2ª edición revisada ALTERNATIVAS edicionescarena edicionescarena SÍNTESIS SISTEMÁTICA DE LA FILOSOFÍA AFRICANA Eugenio Nkogo Ondó ©Eugenio Enkogo Ondó ©edicionescarena c/ Sovelles 7, local 8 08038 Barcelona Tel 93 223 37 37 - Fax 93 223 04 88 www.edicionescarena.org e-mail: [email protected] Primera edición: Centro de Estudios Africanos, Universidad de Murcia, 2001 Diseño de colección: Ilustración de cubierta: Álvaro León Acosta Depósito legal B-16591-2006 Unión Europea ISBN 84-96357-25-2 ISBN-13: 978-84-96357-25-9 Impresión: Publidisa NOTA A LA REEDICIÓN Tras la primera edición de este libro, me di cuenta del gran número de erratas que contenía y tomé la decisión de efectuar una reedición para subsanarlas. Al mismo tiempo pensé en la posibili- dad de trastrocar ciertos apartados y de ampliar el proyecto inicial. En este aspecto concreto, me es grato reconocer que he contado con el dictamen del profesor Cruz Melchor Eya Nchama,un reco- nocido intelectual guineano afincado en Ginebra,donde ha desple- gado una intensa e incansable actividad diplomática desde 1973. Este intelectual polifacético me propuso,en una larga conversación telefónica, emprender una nueva investigación que se concentrara específicamente en el pensamiento Fang. Tan pronto como recibí con mucho gusto la sugerencia, empecé a diseñar la estructura del nuevo libro y juzgué que era oportuno extraer algunos de sus pun- tos esenciales e incluirlos en la Tercera Parte de esta obra, tal cual aparecen en los apartados siguientes: Mvett:el ritmo del ser y del pensamiento,que trata de la sistema- tización del saber milenario del pueblo Fang,El Aki-Ngos o la evo- cación del universo pluricósmico,esquematiza su teoría cosmogóni- ca,el Karemebegueísmo es la visión de un modelo ideal de vida ten- dente a la lucha por la inmortalidad y Tras las huellas de Zongmebegue, un esbozo del problema de la oposición entre el Bien y el Mal. León, 10 de febrero de 2005. El autor. PRESENTACIÓN: AL ENCUENTRO DE LA FILOSOFÍA AFRICANA No hace mucho, en el coloquio que siguió a una de mis múl- tiples conferencias por la geografía española -en las que siempre trato de analizar las razones últimas de las actuales miserias del continente africano-, una persona del público asistente me pre- guntó,así de sopetón,si podía explicarle cuál ha sido el aporte de África al conocimiento y a la ciencia universales. En síntesis, esa joven quería saber si, a lo largo de la Historia, algún negro había sido capaz de inventar algo que mereciera la pena considerar como aportación importante al resto de la Humanidad. A mi modo de ver,esa pregunta envenenada entronca directa- mente con los complejos de superioridad e inferioridad que ino- cularon en los espíritus de blancos y negros la esclavitud y el colonialismo. Esencia racista que ha generado que muchos blan- cos y muchos negros sigan empeñados en negar a los negros, sobre todo a los negros africanos, un pensamiento racional. A lo sumo -como desgraciadamente consagró la teoría de la Negritud- se nos llega a reconocer la emotividad como principal rasgo,rele- gando todo nuestro ser a las sensaciones prelógicas -que no senit- mientos- que nos dotarían de expresividad y de ritmo, pero que nos incapacitan para formular ideas abstractas; por lo que, según estos epígonos, nuestras mentes sólo estarían capacitadas para la acumulación de conocimientos empíricos. 10| Eugenio Nkogo Cuando la Biología y otras ciencias han determinado ya con exactitud que no existen diferencias genéticas entre las diversas razas que componen la especie humana, parece innecesario que se insista en responder a este tipo de preguntas. Pero la realidad es que el común de la gente sigue sin entender que el nivel actual de la Civilización Humana es el producto de la continua transcul- turización, el fruto del mestizaje permanente. Por eso se ha de recordar que, por ejemplo, el tomate no se cultivó siempre en España, sino que es oriundo de América; que la patata, traída también de ese continente, libró de las hambrunas medievales a los hoy altivos europeos; que la pólvora la inventaron los chinos, y la escritura proviene de Mesopotamia, en Irak. Resumiendo: en infinidad de campos, Europa no ha hecho sino copiar, trasladar o transformar lo que ha visto en otras partes del mundo. Como el resto de las civilizaciones. ¿Existe, por consiguiente, una filosofía africana? ¿Subsiste un pensamiento genuinamente negroafricano? ¿Cuáles son sus ras- gos,su esencia,sus diferencias con respecto a las demás culturas? Aunque desde algún punto de vista puedan considerarse imperti- nentes, responder a estos interrogantes nos parece importante aquí y ahora. No sólo para completar nuestos conocimientos y despejar las dudas, sino para empezar a construir un mundo más sólido y solidario en el cual el ser humano sea tomado en su tota- lidad,sin compartimentos estancos que,en el fondo,nos reducen al estado infantil: en lugar de compartir los avances de la ciencia, de la tecnología y del pensamiento, algunos prefieren seguir jugando a las canicas y aferrarse a las suyas. No caeremos, pues, en la trampa -como los seguidores de la Negritud- y empezar a citar a los negros que, con sus inventos y aportaciones, han con- tribuido a la mejora de las condiciones de vida del ser humano. Haberlos, háylos, pero preferimos no acotar ni prefijar ese terri- torio humanístico que caracteriza a los negros africanos y, por extensión, a los negros esparcidos por todo el mundo. Por eso