Crisis Revista de crítica cultural #10 Diciembre 2016 UTOPÍA VISIONES DEL FEMINISMO LA UTOPÍA DE NIKÉ POR ROSENDO TELLO CONVOCATORIA I PREMIO CRISIS DE ARTÍCULOS DE OPINIÓN ALFREDO CASTELLÓN, FERNANDO AÍNSA, JOSÉ H. POLO, ANA DE MIGUEL Índice 5 Editorial. Tiempo de utopías 6 Firma invitada. Crisis y resurrección de la utopía. Fernando Aínsa 12 Tiempo de utopías 12 Un lugar que no existe. José H. Polo 14 ¡Liberté! ¡Égalité! ¡Fraternité!. Fernando Morlanes Remiro 16 Utopías y utópicos. Eugenio Mateo 18 El quijotismo, la amable locura del utopismo. Víctor Herráiz 20 La distopía ya está aquí. Mónica Díaz Macker 22 Cotemporalidad y presentación. Adrián Alonso Enguita 24 La Atlántida en su crisálida. ¿Crisis del poder de creación? Juan Ignacio Bernués Sanz 26 Eautontografía. (Una utopía moderna). Mariano Ibeas 28 Utopía. Antes se llamaba Milagro. María Jesús Bruna 30 La utopía y el cine. Fernando Gracia 32 La vivienda como utopía social. Isabel Rosado 34 Remando hacia Utopía. Carmina Martín 35 Lo imposible necesario. Juan Domínguez Lasierra 36 Utopía, sueño de vida. Paco Rallo 38 Estéticas de la risa y utopías de la igualdad. Silvia Alicia Manzanilla 40 Entrevista. Alfredo Castellón, el maño antibaturro. Una entrevista de Juan Domínguez Lasierra 54 IV Jornadas de Crisis. Visiones del feminismo. Personalidades periféricas. Víctor Herráiz y Fernando Morlanes 57 Filosofía y autoconciencia de la (mitad de) la humanidad. Ana de Miguel 59 Feminismos gitanos en la construcción discursiva de nuevas identidades híbridas sexuadas. Nieves Ibeas Vuelta 62 Un largo devenir: sin límites, sin fronteras. Pilar Pastor Eixarch 66 Escritoras anarquistas. La palabra como semilla de rebelión. Laura Vicente 69 Arte, tecnología y género. Pilar Catalán 73 Asesinos de palomas. Homofobia, transfobia y derechos humanos del colectivo LGTB. Jorge Gracia Ibáñez 76 Ciencia: Ciborg/Mujer/Sexo/Género. Francisco José Serón Arbeloa 79 La lucha por la naturalidad. Teresa Abad Carlés 81 Literaturas. La utopía de Niké. Rosendo Tello Aína 88 Creación 88 Juan Marqués 89 Fallo del IV Certamen Literario Ana María Navales para jóvenes creadores 90 Barcos anclados al viento. Sergio Alberto Pérez Torres 92 Nada más. Daniel Fopiani Roman 94 Reseñas 94 Bienvenido, mister Weiss. Juan Marqués 96 Un libro intelectualmente estimulante. Francisco J. Serón Historia íntegra de un hombre bueno. Exposición de Ramón y Katia Acín en el Museo Pablo Serrano de 98 Zaragoza. Mario Sasot 100 El eco de los libres. Marcos Callau (Ateneo Jaqués) 101 Estado de sitio. Víctor Herráiz 102 Conmemoración del Día de las escritoras. Pilar Pastor 103 Bachillerato 103 Olimpiada de Filosofía de Aragón. 104 Reflexión sobre la belleza. Daniel Primo Alonso 106 Dilema sobre la experimetación oncológica con ratones. María Herrero Izquierdo 108 El arte en Crisis. Entrevista a Paco Rallo. Juan Ignacio Bernués Sanz 112 Artista invitada. Virginia Espa Lasaosa. La fotografía en nuestra portada. Pilar Catalán 114 Premio Crisis. Convocatoria del I Premio Crisis de artículos de opinión para estudiantes de Bachillerato Crisis Revista de crítica cultural #10 Diciembre 2016 6 Firma invitada 16 Utopías y utópicos 36 Utopía, sueño de vida Fernando Aínsa Eugenio Mateo Paco Rallo Feminismos gitanos en la Alfredo Castellón, el maño 40 antibaturro 54 IV Jornadas de Crisis 59 construcción discursiva de nuevas Visiones del feminismo identidades híbridas sexuadas Juan Domínguez Lasierra Nieves Ibeas Vuelta 66 Escritoras anarquistas 81 La utopía de Niké 112 Virginia Espa Lasaosa Laura Vicente Rosendo Tello Pilar Catalán Dirección: Fernando Morlanes Remiro Hernández Polo, María Herrero Izquier- Ilustración portada: Virginia Espa / La revista CRISIS y Erial Ediciones Crisis Rcreítviicsata de Subdirector: Eugenio Mateo Otto do, Mariano Ibeas, Nieves Ibeas, Vicente Movimiento Nuria Bolea permiten la reproducción y difusión cultural Consejo de Redacción: Sergio Abraín, Lagüéns, Silvia Alicia Manzanilla, Juan