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Sin tierras no hay paraíso. Turismo, organizaciones agrarias y apropiación territorial en México PDF

299 Pages·2017·5.483 MB·Spanish
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Gustavo Marín Guardado (Coord.) Sin tierras no hay paraíso Turismo, organizaciones agrarias y apropiación territorial en México JZASQS Revista de Turismo y Patrimonio Cultural Colección PASOS edita, n° 15 www.pasosonline.org Gustavo Marín Guardado (Coord.)/El Sauzal (Tenerife. España): PASOS, RTPC/ 2015/ 306 p. incluida bibliografía. 1. Turismo 2. Impactos del turismo 3. Apropiación territorial. I Gusta­ vo Marín Guardado. II “Sin tierras no hay paraíso. Turismo, orga­ nizaciones agrarias y apropiación territorial en México”. III PASOS, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. IV Colección PASOS Edita Edita: PASOS, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural P.O. Box 33.38360 ■ El Sauzal Tenerife (España) Diseño de cubierta: Gustavo Marín Guardado Fotografía de cubierta: Antonio C. Rodrigues ISBN: 978-84-88429-29-2 © 2015 PASOS. REVISTA DE TURISMO Y PATRIMONIO CULTURAL. www.pasosonline.org email: [email protected] ÍNDICE Sin tierras no hay paraíso. Turismo, organizaciones agrarias y apropia- 5 cióN territorial en México: una introducción. Gustavo Marín Guardado Quemar las naves. El despojo articulado de la isla de Holbox, México. 39 Ángeles A. López Santillán Caciquismo y resistencia: El caso de la disputa por el territorio coste- 59 ro de El Rebalsito de Apazulco, en el litoral de Jalisco. Aura Helena Ramírez Corona Turismo, ejidatarios y “mafias agrarias" en Tulum, Quintana Roo: El 91 caso del ejido José María Pino Suárez. Gustavo Marín Guardado La apropiación de las “tierras vacías": turismo y despojo a TRAvés del 113 Proyecto Turístico Barrancas del Cobre, en el territorio rarámuri de Chihuahua. Horacio Almanza Alcalde ÍNDICE (continuación) Expropiación de tierras ejidales como estrategia gubernamental para el desarrollo del turismo de masas en la isla de Cozumel, México. Lea Carvalho Rodrigues Mezcala de la Asunción: identidad y territorio frente al despojo. 183 Santiago Bastos Amigo Turismo alternativo en el medio rural, la disputa por la tenencia de la 215 tierra en la Península de Yucatán. Ana García de Fuentes, José Antonio Barragán Ojeda, Irma Gabriela Fierro Reyes, Eugenia Pulido Madariaga, Manuel Xool Koh Relaciones de propiedad y conflictos por la apropiación del espacio 251 turístico. Análisis comparativo entre Huatulco (Oaxaca) y Playa del Carmen (Quintana Roo) en México. Clément Marie dit Chirot Apropiación del territorio costero en Cabo San Lucas, Baja California Sur, México: Los casos de las playas y la propiedad ejidal. Jesús Bojórquez Luque, Manuel Ángeles Villa y Alba E. Gámez Vázquez Gustavo Marín Guardado1 El turismo como industria global y una de las economías más pujantes y desarrolladas del mundo, se encuentra asociada a importantes procesos de transformación de las sociedades en que vivimos, sean estas grandes urbes o pequeñas sociedades rurales. En particular, el desarrollo del turismo en el medio rural, que incluye selvas, bosques, montañas, desiertos, playas, etc., ha tenido un extraordinario proceso de expansión, convirtiéndose aceleradamen­ te en la principal economía que domina las dinámicas locales y regionales, llevando a cabo un agresivo proceso de apropiación territorial. Ello implica la transformación de las pautas de reproducción y sustento locales, la modifica­ ción drástica del uso de los territorios y sus recursos, la estructuración de nue­ vas formas de acceso a los mismos, y la integración de localidades a procesos de reordenamiento socio-territorial en el marco de políticas internacionales y fuerzas del mercado mundial. El presente libro representa un esfuerzo colectivo, constituido por una serie de estudios originales sobre diversos lugares de México (ver mapa 1), basados en trabajo de campo e investigación documental, y que desde la antropología, la sociología y la geografía ofrecen una mirada al turismo que nos permite 1 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Peninsular (CIESAS Peninsular). Mérida, Yucatán, México. Correo electrónico: [email protected]. Gustavo Marín Guardado (Coord.) 