REDES DE CONOCIMIENTO construcción, dinámica y gestión Mario Albornoz y Claudio Alfaraz editores REDES DE CONOCIMIENTO: CONSTRUCCIÓN, DINÁMICA Y GESTIÓN Mario Albornoz y Claudio Alfaraz, editores Los editores agradecen la colaboración de Martín Albornoz para la preparación de este volumen. Este libro ha sido editado conjuntamente por la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) y la Oficina Regional de Ciencia para América Latina y el Caribe de la UNESCO. 4 Quedan autorizadas las citas y la reproducción del contenido, con el expreso requerimiento de la mención de la fuente. Para obtener las publicaciones de la RICYT o solicitar información adicional dirigirse a: Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) Sede: REDES - Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior Mansilla 2698, piso 2, (C1425BPD) Buenos Aires, Argentina Tel. / Fax: (54 11) 4963 7878 / 4963 8811 Correo electrónico: [email protected] Sitio web: http://www.ricyt.org Primera edición: Agosto de 2006 ISBN-10: 987-98831-1-X ISBN-13: 978-987-98831-1-2 ÍNDICE Presentación 5 La estrategia de redes de conocimiento adoptada por UNESCO Eduardo M. Banús 9 CAPÍTULO 1: CONCILIANDOLA DIVERSIDAD Redes de conocimiento: principios de coordinación y mecanismos de integración Matilde Luna y José Luis Velasco 13 5 Capacidades cognitivas, tecnologías y mercados: de las firmas aisladas a las redes de conocimiento Gabriel Yoguel, Verónica Robert, Analía Erbes y José Borello 37 La institucionalización de la ciencia y la tecnología, la cooperación internacional y las redes institucionales de conocimiento en América Latina Eduardo Martínez 63 Análisis de redes: una introducción Xavier Polanco 77 CAPÍTULO 2: EXPERIENCIAS El desarrollo de indicadores de ciencia y tecnología en la OCDE: la red NESTI Giorgio Sirilli 111 La RICYT como práctica de trabajo en red Mario Albornoz 129 El programa de las agendas. Reflexiones sobre un ensayo institucional Ignacio Ávalos Gutiérrez 145 CAPÍTULO 3: POLÍTICAY GESTIÓNDE LASREDES La universidad y la producción de conocimiento en el espacio tiempo de las TIC Ester Schiavo 161 Enchufados y enredados Ricardo Ferraro 179 Construcción de redes desde una perspectiva institucional Amílcar Davyt y Alejandra Mujica 187 De las redes sociales a los sistemas de conocimiento: maximizar la eficiencia de la cooperación internacional Gisela Argenti 195 Redes: Superación de diferencias / Potenciación de experiencias Inguelore Scheunemann de Souza 213 Redes de información científica y tecnológica Anna María Prat 217 Redes migratorias de personal calificado y fuga de cerebros Lucas Luchilo 227 6 CAPÍTULO 4: ALGUNOS CASOS EXITOSOS Producción, difusión y uso de investigación colaborativa en red: el caso de la red académica del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Dominique Babini 249 Una red entre argentinos y checos Pablo Jacovkis 259 Corporación Red de Universidades de Área Metropolitana de Bucaramanga, Santander (Colombia) - UNIRED Elcy Patricia Peñaloza Leal 263 Desarrollo de capacidades para la regulación de la bioseguridad en biotecnología agroalimentaria: el caso de la Red Regional de Bioseguridad (RNBio) Juan M. Dellacha y Juan Carlos Carullo 273 REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS 283 INFORMACIÓNSOBRE LOSAUTORES PRESENTACIÓN El conocimiento se ha convertido en el motor principal del cambio de las sociedades y las economías en las últimas décadas. La ciencia y la tecnología son re c o n o c i d a s actualmente, con mayor claridad que en otros momentos históricos, como factores decisivos para la transformación económica y social, no sólo en los países de economía industrial avanzada, en los cuales se pone de manifiesto el surgimiento de una nueva economía y una nueva sociedad del conocimiento, sino también en los países de menor desarrollo relativo, que deben afrontar las consecuencias de tales transformaciones y adquirir la capacidad de aprovechar las oportunidades que la nueva configuración les ofrezca. De la mano de la mayor relevancia del conocimiento como fuerza de producción, los propios modos de creación del saber atraviesan transformaciones. En efecto, la producción de conocimiento tiende a desarrollarse en el marco de nuevas formas de 7 organización, más flexibles y dinámicas. Surgen así nuevas configuraciones, en las que participan ya no sólo científicos y académicos, sino también aquellos que mediante la aplicación de los conocimientos buscan soluciones a problemas específicos. Junto con ello, la internacionalización de la ciencia, potenciada por la aplicación a gran escala de las tecnologías de la información y la comunicación, constituyen el marco general en el que han nacido y se han desarrollado las redes de conocimiento. El trabajo en red es el resultado de la adopción de formas flexibles y participativas de organización, implementadas a la hora de crear y aplicar los conocimientos a la solución de problemas. En efecto, las redes de conocimiento son las configuraciones en las que se conjugan muchas de las características mencionadas: en ellas, actores de diversas procedencias se relacionan a fin de abordar problemas concretos y proponer soluciones, poniendo en