Terror y mise ria del Tercer Reich 24 escenas ,, I' I EL GRAN DESFILE ALEMAN Cuando en e1 quinto afio supimos Que e1 que decfa ser enviado de Dios Estaba listo para su guerra, forjados estaban tanques, canones y acorazados, y En sus hangares habfa tal numero de aviones Que, alzandose a un gesto suyo, El cielo oscurecerfan, decidimos Ver que pueblo, compuesto de que gentes En que estado y con que principios Llamarfa a sus banderas. E hicimos un gran desfile. Ahf vienen ya en bandada: Masa desordenada Y palida. Muy alta La cruz en la bandera Roja de sangre fiera Que al pobre sobresalta. 43 44 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich 45 Aquellos que no ceden en la Cancillerfa del Reich. Ayer buitre vencido, hoy Se arrastran como pueden. aguila imperial. La guerra va a empezar. No hay gemidos ni quejas Orinan. Ni murmullos de viejas. Mtisica militar. EL SEGUNDO. Y ahara viene la Comunidad Nacional. Yo espero un levantamiento del pueblo aleman de enor Son nifios y mujeres mes proporciones. Cinco afios, no te mueres EL PRIMERO. Pero primero habra que hacer salir al aleman Pero otros cinco vendran. de la chusma de los infra!leres. ~En donde estamos? Traen a enfermos y ancianos No hay banderas. Eran todos hermanos ... EL SEGUNDO. Nos hemos perdido. Ejercito aleman. EL PRIMERO. Un Iugar asqueroso. EL SEGUNDO. Un barrio de asesinos. EL PRIMERO. ~Crees que es peligroso? EL SEGUNDO. Ningtin camarada como es debido vivirfa en 1 semejantes barracas. EL PRIMERO. iNo hay luz por ningtin lado! COMUNIDAD NACIONAL EL SEGUNDO. No estaran en casa. EL PRIMERO. Estos tipos sf. ~Crees que habran ido a ver de cerca el advenimiento del Tercer Reich? Vamos noso tros cubriendonos la retirada. Ahf estan ya las SS La cerveza que no cese. Otra vez se ponen en movimiento tambaleantes, el primero Van cansados y repletos. detrds del segundo. Quieren pueblo poderoso Muy temido y fervoroso. Un pueblo de hombres muy quietos. EL PRIMERO. ~No es este el barrio que bordea el canal? EL SEGUNDO. Nolo se. EL PRIMERO. Ahf en la esquina descubrimos una guarida Noche del30 de enero de 1933. Dos oficiales de las SS vie de marxistas. Luego dijeron que era una asociacion de nen par fa calle dando traspies. jovenes catolicos. iMentira! Ninguno Ilevaba babero. EL SEGUNDO. ~Crees que ei conseguira realizar la comuni EL PRIMERO. Ahara estamos arriba. iQue impresionante, la dad nacional? marcha de las antorchas! Ayer todavfa derrotados, hoy EL PRIMERO. iLO conseguira todo! 45 44 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich Aquellos que no ceden en Ia Cancillerfa del Reich. Ayer buitre vencido, hoy Se arrastran como pueden. aguila imperial. La guerra va a empezar. No hay gemidos ni quejas Orinan. Ni murmullos de viejas. Musica militar. EL SEGUNDO. Y ahora viene Ia Comunidad Nacional. Yo espero un levantamiento del pueblo aleman de enor Son nifios y mujeres mes proporciones. Cinco afios, no te mueres EL PRIMERO. Pero primero habra que hacer salir al aleman Pero otros cinco vendnin. de Ia chusma de los infraseres. ~En donde estamos? Traen a enfermos y ancianos No hay banderas. Eran todos hermanos ... EL SEGUNDO. Nos hemos perdido. Ejercito aleman. EL PRIMERO. Un Iugar asqueroso. EL SEGUNDO. Un barrio de asesinos. EL PRIMERO. ~Crees que es peligroso? EL SEGUNDO. Ningun camarada como es debido vivirfa en semejantes barracas. 