Diseño y Maquetación: Óscar Baiges por cualquier medio de los artículos #10 Diciembre 2016 Fernando Aínsa, Mariano Anós, Luis Marqués, Ana de Miguel, Carmina Impresión: Icomgraph que publica, sin que exista ánimo de Beltrán Almería, Pedro Luis Blasco, Martín, Pilar Pastor, Sergio Alberto Edición: lucro y citando su procedencia. Miguel Brunet, Lucia Calavia Tutor, Juan Pérez, Daniel Primo Alonso, Paco Rallo, Erial Ediciones La reproducción total o parcial de Carretero Cebrián, Pilar Catalán, Juan Rosendo Tello, Sociedad Aragonesa de C/ Escoriaza y Fabro 107, 5º F los cuentos y poemas publicados Domínguez Lasierra, Encarnación Ferré, Filosofía, Laura Vicente. 50010 ZARAGOZA necesitará la autorización previa de Sergio Gómez, Víctor Herráiz, Pablo [email protected] sus autores. Iruzubieta, José Tomas Martin Remón, Fotografía: Antonio Almenara, Virginia [email protected] El Consejo de Redacción de CRISIS no Isabel Rosado Sánchez, Mario Sasot Espa, María Lorén Molist, Eugenio Mateo, www.erialediciones.com se identifica necesariamente con todas Escuer, Francisco J. Serón, Antonio Villas Fernando Morlanes, Mario Sasot, Elena Presidente: Fernando Morlanes las opiniones vertidas en los artículos Hernández. Royo Mar, José Verón Remiro de la revista ni se hace responsable de Ilustraciones: Teresa Abad, Mauro Ala Vicepresidente: Eugenio Mateo Otto las mismas. Colaboradores Crisis nº 10: Teresa Abad, Razor, Geralt Altman, Miguel Ángel Secretario: Victor Herraiz Adrián Alonso Enguita, Juan Ignacio Ber- Arrudi, Oscar Baiges, María Jesús Bruna, Tesorero: Juan Carretero Cebrián nués Sanz, María Jesús Bruna, Marcos Miguel Brunet, Pilar Catalán, Julia Distribución: José Tomás Martín Callau, Alfredo Castellón, Mónica Díaz Dorado, Fernando Estallo, Carmelo Administración: Lucia Calavia Macker, Daniel Fopiani, Jorge García Méndiz, Ángel Orensanz, Paco Rallo, Depósito legal: Z-1505-2012 Ibañez, Fernando Gracia Guía, José Mari Sol Rey ISSN: 2254-7282 3 UTOPÍA Solo una vocal le falta a utopía para hacer pleno. Si inicial la tuviera, cabría pensar en un significado cercano a ‘buen lugar’, con el mismo prefijo griego eu- que presentan las palabras eutanasia ‘buena muerte’ o eucalipto ‘bien cubierto’. Pero no es así. Recurramos una vez más al célebre Diccionario etimológico de Joan Corominas y José Antonio Pascual: Utopía es, en rea- lidad, una innovación de Tomás Moro, quien creó ese término allá por los primeros años del siglo XVI. Lo introdujo en el título mismo de su libro seguramente más conocido: De optimo reipublicae statu deque nova insula Vtopia, esto es, Sobre el estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía. El título abreviado, de acuerdo con la voluntad primera del autor, debería ha- ber sido Nusquama, forma rehecha sobre nusquam ‘en ningún lugar’, sin embargo, esta quedó arrinconada y aquella triunfó. Se sirvió Moro para crear la voz de formantes griegos: el prefijo où ‘no’ y de un derivado de topos ‘lugar’, con sufijo -ía, en referencia a lo que no existe. Utopía es ese territorio imagina- rio, ideal, en donde impera un sistema político, social y legislativo perfecto. De ahí a ‘lo anhe- lado’ va un paso metonímico. La adopción se dio en diversas lenguas con éxito y sin apenas modificaciones. Lo propio de un neologismo culto y moderno. Una palabra tan sonora y tan cargada de simbolismo tenía que ser bien acogida por las gentes de letras. Los corpus diacrónicos incorporan primero menciones del título de la obra de Moro por Andrés de Poza (De la antigua lengua, poblaciones y comarcas de las Españas, 1587) o Juan Márquez (El gobernador cristiano, c. 1612), entre otras posibles. Feijóo juzgaba que Utopía era «escrito verdaderamente ingenioso, agradable y delicado» (Theatro crítico universal, 1730). Los registros de la forma ya lexicalizada se multiplican a lo largo del siglo XIX, hasta el pun- to de que Galdós puede introducirla jocosamente en El doctor Centeno (1883), a modo de tec- nicismo