Description:El auto patrulla de la policía se detuvo con un aullido de frenos. Los dos agentes echaron un vistazo a la enorme puerta de hierro de la verja, abierta de par en par, y el más joven gruñó: —Sigue, la casa debe de quedar entre los árboles. El conductor embragó y el coche se internó por el inmenso parque de la residencia. La grava chirrió bajo los neumáticos y en alguna parte una lechuza dejó oír su ronco grito.