Description:El presidente del consejo de la federación se puso en pie tras la mesa. La cámara le tomó un primer plano.El político, alto, de rasgos celtas, ojos azules y mi rada clara, nacido en Hispania, habló sin ambages tras ser tomado el acuerdo general por el consejo en su reunión de urgencia.—Pueblo de la federación, el momento crítico y trágico ha llegado. El monstruo amarillo nos ha declarado la guerra. Exige nuestro exterminio total. Sus armas todavía no pueden cruzar la gran barrera de defensa aérea, al igual que va a suceder con nuestros misiles atómicos, pero cuando las barreras no resistan, comenzará la gran destrucción. Acudan todos a sus refugios atómicos, dispónganse a secundar las órdenes de la superioridad militar que tomará el mando de la situación para tratar de salvar nuestras vidas, nuestra civilización. Pueblo de la federación, hay que pensar en Dios y pedirle que nos ampare, que evite la destrucción total de nuestra raza. La guerra ha empezado, unámonos y defendámonos hasta nuestra última célula frente al invasor. Que Dios nos ilumine y perdone por la gran destrucción que esta guerra va a originar.Apenas había terminado de hablar el representante hispano y presidente de la federación Occident, cuando el agudo silbido de la alarma resonó hasta en el último reducto de la base espacial satélite W-144.