Terremoto social en El Salvador Ediciones Böll Publicación: Terremoto social en El Salvador Dirección: Silke Helfrich Edición: José E. Chacón Diseño gráfico: Equipo Maíz Fotografías Internas: Imágenes Libres Primera Edición; Noviembre de 2001 © Hecho en El Salvador Impreso en: Econoprint S.A. de C.V. ISBN: 99923-35-02-05 Fundación Heinrich Böll Oficina Regional para Centro América, México y Cuba. Res. Zanzíbar, Nº 24, Pasaje A-oriente Teléfono y Fax: 274-6812 E-mail: [email protected] Nota Editorial: • Los contenidos de cada artículo son responsabilidad del autor o autora y no reflejan necesariamente la opinión de las organizaciones editoras. • El uso de los textos publicados en este libro es permitido y deseado a fin de informar y sensibilizar a más personas sobre el tema. Se solicita nombrar la fuente. INDICE Pág Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Introducción Silke Helfrich (C.F. H.B.) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 El día en que todo se derrumbó Toni Keppler, Cecibel Romero y Edwin Segura . . . . . . . . . . . . . 15 La condición humana de los desastres Ben Wisner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Deterioro ambiental y desastres “naturales” en El Salvador: Los terremotos de enero y febrero Ángel María Ibarra Turcios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 La pobreza rural en El Salvador René Rivera (CIDAR) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 Niñez, adolescencia y los terremotos en El Salvador Linda Raftree y Laura del Valle (PLAN Internacional El Salvador) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Guía para la planificación con sensibilidad de género y de base comunitaria Elaine Enarson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Género y vulnerabilidad Elaine Enarson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 El reflejo de la vulnerabilidad jurídica en El Salvador María Silvia Guillén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Las grietas de la concertación Entrevista con Franzi Hasbún . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199 Pobreza y reconstrucción en El Salvador Entrevista con Monseñor Gregorio Rosa Chávez . . . . . . . . . . . 213 Presentación En dos meses, ocurrieron cuatro terremotos que el mundo recordará. Primero, el 13 de enero un sismo de 7.6 grados en la escala Richter sacudió a El Salvador provocando un aproximado de 844 personas fallecidas y 4723 heridas; pocos días más tarde el 26 de enero, al otro lado del mundo, fue el turno en Gujarat, en la India: un sismo de 7.7 provocó la muerte de más de 30,000 personas. Dos semanas después, el 13 de febrero, de nuevo en El Salvador, otro terremoto de 6.6 grados, incrementa las estadísticas de los daños humanos y materiales; y el último de estos trágicos dos meses, sucedió el 28 de febrero: un sismo de 6.8 sacudió la ciudad de Seattle, en los Estados Unidos. La historia de los daños y pérdidas de vidas humanas del sismo de Seattle es completamente distinta a la historia de los terremotos en El Salvador y Gujarat, India. ¿Por qué en Gujarat murieron más de 30,000 personas y en El Salvador al menos 1,159, en ambos casos principalmente a causa del derrumbe de sus viviendas o deslizamientos de tierra, mientras que en Seattle sólo murió una mujer de 67 años de edad por un ataque al corazón durante el terremoto? ¿Qué vulnerabilidades sociales, políticas, culturales y ambien- tales, antes de los terremotos, causaron tales pérdidas humanas? ¿Cuáles son las debilidades que ahora harán mu- cho más lento el proceso de reconstrucción y recuperación pos terremotos? Los terremotos dejaron al desnudo esas vulnerabilidades, y las debilidades de una sociedad que fue incapaz de respon- der adecuadamente a las urgentes necesidades de sus integrantes, poniendo en entredicho las supuestas virtudes y bondades del modelo de desarrollo impuesto en El Salva- dor y en toda Centroamérica. Ediciones Böll 5 Los seres humanos no podemos impedir los terremotos, pero sí podemos tratar de eliminar las injusticias sociales actuales para minimizar sus impactos, en especial en la población más pobre, que, lejos de disminuir, aumenta sistemáticamente a consecuencia de la políticas