1 EL PRIMERO. jNo hay luz por ningun !ado! EL SEGUNDO. No estaran en casa. COMUNIDAD NACIONAL EL PRIMERO. Estos tipos sf. ~Crees que habran ido a ver de cerca el advenimiento del Tercer Reich? Vamos noso tros cubriendonos Ia retirada. Ahf estan ya las SS La cerveza que no cese. Otra vez se ponen en movimiento tambaleantes, el primero Van cansados y repletos. detrds del segundo. Quieren pueblo poderoso Muy temido y fervoroso. Un pueblo de hombres muy quietos. EL PRIMERO. ~Noes este el barrio que bordea el canal? EL SEGUNDO. No Jose. EL PRIMERO. Ahf en Ia esquina descubrimos una guarida Noche del30 de enero de 1933. Dos oficiales de las 55 vie de marxistas. Luego dijeron que era una asociacion de nen par !a calle dando traspzes. jovenes catolicos. jMentira! Ninguno llevaba babero. EL SEGUNDO. ~Crees que el conseguira realizar Ia comuni EL PRIMERO. Ahora estamos arriba. jQue impresionante, Ia dad nacional? marcha de las antorchas! Ayer todavfa derrotados, hoy EL PRIMERO. jLO conseguira todo! 46 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich 47 Se detiene y escucha. En alguna parte se ha abierto una ven tana. Breslau, 1933. Un piso de pequeiios burgu~ses. Una mujer y un hombre, de pie junto a la puerta, escuchan. Estdn muy EL SEGUNDO. ~Que es eso? pdltdos. LA MUJER. Ahora estan abajo. Quita el seguro a su pistola. Un anciano se asoma a la venta EL HOMBRE. Todavfa no. na en camis6n y se le oye !lamar en voz baja: «Emma, ceres tu?». LA MUJER. Han roto la barandilla. Estaba ya sin conoci miento cuando lo sacaron del piso arrastrando. EL HOMBRE. Yo solo dije que no era aquf donde se escu- EL SEGUNDO. jSon ellos! chaba en la radio emisiones extranjeras. LA MUJER. Solo dijiste eso. Da vueltas como un loco y empieza a disparar en todas di EL HOMBRE. No dije nada mas. recciones. LA MUJER. No me mires asf. Si no dijiste nada mas, es que no dijiste nada mas. EL PRIMERO ruge: jSocorro! EL HOMBRE. Eso digo yo. LA MUJER. ~Por que no vas a la comisarfa y dices que no tuvieron visitas el sabado? Tras una ventana st!uada /rente a la que estd abierta, en la que todavia sigue el anciano, se oye el grito horrible de al Pausa. guien alcanzado por los disparos. EL HOMBRE. No voy a ir a la comisarfa. Lo han tratado como bestias. LA MUJER. Le esta bien empleado. ~Por que se mete en 2 polftica? EL HOMBRE. No hubieran tenido que romperle la chaque LA DELACION ta. No era para tanto. LA MUJER. La chaqueta es lo de menos. EL HOMBRE. No hubieran tenido que rompersela. Ahf vienen delatores que, sin tino Cavaron la fosa de su vecino 3 Y saben que lo sabemos. ~Tal vez Ia calle lo olvide? LA CRUZ DE TIZA No duermen: nadie lo impide. Algun dfa los tendremos. La SA ya venfa Rastreando cual jaurfa ~J"'-"~0 ~()_:'""'- .. ,\,'\•' ~~\\r\1:1\... .J\()..1..\ ~). \v~c.~.) e\\\e ~~·--- _ ~~\ ~\€~rc~1o 48 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich 51 ~ Persiguiendo a sus hermanos. a venir de pronto los senores, Anna? Y yo Los dejan ante el jefazo con Ia boca llena de mayonesa. Exaget"'·- Saludando en alto el brazo. tuviera !a boca !lena: jHeil Hitler! .