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reflexiones sobre la revolución chilena PDF

261 Pages·2006·1.13 MB·Spanish
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RREEFFLLEEXXIIOONNEESS SSOOBBRREE LLAA RREEVVOOLLUUCCIIÓÓNN CCHHIILLEENNAA JJEESSÚÚSS SSÁÁNNCCHHEEZZ RROODDRRÍÍGGUUEEZZ Reflexiones sobre la revolución chilena 1 Reflexiones sobre la revolución chilena IINNDDIICCEE Introducción 4 Los principales actores políticos de la revolución chilena 6 El Partido Comunista de Chile 6 El Partido Socialista 18 El MAPU 30 El Movimiento de Izquierda Revolucionaria 34 La situación de partida en Chile 40 La situación económica 40 La estructura social 45 El sistema político 48 Condiciones que hicieron posible la victoria electoral de Allende 55 El proceso de construcción de la Unidad Popular 55 El Programa de la Unidad Popular 60 Situación previa a la victoria 64 Entre la victoria electoral y la proclamación como Presidente de Allende 68 La vía chilena al socialismo 73 Enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución 84 Propuestas de periodización sobre el gobierno de la Unidad Popular 84 Las transformaciones económicas del gobierno de la Unidad Popular 88 Las variables del entorno exterior 98 La política de la oposición 109 Análisis interno de la Unidad Popular 121 Tres temas importantes en la experiencia de la Unidad Popular 141 El problema de la alianza con la clase media 141 El poder popular 149 La política militar 169 Las vías enfrentadas en la UP y el fracaso de la experiencia chilena 190 Comparación con el eurocomunismo y la revolución bolivariana 217 La vía chilena al socialismo y el eurocomunismo 219 La vía chilena al socialismo y la revolución bolivariana 228 Abreviaturas empleadas 249 Bibliografía 251 2 Reflexiones sobre la revolución chilena 3 Reflexiones sobre la revolución chilena IINNTTRROODDUUCCCCIIOONN “un proceso como el que viviéramos no puede dejarse simplemente de lado con el paso de los años, o recluirlo a un papel secundario de referencia apologética en la oratoria de cualquier demagogo. En nuestra responsabilidad extraer de él todas sus enseñanzas, juzgarlo con la más descarnada actitud crítica y autocrítica y avanzar así en el salto teórico que necesitamos para emprender las nuevas fases de lucha”1 No es nada fácil justificar por qué más de 30 años después del trágico final de la experiencia del gobierno de la Unidad Popular se debe hacer otro análisis de ella, sobretodo cuando abundan los realizados sobre este tema por actores directos del mismo o por estudiosos impulsados de distintas motivaciones. Quizás una justificación sean las palabras de Pedro Vuskovic con las que se abre esta introducción, no dejarlo en el olvido volviendo a reflexionar, por enésima vez, sobre el tema; quizás también sirva de justificante reflexionar en comparación con otras experiencias que se han planteado la problemática de la vía pacífica o democrática o político-institucional, ya que muchas veces se actúa como si nos enfrentásemos a problemas inéditos, como si la historia de muchas experiencias no existiese para arrojar luz a multitud de preguntas que no son nuevas. La experiencia chilena tiene un interés en sí misma, no necesitando que otros acontecimientos reclamen su atención, pero no cabe duda que el actual ciclo por el que atraviesa América Latina ayuda a resaltar su interés. Vuelven a aparecer en escena procesos que mezclan las luchas populares y los accesos al poder por vía electoral de fuerzas que más o menos fielmente representan a los protagonistas de esas luchas. En el último capítulo utilizaremos uno de esos procesos, el venezolano, para intentar una comparación a pesar de las diferencias. Si estas experiencias actuales se inclinasen definitivamente por orientarse al socialismo persistiendo en la vía institucional, entonces las reflexiones sobre la revolución chilena cobrarían mayor interés y actualidad, aún teniendo en cuenta las enormes diferencias que las separan en muchos aspectos, que hacen aparecer estos pocos más de treinta años como una enorme brecha temporal. Entiendo que en el análisis se deben establecer dos objetos diferentes de estudio, aunque evidentemente estén totalmente engarzados. El primero sería las condiciones concretas que posibilitaron que una coalición de izquierdas, con un programa claramente orientado a la transformación socialista pudiese alcanzar el gobierno para iniciar los cambios. La importancia de un estudio de este proceso viene dada por lo infrecuente de esta situación, ya que si bien se puede hablar de otras alianzas electorales en otros momentos y lugares (los frentes populares, la unión de izquierda, etc.), ninguna inauguró un proceso de transformaciones estructurales orientadas al socialismo utilizando la vía político-institucional, que es lo definitorio del caso chileno. El segundo, es el estudio del proceso en sí mismo, su desarrollo, la posición de las distintas fuerzas y actores, la composición social y el entramado político en el que se desenvuelve, las estrategias utilizadas en cada caso y por cada protagonista, las realizaciones, las limitaciones y los obstáculos que tuvieron lugar. 