médico mal acentuado (aunque la pronunciación originaria pudo ser con diptongo) y en consonancia con la representación vulgar, con sonidos reducidos, del cultismo autopsia: «no se dice utosia, sino utopia» (donde cabe un posible cruce con ectopia ‘anomalía de la situa- ción de un órgano’, sin tilde, que cuadra bien en su contexto). No extraña, pues, que la Academia diera carta de naturaleza a utopía allá por 1884: ‘plan, proyecto, sistema o doctrina que halaga en teoría, pero cuya práctica es imposible’. Ha llega- do al Diccionario de la Lengua Española (Edición del Tricentenario) con dos significados: 1. ‘plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización’ y 2. ‘represen- tación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano’; junto a otros derivados (el adjetivo utópico ‘perteneciente o relativo a la utopía’ o el sustantivo utopismo ‘tendencia a la utópia’), está en ese repertorio el antónimo distopía, más moderno, como ‘representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana’. El magnífico Diccionario del español actual de Manuel Seco apun- ta propuestas más sencillas, como en tantas ocasiones: es utopía un ‘ideal político o social muy alejado de la realidad’ y un ‘proyecto bueno pero irrealizable’. Habría que repensar con Fernando Ainsa las razones semánticas, y las que no lo son, de la connotación peyorativa de utopía en el lenguaje corriente de nuestros días. Vicente Lagüéns 4 Editorial Tiempo de utopías La utopía no está relacionada con lo imposible, sino con lo óptimo, lo cabal, lo máximo, lo perfecto. Sin utopías reales y auténticas la vida carece de horizonte. La utopía no solo es posible, sino necesaria. Antonio Aramayona; http://lautopiaesposible.blogspot.com.es/ Pequeño homenaje de Crisis Utopía es la palabra que en Erial y Crisis hemos tenido siempre presente cuando hemos pensado en cada uno de nuestros proyectos, incluso el de nuestra propia existencia como asociación. Era obligado recordarla cuando se cumplen los quinientos años de la edición de la Utopía de Tomás Moro y, mucho más, en una sociedad cada vez más alejada de aquellos sueños que proponían una humanidad que supiera convivir con justicia, igualdad y libertad. Ahora eso no se lleva. Buena muestra de ello es el castigo que nos impone esa mayoría social/nacional que prefiere sus intereses propios a los comunes, no importando el daño que puedan causar a terceros ni las injusticias que se puedan cometer con esa elección (Ahí tenemos a Trump, que bien podría ser el protagonista de La evitable ascensión de Arturo Ui, brillante y tristemente actual obra de Bertolt Brecht). En fin, lejos de desanimarnos tan virulentos gol- pes nos inyectan renovadas ganas de seguir empuñando nuestra pluma y de gritar que todavía sabemos soñar, que nuestra utopía es posible. Y así hemos decidido elaborar el número 10 de Crisis con abundantes novedades, aunque continuamos manteniendo la estructura habitual que, entre otras, distingue la presencia de nuestras jornadas que, en esta ocasión hemos dedicado a Visiones del feminismo. Personalidades periféricas con la esperanza utópica de que un día podamos alcanzar la igualdad real en todos los sentidos. La primera novedad está en la portada que rompe con las abstracciones que, hasta el momento, habían distin- guido a la revista. Además, hemos creado una nueva sección: “Literaturas”. Esperamos que esta nueva sección lle- gue a aportar visiones y aptitudes especiales ante la literatura. Y nuestra principal novedad, la creación y convoca- toria del I Premio “Crisis” de artículos de opinión para estudiantes de bachillerato, para ayudarles a desarrollar su sentido crítico a través de la escritura. Queremos que los IES de Aragón, profesorado y alumnado, se impliquen en el mismo y acaben sintiendo nuestra revista como una herramienta educativa más a su servicio. Esperamos crecer lo suficien- te para poder ofreceros las ediciones de Crisis a todo color y sin variar el