Cuando la vida es igual a un sueño. «El día que lo conocí lo miré directamente a los ojos y entonces algo ocurrió, me sentí morir, es la única explicación lógica que mi mente trató de entender, estaba viva y, por ende, no tenía la menor idea de qué se siente cuando uno muere. Aquel día, cuando nuestras miradas se cruzaron, mi vida cambió. El presente para nosotros era un dulce despertar cálido de una noche de invierno. Nuestro futuro, ni siquiera lo imaginamos. Solo supe que mi hermoso cuento de amor se iniciaba. Y él, supo que yo sería su primer y único amor... Lo que no sabíamos es que ese tipo de amores, como el de nosotros, a veces resultan fugaces, son tan poderosos que el mismo destino intenta derrumbarlos una y otra vez… Algunas veces el amor triunfa, otras... Aun así ¿me atrevería a amar? Sí, siempre y cuando sea él, por él, todo lo vale.»