Description:Edith Toler penetró en la plaza de la iglesia, graciosamente montada en su braceante jaca pía y se encaminó directamente hacia el hotel del Valle. Cuando cruzaba por el callejón de los Apaches se había quedado un tanto sorprendida al captar el alegre rasgueo de una guitarra —cosa un tanto desusada en aquel trozo del valle de Wasaton en Utah— y mucho más al percibir la voz viril un poco atenorada de alguien que, con despreocupación, desgranaba una tonada en español acompañada por el ritmo de la guitarra. La joven sintió curiosidad por saber quién era el extraño forastero que así llevaba al corazón del Estado las melodías de la frontera mejicana y cuando, al fin, alcanzó la plaza y se dirigió rectamente hacia el hotel, no tardó en descubrir al alegre cantor.