precio actual. Seguimos pues avanzando en nuestro empeño por conseguir un lugar, nuestra revista, en el que tengan cabida todos los temas, todos los géneros y todas las generaciones. Esa es nuestra utopía. Ayudadnos a cumplirla. Solo pre- cisamos crecer un poco más. Asegurarnos de que los ejemplares de cada número de Crisis no van a pudrirse en un almacén. Precisamos que los Institutos se inscriban en nuestro concurso, que las bibliotecas se suscriban a nuestra revista y que las personas que se preocupan por la cultura y que tantas veces colaboran y aplauden nuestro trabajo se asocien a Erial. Así, nuestra pequeña utopía podría cumplirse, sin duda. Después, ya crearemos otra; porque nuestro tiempo está necesitado de muchas utopías, de muchos sueños que combatan la barbarie reinante. 5 Firma invitada Crisis y resurrección de la utopía Fernando Aínsa Existen noches en que todo es posible (Miguel Ángel Arrudí) 6 Se cumple este año el quinto siglo XX como un siglo desbordante de 1968, el que pudo ser su instante centenario de la publicación de Uto- de ideas y proyectos; movimientos de gloria, tanto en Europa como en pía (1516) de Tomás Moro. Mientras artísticos, vanguardias exuberantes, América. se organizan grandes celebraciones manifiestos radicales; un siglo pro- Sin embargo, debe reconocerse —entre otras, un gran Congreso fundamente ideologizado y de pen- que —pese a todo— este vasto mo- Internacional en Lisboa y otro en la sadores fuera de lo común, talentos vimiento inauguró una transforma- Universidad Eötvös Loránd de Bu- explosivos y polémicas apasionadas; ción cultural profunda cuyas reper- dapest— vale la pena recordar que políticas objeto de adhesiones fer- cusiones serían universales y llegan desde 1989, con el desmoronamiento vorosas, siglo de cóleras colectivas y hasta nuestros días. El 68 no culmi- del bloque soviético, se ha gene- exterminios fríamente programados, nó en una revolución, es cierto, pero ralizado la idea de que el discurso sangrientas guerras civiles como la fue una rebelión esencialmente anti utópico ha perdido toda vigencia. En española de 1936–1939, conflagracio- autoritaria que, si no conquistó el la actualidad todo conduce a pensar nes mundiales como la Gran Guerra poder, provocó profundos cambios que la utopía ha caído en desuso. En del 14–18 y la Segunda guerra mun- en la sociedad. Sus efectos se pue- las conversaciones coloquiales la pa- dial; revoluciones esperanzadoras den rastrear hasta hoy en día en las labra utopía ha pasado a ser sinóni- como la mexicana de 1910; la de costumbres, el lenguaje, la música, mo de prospección de lo imposible, Octubre del 17; la cubana del 59; la la pintura y la literatura; en la prác- sueño o quimera irrealizable, pro- revolución cultural china y el predi- tica libre y desenfadada del sexo; yecto desmesurado que, aun cuando camento del Libro rojo. Años en que en las nuevas preocupaciones de la pueda ser positivo desde un punto la sola palabra Revolución parecía humanidad: formas de democracia de vista teórico, resulta inactual, resolverlo todo; años de crítica ra- directa, ecología, feminismo, reivin- «pasado de moda». dical del sistema capitalista y de la dicación de derechos humanos y de En la acelerada demolición de burguesía a abolir; de denuncia del minorías, movimientos alternativos sueños y esperanzas con que se ha imperialismo y la sociedad de con- alrededor de la idea de que “otro identificado el post-modernismo, la sumo; años en que moral y política mundo es posible”. función utópica que acompañó la confundían sus fines; en que la ju- historia del imaginario individual y ventud era la depositaria del futuro Ante la “era del vacío” colectivo desde que el hombre es ho- y actor privilegiado de un presente En realidad, todo indica que mo sapiens se ha cancelado de golpe vivido en “acción directa” como el ciclo de las revoluciones del si- y arrojado al baúl donde se ofrecen sucedió en las movilizaciones de los glo