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Tezcoco en los últimos tiempos de sus antiguos Reyes, o sea, relación tomada de los manuscritos PDF

174 Pages·2011·44.86 MB·Spanish
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Iiuego que se comenzó á suscitar la cuestión del punto don» de debiera situarse el congreso del estado de México, y noté que habia empeño decidido por establecerlo en Toluca, Tulan- cingo, Cuernavaca ó Tezcoco, me pareció ocasion oportuna de- mostrar mi opinion pronunciándome por este último lugar. Para hacerlo con razones de peso, cfeí que debia recurrir á su historia antigua, mostrar lo que fue, y lo que puede llegar á ser si el gobierno fomenta su poblacion. El lamentable descuido en que nos pusieron los gobernantes españoles empeñados en borrar hasta la memoria de lo que fueron nuestros padres, asi como Dios que prohibió al justo Lóth que voltease la cara ácia el lugar de Sodóma, ha hecho que veamos, si no con desprecio, á lo menos con indiferencia un lugar que en otros tiempos fue el emporio de las ciencias, el taller de las artes, la ciudad grande por excelencia, la que hizo su feudataria por no pocos tiempos á la soberbia México.... Ah! de aquel monton de ruinas que se presentan á los ojos del viajero observador, sale una voz ma- gestuosa que le dice.... acércate.... contémplanos, llora sobre estos escombros , maldice la tirania, examínanos atentamen- te, y vé á decir á la antigua Europa que esta fue la maestra del opulento imperio mexicano: que el lugar donde anida ahora el buho y el murciélago, y donde hace oir sus lamentos en el silencio de la noche, fue el mismo donde Netzahualcóyotl en- •f tre la alegría de un festin hizo oir con su lira de oro la oda de la flor comparable con las mas hermosas de Píndaro: aquí se pronunciaron oráculos de justicia que por su rectitud asombra- rán en todos tiempos á los pueblos: aqui se examinaron sus intereses en las córtes reunidas, y que presidió el mismo monarca: aqui resonaron los dulces acentos de la música en la primera academia filo-armónica que fundó el mismo y viera el Anáhuac: aqui se remuneró al artífice aplicado, y se le dió el mayor impulso y fomento posible á las artes y al saber: final- AL MUY HONORABLE mente, aqui se ocuparon todas las autoridades reunidas del an- tiguo imperio de Aculhuácan en hacer felices á los hombres JORGE CAJVMJVG, ¡O vosotros los dignos succesores en el gobierno del que fue el ornamento de la especie humana! penetraos de sus mismas virtudes; venid á ocupar este mismo lugar en que se dio en es- ¿PRIMER SECRETARIO DE ESTADO DE S. M. E, pectáculo y pasó por el genio mas benéfico de este continen- y DEL DESPACHO DE RELACIONES te; rénovad su memoria con hechos iguales á los que le adqui- rieron el renombre del mas sabio y virtuoso de los príncipes. ESTRANGERAS. Tales son, según me lo figura mi imaginación en este momen- to, los razonamientos que hacen los manes de aquellos héroes que apenas nos es dado conocer por sus virtudes al través de mas de tres siglos que han corrido, y en que la tiranía ha era- peñádose en ocultar su memoria.- No pretendo traer á esta E s c m o. S e ñ o r. desde el origen y fundación del imperio tezcocano por el gran principe Xolótl despues de la caída del Tolteca y AI tiempo de consignar á la pos^ muerte de Topiltzin, noveno y último rey de Tollan: pasaré en teridad la memoria y hechos del rey silencio los reinados de aquel monarca y de sus succesores Nopaltzin, Tlotzin, Quinantzin y Techotlalatzin, que re- Netzahualcóyotl de Tezcoco, el mo- servo á la historia universal, que aun no puedo publicar por narca mas sabio, guerrero y justo que falta de fomento; fijaréme en Ixtlilxochitl destronado por Te- conoció la nación mexicana sentado sobre 2ozomoc, rey de Atzcapotzalco; seguiré á su perseguido hijo Netlahualcoyotl hasta Iztlixochitl, colocado por el conquista- el trono de Aculhuácan, me ocurrió hon- dor Cortés para ser uno de los instrumentos mas eficaces con rar mi historia dedicándola á un ministro que consumó la ruina del imperio mexicano. Estos reinados que en estos