ebook img

Sobre los nombres de las “bandas criminales” en Lima: ¿quién pone los nombres a las bandas? PDF

22 Pages·2012·1.602 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Sobre los nombres de las “bandas criminales” en Lima: ¿quién pone los nombres a las bandas?

Colección Cuadernos de trabajo, N° 2 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia © Centro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú CISEPA / Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia Av. Universitaria 1801, San Miguel, Lima, Perú www.cisepa.pucp.edu.pe ISSN: 2306-7144 Dirección de la colección: Jaris Mujica Editor general: Frank Casas Coordinación: Nicolás Zevallos Diseño y diagramación: [email protected] Delgado Duncan, Ariana; Moreno, Jeanette; Ramírez Vera, Vanessa; & Romero, Samantha. Sobre los nombres de las “bandas criminales” en Lima: ¿quién pone los nombres a las bandas? Lima: CISEPA. 2012. (Cuadernos de Campo, N° 2) Seguridad ciudadana / Percepción de inseguridad / Delincuencia común / Prensa sensacionalista / Asaltantes / Bandas / Perú La Colección Cuadernos de Campo es una serie de documentos de trabajo y ensayos elaborados por estudiantes de pre y post grado, evaluados por el comité editor del Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia. Resumen: Existe una gran difusión de nombres de ciertas bandas de asaltantes que circulan la ciudad de Lima. Nombres como “Los Malditos” o “Los Injertos” son difundidos por la prensa como si se tratara de bandas con un nombre estable y con identificación de grupo. Este artículo muestra una situación diferente. Esos nombres son asignados por la Policía Nacional y son difundidos por la prensa en relatos que colaboran en la creación de un imaginario sobre el crimen organizado y aumentan la sensación de inseguridad. Si bien los delitos existen y son una práctica recurrente, estos no necesariamente responden a organizaciones estables y a grupos con coordinación estructurada. Palabras clave: Delincuencia común / Percepción de inseguridad / Prensa sensacionalista / Seguridad ciudadana / Perú Abstract: The gang's names that operate in Lima have a strong presence in citizen's awareness. Names like “Los Malditos” or “Los Injertos” are propagated by the media as if they were bands with an established name and group identity. This article shows a different perspective. Those names are initially asigned by the Police and then spread by the media through stories that creates the "buzz" about organized criminal activities increasing the perception of insecurity among population. Even though crime does exist and is a common practice, it does not necessarily respond to stable organizations and coordinated, structured groups. Keywords: Common Crime / Gutter Press – Sensationalist Press / Peru / Public Security / Sense of Insecurity. SOBRE LOS NOMBRES DE LAS “BANDAS CRIMINALES” EN LIMA ¿Quién pone los nombres a las bandas?* Ariana Delgado Duncan Jeanette Moreno Vanessa Ramírez Vera Samantha Romero** Introducción Los medios de comunicación han hecho del crimen su principal noticia, y de las bandas criminales un importante protagonista. Muchas notas periodísticas producen símbolos sociales a través de la construcción de historias que relatan las fechorías de violentos delincuentes, les otorgan nombres que permiten construir su propia representación en los imaginarios populares. Así, es común ver en la televisión o leer en las páginas policiales limeñas acerca de los delitos de bandas como “Los Malditos”, “Los Destructores”, “Los Injertos”, “Los Nole” o “Los Marcas” quienes (se supone) tienen “acorralada a la ciudad de Lima y otras ciudades del país”. Pero ¿hay un patrón objetivo en el estudio de estas “bandas”? ¿Cuáles son los criterios para nombrarlas y para registrar sus acciones delictivas? El asunto, es que parece no haber un correlato claro entre el uso de los nombres de las bandas y las acciones que estas cometen. Esto no se debe a la inexistencia de prácticas criminales, sino, más bien, a la manera de asociar éstas a organizaciones estables, * Este artículo ha sido elaborado como trabajo final del curso Crimen y Sociedad del semestre 