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Resurrección de los muertos. Alfabeto del incognoscible PDF

138 Pages·2010·3.766 MB·Spanish
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Gamaliel Churata RESURRECCIÓN DEL0S MUERTOS Edición y estudio introductorio de Riccardo Badini ÜNR ASAMBLEA NACIONAL de RECTORES Resurrección de los muertos/ Alfabeto del incognoscible Edición y estudio introductorio de Riccardo Badini. Para Fédor Peralta a quien no le alcanzó el tiempo Copyright © Deudos de Arturo Peralta para ver este libro Copyright © Riccardo Badini © De esta edición: Asamblea Nacional de Rectores Calle Aldabas N° 337, Urbanización Las Gardenias, Surco, Lima, Perú. Tel: (511) 275 5016 / www.anr.edu.pe. Agradecemos al MIUR (Ministero dell’lstruzione, dell'Universitá e della Ricerca. Italia) por su contribución a esta obra. Coordinación editorial: Juan Damonte Valencia. Diseño de carátula: Alessandro Bellucci, Siena, Italia Diseño basado en dibujos originales de G. Churata. Primera edición, agosto 2010. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin la autorización expresa y por escrito de los editores. ISBN: 978-612-4011-27-6 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú, N°: 2010-09427 Impreso en Editora Diskcopy S.A.C. Jr. San Agustín 497 - Surquillo índice Presentación. Iván Rodríguez Chávez 11 Prólogo. Ricardo González Vigil 13 El obscuro de Puno. Antonio Melis 9 La hermenéutica germinal de Gamaliel Churata. • • 23 Riccardo Badini 39 Agradecimientos . ,, *• 41 Nota ala edición Resurrección de los muertos /Alfabeto del incognoscible. 47 Gamaliel Churata Churata en la cultura literaria universal. José Luis Ayala 843 [9] Presentación Dr. Iván Rodríguez Chávez Presidente de la Asamblea Nacional de Rectores Rector de la Universidad Ricardo Palma I tie­ Gamaliel Churata, nombre literario de Arturo Peralta, ne un valor intelectual más allá de las fronteras regionales del sur andino peruano. Es más conocido en Bolivia que en nuestro país. No obstante sus méritos y el cumplimiento del centenario de su nacimiento sigue ignorado como escritor y perdida su obra en los oscuros y polvorientos anaqueles del olvido. También por el desconocimiento de las cúpulas ofi­ ciales, los círculos académicos; el centralismo intelectual, la exclusión social y cultural. La Universidad Ricardo Palma le ha rendido homenaje con actividades culturales en Lima, Puno y Potosí. Mucho más consistente con la publicación del libro “El ultraorbi- cismo en el pensamiento de Gamaliel Churata” de su devoto lector, el doctor Manuel Pantigoso. Enterado de la significación y dimensión de la obra de Churata y su relación de identidad con el hombre y cultu­ ra andinos, el presente libro: Gamaliel Churata — Resu­ rrección de los muertos, no sólo representa un estudio y divulgación de su obra, sino es la actualización de ésta. Signi­ fica revivir a Churata, convocar el interés, hacer que la socie­ dad peruana ponga sus ojos sobre él y coloquemos su obra en el pedestal de las contribuciones fundamentales y esenciales Prólogo en la construcción de la peruanidad. Felicito a Riccardo Badini por el trabajo riguroso y de de­ voción que ha llevado a cabo para la publicación de este libro Su entrega compromete nuestra gratitud y su publicación por Ricardo González Vigil la Asamblea Nacional de Rectores, es parte del pago de la deuda que el país tiene con uno de sus prohombres provin­ cianos y andinos. Pero esencial e irrepetible. El lector compartirá con nosotros el acierto de esta publi­ cación. 