· La sangre mancha sus manos. LA MUCHACHA. No, siempre llaman antes para pedir el co che, ~verdad, senor Francke? Berlin, 1933. La cocina de una mansion. El hombre de !a EL CHOFER. ~Como dice? jAh si, claro! SA, !a cocinera, la muchacha y el chafer. El hombre de la SA, tranquilizado, empieza a ocuparse de la LA MUCHACHA. ~De verdad que no tienes mas que media bandeja. hora? EL HOMBRE DE LA SA. jHay ejercicios! LA MUCHACHA, sentdndose a su lado: ~No estas cansado? LA COCINERA. ~Que ejercicios son esos? EL HOMBRE DE LA SA. Hecho poJvo. EL HOMBRE DE LA SA. jEso es secreto oficiaJ! LA MUCHACHA. ~Pero el viernes estaras libre? LA COCINERA. ~Una batida? EL HOMBRE DE LA SA, asintiendo: Si no surge aJgo. EL HOMBRE DE LA SA. jTe gustaria saberlo! Pero ami nadie LA MUCHACHA. Oye, arreglar el reloj me costo cuatro mar- me saca nada. No dire esta boca es mia. cosy medio. LA MUCHACHA. ~ Y todavia tienes que ir hasta Reinicken EL HOMBRE DE LA SA. Que robo. dorf? LA MUCHACHA. EJ reloj solo me habia costado doce. EL HOMBRE DE LA SA. A Renickendorf o a Rummerlsburg, o EL HOMBRE DE LA SA. ~Sigue fastidiandote el dependiente quiza a Lichterfeld, ~eh? de Ia drogueria? LA MUCHACHA, un tanto desconcertada: ~No quieres comer LAMUCHACHA. Ay Dios. algo antes de irte? EL HOMBRE DE LA SA. No tienes mas que decirmeJo. EL HOMBRE DE LA SA. Nunca me hago de rogar: jvenga el LA MUCHACHA. Yo te lo digo todo. ~Llevas las botas nue rancho! vas? EL HOMBRE DE LA SA, desanimado: Si. ~Por que? La cocinera trae una bandeja. LA MUCHACHA. Minna, ~ha visto las botas nuevas de f Theo? Eso es, jno hay que irse de Ia boca! jCoger a! enemigo LA COCINERA. No. por sorpresa! Caerle siempre cuando menos se lo es LA MUCHACHA. jEnsenaselas, Theo! Se las acaban de dar. pera. jMirad a! Fuhrer cuando esta preparando un gol El hombre de la SA, sin dejar de masticar, estira una pierna pe! jlmpenetrable! Nose sabe nada de antemano. Qui para que le vean !a bota. za ni ei mismo lo sabe de antemano. Y luego, como un relampago. Las cosas mas increibles. Eso es lo que ha LA MUCHACHA. Bonitas, ~no? ce que nos ternan tanto. Se ha anudado !a servilleta al cuello. Levantando tenedor y cuchillo, pregunta: ~No iran El hombre de la SA mira a su alrededor buscando algo. 51 Terror y miseria del Tercer Reich 50 Bertolt Brecht EL HOMBRE DE LA SA. iQue clase de tipo es? LA COCINERA. iLe falta algo? EL CHOFER. Un parado. EL HOMBRE DE LA SA. Estoy un poquito seco. EL HOMBRE DE LA SA. iViene a menudo? LA MUCHACHA. iQuieres una cerveza? Te Ia traere. Sale co EL CHOFER, encogiendose de hom bros: Yo vengo poco por rriendo. a qui. LA COCINERA. jEsa se desvive por usted, senor Theo! EL HOMBRE DE LA SA. Bueno, Ia gorda no puede ser mas EL HOMBRE DE LA SA. Sf, debo de tener algo. Algo fuJminan fiel a Ia causa nacional. te. EL CHOFER. Desde Juego. LA COCINERA. Los hombres os podeis permitir demasiadas EL HOMBRE DE LA SA. Sin embargo, su hermano puede ser cosas. muy distinto. EL HOMBRE DE LA SA. Porque a las mujeres os gusta. Viendo EL CHOFER. iSospecha us ted algo concreto? que la cocinera levanta un caldera muy pesado: iPero que EL HOMBRE DE LA SA. iYo? No. jNunca! Nunca sospecho hace? Dejeme, eso es cosa mfa. Le !leva el caldera. nada. Sabe, eso es ya casi una certeza. Y entonces Ia I' LA COCINERA. Es usted muy amable. Siempre me ayuda. cosa va en serio. Fulminante. Pero no todos son tan serviciales. Echando una mirada EL HOMBRE DE LA SA. Asf es. Echado bacia atrds y con un ojo alch6fer. cerrado: iEntendio usted lo que murmuraba? Imita el EL HOMBRE DE LA SA. No haga tantos aspavientos. Lo hago saluda del obrero: Puede haber sido «jHeil Hitler!». Pero con gusto. no estoy muy seguro. Esos