2015 Sin tierras no hay paraíso. Turismo, organizaciones agrarias y apro­ piación territorial en México. El Sauzal (Islas Canarias): PASOS Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. Colección PASOS Edita, 15. ISBN 978-84-88429-29-2 comprender la diversidad y las complejidades de su desarrollo en el medio rural o en contextos de tenencia de la tierra comunal. Interesa especialmente describir y analizar los diversos escenarios y procesos a través de los cuales las localidades se ven involucradas en nuevas formas de subsistencia y de admi­ nistración de recursos naturales, inéditos vínculos con agentes de instituciones globales, la emergencia de nuevas dinámicas del desarrollo y la conformación de nuevas territorialidades, que en última instancia derivan, la mayoría de las veces, en la pérdida de sus territorios o de su soberanía territorial. Las dinámicas generadas por la articulación entre la industria del turismo, las políticas ambientalistas y los sistemas de propiedad de tierras comunales suelen ser muy diversas y complejas, y no necesaria ni automáticamente llevan a la apropiación y al despojo. Infinidad de comunidades y grupos sociales han respondido creativamente para aprovechar las oportunidades económicas, estableciendo acuerdos y alianzas que representan cambios de subsistencia, estructuras sociales y formas de vida, sin perder el control de sus territorios. No obstante, es preciso apuntar que justamente los espacios más codiciados para la conservación ambiental y el desarrollo del turismo, forman parte de los territorios de comunidades étnicas, campesinas o rurales, sociedades que his­ tóricamente se reproducen en contextos de marginación, pobreza e inequidad económica, social y legal, y que por tanto suelen ser estructuralmente vulnera­ bles a los embates que amenazan la propiedad o el control de sus tierras. Estas condiciones estructurales forjadas por el desarrollo del capitalismo y las dinámicas de poder de los estados nacionales, han sido el punto de par­ tida para el desarrollo del turismo y el despojo territorial en todas partes del mundo. Malcolm Crick en un texto hoy clásico, mostraba en toda su crudeza la dimensión de este proceso, al recuperar una declaración del vicepresidente de la Edgar Rice Burroughs Inc., quien expresaba su deseo de comprar todo el país de Gambia a fin de construir una serie de villas vacacionales al estilo de los escenarios de Tarzán. Sin rodeos el personaje apuntaba: “No se trata de algo inalcanzable. Hemos estado hablando sobre esto con la Banca Rothschild en París, hay un cierto número de países africanos muy pequeños que no tienen absolutamente nada. Ni economía, ni nada. Todo lo que tienen es su inde­ pendencia y sus embajadores en la ONU, y la idea es comprar el país entero... tomarlo, y cambiarle el nombre” (Crick, 1989:322).2 Uno pudiera pensar que esta voracidad y cinismo es cosa del pasado, como parte de una etapa mítica del capitalismo salvaje, pero desafortunadamente no es así y este tipo de historias son reeditadas una y otra vez hasta la actualidad, 2 Se trata del texto de Malcolm Crick (1989), originalmente citado por Francisco Jurdao en su libro Los mitos del turismo (1992), en el que compila una serie de trabajos clásicos de diversos autores, y donde igualmente esta cita le sirve para introducir una crítica sobre los procesos de apropiación a través del turismo. constituyéndose como parte de las desventuras cotidianas de la gente pobre. Véase por ejemplo el extraordinario reportaje de Adrian Levy y Cathy Scott- Clark (2008), publicado en The Guardian, de cómo fueron desplazadas miles de personas de las costas de Camboya, tras ponerse en venta casi la mitad del país a especuladores de origen extranjero estimulados por el desarrollo de distintos negocios, incluido el turismo.3 En el caso de México y muchos otros países, las cosas nos son muy diferentes pues este tipo de despojos -históricos, permanentes y sistemáticos- están siempre presentes, aunque muchas veces diluidos y ocultos detrás de majestuosos y paradisiacos escenarios, de historias de éxito