1977, guardaba un recuer­ Emilio Vásquez, a quien conocí en do indeleble de su participación en el grupo Orkopata, la­ mentando lo escasamente reconocido que era Churata, hasta entonces; en el Perú, contrastando con su enorme prestigio en Bolivia, donde decidieron otorgarle el Premio Nacional de Literatura en 1957, el que no aceptó Churata por su condi­ ción de ciudadano peruano. Gracias a ese perpetuo orkopata i que era don Emilio pude descubrir en su colosal dimensión literaria y cultural a Churata, leyendo sus escritos, así como las colecciones de La Tea y Boletín Titikaka, que atesoraba en su casa “y compartía generosamente. En gran medida mo­ tivado por él, me animé a publicar en Dominical (suplemen­ to del diario limeño El Comerció), el 7 de agosto de 1983, mi artículo'“Elogio de Gamaliel Churata” (remitiendo al famoso “Elogio del‘Inca Garcilaso” de José dala Riva-Ágüero7ya*que” t * ungía a Churata entre los grandes “foijadores de peruani­ dad”, kl lado del Inca Garcilaso, Ricardo Palma, César Valle- jo, Ciro Alegría y José María Arguedas), del cual extraigo el siguiente pasaje: “en el Perú casi nadie ha escuchado hablar de El pez de oro (¿cuándo será reeditado? ¿quién publicará los numerosos inéditos de Churata, y recopilará los seis mil artículos que dejó dispersos?)”. ’ [13] Prólogo 15 14 Ricardo González Vigil ap trata de una conferencia monologante; sino de.una exposjj Felizmente, la situación actual es otra: han ido aparecien­ cíórTunry^otra vez convertida en diálogo confrontacional, a do, a ritmo creciente (sobre todo, a partir de los año 90), de­ medias disputa filosófica y a medias-diatriba burlesca, (sien­ cenas de libros, tesis universitarias y artículos especializados do el conferencista el responsable de los ataques corrosivos), sobre Churata y, en general, del grupo Orkopata. Y se han con numerosas ovaciones y pifias del auditorio (semejando el dado pasos significativos en la tarea prioritaria, urgente, de “coro” griego de las comedias, que no el reflexivo de las trage­ reeditar los escritos de Churata y las revistas que dirigió, y dias), y con recursos teatrales diversos (como los de la página ■ dar a conocer los inéditos suyos. Se ha reeditado, así, su obra «. obertm^T^c^üesta, el personaje Sakha-Aklla que pre­ maestra (uno de los mayores monumentos culturales del cede la aparición del conferencista, al que se lo llega a calificar Perú y la América raigalmente indígena) El pez de oro; un aporte del principal difusor de la cultura altiplánica, amén de actor, en páginas ulteriores). Actúa como conferencista un “intelectual iletrado de ras- de máximo poeta de nuestra lengua aymara: José Luis Aya- s niaFcadimente alSpamcosTaT^Se^e^iñoinma Profeso^ la, gestor del II Festival del Libro Puneño, en 1988. Ya exis­ Analfabeto; en varias ocasiones, se metamorfosea en_^ori^ te una edición facsimilar del Boletín Titikaka. De otro lado, PmñaTser~mítico ligado al Pez de Oro (vástago de una arque- Guissela Gonzales Fernández, contando con la colaboración Pumá de Oro). Y es que la sabiduría del Profesor Anal­ de Juan Carlos Ríos Moreno, ha recopilado y estudiado los fabeto resulta “zoótica”: deja que ^ble^i^m j^^m al^ artículos de Churata: El dolor americano. Literatura y pe­ que*no es otra cosa que la “inteligencia de^ ^na^núdeo^ riodismo en Gamaliel Churata (Lima, Editorial del Pedagó­ milenario inmortalizado en la Estructura zoótica toda” (ver gico San Marcos, 2009). las pp. 90 y 93) de su cuerpo; y, al hacerlo, habla, a través de Y, ahora, asistimos a una contribución simplemente sen­ sacional: la publicación del inédito de mayor envergadura, él, el Khori.