SUJETO CAPITAL- SUJETO REVOLUCIONARIO Esta publicación de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco y Editorial Itaca, fue dictaminada por pares académicos expertos en el tema. Agradecemos a la Rectoría de la Unidad el apoyo brindado para la presente publicación. D.R. © Universidad Autónoma Metropolitana Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco Calzada del Hueso 1100, Colonia Villa Quietud Coyoacán, C.P. 04960, Ciudad de México, Sección de Publicaciones de la División de Ciencias Sociales y Humanidades Edificio A, 3er piso. Teléfono 54 83 70 60 [email protected] http://dcshpublicaciones.xoc.uam.mx isbn uam: Diseño de la portada: Iraís Hernández Güereca D.R. © David Moreno Soto Editorial Itaca Piraña 16, Colonia del Mar, C.P. 13270, Ciudad de México. tel. (55) 58 40 54 52 www.editorialitaca.com.mx isbn Itaca: Primera edición: diciembre 2019 Impreso y hecho en México / Printed and made in Mexico SUJETO CAPITAL- SUJETO REVOLUCIONARIO Análisis crítico del sistema capitalista y sus contradicciones Roberto Escorcia Romo y Gastón Caligaris (Compiladores) UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA Rector general, Eduardo Abel Peñalosa Castro Secretario general, José Antonio de los Reyes Heredia UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA-XOCHIMILCO Rector de Unidad, Fernando de León González Secretaria de Unidad, Claudia Mónica Salazar Villava DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Directora, Dolly Espínola Frausto Secretaria académica, Silvia Pomar Fernández Jefe de la sección de publicaciones, Miguel Ángel Hinojosa Carranza CONSEJO EDITORIAL José Alberto Sánchez Martínez (Presidente) Alejandro Cerda García / Gabriela Dutrénit Bielous Álvaro Fernando López Lara / Elsa E. Muñiz García Jerónimo Luis Repoll / Gerardo G. Zamora Fernández de Lara Asesores del Consejo Editorial: Rafael Reygadas Robles Gil Miguel Ángel Hinojosa Carranza COMITÉ EDITORIAL René David Benítez Rivera (presidente) Germán A. de la Reza Guardia / Roberto García Jurado Enrique Guerra Manzo / Abigail Rodríguez Nava Araceli Margarita Reyna Ruiz / Gonzalo Varela Petito Asistente editorial: Varinia Cortés Rodríguez Índice Introducción Gastón Caligaris Roberto Escorcia 9 Hacia una teoría política inspirada en El capital Roberto Fineschi 29 El capital y la necesidad histórica de la dialéctica hegeliana Rodrigo Steimberg 61 El trabajo en la constitución del capital en cuanto sujeto del capitalismo Mario L. Robles Báez 87 La negación dialéctica del ser humano como sujeto y la definición continua del (los) sujeto(s) promotor(es) del cambio Roberto Escorcia Romo Aarón Arévalo Martínez 115 Del capital como sujeto de la vida social enajenada a la clase obrera como sujeto revolucionario Juan Iñigo Carrera 147 Desarrollo económico y acción política revolucionaria: Una evaluación crítica del debate marxista sobre el “derrumbe” del capitalismo Gastón Caligaris 181 7 Método dialéctico, fetichismo y emancipación en la crítica de la economía política Guido Starosta 211 Entrelazamiento de las contradicciones valor-valor de uso y capital-trabajo en el capitalismo contemporáneo Patricia García Gutiérrez 247 Sujeto revolucionario desde la comunidad y sus modalidades de transformación social David Barkin Alejandra Sánchez Ana Lilia Esquivel Erika Carcaño Wendy A. Armenta 267 Tres encuentros de Marx con la comunidad. Una carta que descarriló a la historia Armando Bartra 303 De proletarios a comunidades: El desafío propuesto por Marx de trascender el capitalismo y salvar a la humanidad prevalece Roberto S. Diego Quintana 319 Colaboradores 331 Introducción Gastón Caligaris y Roberto Escorcia Desde hace ya varias décadas la clase trabajadora parece retroceder conti- nuamente ante el poder del capital. Retrocede en su organización política, en su salario, en sus condiciones de trabajo e incluso en sus condiciones am- bientales generales. Pareciera que, de no revertirse esta situación, el destino de la mayoría de quienes integran esta clase no será otro que la aguda pre- carización, la desocupación y la miseria. En este escenario no debería resul- tar llamativo que aparezcan los voceros ideológicos del capital decretando como una verdad evidente el “fin del trabajo”, de las “clases sociales”, de las “utopías”, en suma, el “fin de la historia”. Lo que en cambio debería llamar la atención es que los enfoques críticos del capitalismo, en particular los que emanan de la tradición marxista, aparezcan alineándose a este tipo de dis- curso. En efecto, no sólo se ha planteado que ya no debe buscarse “tomar el poder” y que hay que decirle “adiós al proletariado”, sino que prácticamente se ha borrado de la agenda de discusión la cuestión misma de la necesidad de la superación del capitalismo y de la constitución de la clase trabajadora en sujeto revolucionario. En pocas