En 1903, un joven y hasta el momento desconocido narrador chileno llamado Baldomero Lillo ganó el premio del concurso convocado por la Revista Católica. El cuento se titulaba «Juan Fariña», y narraba una historia de misterios y venganzas ocurridas en el pueblo minero de Lota, al sur de Chile, enclavado en el golfo de Arauco.
Al año siguiente, este cuento constituyó parte de Sub terra, un volumen de ocho relatos unidos por el mismo leit motiv: la vida de los mineros de Lota, sus luchas en los socavones que se internaban en el mar, su cotidianeidad en la miseria, la injusticia para con los obreros, los amores y la opresión, donde lo más importante era la descripción y la narración directa de un lugar y una época.
Sub terra ha mantenido su vigencia durante más de cien años, y es fuente indispensable al momento de referirse a la minería del carbón en Chile. Esta maquetación incluye los ocho relatos originales y los cinco añadidos a partir de la segunda edición, de 1917.