-Pum¿ ' SülñteHociótor principal, presente a lo largo del ^bro. es Resurrección de los muertos, en una cuidadosa edición a Platón, cuyaJId^s^elÉTnmerte del cuerpo y la inmortalidad cargo de Riccardo Badini, quien conoce como nadie la pro­ del alma en el “Topus Uranus” (Cielo), del ser humano como ducción (édita e inédita) de Churata, conforme lo prueban “animál racional” y de la utopía política de la República, son su sustancioso prólogo y sus luminosas notas a pie de página derrotados (así lo admite Platón) por las1 que^defiendeel Pro- (más de un millar). Un trabajo que, nos ha dejado deslum­ brados, absolutamente capital para adentrarse en el universo ria^inmortalidad deí cuerpo X,de.j5JS£íS55 ^^TTTgalkmidad que ha_sigmfic^ojJc^(^ krazón (al creador de Churata. logosX'y'el len|iaje divorciado yeljesto Churata presenta Resurrección de los muertos como una “conferencS^^ ya planteadas en El aniiíial^s, cu p3.rticul3.r su liTcültüraTetrada, de lo cual sólo logra redimirlo-la poesía, ~pez Je or^ “porqüie ellas requieren de mayor exégesis, es que yeYeloiío"íeTlos Incas como la unidad política “más alta de se justifica esta conferencia”, p. 105) antean-auditorio plane­ tario (“todas las razas conocidas del pl^eta’TpTi^nPeroqo todoá los tiempos” (p. 131)- 16 Ricardo González Vigil Prólogo 17 En pasajes breves surgen otros dos interlocutores- p1 Hpr. diálogos irreverentes, auténticas diatribas que influyeron en la sátira menipea y en los diálogos desaforados de Luciano de Samosata (citado dos veces en Resurrección de los muertos). de amor a una naturaleza vista como obra de Dios: el Pro­ Luciano está en la base de la “carnavalización” efectuada por fesor Analfabeto enarbola, contra él, las tesis de que ni Dios Rabelais (a quien aplaude el Profesor ÁñalfaBetóResaltando su rechazolTTos letrados de la Sorbona), los diálogos cíe Éras- sin la m aH F iriiiT H ST - mó y los libelos de Voltaire. Tra3icíoñ que Churata impregna ¿onTáFcoíísi- de humor indígena, así como del gusto andino por competen­ Profesor Anaífábeto cias en las que gana el que injuria de modo más demoledor. ( ntre otras cosas, la idea de la metempskósis calSW ^íTe En el humor de Churata resucita, actualizando, el Antiguo se siga existiendo, sin muerte que valga). Perú, ya que el estereotipo de que el “el indio es triste” corres­ ^conferencia tiene mucho, en consecuencia, del diá­ ponde a una inhibición causada por el despojo y la margina- logo filosófico cuyo modelo máximo es Platón, quien usa ción que ha sufrido desde la llegada de los conquistadores: como portavoz a su maestro Sócrates (zapatero, al igual que “Cuando la crítica literaria indoamericana salga de su e^ o few ^.alfebeto y, en la vida real, Churata: véasela etapa pintoricista y superficial y penetre en el estudio de las nota Sócrates fue égrafo (ejercía un magisterio oral; ISO). Y lenguas madres de la América, el quechua y el aymara, se de hombre-no-letra), amigo de las paradojas (una está en el vendrá a descubrir que estos pueblos, bajo el señorío de los núcleo de Resurrección de los muertos^os muertos viven) incas, eran pueblos vigorosos que poseían, si no con plenitud y a ironía. Sócrates cita a numerosos poetas y pensadores total, con gran sentido de la alegría, el goce de la vida” (Artí­ pero no encadena su criterio a ellos, atento a su experiencia culo “El dolor americano”, recogido en el libro arriba citado vital mas que a la erudición letrada; otro tanto, caracteriza al de Guissela Gonzales Fernández, p. 137). "“Sor Analfabeto. Este recuerda que, también, Jesús fue agrafo (analfabeto de Belén', p. 27s) y n0 sujet0 , la ¡etI¡¡ muerta de los doctores librescos; y que la mayoría de los ge­ nios han sido ingenios legos" (han aprendido de la vida, más que de los libros): Cervantes (su Sancho Panza “es la creación literaria mas viva del animal-hombre, del hombre-n, ' P. 547, Shakespeare..:Todra¡o a¿unta aTTShSdfcSdón del AnfaguoPeru que desconoció la escritura alfahétic, per0 [junidadpohtica más aJta.dnodSnStoSSS;— Algo mas: eTdiálogo pEtKKS'Sme la ironía de Sócra­ tes, con moderación. En cambio, lps cínicos desarrollaron' L El obscuro de Puno Antonio Melis Universidad de Siena En