1 Pedro Vuskovic, Una sola lucha, IEPALA; Madrid, 1978, pág. 98 4 Reflexiones sobre la revolución chilena A tanta distancia temporal y geográfica de la experiencia chilena es evidente que el estudio solo puede hacerse a través de fuentes secundarias. Efectivamente, la mayoría de los documentos utilizados han sido escritos por protagonistas directos de los acontecimientos, algunos de ellos hechos a partir de un análisis sofisticado, otros más rudimentarios, pero no por ello menos importantes. También se han consultado estudios de interesados en el tema que no tuvieron protagonismo directo en el drama. Nada nuevo en el método empleado para estudiar fenómenos sociales o políticos con una cierta perspectiva de tiempo. El estudio no tiene por objeto, pues, descubrir algo totalmente novedoso de aquella experiencia, su objetivo es más modesto, utilizar las distintas reflexiones existentes y contrastarlas, utilizando más que un orden cronológico, uno temático, con el pretendido objetivo de iluminar más intensamente algunas de los temas y problemas más importantes como fueron, por ejemplo, el problema militar, el poder popular, o, las vías enfrentadas en el seno de la izquierda. Si acaso alguna parte pueda ser novedosa, es la contenida en el último capítulo, dónde se ensaya un intento comparativo con otras dos experiencias, una coetánea, el eurocomunismo, y, otra más actual, la revolución bolivariana que vive actualmente Venezuela. Solo añadir algo que sí es relativamente nuevo en relación con el acceso a las fuentes, las posibilidades inmensas que abre para este tipo de investigaciones Internet, pues, como podrá comprobarse, se utilizan generosamente estas fuentes que son, en el caso chileno, bastante abundantes. Finalmente es necesario aclarar en el tema de las fuentes, que las utilizadas se ubican de forma abrumadoramente mayoritaria en el campo de la izquierda. En cierto modo el método utilizado se puede considerar comparativo, no tanto porque lo sea entre diversos casos similares, a lo que se dedicará el último capítulo, sino porque lo hace entre distintas interpretaciones del mismo caso. Pero no es la intención hacer una simple recopilación de citas, sino utilizarlas, en un argumento que tiene su propia visión, para contrastar opiniones y análisis con objeto de realizar un acercamiento más complejo. Porque la cuestión es que no hay una interpretación única de lo acontecido y, precisamente, este será uno de los hilos claves que servirá de guía al relato, la contraposición en un caso histórico concreto de las dos maneras fundamentales, más allá de muchos matices, con las que la izquierda ha pretendido históricamente resolver la cuestión de la transición al socialismo, para decirlo con el lenguaje más empleado por los actores chileno, la vía gradualista o la vía rupturista. 5 Reflexiones sobre la revolución chilena LLOOSS PPRRIINNCCIIPPAALLEESS AACCTTOORREESS PPOOLLÍÍTTIICCOOSS DDEE LLAA RREEVVOOLLUUCCIIÓÓNN CCHHIILLEENNAA En el período de gobierno de la UP hubo una constelación de fuerzas políticas y sociales que actuaron en diferentes direcciones y con distinto peso. Entre las sociales podemos identificar a la CUT, los pobladores, las distintas organizaciones patronales, etc.; y, entre las políticas podemos distinguir a la izquierda que formaba parte de la UP, a la izquierda fuera de la UP, y a las fuerzas de derecha que se opusieron al proyecto del gobierno popular y que van desde posiciones moderadas iniciales como la DC a la extrema derecha violenta como Patria y Libertad. Sin embargo, dado el objeto de este estudio, nuestra atención se va a centrar en cuatro actores políticos principales de la izquierda, tres formando parte de la UP y otro exterior a la coalición, por ser los que sustentan los principales proyectos transformadores durante la revolución chilena y los que, con su