juego para ello sus capacidades y buscando, por este medio, complementarlas. Los nuevos entramados acompañan en el plano de la creación e intercambio de conocimiento al viejo modelo “fordista”, basado en grandes infraestructuras y en concentraciones de investigadores que permitieran lograr una cierta masa crítica para el abordaje de problemas relacionados con el saber. En un mundo de sistemas abiertos y flexibles, tal modelo tiende a revelarse como obsoleto, más aún si se tiene en cuenta la necesidad de complementación de conocimientos que reclama la solución de problemas de alta complejidad, muchas veces relacionados directamente con la solución de problemas sociales y económicos concretos. En contextos como el de América Latina, particularmente en lo que hace a la dimensión institucional, la vieja estrategia se vuelve progresivamente inviable y la adopción de nuevos modelos tiende a aparecer como una necesidad acuciante, dado que ningún país tiene la masa crítica suficiente en ciencia y tecnología como para desarrollar estrategias sin tomar en cuenta a los demás. Es entonces cuando el trabajo en red aparece como una estrategia adecuada para agregar capacidades, realizar acciones de cooperación y potenciar, así, la creación y puesta en común de saberes. En este marco, el protagonismo de las redes en los procesos de generación de conocimientos, junto con su multiplicación e internacionalización, invitan a reflexionar acerca de las motivaciones, organización, dinámicas e impactos que vienen aparejados a este modo de establecer relaciones y abordar el trabajo tendiente a la creación de saber científico y tecnológico. La comprensión y profundización de estos aspectos pueden p ro p o rcionar informaciones relevantes para aumentar la eficacia y favorecer la constitución de redes como instrumentos de cooperación internacional y de crecimiento de la ciencia y la tecnología. En los países desarrollados existe un esfuerzo explícito de los estados por ampliar los recursos destinados a la ciencia y la tecnología y brindar incentivos a la conformación de entornos de producción de conocimientos. Las empresas, a su vez, también se empeñan en desarrollar actividades de innovación y, como consecuencia de ello, tienden a ampliar los presupuestos asignados a sus departamentos de investigación y desarrollo. Ambos, estados y empresas, compiten por captar a científicos, tecnólogos y personal altamente calificado, procurando simultáneamente favorecer los contactos con instituciones 8 académicas para crear mecanismos por los que el conocimiento circule y se potencie. América Latina, por su parte, tiene una experiencia interesante en materia de trabajo en redes, más allá del atraso relativo que en muchos casos muestran sus sistemas e instituciones de ciencia y tecnología. Pero, paradójicamente, es este mismo atraso el que ha potenciado la puesta en común de capacidades para el abordaje y la resolución de inquietudes comunes. La propia RICYT es un ejemplo de ello, hasta el punto de que las reflexiones reunidas en este volumen tienen como punto de partida los diez años de trabajo de la red. Tal como la experiencia de la RICYT lo muestra, la colaboración en red en el contexto latinoamericano implica que se abren algunas oportunidades y que éstas conviven con determinadas amenazas y dificultades. Es sobre ellas que queremos reflexionar. Este volumen tiene el propósito de realizar un balance de los procesos de creación de redes de conocimiento, de las dinámicas que éstas adquieren y de las formas de gestión a las que dan lugar. Se trata, asimismo, de pensar sobre una variedad de experiencias que han sido exitosas, tanto en América Latina como en los países desarrollados. Para ello, una parte de los trabajos aquí reunidos aborda los diversos aspectos que hacen de las redes mecanismos de articulación y negociación, en el marco de los cuales una diversidad de actores procuran conciliar intereses a menudo disímiles, en pos de un interés común. Otro conjunto de trabajos se dedica a analizar las políticas y los diferentes contextos de gestión que estimulan el desarrollo del trabajo en red, a fin de promover y reforzar un modelo alternativo de relaciones y producción de conocimiento. Finalmente, se incluyen relatos de experiencias y casos exitosos de trabajo en red, que dan cuenta tanto de las buenas prácticas para el funcionamiento de las redes, como de los contratiempos que pueden surgir a la hora de la efectiva puesta en funcionamiento de estos mecanismos. La sociedad del conocimiento, y las formas de organización de la producción de saberes que trae aparejada, plantea un gran desafío a los países de América Latina, en términos de amenazas y oportunidades. El debate sobre el potencial del trabajo en red puede constituirse en un paso intermedio para construir estructuras abiertas, flexibles e inclusivas de trabajo y gestión en el contexto latinoamericano. Se trata de una estrategia realista para la región, que permite sumar capacidades, desarrollar actividades conjuntas y, sobre todo, generar procesos de difusión y aprendizaje. Este libro apunta precisamente a contribuir a la reflexión sobre estos procesos. Mario Albornoz y Claudio