los últimos años la figura de Gamaliel Churata ha ido cre­ ciendo cada vez más entre los investigadores de la literatura dél mundo andino. Los aportes más significativos al enfoque flfe su personalidad fascinante se deben sobre todo a jóvenes investigadores latinoamericanos y europeos. Esta sintonía es el testimonio más elocuente de la vigencia de una obra singu­ lar y muchas veces hermética. En este panorama cada vez más fervoroso de estudios, so­ 'V bresale la dedicación constante a la obra del escritor puneño del profesor Riccardo Badini, de la Universidad de Cagliari. Desdé su tesis de licenciatura, que analiza en forma pionera algunos aspectos esotéricos dé la obra churatiana, ha seguido investigando la figura del autor en su relación con la expe­ riencia del grüpo Orkopata y de la revista Boletín Titikaka que se caracteriza por esa combinación original de indige­ nismo y vanguardismo que ocupa un lugar especial dentro de lá literatura hispanoamericana del Novecientos. Al mismo tiempo, siguiendo los indicios dejados por el propio Churata, ha perseguido con gran constancia la búsqueda de sus traba­ jos inéditos, hasta dar en el blanco. No ha sido fácil ubicar el manuscrito y cuando,- hace muchos años, empezó la pesqui­ sa,-ni siquiera había la seguridad total de su éxistencia. Por süpuesto, el mismo Churata había señalado Resurrección de [19] i 20 Antonio Melis El obscuro de Puno 21 los muertos entre sus obras inéditas, pero hubiera podido se cruzan con los que proceden de la clasicidad, sobre todo tratarse de un mero proyecto o de un esbozo. El manuscrito griega, sin olvidar el aporte de Asia. El resultado final es encontrado, en cambio, representa un material imprescindi­ una tensión permanente entre elementos culturales hetero­ ble para una valoración más adecuada de su producción mul- géneos, que corresponde en el terreno literario a la tensión tilacetica. entre distintos idiomas. Al lado del neologismo, del empleo Esta Resurrección de los muertos, en efecto, es un au­ de términos indígenas y procedentes de lenguas extranjeras, tentico regalo para los investigadores de la literatura andi­ este proceso se expresa también en la recuperación constante na. Como Badini subraya certeramente en su introducción del sentido etimológico de las palabras. representa un complemento fundamental de El pez de oro. Por un lado tenemos la ampliación de un lenguaje que se Encontramos la misma voluntad de subversión del lenguaje considera insuficiente para la expresión de un nuevo pensa­ eredado de la tradición cultural hegemónica. El punto de miento sobre el hombre y el mundo. Por el otro se trata de vista indígena atraviesa todo el patrimonio de la cultura lla­ rescatar la sabiduría oculta de un idioma que ha ido perdien­ mada occidental. Lo hace estallar desde adentro, poniendo do su sentido a través del uso. en tela de juicio sus pretensiones de universalidad. Todo este repertorio estilístico se pone al servicio de una El Profesor Analfabeto es el nombre, fundado en un oxí­ serie de mensajes, a veces crípticos y a veces explícitos. Uno moron, del protagonista. Ya en esta denominación se sugiere de los más importantes entre estos últimos, posiblemente, una visión irónica de la ciencia oficial. A ella se contrapone sea el rechazo de la antropolatría. A través de este postulado, un saber que nace de las entrañas mismas del pueblo En el se sugiere una nueva visión del mundo, que adquiere un sig­ trasfondo, se advierte la protesta del colonizado frente a la nificado profético con respecto al debate cultural actual. Me violencia de la conquista, que se prolonga en la cultura domi­ refiero, sobre todo, al pensamiento ecológico más avanzado, nante actual. Pero registramos, al mismo tiempo, la acepta­ con su cuestiónamiento de la