actuación, modelan la dinámica del proceso, bien a través de la acción gubernamental, o a través de otros actores sociales como sindicatos, pobladores o Cordones Industriales. EELL PPAARRTTIIDDOO CCOOMMUUNNIISSTTAA DDEE CCHHIILLEE El primer actor colectivo que vamos a estudiar es el Partido Comunista de Chile. Podemos adelantar algunas de las características que distinguen a este Partido en relación con otros Partidos Comunistas del mundo. En primer lugar su forma de nacimiento, pues al contrario que la generalidad, su origen no se encuentra en la escisión de un PS preexistente, sino que tiene un origen autónomo y anterior a éste. En segundo lugar es necesario mencionar su larga línea política basada en la conquista del poder no por medios insurrecciónales, sino a través de las instituciones democráticas del Estado burgués, línea que se combina perfectamente con su adhesión inquebrantable a la Unión Soviética de la que no se apartaría en ningún momento. En tercer lugar, es de destacar su política de alianza con el Partido Socialista durante un largo trayecto de su existencia, en concreto desde 1958 hasta mediados de los 80, que a pesar de estar salpicada de desencuentros, sin embargo, es la base del triunfo final presidencial de 1970. Esta política de alianza política tiene su reflejo en la unidad sindical conseguida con la CUT en 1953. El antecedente inmediato del PC CH se encuentra en el POS, fundado en mayo de 1912 por quién es una de las figuras carismáticas del movimiento obrero chileno, Luis Emilio Recabarren. Se trata de la primera expresión política del proletariado chileno y adolece de la inmadurez de las primeras experiencias. Será en 1920, en su tercer Congreso, cuando el POS autoriza a su máximo órgano directivo a iniciar los trámites para su adhesión a la III Internacional y decide pasar a llamarse Partido Comunista a partir del momento de su aceptación por la Komitern. Pero sería en su IV Congreso, en 1922, cuando se declaró la fundación del Partido Comunista, siendo éste su primer Congreso como tal. Fue uno de los primeros creados en América Latina y uno de los más importantes. El PC nace en Chile, pues, como estricta continuación del POS y no a partir de la escisión de un PS preexistente, pues 6 Reflexiones sobre la revolución chilena éste se organizará más tardíamente como expresión política de carácter nacional, y, como veremos, también con unas características muy peculiares. Una primera síntesis de las diversas etapas de la evolución del PC de Chile es la propuesta por Américo Zorrilla, uno de sus dirigentes históricos: La primera etapa abarcaría desde la fecha de su nacimiento en 1922 y terminaría hacia 1932, pasada ya la represión de Ibáñez, y vendría marcada por tres hechos que dificultan el crecimiento del partido: “El primero fue la existencia de fracciones, grupos con influencia anarquista o, después, con mucha fuerza, grupos trotskistas. El segundo es la muerte de Recabarren, hecho trágico y lamentable(...)Finalmente, está la dictadura de Ibáñez, hecho gravísimo, porque se puso a todo el movimiento popular fuera de la ley”2 Sin embargo, y a pesar de estas dificultades, el autor indica que el partido avanzó notablemente y adoptó las normas leninistas de organización. La segunda etapa sería la correspondiente al período de la amenaza del fascismo en el mundo y, en consecuencia, de la impulsión de los Frentes Populares por la IC: “nuestro partido acoge el llamado de la Internacional y empiezan a producirse cambios en su espíritu: se orienta, en primer término, a sacudirse del sectarismo que en algún grado tenía y se propone trabajar por la constitución del frente único antifascista, que en Chile se expresa en la formación del Frente Popular”3 Lo que define a la tercera etapa es la estrategia del PC de Chile por conquistar un gobierno popular que tiene su punto de arranque con la elección presidencial de 1952 apoyando la candidatura unitaria de Salvador Allende: “(...)puede definirse como el período en que el Partido se convierte en el creador de una alianza que poco a poco se va configurando como una fuerza capaz de ganar el Gobierno(...)primero se forma el Frente del Pueblo, después el Frente de Acción Popular, FRAP, para culminar con la Unidad Popular”4 La cuarta etapa cae ya fuera del objeto de este estudio y comienza “con el golpe fascista de Pinochet”. Desde un punto de vista diferente Nicolás Miranda5 va dividir la historia del PC de Chile en cinco grandes períodos: “1) el período de la gestación y fundación; 2) el período de la llamada bolchevización; 3) el período centrista; 4) el período de la estrategia de conciliación de clases puesta en acción; 5) el período de la estrategia de la conciliación de clases ante la prueba decisiva de la revolución.”