommaso Hobbes, Dante Alighieri, Mi­ lán, 1929. 8 sido objeto de estudios cada vez más numerosos, cuidadosos y puestos al día. Con ocasión del cente­ nario (1988) ha llegado incluso a los diarios, desde los que se ha alzado un amplio coro de voces, ge­ neralmente de acuerdo (entre ellas la mía).* Cualquiera que sea el lugar que ocupen estos escritos míos en la inmensa literatura relativa a Hobbes, en la que las obras políticas se han pro­ fundizado hasta lo más recóndito, se han destaca­ do las diferencias entre una y otra obra, diferen­ cias tal vez relevantes pero siempre, en mi opinión, marginales en cuanto al núcleo original de la teo­ ría, esto es en todo caso algo que no me corres­ ponde a mí decir. Pese a la aparente claridad que al menos en una primera lectura puede apreciarse en ellas, no faltan en las obras de Hobbes, como se ha dicho muchas veces, pasos ambiguos y con­ tradictorios, que ponen a dura prueba la sutileza de los intérpretes y que ocasionalmente les exas­ peran, hasta el punto de hacerles confundir lo esen­ cial por lo accesorio, una variación sobre el tema con un cambio temático radical.’ En el estudio de los clásicos de la filosofía, el método analítico, dirigido esencialmente a la re­ construcción conceptual de un texto y a la confron­ tación entre un texto y otro del mismo autor, se contrapone al método histórico, que tiende a si- 8 9 8. N. Bobbio, Hobbes della pace, en «La Stampa», 31 de mayo de 1989, reproducido aquí con el titulo A guisa de couclusiotte. Entre otras intervenciones, véase la de S. Veca, Hobbes iitventore deU'anar- chía, en «Corriere della sera», 5 de abril de 1988, y la inserción del «Manifestó» del 21 de enero de 1988, que lleva también una entrevis­ ta mía a M. D'Eramo. 9. Del análisis de las incoherencias, ambigüedades, contradiccio­ nes, que durante los últimos años he descubierto en los numerosos y cada vez más combativos intérpretes de la obra hobbcsiana hacia el libro, ya citado, de Sorgi, quien acaba considerando a Hobbes un pensador «de ánimo múltiple». 9 tuar un texto en los conflictos de su tiempo, para explicar sus orígenes y sus efectos. En realidad, los dos métodos no son incompatibles. Se integran uno y otro. Según mi opinión, resulta ocioso un debate, como el producido recientemente, entre los valedores de uno y otro método.10 Pero, una vez dicho esto, los dos ensayos centrales sobre Hob- bes y el derecho natural resultan un adecuado ejer­ cicio de metodología analítica, a la que los escri­ tos de Hobbes se prestan especialmente, lo que no es habitual en Italia, patria del historicismo. Pero también los otros escritos se orientan al análisis de los conceptos y la reconstrucción del sistema, y no hacia el llamado marco histórico. Entre ius- naturalismo y positivismo jurídico, mi Hobbes se sitúa más en la línea del segundo que en la del primero. Entre los dos extremos interpretativos que hacen de Hobbes el precursor del estado totalita­ rio o el anticipador del estado liberal, mi interpre­ tación no acepta uno ni otro: el tema central del pensamiento político de Hobbes es la unidad del estado, no la libertad del ciudadano ni el estado totalitario. En cuanto a las interpretaciones más recientes difiero de aquellas que han pretendido dar un especial relieve a la dimensión religiosa del pensamiento de Hobbes: La justificación racional del nacimiento del estado y de su misión en este mundo, que es su parte esencial, pese a las varia­ ciones que hay entre obra y obra en su teoría polí­ tica, representa un momento decisivo en el proce­ 10. Me refiero a la crítica de John Pocock y Quintín Skinner de los seguidores del método analítico; véase sobre el particular M. Vi- roli, Revisionistí e ortodossi nella storia delle idee poliliche, en «Ri- vista di Filosofía», LXXIII (1987), pp. 121-136. Me he ocupado con más amplitud de ello en un escrito, Ragiorti delta filosofía política, destinado a aparecer entre los estudios dedicados a la memoria de L. Firpo. 10

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