XIX y XX se ha acabado. De en saldo ideologías empobrecidas, años sesenta en Berkeley, México y poco han valido los movimientos incapaces de dar respuesta a nuevos París. alternativos surgidos alrededor de desafíos. El “soñar despierto”, según las movilizaciones como el 15M en la definición de Ernst Bloch en El España, rápidamente estructuradas Se ha confundido sin principio Esperanza, que caracterizó “ en partidos políticos de procedi- buena parte de la historia del pensa- mayor rigor el fin del “gran mientos y reivindicaciones similares miento del siglo xx, se ha transfor- a los partidos tradicionales a los que relato de la historia” con mado en un inventario de decepcio- “ pretendía sustituir. Con el derrumbe el “fin de las utopías”, tras nes, cuando no de pesadillas y toda de las ideologías “seudo revolucio- intención utópica reenvía a la triste un siglo en que proliferaron narias” —como las llamó Castoria- realidad de utopías realizadas o de ambos por doquier. des— se ha empezado a vivir en la utopías negativas del tipo de Nosotros “era del vacío” de que habla, por su de Eugene Zamiatin, Un mundo feliz parte, Gilles Lipovetsky, donde el de Aldous Huxley o 1984 de George Un siglo donde el discernimien- discurso utópico parece haberse va- Orwell. Lo que ha permitido que se to se sacrificó a las certidumbres; la ciado de toda reflexión prospectiva y confunda sin mayor rigor el fin del hipercrítica y los sistemas totalizan- se han erradicado la mayoría de las “gran relato de la historia” con el “fin tes y de vocación absolutista se im- tensiones en aras de un eclecticismo de las utopías”, tras un siglo en que pusieron a partir de textos canónicos complaciente o se ha reducido a una proliferaron ambos por doquier. de autores como Hebert Marcuse, maniquea confrontación entre pro- Ivan Illich, Jean Paul Sartre, Michel puestas más fundamentalistas que El siglo XX desbordante de Foucault y tantos otros “gurus” del revolucionarias. Desde hace unos utopías pensamiento. Un siglo de extremos años todo invita a abandonar la cau- La verdad es que si miramos y excesos, del que la utopía pareció sa de la utopía, tanta dispersión pro- hacia atrás, desde la perspectiva de haber salido escaldada, por no decir cura la oferta del mundo globalizado la historia de la utopía, vemos al derrotada, después de la eclosión en que estamos inmersos, tantas du- 7 das nos asaetan sobre las que eran, ficadas sobre todo lo que sucedía, Ahora bien, ¿qué entendemos hasta no hace mucho, profundas hay quienes se sienten tentados de en la actualidad por utopía?; ¿a qué convicciones, zarandeadas ahora por refugiarse en un pasado idealizado ha quedado reducida la función utó- la crisis y el escepticismo. o en formas cerradas y autárquicas pica?; ¿qué podemos proponer desde A ello ha contribuido el discur- del pensamiento. Justamente por nuestra perspectiva? so “securitario” y maniqueo implan- estas carencias y este riesgo de invo- En esa dirección van nuestras tado a partir del 11-S del 2001, fecha lución, el pensamiento utópico debe siguientes reflexiones. del atentado a las Torres gemelas, ser reivindicado, “reconstruido”; La que no ha hecho sino desterrar aún reconstrucción de la utopía, así hemos Relectura y reivindicación de la más el pensamiento crítico y alterna- titulado una de nuestras obras con- Ilustración tivo que parecía haber encontrado en sagradas al tema. Por lo pronto, recuperando las consignas antiglobalizadoras una algunos aspectos del pensamiento vía de exploración utópica. Irónica- de la Ilustración para invitar a una mente, podríamos decir que, desde La “sociedad del riesgo relectura contemporánea de la tra- “ entonces, “el principio esperanza” dición crítica y humanista del siglo mundial” nos ha conducido de la poderosa ensoñación de Ernst “ de las Luces. Estudiar y conocer las a lo que puede calificarse Bloch ha sido sustituido por “el ideas, postulados, aspiraciones y principio de precaución y