palabras, aun los enfoques supuestamente críticos de la sociedad actual parecen haber buscado de distintas maneras dar sustento al vaciamiento de toda necesidad histórica de superación del modo de producción capitalista.1 1 Estas aparentes posiciones críticas les han abierto camino a las viejas posiciones refor- mistas donde la acción portadora de la necesidad de abolir el sistema capitalista es sustituida por una propuesta de reforma al sistema cuya intención es encontrar “el lado eficiente, justo y humano” de la sociedad capitalista, mediante una regulación “adecuada”. Un presunto capi- talismo moral que —gracias a una supervisión y participación estatales— se caracteriza por ser justo, equitativo, libre del rasgo rentista, y de pleno empleo, es lo que está en el fondo de la propuesta teórica de Keynes (2001). Con ello como principio ontológico, una buena parte de la postura heterodoxa abandonó la discusión sobre una revolución que diera paso a un sistema social distinto y se encaminó hacia una vertiente reformista que modifica elementos superfi- ciales del sistema capitalista (salarios, distribución, empleo, etcétera) pero que deja inalterados 9 10 Sujeto capital-sujeto revolucionario Desde la segunda mitad del siglo xx el sistema capitalista se ha modi- ficado considerablemente, tanto en su dimensión económica como en sus dimensiones políticas; cambios que, en conjunto, han tomado forma en la aparición de nuevos modos de construir las subjetividades y las relaciones intersubjetivas. En este contexto, el discurso triunfalista del capital se ha ido imponiendo y ha estructurado sistemáticamente un lenguaje y ciertas formas de pensamiento donde todos los procesos sociales han perdido aparentemen- te su carácter históricamente específico para presentarse como “naturales” y “necesarios” y, en consecuencia, inevitables. Estos cambios en el lenguaje y en el pensamiento los encontramos en lo que podría denominarse el “sentido común”, en los discursos políticos, en los medios de comunicación y, cada vez con más fuerza, en las teorías de las ciencias sociales. Se trata de una especie de desplazamiento discursivo que puso fuera de escena categorías tradiciona- les —como valor, enajenación, trabajo asalariado, clases sociales, explotación, etcétera— que permitían ubicar concreta y abstractamente las relaciones im- personales de dominación propias del capitalismo y a los sujetos sociales que las portaban. Hoy estos términos parecen haberse vaciado casi por completo de significado y han sido sustituidos por otros —como globalización, trabajo inmaterial, posmodernidad, etcétera—, los cuales tienden a diluir el carácter social e históricamente determinado de los procesos humanos. En contra de esta tendencia general, el propósito principal de este libro es precisamente reponer y alentar la discusión sobre las potencias revoluciona- rias de la clase trabajadora en la actualidad. Los autores que participan coin- ciden en que existe la necesidad imperiosa de reflexionar críticamente sobre el devenir del mundo contemporáneo y acerca de las posibilidades de generar acciones que apunten hacia cambios profundos y a transformaciones radica- les de la sociedad actual. Coinciden igualmente en que dicha reflexión debe fundamentarse en un esclarecimiento del sujeto de estas transformaciones así como en la puntualización de los determinantes sociales históricamen- te específicos que entran en juego. Ello tiene diferentes niveles de análisis. Ante todo, se plantea un debate en torno al ser humano en cuanto sujeto social, que puede resumirse en el siguiente cuestionamiento: ¿se trata de un ser humano que, actuando libre y conscientemente, define su espacio al estilo “humanista”, o de un ser humano ausente, como lo plantea el “antihumanis- aquellos de base (relación mercantil, relación capital-trabajo, explotación, etcétera). Véase M. Robles Báez y R. Escorcia Romo (2018, §3). Introducción 11 mo”? ¿O se trata de un ser humano que adquiere su definición a través de su constitución como “personificación” de categorías económicas asignadas por el sujeto capital, entendido éste, siguiendo a Marx, como “la potencia” que lo domina todo en la sociedad burguesa? Vinculadas a estos interrogantes sur- gen otras preguntas: ¿la clase trabajadora carece de toda potencia propia? De ser así, ¿habría que esperar que toda transformación sea causada por el sujeto capital? ¿Cómo se define hoy el proletariado y cuál es su rol en la superación del capitalismo? ¿La transformación puede ser un proceso sin sujeto? ¿Se trata de un proceso de sujetos (así, en plural) que buscan reivindicarse en su individualidad, o de un sujeto universal que se presenta fragmentado? ¿Cómo entender el lugar y el surgimiento de movimientos de género, étnicos, rurales, etcétera? ¿Y en ello qué lugar ocupa el objetivo de abolir al