. Para este autor lo más significativo de la fundación del PC de Chile es que con ella el nuevo partido se adhería a la “estrategia de los revolucionarios en la época imperialista: la lucha por la dictadura del proletariado.”6 Sin embargo, en su nacimiento el PC de Chile adolecía de algunas importantes debilidades7: 2 Equipo periodístico de la revista Araucaria, “Sesenta años del Partido Comunista de Chile. Mesa redonda con su Comisión Política”, Araucaria, Primer trimestre 1982, Nº 17, pág. 28 3 Ibíd., pág. 29 4 Ibíd., pág 29 5 Miranda, Nicolás. “Historia Marxista del Partido comunista de Chile (1922-1973),” Presentación, http://www.clasecontraclase.cl/libro_PC.php (15 Octubre 2005) 6 Ibíd., Primera Parte 7 Reflexiones sobre la revolución chilena “1) La falta de una estructura organizativa de tipo leninista 2) La falta de una teoría marxista elaborada y asimilada sólidamente 3) Las difusas fronteras entre el partido y los sindicatos 4) Una orientación política general de carácter sectario por aplicación de las tesis de la IC de Frente Único Proletario hasta 1933.” Para Miranda8 todo ello hace llevar al PC de Chile una línea incoherente: informado por una estrategia revolucionaria, la de la dictadura del proletariado, sin embargo, sus tácticas y políticas son reformistas, de colaboración con sectores de la burguesía que considera progresistas frente a los sectores reaccionarios. Entre 1924 y 1927 se produce la bolchevización definitiva del PC de Chile que se plasma en los nuevos Estatutos aprobados en su V Congreso de 1927 por los que se adopta la forma de organización y trabajo que la IC impulsa en todas sus secciones adheridas. En marzo de 1927 el partido pasa a la clandestinidad, poco antes de iniciarse la dictadura de Ibáñez que pone al PC de Chile al borde de su desaparición, que durará hasta 1931 en que es derrocado Ibáñez. En el período que va de la caída de Ibáñez a la formación del Frente Popular en 1938, el partido oscila entre las actitudes ultraizquierdistas y la política de colaboración de clases y pasa por una grave crisis interna con la escisión de un sector afín a las tesis del trotskismo en 1933. En julio de 1933 el PC de Chile da un giro a su estrategia en una Conferencia Nacional pasando de la estrategia de la revolución socialista, con la instauración de una dictadura del proletariado basada en los soviets, a una estrategia de la revolución democrática burguesa basada en alianzas de clase que permitan construir frentes amplios: “Esta tesis planteaba que la revolución chilena en lo inmediato no era socialista sino que democrático burguesa, agraria y anti-imperialista. Por lo tanto las tareas más importantes eran las de terminar las modernizaciones capitalistas -a través de la industrialización- y realizar alianzas con todos los sectores dispuestas a cumplir con esta labor (fundamentalmente obreros y campesinos).”9 Para Miranda: “El significado de esta caracterización y de esta nueva definición estratégica, es de fundamental importancia: la burguesía nacional se convirtió en el principal aliado del proletariado, ya que su tarea no es la lucha por la revolución socialista y la dictadura del proletariado basada en soviets sino el desarrollo del capitalismo, y luchar juntos, la burguesía nacional y el proletariado para enfrentar y derrotar a los tres principales enemigos de Chile y su pueblo: el imperialismo estadounidense, el latifundio y la oligarquía nacional”10. Con ello se dio por superada la fase ultrizquierdista y sectaria del partido y se adoptaba otra línea de carácter moderado que duraría sin solución de continuidad hasta los 80 - cuando el PC adopte, en plena dictadura, la política de rebelión popular, que contemplaba la utilización de todas las formas de lucha, incluida la violencia aguda - y que buscaba, además, convertir al PC en un partido de masas. La política del Frente Popular es adoptada por el VII Congreso de la IC en 1935 para hacer frente al ascenso fascista en Europa y sus tres grandes realizaciones van a tener lugar en Francia, España y Chile. El PC de Chile va a seguir la orientación de la IC, una vez que el terreno había sido preparado por la Conferencia 7 Ibíd., Primera Parte 8 Ibíd., Primera Parte 9 Álvarez Vallejos, Rolando. Desde las