cautela”. el “internacionalismo del sueños de esos años embrionarios La “sociedad del riesgo mun- miedo”. del mundo moderno no pueden dial” nos ha conducido a lo que pue- sino contribuir a comprender mejor de calificarse el “internacionalismo los problemas de la realidad y la cul- del miedo”: miedos globales económi- Con apasionado énfasis, la tura de nuestro tiempo. En esta re- cos, como el que vivimos en la crisis utopía ha propiciado denuncias cuperación, verdadera filiación para financiera de la que no hemos salido de injusticias y desigualdades y una redifinición del pensamiento todavía; precios de materias primas ha inspirado el pensamiento an- utópico, se inscriben las obras re- y alimentos objeto de inversiones ti–imperialista o el de la filosofía cientemente publicadas, Reivindica- especulativas; miedos territoriales, de la liberación con un sentido de ción de la Ilustración. Hacia una polí- conflictos locales y guerras regiona- urgencia ideológica más persuasivo tica de compromiso radical de Stephen les de repercusión mundial; miedos que demostrativo y donde el cono- Bronner, L’Esprit de l’ilustration de ecológicos, cambio climático, agujero cimiento del mundo no se ha sepa- Tvetan Todorov, y la reedición de de la capa de ozono, contaminación rado del proyecto de transformarlo. dos obras fundamentales: Filosofía del aire; miedos individuales, insegu- Ello explica episodios significativos de la Ilustración de Ernst Cassirer y ridad ciudadana, amenaza del te- de la historia, pero también la cróni- Dialéctica de la Ilustración de Theo- rrorismo, del yihadismo, Al Qaeda, ca “silenciada” de la disidencia y del dor Adorno y Max Horkheimer y del estado islámico (EI); miedo a las pensamiento heterodoxo, los sueños muy especialmente Lumières de l’uto- responsabilidades colectivas, abando- y los proyectos sobre “lo posible la- pie de Bronislaw Baczko, donde el no de deberes, indiferencia ante el teral”, todo lo que podríamos llamar filósofo polaco desarrolla la estrecha prójimo, lo que en el Río de la Plata “potencial implícito” y que otros relación de la utopía con el siglo de se llama el “no te metás”, de tan fu- consideran causa de que Europa sea las luces. nestas consecuencias en la historia un “cementerio de ideologías”. “Luces de la utopía, utopía de reciente. El estudio de los diferentes las luces”, propone en un significa- Pese a este panorama, no po- modelos e intenciones utópicas tivo juego de palabras, para recordar demos aceptar que ahora, cuando subyacentes en la historia de las como a partir de los principios de más necesario debería ser imaginar ideas nos permite descubrir con una la Ilustración, se desarrolló la vasta otros futuros posibles y salidas al perspectiva «enciclopédica» todo lo panoplia de propuestas utópicas impasse monotemático imperante en iniciado y no consumado en el pen- que caracterizan el fin del siglo XVI- que estamos sumergidos —el pensa- samiento, la política y la cultura. II y principios del XIX, donde el ser miento único, lo políticamente co- Este rico panorama permite enten- humano pasa a ser demiurgo de su rrecto— el discurso utópico se haya der el vigor que ha tenido la función propio destino, renovación revulsiva excluido de todo debate. utópica en los diferentes modos de del pensamiento que sigue proyec- Ello resulta aún más importante expresión en que se ha traducido: tándose en el presente. cuando, debido a la desorientación desde la filosofía a las artes, de las “Después de la muerte de Dios, provocada por la liquidación de plataformas políticas a las experien- después del hundimiento de las un orden que ofrecía consignas, cias alternativas llevadas a cabo en utopías, ¿sobre qué base intelectual referentes y explicaciones simpli- su territorio. y moral queremos construir nues- 8 Cabeza de alfiler con la imagen de Tomás Moro (Mari Sol Rey) tra vida en común?” —se pregunta vicciones personales y en el “diálogo prescindible para abordar el presen- Tzvetan