tipos me gustan. I Llaman a la puerta de Ia cocina. Se rie a carcajadas. Vuelven la cocinera y el obrero. Ella sirve a su hermano alga de comer. LACOCINERA. Es mi hermano. Trae Ia lampara para Ia radio. LA COCINERA. Mi hermano entiende mucho de radio. Y, Deja entrar a su hermano, un obrero. sin embargo, no le interesa nada escucharla. Si yo tu viera tiempo Ia tendrfa siempre encendida. Al obrero: LA COCINERA. Mi hermano. Y a tiel tiempo te sobra, Franz. EL HOMBRE DE LA SAY EL CHOFER. jHeiJ Hitler! EL HOMBRE DE LA SA. iDe veras? iTiene una radio y no Ia pone? El obrero murmura alga que, en caso de apuro, podria inter i EL OBRERO. A veces oigo musica. pretarse como «Heil Hitler». LA COCINERA. Y, sin embargo, se fabrico el mismo, con nada, el mejor de los aparatos. LA COCINERA. iTraes Ia lam para? EL HOMBRE DE LA SA. iDe cwintas bimparas? EL OBRERO. Si. EL OBRERO, mirando/a desa/iante: Cuatro. LA COCINERA. iQuieres ponerla enseguida? EL HOMBRE DE LA SA. Bueno, cada uno tiene su gusto. Al chafer: iNo es verdad? Salen los dos. 52 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich 53 EL CHOFER. ~Como dice? Ah sf, naturalmente. EL HOMBRE DE LA SA. ~Lo encuentra gracioso? EL OBRERO. jTampoco usted puede haberlo hecho de otro Entra la muchacha con la cerveza. modo! ~Como lo ha hecho? EL HOMBRE DE LA SA. ~Como quiere que se lo ensene, si se LA MUCHACHA. jEsta bien helada! me ha soplado toda la cerveza? EL HOMBRE DE LA SA, ponzendole cariiiosamente la mano en la EL OBRERO. Aah, es verdad. Sin cerveza no podra hacer suya: Muchacha, estas sin aliento. No hubieras debido el truco. ~No conoce otro? Conocereis mas de un correr asf, yo podfa esperar. truco. EL HOMBRE DE LA SA. ~A qui en se refiere? Ella le sirve de la botella. EL OBRERO. Quiero decir los jovenes. EL HOMBRE DE LA SA. Ah. LA MUCHACHA. No importa. Le da la mano al obrero. ~Ha LA MUCHACHA. jSolo ha sido una broma del senor Lincke, trafdo la lampara? Pero sientese un rato. Seguro que Theo! · ha hecho todo el camino a pie. Al hombre de la SA: Vi EL OBRERO, pensando que es mejor contemporizar: jNo me lo ve en Moabit. tomara a mal! EL HOMBRE DE LA SA. ~Donde esta mi cerveza? jAlguien se LA COCINERA. Le traere otra cerveza. ha tornado mi cerveza. Al chafer: ~Se ha tornado usted EL HOMBRE DE LA SA. No hace falta. Ya he podido enjua mi cerveza? garme. EL CHOFER. jNo, claro que no! ~Como se le ocurre? ~Le ha LA COCINERA. El senor Theo sabe ent ender una broma. desaparecido la cerveza? EL HOMBRE DE LA SA, al obrero: ~Por que nose sienta? No LA MUCHACHA. jPero si yo te la he servido! nos comemos a nadie. EL HOMBRE DE LA SA, ala cocinera: jUsted se ha tornado mi cerveza! Rzendose a carcajadas. Bueno, calmaos. jEs un El obrero se sienta. truco de nuestra cantina! Tomarse la cerveza sin que nadie se de cuenta. Al obrero: ~Iba a decir algo? Vivir y dejar vivir. Y de vez en cuando alguna broma. EL OBRERO. Un truco muy viejo. ~Por que no? Solo somos duros en lo que se refiere a EL HOMBRE DE LA SA. jHagalo entonces! Le sirve de la botella. la forma de pensar. EL OBRERO Bueno. Aquf tengo la cerveza -levanta el LA COCINERA. Teneis que serlo. vaso-, y ahora viene el truco. Se bebe la cerveza tran EL OBRERO. ~ Y como esta ahora la forma de pensar? quilamente y con placer. EL HOMBRE DE LA SA. La forma de pensar esta bien. ~Por LA COCINERA. jPero se le ha visto! que? ~No esta usted de acuerdo? EL OBRERO, secdndose la boca: ~Ah sf? Entonces es que me EL OBRERO. Sf. Pero creo que nadie dice lo que piensa. ha salido mal. EL HOMBRE DE LA SA. ~Que nadie lo dice? ~Por que? A mf sf que me lo dicen. El chafer se rfe a carcajadas. EL OBRERO. ~De veras? 