2011-II, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Perú. ** Estudiantes de la especialidad de Sociología de la Universidad Católica. Contacto: [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected] 4 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 con nombres cuasi institucionalizados, que son difundidos por la prensa peruana. El objetivo de este artículo es mostrar que el uso y difusión de los nombres de las bandas de asaltantes está más asociada a la construcción mediática de “actores criminales” que a un patrón estable de organización compleja o a la permanencia en el tiempo de esos actores. Esto no anula la existencia de bandas organizadas, pero deja en evidencia la precariedad de la construcción de estas imágenes en la prensa. Para ello se ha hecho un ejercicio preliminar de recojo de noticias de la Sección Policial del Diario La República comprendidas entre el 26 de octubre y el 2 de noviembre del 2011. Las noticias de este breve periodo de tiempo sirven para ilustrar una situación constante, y fueron complementadas con entrevistas semiestructuradas a funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), la Policía Nacional y a especialistas en seguridad ciudadana. La primera sección de este artículo muestra la manera de difusión de los nombres de las bandas criminales a través de los ejemplos extraídos de la prensa. La segunda sección busca entender en dónde se construyen estos nombres y cuál es su función. La tercera sección muestra las maneras de representar estos discursos en la prensa y la imagen que se construye sobre estos: la que contribuye a la construcción de un discurso sobre la expansión del crimen organizado. 1. Sobre la difusión de nombres de las bandas de asaltantes en la prensa La categoría “banda” implica una estructura más compleja y de más larga historia que las recientes formas de organización criminal. El modelo implica un grupo transitorio, pero con referencias de asentamiento comunes (Hobsbawm, 2000) que se forma de manera espontánea, y que por medio de múltiples interacciones se integra a través de situaciones de conflicto. En la actualidad, las bandas se 5 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 asocian por distintos tipos de comportamiento, el milling por ejemplo (pasar el tiempo en la calle sin objetivo alguno), planificación de actividades y cooperación mutua, la producción y reproducción de tradiciones y ritos específicos, y la producción de sentimientos de pertenencia o conciencia de grupo y referencia a un territorio común (Trasher, 1963). En contraste, las definiciones dispuestas en el Código Penal Peruano consideran como “banda” a formas diversas de organización, en el que no siempre es necesaria la asociatividad estable, sino la asociación relativa para la comisión de un delito (es decir que la categoría se utiliza incluso cuando no haya permanencia en el tiempo de la organización). La “asociación ilícita para delinquir” parece englobar el término utilizado en la práctica penal para referirse a estas formas de organización: El que forma parte de una organización de dos o más personas destinada a cometer delitos será reprimido por el sólo hecho de ser miembro de la misma, con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años. (Artículo 137 Código Penal Peruano) Más allá, sin embargo, del debate erudito sobre el tema, los medios de prensa no diferencian entre los modelos de organización criminal, utilizando arbitrariamente la terminología. Este no es un fenómeno solamente peruano, pues muchos medios de prensa en la región y otros países1 repiten sistemáticamente esta situación, creando situaciones que no siempre tienen correlato con las prácticas, poniendo nombres a “bandas” u “organizaciones criminales” que no siempre existen o que no utilizan siempre un patrón de asociatividad común. 1 Ver el caso de Colombia (Reed, 2012), Argentina (Martini, 2007), México (Vázquez, 2006), España (Manchado, 2008), entre otros. 