Todorov al emprender la argumentado” que preconizaba te. El Siglo de las Luces, aunque es búsqueda de un marco conceptual Condorcet. históricamente un siglo “pasado”, que pueda fundar el discurso y los El pensamiento ilustrado —en- debe percibirse como una “actitud” actos del reflexionar contemporá- carnado en el Siglo de las Luces— ante el mundo. Los ensayistas que neo—. Su búsqueda desemboca en tiene un alcance político universal y propician esta revisión recuerdan el espíritu de la Ilustración, cuando una tradición que sigue vigente no que las ideas de la Ilustración han por primera vez en la historia de la sólo por las ideas de libertad y tole- sido fundamentales para erradicar humanidad se propuso y aceptó que rancia que consagró, sino por las ac- dogmas nacionalistas y religiosos y el ser humano pudiera reflexionar ciones que inspira en la actualidad desarrollar una labor política deci- por sí mismo, fuera de todo dogma, para contrarrestar las expresiones de dida a transformar la sociedad en autoridad y creencia apriorística. todo tipo de fanatismo o exaltado más democrática, más cosmopolita En ese regreso, Todorov ensalza la nacionalismo. La Ilustración sigue y más experimental, al mismo tiem- fórmula eficaz del racionalismo de comprometida con causas progresis- po que implantaba el laicismo, la Descartes y el empirismo de Locke tas que intentan desterrar prejuicios ciencia, el cosmopolitismo, el recha- y propugna un retorno a los olvida- y cuestionar creencias populares zo de privilegios de clase, los com- dos ideales del Siglo de las Luces: arraigadas, “restregando a la socie- promisos republicanos, la valoriza- el pensamiento crítico, la razón, la dad a contrapelo”, al decir de Walter ción del ciudadano y la búsqueda de ciencia, la libertad y el principio de Benjamín. reformas sociales como las impulsa- la duda frente a toda verdad procla- Lo importante de esta relectura das por socialistas que reivindicaron mada en forma absoluta, pero, so- reivindicativa de la Ilustración no es esa tradición más allá del marxismo bre todo, al lema de Rousseau: “pen- abordarla con un exclusivo criterio que profesaban, como Karl Kauts- sar y actuar según los principios del historicista limitado al siglo XVIII ky, Rosa Luxemburgo, Jean Jaurès, juicio propio”. Todo ello manejado —“siglo de la crítica”, como lo lla- León Blum y Ernst Bloch. en la “razón común y compartida”, mara Kant— sino como un alegato Una actualidad que permite a sometiendo al libre examen las con- a favor de un modo de pensar im- Adorno afirmar: “el pensamiento 9 crítico no se detiene ante el progre- precia dogmas, prejuicios y privile- dirse a las cosas como son y luchar so y exige tomar partido a favor de gios y está abierta a la comprensión por las cosas tal como debieran “los residuos de libertad” y de “la de las culturas más diversas. ser”1, aunque se lo matice con el humanidad real”, mientras que pa- necesario “desencanto”. La utopía ra Noam Chomsky los valores de la La raíz antropológica de la y el desencanto no se contraponen, Ilustración son “valores de verdad, utopía sino que se sostienen y corrigen libertad, independencia y justicia”. La utopía, tradicionalmente recíprocamente para actualizar sus En resumen —como considera concebida como propuesta política modelos. El desencanto, al corregir Bronner— “siguen con nosotros” o social, ha prescindido en general la utopía, refuerza su elemento fun- estos pensadores que “hablaban en de esa necesaria dimensión cultu- damental: la esperanza y —es bue- nombre de los humildes y despre- ral. Por ello, toda utopía futura tie- no recordar con Kant— que esta ciados”; son los que ahora apoyan ne que tenerla en cuenta y apoyarse no nace de una visión del mundo “la lucha de cualquier movimiento en las expresiones culturales, sin tranquilizadora y optimista, sino de progresista y proponen el tipo de romper toda relación con la reali- la laceración de “la existencia vivida mundo