54 Bertolt Brecht Terror y miseria del Tercer Reich 55 EL HOMBRE DE LA SA. Claro esta que no van a venir a de cide a uno lo que piensan. Hay que ir allf. EL HOMBRE DE LA SA. Bueno, no se ande con rodeos. Siem pre teneis alguna cosa de que protestar. ·· EL OBRERO. ~Adonde? EL HOMBRE DE LA SA. Bueno, por ejemplo a la oficina del ELOBRERO. ~Yo? No. EL HOMBRE DE LA SA. Esta usted escarmentado. jPero no subsidio de desempleo. Por las mananas vamos a esa me ira a decir que todo es perfecto! oficina. EL OBRERO. Es verdad, all! se pone a protestar alguno de EL OBRERO. ~Por que no? vez en cuando. EL HOMBRE DE LA SA. Asi no vamos a ninguna parte. Si no colabora, no iremos a ninguna parte. EL HOMBRE DE LA SA. Precisamente. EL OBRERO. Esta bien. Dire impertinencias. Lo tienen a EL OBRERO. Pero as! solo pueden pescar uno, porque uno aqui, como si nuestro tiempo no valiera nada. Y luego los conocen. Y entonces vuelven a cerrar la ademas tardo dos horas en venir desde Rummelsburg. boca. EL HOMBRE DE LA SA. Eso no vale. Rummelsburg no esta EL HOMBRE DE LA SA. ~Como que me conocen? ~Quiere mas lejos de la Miinzstrasse en el Tercer Reich que en que le demuestre que no me conocen? A usted le la epoca de los capitostes de la Republica de Weimar. gustan los trucos. Le puedo ensenar uno, porque te jVenga de una vez! nemos muchos. Y, como digo yo siempre, si se dieran LA COCINERA. No es mas que teatro, Franz. Sabemos que cuenta de todo lo que sabemos y de que nunca se lo que digas no sera lo que realmente piensas. saldran con la suya, quiza renunciarian. LA MUCHACHA. Por decirlo asi, interpretas el papel de un LA MUCHACHA. jSi, Theo, cuenta como lo haceis! proteston. Puede estar completamente seguro de que EL HOMBRE DE LA SA. Bueno, supongamos que estamos en Theo no lo tomara a mal. Solo quiere ensenarte algo. la oficina del subsidio de la Miinzstrasse. Digamos -mira al obrero- que esta usted en la cola delante EL OBRERO. Bueno. Entonces dire que me paso por el culo a toda la SA, tan bonita como es. Yo estoy a fa de mf. Pero antes tengo que hacer algunos preparati vos. Sale. vor de los marxistas y de los judios. EL OBRERO, guiiiando un ojo al chafer: Ahora veremos co LA COCINERA. jPero Franz! mo trabajan. LA MUCHACHA. jEso no vale, senor Lincke! EL HOMBRE DE LA SA, rtendose: jHombre! jEntonces lo haria LA COCINERA. Descubriran a todos los marxistas, porque detener sencillamente por e1 primer poli! ~No tiene no se puede tolerar que lo destruyan todo. dos dedos de imaginacion? Tiene que decir algo a lo EL OBRERO. Aja. que, llegado el caso, pudiera dar otro sentido, algo que realmente pueda decirse. Vuelve el hombre de la SA. EL OBRERO. Bueno, entonces tenga usted la amabilidad de provocarme. EL HOMBRE DE LA SA. Naturalmente, yo voy de paisano. Al obrero: Y ahora em piece a protestar. EL HOMBRE DE LA SA. Eso no sirve desde hace tiempo. Podria decir que nuestro Fuhrer es el hombre mas EL OBRERO. ~Contra que? grande que ha habido en la tierra, mas grande que Je- 57 Terror y miseria del Tercer Reich 56 Bertolt Brecht EL OBRERO. Entonces podria ocurrir que alguien fue sucristo