económi- cas, cuyo mejor discurso de sacar de la pobreza a la pobla- ción es ofreciéndole trabajo en la industria de la maquila. El diseño social salvadoreño, bajo el presente proyecto económico que concentra la riqueza en pocas manos, más los resultados de los terremotos, nos permite anticipar que la mayor cantidad de pérdidas humanas, personas heridas, familias damnificadas, y la escasa o nula capacidad de recuperación económica, social y política, después de un evento natural extremo, siempre se concentrarán en los sectores pobres. Las personas, en su mayoría, murieron bajo los escombros de sus propias casas, y otras las perdieron por la falta de una política habitacional. Algunas otras fueron forzadas por el sistema económico-social a vivir en lugares en los que no se siguieron las leyes para la construcción y de seguridad habitacional en la hechura de sus viviendas: construyeron sin ninguna guía técnica por falta de recursos económicos, sin ningún respaldo jurídico, económico o de seguros. Y otras compraron casas construidas en terrenos cuya valoración para urbanizar fue dudosa, como lo demostraron los terremotos. Así funciona aquí y al parecer en la India. ¿Funcionará así en Seattle? La pregunta nos obliga a comparar nuestra sociedad con otras, y tal vez la comparación no sea la más indicada pero aún así, la respuesta es no, no funciona de esa manera. Por que si así fuera, los responsables de tomar las decisiones sobre las técnicas de construcción, de realizar la evaluación ambiental de los asentamientos humanos, y de pagar los seguros de daños y vidas, terminarían arrestados o por lo 6 Terremoto social en El Salvador menos con demandas judiciales enormes y también finalizaría la carrera de la mayoría de los burócratas y políticos. ¿Son culpables las manifestaciones de la Naturaleza por las desgracias de la humanidad? ¿Qué tanta es la culpa de los seres humanos? La respuesta a estas inquietantes interro- gantes es abordada en este libro desde la óptica de las vulnerabilidades sociales; las cuales conjugadas en pocos segundos, convirtieron el impacto del terremoto en uno de los eventos más poderosos y significativos que marcará la memoria histórica de El Salvador por muchos años. La Fundación Heinrich Böll, la Fundación Share y la Coo- peración Internacional para el Desarrollo (CID) comparten sus capacidades institucionales para la edición de esta publicación que se suma al debate sobre la reconstrucción, y, además, ayudará a comprender la magnitud del desastre social desenmascarado por los terremotos en El Salvador, y a identificar propuestas de estrategias para abordar un proceso de reconstrucción. En ese debate ya existen algunos puntos de consenso, por ejemplo, que la participación y organización ciudadana son indispensables para el diseño del plan de reconstrucción, ejecución, y evaluación. Esa participación de las personas afectadas no debe permitir que segundos o terceros se agencien, en forma oportunista, la representación de sus intereses en la reconstrucción de sus vidas. Es por ello que debemos impulsar la práctica de la reconstrucción con las estrategias de desarrollo comunitario, puestas en marcha por los líderes y lideresas locales y organizaciones no gubernamentales, hasta llegar a las más complejas políticas públicas. Si las responsabilidades que encierra el proceso de reconstrucción son cumplidas por cada parte, este proceso Ediciones Böll 7 deberá llevar a El Salvador a establecer formas de pro- ducción más limpias, protección del medio ambiente, ciudades más seguras y humanas, acceso justo a los recursos y servicios, relaciones más equitativas entre hombres y mujeres y, porque no pensarlo, a una recons- trucción basada en un modelo de verdadero desarrollo sustentable. ORGANIZACIONES EDITORAS: FUNDACION SHARE Apoya la autogestión (empoderamiento) de las comunidades pobres e históricamente marginadas en El Salvador, en su lucha por cubrir sus necesidades inmediatas, así como también construir a largo plazo soluciones sostenibles, que solventan los problemas de la pobreza, el subdesarrollo y la injusticia social” FUNDACION HEINRICH BOELL Apoya sistemáticamente los procesos de construcción de sociedades más justas y democráticas, contribuyendo al intercambio de información, investigaciones, y publicaciones que alienten la participación ciudadana y la incidencia política. COOPERACION INTERNACIONALPARAEL DESARROLLO, CID. El CID mantiene el intercambio de habilidades, conocimiento y experiencias entre las personas para promover el desarrollo de los países pobres. Actualmente existen 135 cooperantes del CID en 11 países. Esa es una manera de contribuir a promover el Desarrollo Sostenible basado en una distribución mas justa del conocimiento, las habilidades, los recursos, y el poder. 