Alfaraz (editores) 9 LA ESTRATEGIADE REDES DE CONOCIMIENTO ADOPTADA POR UNESCO Eduardo M. Banús I Antes de que las actuales generaciones se encontraran sobre la tierra, los hombres y las mujeres ya habían realizado muchos intentos por comunicarse, por conectarse y por transmitirse sus vivencias, sus necesidades y sus conocimientos. Del mismo modo 11 cuando, en el pasado, aquellos hombres y mujeres vivían en pequeñas comunidades, el sonido y el humo contribuían a formar los antecedentes de lo que hoy son las redes de conocimiento. Mucho tiempo ha pasado desde entonces. En la primera mitad del siglo diecinueve pareció que el advenimiento de la era del telégrafo revolucionaría el mundo. De hecho fue así, pero más profunda fue la transformación cuando, más tarde en ese mismo siglo, el teléfono irrumpió en nuestras sociedades. Las relaciones de vinculación y de intercambio de datos transformaron, literalmente, la vida entre las personas en la medida en que, a partir de ese momento, se podría transmitir información casi en tiempo real. Sin embargo, nada se asemejaría a lo que en años recientes aportó la acción de Internet. La humanidad se incorporó velozmente al más poderoso desarrollo de las comunicaciones modernas y realmente se comenzó a vivir en red. Es importante destacar, una vez más, que los cambios acaecidos en los últimos siglos no son comparables con el impacto generado por el aumento del conocimiento global de hoy en día. Actualmente, cada cuatro años se renueva completamente el conocimiento científico. Las redes son una nueva versión del atávico acto colectivo de comunicarse y transmitir vivencias, conocimientos, certezas e ignorancias, que en definitiva fertilizan nuevas experiencias que desbrozarán el camino hacia nuevas formas de interacción; de la tradición oral a la escritura, de la escritura a la reproducción seriada de la imprenta y, de ésta, a las nuevas formas de los multimedios y de las redes infinitas que prosperan en Internet. Una y otra vez el mismo intento de lograr un mundo mejor y más sustentable. II La UNESCO no quedó ajena a este proceso y se abocó, de manera entusiasta, al desarrollo de las redes, teniendo como principios fundamentales e indisociables la universalidad, la diversidad y la dignidad relacionada con los valores de justicia, solidaridad, tolerancia e intercambio y equidad.1 En este sentido, a partir de la década de los cincuenta, en el área de las ciencias básicas y la ingeniería se desarrollaron estrategias de colaboración mediante la convocatoria y la realización de reuniones y seminarios, a los que les siguió la constitución de centros regionales y nacionales. Con estos antecedentes, a finales de los ochenta se formaron las primeras redes temáticas, como forma de organización flexible para favorecer la promoción y el intercambio de conocimientos y la cooperación en sus diversas formas entre los especialistas de los distintos países de nuestra región. Durante todo este tiempo, la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la UNESCO ha apoyado a centros de investigación científica y a programas universitarios de pregrado y grado en ciencias básicas (matemáticas, física, química y biología). Su apoyo también sirvió para el establecimiento y la realización de actividades de redes científicas en América Latina y el Caribe, tales como la Red-Ciencia (Red de I+D y Programas de Postgrado en Ciencias en América Central), Cari-SCIENCE (Red de I+D y Programas de Postgrado en Ciencias en el Caribe), RELAB (Red Latinoamericana de Ciencias Biológicas), RELAQ (Red Latinoamericana de Química), RELAA (Red Latinoamericana de Astronomía), FELASOFI (Federación Latinoamericana de Sociedades 12 de Física), UMALCA (Unión Matemática de América Latina y el Caribe), Red POP (Red de Popularización de la Ciencia), Red-Fac (Red de Facultades de Ciencias), entre otras. Estas redes, aunque en la mayoría de los casos sean temáticas, tienen la posibilidad de convertirse en el puente de encuentro entre el mundo de las ciencias sociales y el mundo de las ciencias exactas, físicas y naturales y la tecnología. La estrategia seguida se orientó a potenciar la agrupación de los especialistas dentro de redes temáticas. Con el paso del tiempo y los grandes desarrollos en el área de las telecomunicaciones, y especialmente con el advenimiento de Internet, estas redes se potenciaron y se convirtieron en herramientas indispensables en el día a día de cada investigador. Los resultados muestran que los avances logrados mediante el trabajo en red son sumamente importantes y ya constituyen una forma de trabajo común, simple en algunos casos, sofisticada en otros. 1Antes del año 2015 los objetivos del Milenio imponen tremendos desafíos: reducir a la mitad el porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza, lograr la universalización de la enseñanza primaria en todos los países, suprimir las disparidades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria y ayudar a los países a elaborar estrategias nacionales orientadas al desarrollo sostenible, a fin de lograr que se revierta la actual tendencia a la pérdida de recursos del medio ambiente.
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