que toda persona decente dad. A todo lo más debe “tensarla” y padecida sin velos, que crea una desea ver. Su tarea no ha pasado de ser expresión de una insatisfacción, irreprimible necesidad de rescate”. moda”. que tenga en cuenta los ritmos de Aquí está la clave: tomar con- los diferentes grupos sociales, sus ciencia de que la redención, prome- costumbres y creencias. No puede tida y perdida, tiene que buscarse “ El pensamiento ignorar las complejas realidades con paciencia y modestia, sabiendo ilustrado —encarnado en el culturales amenazadas por la glo- que no poseemos ninguna receta balización económico-financiera, definitiva, pero también sin escar- Siglo de las Luces— tiene un “ porque, en definitiva, sólo los cam- necer la íntima esencia que la fun- alcance político universal bios culturales podrán dar perma- ción utópica ha desempeñado en la y una tradición que sigue nencia y consistencia a los cambios historia de la humanidad y en la de políticos. América Latina en particular. Con vigente. Lejos del fundamentalismo y esta modesta paciencia —lo que el del voluntarismo de las décadas an- venezolano Naím Piñango llama “el Salvado este riesgo, es impor- teriores, las perspectivas de la uto- trabajo de carpintería”— hay que tante que el nuevo pensamiento pía se proyectan ahora en un espa- superar la impaciencia revoluciona- ilustrado alerta sobre los funda- cio de más lenta elaboración, donde ria que ignora la preparación y los mentalistas religiosos que sitúan la se demanda una mayor “paciencia pasos progresivos que toda acción autoridad por encima de la liber- histórica” que la urgencia vigente requiere, tanto si se presenta co- tad, la revelación por encima de la hasta fines de los años sesenta. En mo la voluntad de un caudillo que ciencia (basta pensar en el debate este sentido, es posible compartir “engendra realidades” políticas de entre creacionistas y evolucionis- con Claudio Magris que la crisis prosperidad con solo enunciarlas, tas) y el “choque de civilizaciones”. actual no deja de ser positiva, ya transformando la improvisación en Abogar por la tolerancia frente al que el final del mito de la Revolu- virtud, como cuando el “volunta- prejuicio, por la innovación frente ción y el Gran Proyecto tendría que rismo institucionalizador” imagina al inmovilismo, por los derechos dar “más fuerza concreta a los idea- que los objetivos de un decreto o de la minoría frente al entusiasmo les de justicia” despojados de las una ley ya han dado sus resultados de la mayoría, y por la autonomía perversiones de su idolatría mítica apenas se lo ha sancionado. moral del individuo frente a las y totalizante. Para lograrlo el ensa- La utopía sigue siendo una afirmaciones reveladas de la auto- yista italiano recomienda paciencia realidad y una necesidad que ya no ridad política o religiosa, siguen y tesón, en un justo equilibrio entre tiene como eje la construcción de siendo prioritarios frente a la mar- “utopía y desencanto”. sistemas, sino la creación de una cha inexorable hacia el “mundo Liberados de los mitos y de la responsabilidad individual unida administrado” y la “resurrección de idolatría de vocación absolutista, a la interacción colectiva. Estamos mitos” que ya denunciaba Adorno. sabiendo que el mundo no puede lejos, pues, de los sistemas totali- De los principios de la Ilustración ser redimido de una vez para siem- zantes, las visiones programáticas —el progreso, la razón científica, el pre y que “cada generación tiene integrales y de ese voluntarismo liberalismo, los derechos humanos, que empujar, como Sísifo, su propia iluminado de la utopía clásica y la solidaridad y la ética— emerge la piedra, para evitar que ésta se le figura de la “comunidad cosmopoli- eche encima aplastándole”, utopía 1 Claudio Magris, Utopía y desencanto, Barcelona, ta de intelectuales críticos” que des- significa —para Magris— “no ren- Anagrama, 2001, p.11. 10
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