6 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 Así, por ejemplo, en el Perú se puede ver con facilidad términos como banda, pandilla, marcas o raqueteros, términos asignados no siempre a un grupo específico y estable, sino a una modalidad de acción, pero creando la sensación de que se trata de un grupo. Así, el nombre “banda” y los nombres coloquiales que refieren a acciones, se utilizan para dar continuidad a grupos heterogéneos de individuos que cometen crímenes de distinto tipo, sin patrón geográfico, sin patrón de asociación o de recurrencia de acciones comunes. Un ejemplo de esta situación: el uso del término “banda” aparece de manera recurrente y para un amplio espectro de fenómenos. El diario La República indica “Actuaba en banda con otros 5 pandilleros” (La República 2011a: 29). En otra noticia, publicada el 31 de octubre del 2011, el mismo diario llama a un grupo de individuos que “atacaron a dos travestis” “una banda de homofóbicos” (La República 2011b: 25). En las noticias recogidas de la sección policial de aquel diario en la semana del miércoles 26 de octubre del 2011 al miércoles 2 de noviembre del mismo año, se encuentra que se hace uso de la palabra banda 13 veces, y la palabra pandillero o pandilla aparece 3 veces, pero sin relación alguna con los patrones de organización criminal y definiciones respectivas. Por ejemplo, el 28 de octubre del 2011 se presenta la siguiente noticia: “Tres integrantes de una banda de marcas asaltaron ayer a un empleado del Hospital Regional de Ayacucho y le robaron 32 mil soles” (La República 2011c: 29), para referirse a tres personas que emboscaron a un ciudadano tras retirar dinero del banco. Al siguiente día, el 29 de octubre se señala: “Son integrantes de una banda que roba a menores, especialmente a escolares. […] Seis raqueteros fueron capturados […] Ellos formaban la banda Los Fatales de Huáscar” (La República 2011d: 28), para referirse a seis jóvenes que asaltaban a escolares, sin un aparente patrón de asociatividad, ni de recurrencia de acciones. En esa misma noticia, se mencionan a “investigadores” -cuyos nombres nunca se mencionan y tampoco 7 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 se menciona la institución a la que pertenecen- “quienes estiman que existen unas veintiocho bandas dedicadas a asaltar escolares en Lima” (evidentemente tampoco se indica cuál fue el método para estimar dicho número o el informe, documento referencia del dato). El 30 de octubre del 2011, el diario señala “Marca hirió a un suboficial PNP […] La División de Robos capturó a Jonathan Jerí Barrios Bullón, Pecho Frío, integrante de una banda de Marcas” (La República 2011e: 34), para mencionar la captura de un delincuente que disparó a un policía, de un grupo de individuos que, supuestamente, cometió veintisiete asaltos en Lima y Callao. Y una vez más, aunque se sugiere un nombre común y un estandarte continuo respecto a “Los Marcas” no se muestran indicios de que estos “Marcas” conformen una banda de asaltantes. Al día siguiente, el 31 de octubre del 2011, se puede ver “Marcas asaltan a suboficial PNP. […] El suboficial PNP […] fue asaltado ayer por una banda de marcas en San Juan de Miraflores” (La República 2011f: 25). Sin embargo, no se indica si esos marcas son los mismos que los de la noticia anterior, si pertenecen al mismo grupo o no. Por último, el 2 de noviembre del 2011 el diario publica las noticias siguientes: “El capitán de la policía […] fue detenido en esa ciudad por dirigir una peligrosa banda de “raqueteros” (La República 2011g: 28): “Asaltaban a empresarios. […] salieron de la cárcel y lo primero que hicieron fue armar una banda de marcas”; “Cinco delincuentes robaron más de 100 mil dólares en finas alhajas […] La banda utilizó pistolas y granadas de guerra” (La República 2011h: 29). ¿Qué es lo evidente?: i) la presencia del nombre común aunque se trate de actores diferentes, ii) la asociación del nombre a una modalidad de acción criminal, sin que este tenga correlato con un mismo grupo, iii) la asociación del nombre a la acción y la acción a un grupo, aunque no haya vínculo entre estos. 