sombras. una historia de la clandestinidad comunista (1973-1980), pág 49, Tesis para optar al grado de Magister Artium, mención Historia. http://jjcc.cl/biblioteca/libros/UNIVERSIDAD DE SANTIGO DE CHILE.zip (20 Septiembre 2004) 10 Miranda, Nicolás. op. cit.., Tercera Parte 8 Reflexiones sobre la revolución chilena de 1933, y se lanza a una ofensiva política para levantar el Frente Popular apoyándose en cuatro ideas centrales: “1) impedir el desarrollo del fascismo; 2) parar a la derecha; 3) unir a la clase obrera con las clases medias; 4) impulsar la liberación nacional, lo que significaba el desarrollo de la industrialización y modernización del país”.11 Las medidas que componen el programa del Frente Popular son propuestas de carácter progresista que no se plantean de ninguna manera alcanzar el socialismo, incluso la reforma agraria, contenida en un principio, es abandonada para evitar la ruptura de los terratenientes radicales. La fuerza principal del gobierno del Frente Popular es el Partido Radical, acompañado de socialistas y democráticos, pero sin participación comunista que quieren evitar dar la impresión de un gobierno comunista a la primera vez que la izquierda accede en Chile a la Presidencia. Sobre la duración de este período de Frente Popular Luis Vitale estima que comprende desde el gobierno de Aguirre Cerda entre 1938 y 1941 hasta el primer año de gobierno de González Videla (1945) “aunque desde la presidencia de Juan Antonio Ríos, la combinación no se llamó Frente Popular sino Alianza Democrática, y no siempre el PS apoyó a los presidentes radicales”12 Sobre su significado dirá uno de los principales dirigentes del PS que con su victoria “culmina el proceso de ascensión de la clase media al poder, iniciado en 1920. Ahora logra esta clase su misión merced al concurso que le prestan los nuevos y pujantes partidos obreros de filiación marxista”13 El pacto nazi-soviético puede resultar contradictorio al PC de Chile pero no modificará su inquebrantable adhesión a la URSS, que durará hasta su disolución. Como en otros PPCC del mundo la invasión alemana de la Unión Soviética, si bien plantea un peligro para la existencia de la patria del socialismo, también sirve para devolver a los comunistas a su trayectoria anterior, y el PC de Chile propone, siguiendo la misma línea de otros partidos hermanos, el establecimiento de una alianza más amplia que la del Frente Popular con su extensión por la derecha, es la política de Unión Nacional. Esta línea política frentepopulista seguida por el PC de Chile le va a resultar rentable en lo inmediato. Efectivamente, en 1945 se ha convertido en un gran partido, y tras el apoyo a González Videla ese año y la obtención de un 17% de votos en las elecciones parlamentarias de 1947, consigue tener tres ministros en el gobierno. Pero su propia potencia y el comienzo de la guerra fría, que impone un claro realineamiento de las alianzas ahora contra los comunistas, hacen que el PC de Chile sea primero expulsado del gobierno, tras cinco meses de presencia, y luego declarado ilegal con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia en septiembre de 1948, iniciando la segunda etapa de clandestinidad de su existencia, situación que se prolongará hasta 1958 cuando es derogada la ley bajo la presidencia de Ibáñez. La conclusión de Alonso Daire T. es la de que “el Frente Popular había fracasado”14, 11 Ibíd., pág. Cuarta Parte 12 Vitale, Luis. Interpretación marxista de la historia de Chile", t.6, pág. 178, http://mazinger.sisib.uchile.cl/repositorio/lb/filosofia_y_humanidades/vitale/obras/sys/bchi/a/t6.pdf, (30 Septiembre 2003) 13 Almeyda, Clodomiro. Obras escogidas 1947-1992. Compilador Guarani Pereda. I, pág 9, http://www.salvador- allende.cl/Biblioteca/Cam1.pdf, (14 Agosto 2004) 14 Alonso Daire T., “La política del Partido Comunista desde la post-guerra a la Unidad Popular”, en El Partido Comunista en Chile. Estudio multidisciplinario, Augusto Varas (comp.), pág. 145 Sántiago: CESOC, 1988,, http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/documento_detalle.asp?id=MC0016913, (31 Marzo 2005) 9

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“un proceso como el que viviéramos no puede dejarse simplemente de lado con el paso de los años, o recluirlo a un papel secundario de referencia apologética en la oratoria de cualquier demagogo. En nuestra responsabilidad extraer de él todas sus enseñanzas, juzgarlo con la más descarnada
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