empresarial y desarrollo, como parte de los discursos hegemónicos. Un aspecto elemental del turismo es que éste en su desarrollo necesaria­ mente invade y disputa los espacios dedicados a otras actividades como la agricultura, la pesca, la recolección, etc., así como lugares destinados al uso cotidiano, las actividades rituales y de esparcimiento local, lo que se traduce en conflictos y disputas de naturaleza muy compleja (Jurdao, 1979, 1992; Santana, 1997; Pascual, 2003; Boissevain y Selwyn, 2004; Gardner, 2012; García, Smith y Mejías, 2007; Boissevain, 2007; Nogués, 2007; Freeman y Cheyne, 2008; López y Marín, 2010; López, 2004, 2010; Marín, 2008, 2010, en prensa). Procesos donde participan diversos grupos sociales con distintos bagajes culturales y recursos económicos y de poder, y donde los locales en su diversidad social e intereses, se adaptan, aprovechan, cuestionan o resisten las nuevas dinámicas del desarrollo y el mercado. De ahí que, parte fundamental del entendimiento de estos procesos sea la producción de etnografías sobre terreno, donde es po­ sible advertir los entrecruces entre fuerzas globales y arreglos locales. Los estudios del turismo en México, sobre todo desde las ciencias socia­ les, han otorgado poca atención a este aspecto oscuro del desarrollo de la in­ dustria, que es el proceso de apropiación territorial y sus repercusiones en las sociedades locales. Un asunto todavía pendiente en lo que refiere a su estudio sistemático. Si bien aparecieron algunos trabajos pioneros en los setentas y ochentas del siglo XX, y en décadas posteriores algunos autores abordaron el tema en casos particulares y bien localizados, en general se mantuvo como un tema marginal por doble partida. Primero, porque a partir de los ochenta decayó el interés por los estudios rurales y la cuestión agraria, como parte de los cambios que comenzaron a gestarse en las ciencias sociales, caracterizados por una reacción contra el marxismo y lo que se pareciera a ello, así como por el predominio de las teorías semióticas de la cultura y un interés preferencial ya no por la producción sino por el consumo. Segundo, porque el estudio del turismo fue considerado de poca importancia e ignorado como tema de inves­ 3 “Country for sale", Adrian Levy y Cathey Scott-Clark, en The Guardian, 26 de abril de 2008, disponible en http://www. theguardian.com/world/2008/apr/26/cambodia, consultado el 13 de octubre de 2015. tigación, algo sólo revertido a partir de la primera década del presente siglo, cuando el crecimiento del turismo y sus repercusiones fueron imposibles de pasar inadvertidas casi en cualquier escenario antropológico, y cuando nuevas generaciones de investigadores mostraron interés por los procesos de transna­ cionalismo, reterritorialización, invención de las tradiciones y producción de nuevas identidades en estos contextos. Si bien es cierto que el estudio del turismo en México ha cobrado cierta relevancia en las ciencias sociales y, en particular, en la geografía y la antro­ pología, muchos de los estudios se han centrado en estudiar la organización del espacio, las repercusiones socioculturales en las sociedades locales, o han tratado nuevas dimensiones del análisis como son los procesos de representa­ ción simbólica de los lugares o de formación de las identidades en el contexto del turismo. No obstante, aunque varios trabajos refieren a la apropiación del espacio y lo consideran como algo evidente y obvio, pocos autores en realidad se han detenido a reflexionar y estudiar sistemáticamente esto, como un pro­ blema que resulta de cardinal importancia para comprender el desarrollo y reproducción del turismo. México se encuentra consolidado como uno de los principales destinos del turismo internacional. En 2013 registró la llegada de 23.7 millones de turistas extranjeros que representan ingresos en divisas por más de 13 mil 800 millo­ nes de dólares, siendo el único país latinoamericano que se encuentra entre los 15 principales economías turísticas en el ranking mundial (OMT, 2014). Se trata de la tercera fuente de ingresos más importante en el país, sólo superada por las divisas que genera la industria petrolera y las remesas