8 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 El uso de los nombres permite construir también una sensación de expansión de las bandas criminales y un discurso sobre su poder de organización. Sin embargo, así como el uso de un modo de asociar el nombre a una acción, parece haber un uso extendido de ciertos nombres arbitrariamente asignados a actores y delitos en lugares y tiempos diferentes. Así, parece haber cierta fascinación por las bandas de asaltantes surgidas en los años noventa, y se utiliza sus nombres con cierta regularidad para englobar acciones diferentes. El uso del nombre “Los Destructores”2, “Los Injertos”3 o “Los Malditos” es de uso constante en estos medios, como si se tratara i) de la misma banda que operó hace casi 20 años, y ii) como si se tratara de acciones coordinadas, conexas y organizadas. Esto es evidente en el uso extenso de los nombres a organizaciones o acciones desconectadas entre así. En el portal web del diario La República se registran por ejemplo: “Los Malditos de Ica” (La República 2011i), “Los Malditos de Renovación” (La República 2010), “Los Malditos de Bayóvar” (La República 2011j), “Los Malditos de Zarumilla” (La República 2006), “Los Malditos de Surco” (La República 2008), “Los Malditos de Micaela” (La República 2011k), etcétera. Lo mismo sucede con “Los Injertos”, existiendo así “Los Injertos de la Rica Vicky” (La República 2011l), “Los Injertos de Trujillo” (La República 2005b), “Los Injertos del Callao” (La República 2009), “Los Injertos de Ate” (La República 2011l), entre muchos otros. 2 Una de las historias de bandas famosas es la de “Los Destructores” y el Cholo Jacinto (Jacinto Aucayari) (La República, 2005a), sindicado como su líder y fundador, junto a su medio hermano Enrique Ramos. Según United Nations High Commissioner for Refugees (2003), esta banda incursiona con 33 integrantes, entre ellos miembros de la Policía Nacional del Perú en la década de 1990, siendo, según el diario La República (2005) “la banda más sanguinaria”, cuyos crímenes eran secuestros, asesinatos y robos a mano armada (UNHCR, 2003). Ver también: La República (2005a) y La República (2011g). 3 “Los Injertos” es el nombre reducido de una banda conocido como “Los Injertos del Fundo Oquendo” y que tuvo a varios de los miembros de “Los Destructores” entre sus filas en los años noventa. Ver también: La República (2006); La República (2008); La República (2009); La República (2011i); La República (2011j); La República (2011k); La República (2011l). 9 Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia/CISEPA Colección Cuadernos de Campo, N° 2 ¿Los crímenes a los que se refieren estas noticias son ficticios? No, evidentemente los delitos existen, pero parece no haber una conexión necesaria entre estos delitos y formas de organización criminal estables, con un patrón organizacional central que se mantienen en el tiempo y recurrencia de sus miembros. Parece que se trata más bien de una heterogénea mezcla de actores que no se conocen entre sí, pero con prácticas recurrentes. ¿Cuál es el problema? Que el uso de estos nombres parece generar una cierta perpetuación en el tiempo de un modo de organizar el delito creando una sensación de expansión, de concentración del crimen y de organización centralizada. Esta forma de nombrarlos pretende que se asocie a estos delincuentes y a sus delitos con “bandas” muchas veces desintegradas hace mucho tiempo. 2. ¿Quién pone los nombres a las bandas de asaltantes? ¿Cómo surge la nomenclatura de las supuestas bandas criminales como “Los Malditos de Zarumilla” o “Los Fashion de San Isidro”? ¿Quién o quiénes son los que asignan estos nombres? ¿Se trata de un nombre puesto por los miembros de las propias bandas en un intento de construcción de identidad de grupo? ¿Se trata de nombres puestos por la prensa o por la policía? El sábado 29 de octubre del 2011 el diario La República muestra el siguiente titular de noticia: “Capturan seis delincuentes que asaltaban a escolares” (La República, 2011d: 28). Para este caso, los delincuentes conformarían una “banda de asaltantes” conocida como “Los Fatales de Huáscar”. La denominación “Fatales” se entiende en el habla coloquial como “aquellas personas con posibilidad de hacer daño a los demás”. La información sugiere que esta banda delincuencial llevaría dicho nombre porque, al parecer, los delincuentes tendrían como lugar de procedencia el barrio Huáscar en el distrito de San Juan de Lurigancho. 10

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.