8 Terremoto social en El Salvador Introducción El nuevo milenio comenzó en El Salvador con un simbolismo trágico. Los terremotos del 13 de enero y del martes 13 de febrero, más las miles de réplicas, sacudieron todo el misticismo y el fatalismo de la sociedad salvadoreña. Y no es para menos: luego de los terremotos más de un millón y medio de personas quedaron sin hogar, el 43% de toda la infraestructura hospitalaria nacional fue dañada, el 35% de las escuelas en el país fue afectado, se registraron 1,159 personas fallecidas, 8,122 resultaron heridas, y no existe registro o estimado alguno de las personas desaparecidas. Después de las primeras evalua- ciones económicas, más de 130,000 nuevos pobres se sumaron a los ya existentes. ¿Es ésta catástrofe nacional un "acto de la voluntad de Dios" o de la "furiosa naturaleza"? Los terremotos ocurren fre- cuentemente en Centroamérica, pero, el desastre que se vivió en El Salvador y sus posteriores consecuencias, tuvo sus orígenes en la acción o la inacción humana. La construcción de viviendas de bahareque, adobe o de concreto, sin técnica y con materiales sin preparación alguna, surge de la necesidad de la gente más pobre para procurarse un techo pocas veces seguro y digno. Aunque los municipios con menos recursos fueron los más afectados, la mitad de las muertes reportadas por el terremoto ocurrieron en una colonia de clase media: Las Colinas, en el Municipio de Nueva San Salvador, también conocido como Santa Tecla, Departamento de La Libertad. Allí, más de 400 viviendas fueron sepultadas por toneladas de tierra de una ladera que colapsó. No es natural, ni parte de la condición humana, morir aplastado por una pared o que cientos de personas sean sepultadas por un alud disparado por un terremoto. Ediciones Böll 9 El sentido común está al revés. El conocimiento técnico plantea que las pendientes pronunciadas de suelos volcá- nicos son altamente inestables. Las personas de la plani- ficación urbana lo saben, la ingeniería civil lo enseña, el movimiento ambientalista también lo predica. Aun así, la Corte Suprema de Justicia de El Salvador resuelve a favor de empresas constructoras; el Ministerio de Medio Ambien- te y el Viceministerio de Vivienda aprueban nuevos pro- yectos para urbanizar sin evaluar los riesgos o impactos en el medio ambiente. Cuando las comunidades se han opuesto a este tipo de proyectos, son éstas mismas instituciones gubernamentales quienes les exigen demostrar "técnicamente" el tipo de daño al medio ambiente. ¿Es que no son las empresas las que tienen que demostrar que sus proyectos no tendrán impacto negativo en el medio ambiente? ¿No deberían ser éstas instituciones guberna- mentales las evaluadoras técnicas de esos proyectos? Por supuesto que sí. Es su responsabilidad. Pero ninguna de ellas tiene la capacidad técnica o los recursos para hacer tales estudios, en cambio, sí piden a las comunidades que demuestren técnicamente sus argumentos. Las devastaciones ocurridas en El Salvador no pueden explicarse culpando a los eventos naturales extremos, como los dos terremotos de enero y febrero de este año, las inundaciones provocadas por el huracán Mitch, o, antes de eso, los deslaves de tierras que sepultaron a Montebello Poniente en 1982 y el terremoto de 1986. Aunque haya quien sostenga lo contrario, lo cierto es que El Salvador aún no tiene un marco jurídico adecuado, ni las instituciones necesarias para un Manejo de Riesgos nacional. Los programas de ajuste estructural y los procesos de modernización y descentralización, dejaron al gobierno 10 Terremoto social en El Salvador
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