que envían los migrantes mexicanos principalmente desde los Estados Unidos. No obstante, estos números que reflejan importantes logros en el ámbito de la economía na­ cional, contrastan con la realidad que viven regiones y localidades que depen­ den de tal economía, donde los problemas del desarrollo y el deterioro de las condiciones de vida son problemas que con el tiempo tienden a radicalizarse y a normalizarse. Una mirada general a los escenarios del turismo de inmediato nos lleva al problema de la distribución de la riqueza, dada la marginación de grandes sectores de la población que no disfrutan de los beneficios que produ­ ce, y desde luego nos lleva a observar una industria que basa su reproducción en la apropiación del territorio de innumerables comunidades y la privatiza­ ción de playas y espacios públicos. La producción de los lugares turísticos y la revaloración de la tierra El proceso de acumulación en la etapa del capitalismo flexible o post-for- dista se caracteriza por la emergencia de nuevos sectores de la producción, nuevas formas de proporcionar servicios financieros, nuevos mercados y, so­ bre todo, una permanente innovación comercial, tecnológica y organizacional que se ha expandido mediante una red mundial, que define procesos econó­ micos y culturales globales (Lash y Urry, 1998). En este contexto el turismo constituye una de las principales estrategias a través de las cuales el capital internacional se reproduce, sobre todo a través de la producción de nuevas mercancías turísticas, la expansión territorial y la apropiación de espacios, la segmentación de mercados trasnacionales y la integración de circuitos mer­ cantiles de producción y consumo, en el marco de políticas y dinámicas de la globalización. El turismo como economía y como industria se orienta sobre todas las co­ sas a producir lugares como mercancías de consumo turístico, de tal forma que los contenidos geográficos, paisajísticos, históricos, sociales y culturales de los lugares representan los valores materiales y simbólicos más importantes de este proceso de producción (Urry, 2002; Meethan, 2001; López y Marín, 2010). Un proceso sumamente complejo que involucra la apropiación de historias y experiencias de lugar, la producción de representaciones sociales, la inven­ ción de tradiciones y la generación de nuevos imaginarios de la naturaleza y el paisaje a través del despliegue de estrategias de mercado, que finalmente se convierten en activos económicos de la industria. Estos en su conjunto van de­ finiendo las características distintivas de los lugares turísticos, lo que se com­ plementa y consolida con la inversión de capitales, la especulación de la tierra y el desarrollo de los negocios inmobiliarios. El turismo en su dinámica de expansión y reproducción se ha diversifica­ do de una manera sorprendente, incorporando a su influencia a un sinfín de espacios sociales e instituyendo inéditas formas de mercantilización en todos los rincones del mundo. Si bien el modelo tradicional de turismo de sol, playa y sexo sigue siendo sumamente importante a escala mundial, ha dejado de ser la única alternativa de desarrollo en este sector, y hoy en día muchos paí­ ses concentran sus esfuerzos en explotar otro tipo de recursos, incluyendo el atractivo de las ciudades cosmopolitas, la arquitectura histórica, los paisajes silvestres, el patrimonio cultural o el contacto con grupos étnicos. En este sen­ tido, la evolución del turismo -que no puede entenderse sin la transformación del capitalismo, la promoción de políticas internacionales de desarrollo y la instrumentación de estos programas por parte de los estados nacionales- en última instancia ha derivado en la integración de diversos espacios a los cir­ cuitos y dinámicas del turismo internacional (Mowforth y Munt, 2009; López y Marín, 2010, 2012). Especialmente en la modernidad y en el marco del turismo como nuevo agente productor de imaginarios de lugar, las sociedades rurales y étnicas -que habitan en muy diversos medios ecológicos- se encuentran asociadas a representaciones de la vida bucólica, que desde luego alimentan las formas de

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