capital? ¿Hasta dónde debe plantearse un cambio? ¿Es suficiente un proceso de reforma que dé un “sentido más humano” al sistema, al estilo de las políticas keynesianas? ¿O debe plantearse una revolución radical? El título del libro, Sujeto capital-sujeto revolucionario. Análisis crítico del sistema capitalista y sus contradicciones, recoge tres elementos que considera- mos fundamentales para el debate que se presenta alrededor de las preguntas enunciadas: sujeto, capital y revolución. En cuanto al primer elemento, se desarrollan dos análisis —aunque en diferentes grados de profundidad— a lo largo de los diversos capítulos. Por un lado, se considera el planteamiento según el cual la sociedad capitalista corresponde a la prehistoria del ser hu- mano, donde éste no es plenamente el sujeto de dicha sociedad por cuanto no es en sí mismo el principio determinante de sus acciones ni tiene la capacidad de iniciativa en la actividad que lo engloba. En otras palabras, la capitalista es una sociedad donde el ser humano está determinado y controlado por uno de sus productos, el cual se le enfrenta como su contrario: el capital. Esto tiene una implicación inmediata: la definición plena del ser humano como sujeto implica la necesidad de trascender el sistema capitalista. Por otro lado, se exa- mina el planteamiento de que la clase obrera es el sujeto histórico encargado de la transformación sistémica. Dicho planteo se pone en discusión con las interpretaciones que sitúan como tal sujeto a los llamados “movimientos so- ciales”; por ejemplo, las que identifican en campesinos e indígenas nuevas ex- presiones de sujetos que propician y realizan profundas mutaciones sociales. Respecto al segundo elemento, se considera el enfoque según el cual en la sociedad capitalista el sujeto que organiza y define los objetivos y los meca- nismos del sistema es el propio capital. En este punto se recupera principal- mente el planteo de Marx de que el capital, en cuanto valor que se valoriza 12 Sujeto capital-sujeto revolucionario a sí mismo, es “la potencia económica, que lo domina todo, de la sociedad burguesa y que, por tanto, debe constituir el punto de partida y el punto de llegada de la reproducción ideal de las determinaciones de la vida social” (Marx, 1997: 28). Aquí se caracteriza al capital como “sujeto automático, como sujeto dominante, como sustancia en proceso, dotada de movimiento propio” (Robles Báez, cap. 3 del presente libro). En un contexto histórico donde el capital se erige en tal sujeto, como una consecuencia primordial, los seres humanos se presentan como meras personificaciones de las categorías económicas. En otras palabras: el momento histórico específico es fundado y guiado por el capital en cuanto sujeto. En este punto, cualquier propuesta de transformación profunda del sistema pasa por identificar y reconocer la existencia de este sujeto, pues sólo después de ello es que resulta posible definir a un sujeto revolucionario. Finalmente, en cuanto al tercer elemento, en una primera aproximación se considera el enfoque que remite a la revolución como un cambio econó- mico y político radical producido por la lucha de clases, lucha que al buscar suprimir el estado de cosas actual, apunta hacia la caída de los grupos de la sociedad que detentan el poder político. Esta definición general —que Marx, junto con Engels, utilizaría para referirse a diferentes movimientos suscitados a lo largo de la historia, como las revoluciones burguesas en In- glaterra y Francia en los siglos xvii y xviii, respectivamente— requiere, en una segunda aproximación, llenarse de un contenido y un objetivo histórica- mente determinados. Así pues, hablar de una revolución proletaria implica, necesariamente, un proceso de autoemancipación liderado y realizado por los mismos trabajadores, y no centrado en un grupo, en una minoría o en una élite. El objetivo último del “sujeto revolucionario” en el sistema capitalista es restituir al ser humano el carácter de sujeto real de la sociedad, eliminando de este modo los procesos de enajenación inherentes al capitalismo; es decir: invirtiendo la relación social que concentra la riqueza autonomizada como sujeto en contra de la clase trabajadora, y colocando al ser humano como la finalidad del proceso de producción. La propuesta de problematizar estas cuestiones surge de la confluencia de un conjunto de investigadores mexicanos y argentinos que, desde hace varios años, han estado difundiendo y alentando en el mundo hispanoparlante una serie de debates internacionales contemporáneos sobre el legado de la crítica marxiana de la economía política,2 en particular en lo que respecta a la teoría 2 Como resultado de esta confluencia se ha formado el Simposio Internacional de Es- tudios en la Crítica de la Economía Política (siecep), donde participan investigadores de