últimos tiempos hubiese con- fecundos en acontecimientos muy notables, serán examinados prolijamente por mí, y tal vez formarán Un gran trozo de la tribuido en la Europa con sus buenos ofi- historia de México tomándola desde el malhadado rey Chimal- cios, á. consolidar nuestra suspirada y re- popoca muerto en una cárcel por Tezozomoc, hasta la muerte de Quauhtimoctzin último emperador de México: tan impor- ñida independencia. No tuve que titu- tante redacción la formaré de los escritos de Boturini coordi- bear en colocar á V. E. por el prime- nados por Veytia que hasta ahora están inéditos, aunque nota- ro en él catalogo de los genios bené- blemente aumentados por mí: ¡ojalá que pueda corresponder á lo que de mí se han prometido los vecinos deTezcoco y de- ficos á quienes debe mi patria mucho aaas personas que me han auxiliado para la impresión! bíen;- y solamente sentí que por mi plu- ma no pudiera presentar á los ojos dor del imperio mexicano: su grande de V. E. en todo, su esplendor j be- acierto- para restablecer la paz,, pro.-? lleza las acciones de un¡ héroe sin par, tejer las ciencias , apoyar ía justicia a quien, dispensó la providencia las gra- con sabias leves; y sobre todo; su odio cias que antes, solo había concedido, aí á la infame idolatría, reconocimiento gran padre Abram fundador de nuestra del verdadero Dios- del cielo, y prohi- creencia religiosa, acciones; que escritas bición de derramar la sangre humana por la mano de Fenélon, nada, tendrían sobre las aras de to- Huitzilopuchtli: que envidiar á las de su Telemaco. do; esto,, Señor Escmó, hará en todas Sin embarga de esto, la se- edades que; esta historia á pesar de me progresiva de la vida de este prin- verse redactada por una pobre pluma cipe: sus, penalidades en su infancia.- sus como la mia, llame la atención de los persecuciones, horribles causadas por el pueblos cultos de la Europa, y sea una tirano de Azcapotzalco que destronó á ofrenda digna de mi gratitud á la per- su padre y de cuja muerte sona de Y. E. por lo que ha. contri- Ixllilxochitl, cruenta fue; testigo desde un: árbol donde buido á nuestra felicidad. Quiera el cíe- logró salvarse;, las virtudes que le gran- lo que V. E.. sea testigo del, engran- ge a ron: el aprecio y compasión de los; decimiento de la república mexicana, y potentados de su época,; y por las, que- que cuando recuerde que no es regida le ayudaron á recobrar su trono: su va- por un soberano déspota, sino por la uni- lor en la guerra:; su liberalidad de prin- forme voluntad; de sus hijos, pueda de- cipios para romper las cadenas: del im- cir con entusiasmo. Yo¡ coniribui perio mexicano esclavizado al Técpane- á la conclusión de la grande obra qué ca: su profunda combinación para for- tanto interesa á la humanidad, y de la mar la triple alianza de tres reinos de que refluirán innumerables bienes á ¡m que.; resultó el acrescentamiento y espíen*- naciones mexicana e inglesa!. \ ; * Reciba por tanto V. E. en estas CAPITULO PRIMERO. lineas las espresiones de mi respeto, j toda la consideración con que es de ]\Xuerto el emperador Techotlalatzin, que reinó mas de V.E.México 11 de enero de 1827. cien años según D. Fernando de Al va, habiendo vivido Í mas de ciento cincuenta, y declarado por sucesor en el - * '' ' : • -i» «r .. ' ' imperio el principe Ixtlilxochitl en el año de 1409, despa- Menor servidor chó este sus mensageros á todos los príncipes del imperio avisándoles el suceso para que concurriesen prontamente á los funerales según la costumbre; mas de todos ellos solo vinieron cuatro que fueron Huitzilihuitl señor de Aculma, á quien otros autores llaman Teyolcocohuatzin, Chichimecatlpaintzin señor de Quauhquecholan, Huitzilihuitl señor de Tletlanezco, Ciuh- cohuatl señor de Teocalco, y un caballero principal de la ca- sa de Cohuatlican llamado Tochintzin. Todos los demás se escusaron con varios pretestos, por no malquistarse con el rey de Aztcapotzalco. No le engañaba el corazon al difunto monarca que con su gran talento y larga esperiencia conocía muy bien los riesgos que preparaba á su hijo la altivez y ambición