y Napoleon juntos, y entonces usted diria, todo ra asi de atrevido y los dos estuvierais ante Ia oficina lo mas: eso si que es verdad. Entonces yo seguiria otro del subsidio y que usted lo mirase con sus ojos azu metoda y diria: pero lo que ellos tienen grande es Ia bo les, de forma que el dijera algo sabre la voluntarie caza. Todo es propaganda. En eso son los amos. ~Sabeis dad del servicio de trabajo. ~Que podria decir? Pues el chiste de Goebbels y los dos piojos? ~No? Bueno, algo asi como: ayer se fueron otros quince. A menu pues dos piojos apuestan a quien llega primero de un do me pregunto como consiguen que lo hagan, si !ado a otro de Ia boca. Y gana el que da Ia vuelta alre todo es voluntario, y sin embargo, cuando hacen dedor de Ia cabeza. Es el camino mas corto. algo no reciben menos que cuando no hacen nada, EL CHOFER. Ah. aunque tendrian que comer mas. Entonces me con taron la historia del Doctor Ley y el gato, y natural T odos se rien. mente todo me resulto claro. ~Conoce la historia? EL HOMBRE DE LA SA. No, no la conocemos. EL HOMBRE DE LA SA, al obrero: Bueno, ahora arriesguese tam EL OBRERO. Pues el Doctor Ley hace un pequeiio viaje bien a decir algo. de negocios con la organizacion «A la Fuerza por la \I: EL OBRERO. Por eso no voy a ponerme a decir sandeces. A Alegria» y conoce a un capitoste de Ia Republica de pesar del chiste, usted podria ser un soplon. Weimar, ya no me acuerdo del nombre, quiza fuera LA MUCHACHA. Eso es verdad, Theo. en un campo de concentracion, aunque all! nova el EL HOMBRE DE LA SA. iSois todos unos mierdas! iA veces me Doctor Ley, porque es muy sensato, y el capitoste pongo furioso! Nadie se atreve a decir esta boca es mia. le pregunta enseguida como se las arregla para que EL OBRERO. ~Eso lo piensa realmente, o lo dice en Ia oficina los obreros se traguen todo lo que antes no se hu del subsidio? bieran tragado de ninguna manera. El Doctor Ley EL HOMBRE DE LA SA. Eso lo digo tambien en Ia oficina del le muestra un gato que toma e1 sol y le dice: suponga subsidio. mos que quiera usted que se trague una buena ra EL OBRERO. Si lo dice en Ia oficina del subsidio, yo le digo cion de mostaza, le guste o no. ~Que haria? El man en esa oficina que cuando se tiene el tejado de vidrio damas coge la mostaza y se la unta al gato en el hay que ser prudente. Yo soy cobarde y no tengo revol hocico y, naturalmente, el animal se Ia escupe a la ver. cara; de tragarsela nada, pero iaraiiazos los que quie EL HOMBRE DE LA SA. Voy a decirte una cosa, camarada, ya ra! No hombre, le dice el Doctor Ley a su estilo afa que hablas tanto de prudencia: eres muy prudente, muy ble, eso es un error. iMireme! Coge Ia mostaza con prudente, iY de pronto te encuentras en el Servicio de un amplio gesto y, en un abrir y cerrar de ojos, se Trabajo Voluntario! Ia mete al infeliz animal por el culo. A las senoras: Us EL OBRERO. ~y sino eres tan prudente? tedes me perdonaran, pero Ia historia es asi... El ani EL HOMBRE DE LA SA. Entonces, de todas formas, tambien. mal, muy afectado y aturdido, porque le duele muchi Eso lo reconozco. Por eso se llama voluntario. Bonita simo, se pone enseguida a lamerse toda la mostaza. voluntariedad, ~verdad? 