actitud prometéica hacia la na­ ción de una cultura sincrética, donde el patrimonio europeo turaleza que ha provocado tantos desastres. se adapta a las exigencias de una nueva síntesis. Churata Son tan sólo algunas de las sugerencias que esta obra desarrolla asimismo procedimientos comparativos entre las rescatada nos ofrece y que nos permite afirmar, sin- lugar a culturas americanas originarias y las culturas del Mediterrá­ dudas, que se trata de un auténtico acontecimiento literario. neo europeo. Lo hace en su estilo, totalmente antiacadémico, Churata el obscuro -para aplicarle el apodo de un filósofo de autodidacta inagotablemente voraz. De allí la argumenta­ como Heráclito, muy citado en sus escritos- desde esta Re­ ción del autor, fundada no en la lógica formal, sino en una surrección de los muertos nos lanza emocionantes chispazos sucesión pirotécnica de iluminaciones. de luz. A través de ellas, se asiste a una descomposición crítica del saber recibido. La nueva síntesis, que Churata persigue rechaza todo criterio jerárquico. Los elementos americanos i_ 38 RiccARDff Badini Pantigoso, Manuel, 1999, £1 ultraorbicismo en el pensamiento de Gamaliell Agradecimientos Churata. Lima, Universidad Ricardo Palma. Tamayo Herrera, José, 1982, Historia social e indigenismo en el altiplano Lima, Ediciones Treintaitrés. ’ Usan dizaga, Helena, 2008, “Cosmovisión y conocimiento andinos en El ¡ pez de oro de Gamaliel Churata” en Ibargüen, Maya Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp. 177-206. Vich, Cynthia, 2000, Indigenismo de vanguardia en el 'Perú. Un estudio sobre el 'Boletín Titikaka. Lima, Universidad Católica. Vich, Cynthia, 2008, "Reinventando la nación: el ‘indigenismo vanguar- La búsqueda de los inéditos de Churata, iniciada hace muchos 117 146 Tltlkaka" en Maya Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp. se fue convirtiendo en un gran viaje a través de un años, mundo fascinante que al principio me parecía algo cerrado. Vilchis Cedillo Arturo 2008, “El andar de Churata en Solivia” en Maya Sin embargo fueron muchas las personas con las que me en­ Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp. 237-250. contré y que me dieron las llaves, así no más, sencillamente, Wise, David, 1984 "Vanguardismo a 3800 metros: el caso del Boletín Ti- i y me regalaron su confianza, como reconociéndome, sin po­ tikaka (Puno 1926-1930)” en 'Revista de crítica literaria latino americana, año X, n. 20, Lima, pp. 89-100. der entender bien que base o sentido común los impulsaba, quedándome por ello muy emocionado. Quiero agradecerles Zevallos Aguilar, Ulises Juan, 2002, Indigenismo y nación. 'Retos a la re­ a todos ellos de corazón. A los hijos de Gamaliel Churata, presentación de la subalternidad aymara y quechua en el 'Boletín Fédor y Amaratt quienes me abrieron el baúl de los inédi­ Tihkaka (1926-1930), Lima, Instituto Francés de Estudios An­ dinos / Banco Central de Reserva del Perú. tos pero también su casa, sus sentimientos de hermanos y me aceptaron en su mesa. A José Luis Ayala, quien como un poéma humano evitó que yo me perdiera tantas charlas y ri­ sas» compartidas. A Ornar Aramayo por su entusiasmo endia­ blado. A los jóvenes intelectuales puneños herederos de una vanguardia que nunca termina, José Luis Velásquez y Henri ----------- .. x in T,r t-—--------- - * t^jr¿ ,n¡|( ninTr*“Tií“^~« Flores Esteba. Lima hubiera sido difícil sin la amistad, la hos­ pitalidad y el trabajo serio de los editores Humberto y Juan Damonte. A Antonio Melis, maestro inagotable, quien se en­ cuentra en todo el transcurso de esta historia y que hoy me regala su prefacio. A Marco Martos y Wilfredo Kapsoli por confiar en Churata. A Daniela Paba, compañera tierna e in- [39]

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