del rey Tetzot- zomoc, pues habia llegado á tan alto punto la grandeza, la ve- neración y obsequio que se habia conciliado, que á pesar de su avanzada edad habia concebido el ambicioso designio de apoderarse del imperio haciéndose reconocer por supremo mo- narca, para cuyo logro se habia confederado secretamente con los principales señores, que unos por ambición y otros por te- mor habían condescendido y ofrecido ayudarle en la empresa; mas ni él ni ellos se atrevieron á declararse ni hacer movi- miento alguno mientras vivió Techotlalatzin. Apenas supie- ron que habia muerto, procuraron observar los movimientos del de Atzcapotzalco, y sabiendo que habia sido el primero á quien se le participó la noticia y que se habia escusado de concurrir á los funerales del difunto emperador siguieron ellos escusándose también con varios frivolos pretestos. Por esta causa no hubo en las exequias de este gran príncipe la solem- nidad y pompa que en la de sus predecesores; no siendo me- nos digno que ellos de estos honores y de perpetua memoria, habiendo sido su gobierno un tejido continuo de aciertos con que logró no solo restaurar el antiguo esplendor de su trono sujetando ásu obediencia á cuantos habían intentado injusta- mente eximirse de ella, sino que con las máximas de su sá- bia política, supo mantenerlos en la misma sujeción haciéndo- Reciba por tanto V. E. en estas CAPITULO PRIMERO. lineas las espresiones de mi respeto, j toda la consideración con que es de ]\Xuerto el emperador Techotlalatzin, que reinó mas de V.E.México 11 de enero de 1827. cien años según D. Fernando de Al va, habiendo vivido mas de ciento cincuenta, y declarado por sucesor en el imperio el principe Ixtlilxochitl en el año de 1409, despa- Menor servidor chó este sus mensageros á todos los príncipes del imperio avisándoles el suceso para que concurriesen prontamente á los funerales según la costumbre; mas de todos ellos solo vinieron cuatro que fueron Huitzilihuitl señor de Aculma, á quien otros autores llaman Teyolcocohuatzin, Chichimecatlpaintzin señor de Quauhquecholan, Huitzilihuitl señor de Tletlanezco, Ciuh- cohuatl señor de Teocalco, y un caballero principal de la ca- sa de Cohuatlican llamado Tochintzin. Todos los demás se escusaron cdn varios pretestos, por no malquistarse con el rey de Aztcapotzalco. No le engañaba el corazon al difunto monarca que con su gran talento y larga esperiencia conocía muy bien los riesgos que preparaba á su hijo la altivez y ambición del rey Tetzot- zomoc, pues habia llegado á tan alto punto la grandeza, la ve- neración y obsequio que se habia conciliado, que á pesar de su avanzada edad habia concebido el ambicioso designio de apoderarse del imperio haciéndose reconocer por supremo mo- narca, para cuyo logro se habia confederado secretamente con los principales señores, que unos por ambición y otros por te- mor habian condescendido y ofrecido ayudarle en la empresa; mas ni él ni ellos se atrevieron á declararse ni hacer movi- miento alguno mientras vivió Techotlalatzin. Apenas supie- ron que habia muerto, procuraron observar los movimientos del de Atzcapotzalco, y sabiendo que habia sido el primero á quien se le participó la noticia y que se habia escusado de concurrir á los funerales del difunto emperador siguieron ellos escusándose también con varios frivolos pretestos. Por esta causa no hubo en las exequias de este gran príncipe la solem- nidad y pompa que en la de sus predecesores; no siendo me- nos digno que ellos de estos honores y de perpetua memoria, habiendo sido su gobierno un tejido continuo de aciertos con que logró no solo restaurar el antiguo esplendor de su trono sujetando ásu obediencia á cuantos habian intentado injusta- mente eximirse de ella, sino que con las máximas de su sá- bia política, supo mantenerlos en la misma sujeción haciéndo-

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con ^ « f m a n d a d o. Fábula p t a u í T a * J P ? S °Zar. ,de BelZübé ' Páceme esta una idouia, porque la conducta ejemplarmente ¡usta de Net/ahnal.
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