58 Bertolt Brecht 59 Terror y miseria del Tercer Reich I' Ya ve, amigo, dice triunfante el Doctor Ley, jSe la tra porque a! parecer Goring tiene que dormir en el sue ga! jY voluntariamente! lo, con todas esas preocupaciones por las materias pri mas, me dicen en Ia oficina que jpreferirfan un piano, Se rien. para «A !a Fuerza por Ia Alegria», (Sabe?! No hay hari na de verdad. Me vuelvo a llevar el sofa del Socorro EL OBRERO. Sf, muy divertido. de Invierno y voy al trapero de Ia esquina, porque ha EL HOMBRE DE LA SA. Ahora vamos un poco mejor. El Ser cfa ya tiempo que querfa comprarme media libra de vicio Voluntario de Trabajo es uno de los temas favo mantequilla. Los de Ia mantequerfa dicen: hoy no hay ritos. Lo malo es que ya nadie se atreve a resistirse. mantequilla, companera, (nO quiere un canon? Deme Nos pueden dar mierda de comer y todavfa les dare lo, le digo, dice ella. Y yo le digo: Pero, buena mujer, mos las gracias. (para que quiere canones? (Con Ia tripa vacfa? No, di EL OBRERO. No, eso tampoco es verdad. Hace poco estaba ce ella, si tengo que morirme de hambre, mas vale en la Alexanderplatz, pensando si debfa presentarme arrasar por completo a toda esa chusma, con Hitler a impulsivamente en el Servicio Voluntario de Trabajo o la cabeza ... Pero, le digo, pero, exclamo horrorizado ... esperar a que me llevaran arrastrando. Y entonces sale Con Hitler a la cabeza venceremos tambien a los fran del almacen de comestibles de la esquina una mujer ceses, dice ella. jSi ya fabricamos gasolina con lana! ( Y pequena y delgada, evidentemente la mujer de un pro la lana?, digo yo. La lana, dice ella, la fabricamos ahora letario. Alto ahf, le digo, ~desde cuando hay atin prole con gasolina. jTambien necesitamos lana! Cuando una tarios en el Tercer Reich, cuando tenemos una Comu buena pieza de lana de los viejos tiempos llega al So nidad Nacional, que incluye hasta a los Thyssen? No, corro de Invierno, se la disputan los del Partido. Si dice ella, jhan subido el precio de la margarina! De Hitler lo supiera, oiga, pero ese no sabe nada, le im cincuenta pfennig a un marco. ~Me va a convencer de porta un pimiento, al parecer no hizo ni el bachillera que eso es una Comunidad Nacional? Buena mujer, to. Bueno, yo no sabfa que decir ante tanto disparate. tenga cuidado con lo que me dice, porque yo soy na Oiga joven, le digo, jtengo que ir un momento a la cional hasta los huesos. Huesos, dice ella, pero nada Alexanderplatz! Pero, que me dice, cuando vuelvo con de carne, y salvado en el pan. jA eso se atrevio! Yo me un agente, ino me esperaba ya! Deja de fingir. Bueno, quedo estupefacto y murmuro: jTiene que comprar (que me dice de todo eso? mantequilla! jAdemas, es mas sana! No hay que aho EL HOMBRE DE LA SA, continuando el juego: (Yo? Bueno, rrar en la comida porque se deblitan las fuerzas del (que le voy a decir? Quiza le mirase con reproche. Ir pueblo, lo que no podemos permitirnos con los ene corriendo a la Alexanderplatz ... , le dirfa quizi jA ti no migos que nos rodean, hasta en los puestos mas altos ... se te puede decir nada con franqueza! nos lo han advertido. No, dice ella, nazis somos todos, EL OBRERO. No se puede. A mf no. Si alguien me conffa hasta el ultimo suspiro, que puede venir muy pronto por algo, va listo. Se cual es mi deber de camarada y, si mi - el peligro de una guerra. Pero cuando, hace poco, dice propia madre me susurrara algo al ofdo sobre el au ella, guise dar mi mejor sofa a! Socorro de Invierno, mento del precio de la margarina o algo asf, me irfa
Description: