Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte ISSN: 1579-7414 [email protected] Universidade de Santiago de Compostela España Vigo Trasancos, Alfredo LAS "SIETE MARAVILLAS" DEL ANTIGUO REINO DE GALICIA. ORGULLO Y REIVINDICACIÓN DE UNA TIERRA MARGINADA (1550-1754) Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 4, 2005, pp. 55-81 Universidade de Santiago de Compostela Santiago de Compostela, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65323990004 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto LAS “SIETE MARAVILLAS” DEL ANTIGUO REINO DE GALICIA. ORGULLO Y REIVINDICACIÓN DE UNA TIERRA MARGINADA (1550-1754)1 Alfredo Vigo Trasancos Universidade de Santiago de Compostela RESUMEN El menosprecio general que vivió el viejo Reino de Galicia por parte del resto de los españoles, va a motivar que, en los círculos gallegos más encumbrados, se promueva en época Moderna un clima de reafirmación patriótica que va a tratar de valorar y exaltar el país de un modo claramente encomiástico. Por eso fue habitual que algu- nos autores señalaran los “milagros”, “maravillas” y “cosas notables” que poseía el Reino para, de este modo, destacar sus realizaciones más señeras, que así se convirtieron en signos incontrovertibles de orgullo e identidad. Palabras clave: Galicia, Siete Maravillas, Santiago de Compostela, Cultura Renacentista y Barroca, Arquitectura Barroca, Siglos XVI, XVII y XVIII, Reivindicación patriótica. ABSTRACT The continuous Spanish undervaluation of the old Kingdom of Galicia gave rise to the promotion of a patriotic reassertion among some cultivated Galician people during the Renaissance and the Baroque. This contempt was the reason because these erudite people used to write about the “miracles”, “wonders” and “remarkable things” which there were in this Kingdom and which will become symbols of both pride and identity. Keywords: Galicia, Seven Wonders, Saint-James of Compostela, Renaissance and Baroque Culture, Baroque Architecture, 16th, 17thand 18thcenturies, Patriotic reassertion. ¡Ah, señora!… Sin duda queréis mofaros, pues no debéis ignorar que Galicia es tan pobre y tan medianamente bella que no hay lugar de alabarla. Sancho Sarmiento Caballero de la Orden de Santiago, 1679 Con estas palabras tan concluyentes, Don despego hacia su tierra natal, y hasta, por qué Sancho Sarmiento, caballero de la Orden de no decirlo, una especie de complejo de inferio- Santiago y originario a su vez del Reino de Gali- ridad histórico que venía determinado segura- cia, daba precisa respuesta a la pregunta que le mente por el viejo e insistente menosprecio que había formulado la Condesa D´Aulnoy, ilustre la opinión pública española y particularmente la dama francesa entonces de viaje por España, literatura de la época –Cervantes, Tirso, Lope, que quería saber sobre las “cosas notables de Góngora o Calderón incluidos– habían mostra- las muchas que habrá en vuestro país” en refe- do por todo lo que tenía que ver con Galicia y rencia, claro está, al que era patria chica de Don los gallegos, considerados éstos en general cria- Sancho y, en consecuencia, tierra también de dos o lacayos, gente borracha, traidora y menti- sus principales ancestros2. rosa, incapaz de guardar ningún secreto, No cabe duda que son palabras que ponen ladrones incluso pero, sobre todo, habitantes de de manifiesto una visión negativa de Galicia, un un país pobre e inculto, además de lluvioso y QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 56 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… s gris, que ofrecía a los ojos de los forasteros un ban con pasión e intensidad las “cosas nota- o nc aspecto tosco y miserable de carácter muy pri- bles”, “milagros” o, mejor aún, “maravillas” a s mitivo3. que Galicia poseía en su histórico solar, siguien- a Tr Quizá por esta manifiesta hostilidad hacia do en este sentido una tradición exaltadora de o Galicia, que por otra parte venía ya de muy los monumentos más señeros que tenía un g Vi atrás, fue por lo que brotó, finalmente, entre los determinado país o una gran civilización y que do gallegos más encumbrados en la sociedad o en remontaba, en sus orígenes, a la propia Anti- Alfre stiums iecínrctou ldoes ddee fiennflsuae yn cviaal omraácsi ócne rdcaen Goas,li cuian qseune-, ghüabedíaand s. idLoo sl ogsr piergimose rdoes le Hn evlaelnoirsamr oy ,d daer ah ceocnhoo-, como ha estudiado Barreiro Fernández en un cer los logros técnicos y artísticos más destaca- artículo que debo considerar magistral, dio dos que exaltaban y daban forma figurativa a su lugar a una encendida literatura de carácter civilización al proceder a realizar esos listados de apologético que se orientó básicamente en tres grandes obras o monumentos que, habitual- direcciones: en subrayar la antigüedad de la mente, identificamos con las “Siete Maravillas”. población de Galicia, siempre de origen patriar- Llegaron a convertirse, en efecto, en toda una cal, que así se convertía en matriz de otros pue- reafirmación de identidad y seguridad cultural blos, lo que legitimaba su preeminencia sobre el pues los “Siete” monumentos se encontraban resto de las naciones; en destacar el origen instalados en el espacio geográfico del viejo apostólico de la Iglesia Gallega y, por tanto, de Imperio Alejandrino que alcanzaba desde la la Iglesia Compostelana que se erigía por esta oriental Persia hasta el más cercano Egipto, o razón en centro fundamental de la cristiandad desde Anatolia a todas las tierras griegas insta- europea; y, finalmente, en remarcar la antigüe- ladas en Occidente, lo que encerraba todo el dad y honor de nuestra propia aristocracia de la Mediterráneo de Oriente en un entorno de paí- que procedía la mayor parte de la nobleza cas- ses claramente helenísticos7. tellana y portuguesa, por lo que eran deudoras Sin embargo, en los listados más oficiales no las dos de la sangre y el honor gallegos que las todas las “Maravillas” destacadas eran realiza- habían generado4. Es decir que se iniciaba una ciones griegas; también se asumían otros nueva corriente de opinión beligerante y valora- monumentos extranjeros, bien mesopotámicos tiva de todo lo que tenía que ver con Galicia, o egipcios, por la sencilla razón de que, ahora, que bien podría quedar sintetizada en la frase lo importante no era valorar la Grecia Clásica expresada por el búho que representaba a nues- habitual, sino toda la koine cultural que forma- tro país en la junta o Cortes de España que se ba el Imperio de Alejandro que había dado recrea ficticia con la presencia de otras “aves” forma a los nuevos reinos helénicos. Así, las de los demás reinos peninsulares en la famosa Pirámides de Egipto (Fig. 1) convivían con el obra titulada El Buho Gallego, atribuida al Zeus de Olimpia (Fig. 2), las Murallas de Babilo- Conde de Lemos Don Pedro Fernández de Cas- nia con el Templo de Artemisa en Éfeso, y los tro y escrita hacia 1620, al decir que “si Espa- famosos Jardines Colgantes de la gran capital ña, por ser la cabeza de la piel que significa mesopotámica con el Mausoleo de Halicarnaso Europa, es la mejor della, por la misma razón se en Caria o con el famoso Coloso de bronce eri- sigue que Galicia, mi patria, es la mejor de Espa- gido en el puerto insular de Rodas (Fig. 3). No ña por ser cabo y cabeza desta cabeza”5, opi- estaba aún instalado en el olimpo de las “Siete” nión ésta que, obviamente, no parece suscribir el célebre Faro de Alejandría que, por lo que todavía nuestro Sancho Sarmiento acomplejado parece, se incluyó en el listado mucho después como se muestra de su tierra ante la francesa por obra y gracia de San Gregorio de Tours y en Condesa D’Aulnoy en la tardía fecha de 16796. la plenitud de la Alta Edad Media8 (Fig. 4); por Ahora bien, en esta reivindicación del viejo eso, en la famosa relación de “Maravillas” ela- Reino gallego no sólo contaron los escritos apo- borada en Alejandría hacia el siglo III a. d. C. por logéticos de carácter más o menos histórico o Filón de Bizancio, el Faro en cuestión no apare- las obras que tenían una cierta pretensión lite- ce mencionado en beneficio de las Murallas de raria, sino también todas aquéllas que valora- Babilonia que, por un tiempo, aparecieron con QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… 57 s o c n a s a Tr o g Vi o d e Alfr Fig. 1.- Pirámides de Egipto. Fig. 2.- F. Von Erlach. Templo de Zeus en Olimpia. 1725. Fig. 3.- M. Van Heemskerck. Coloso de Rodas. 1572. Fig. 4.- Faro de Alejandría. Mosaico de San Marcos de Venecia. Ca. 1200. QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 58 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… os insistencia en los listados más comunes9. Con Fue, en efecto, el gran anfiteatro romano el nc todo, aunque incluyésemos como maravilla de primer monumento que, en cierto modo, obtu- sa la Antigüedad el Faro alejandrino, no por ello vo el galardón de “Octava Maravilla”, ya que, a a Tr dejaría de reafirmarse el valor excepcional de la partir de aquí, raro será el país o la civilización o Civilización Helénica pues, como señalaron pri- dominante que no pretenda añadir a las hechi- g Vi mero Michael Ashley10 y luego John y Elisabeth ceras “Siete” una “Octava” propia y autóctona o Romer11, todas las maravillas sin excepción, Faro para de este modo reafirmar su predominio cul- d e incluido, están conectadas en algún sentido con tural y técnico13. Pero no sólo eso debemos a los Alfr la legendaria imagen de Alejandro y todas se romanos, pues parece que fueron ellos también alzan asimismo dentro de los confines de su efí- los primeros en considerar “Maravillas” elemen- mero imperio. tos propiamente naturales, lo que sería determi- En comparación con el mundo helenístico nante para el desarrollo futuro de algunos parece que los romanos pusieron menos pasión listados de lo maravilloso, una vez Julio Titianus, e interés por destacar sus propias “Maravillas” que vivió en el siglo III y que fue preceptor de las por más que sea cierto que el insigne poeta lati- hijas del emperador-soldado Maximiano, señaló no-español Marcial, que escribe a finales del como milagros de la naturaleza que le habían siglo I, no dudase en considerar pasmo y mara- causado una gran impresión cuatro volcanes villa de la técnica y la arquitectura romanas el sicilianos14. célebre Coliseo que habían levantado sus pro- Si los romanos no fueron muy cuidadosos a tectores los emperadores Flavios (Fig. 5). Éstas la hora de darles la réplica adecuada a sus veci- eran sus palabras: nos y sometidos griegos, no se puede negar que, a partir de la Edad Media, Roma y lo roma- Que calle ya la extranjera Menfis el prodi- no empezarán a tener un protagonismo desta- gio de sus pirámides; que no se gloríe la cado en el mundo de las “Maravillas”. Gregorio laboriosa Asiria de su Babilonia; que dejen de Tours, por ejemplo, desde su atalaya quinien- de alabarse los afeminados jonios de su tista y altomedieval, menciona en su conocida templo de Diana; que Delos oculte su lista, además del novedoso Faro de Alejandría y altar con sus cuernos entrelazados; que un Teatro de Heraclea que parece que llamó la los carios dejen de exaltar hasta las estre- atención por estar construido todo él en un solo llas, con desmedidas alabanzas, su mau- bloque de piedra –suponemos que se refiere a soleo suspendido en el vacío. Cualquier que estaba tallado en la propia roca–, el Capito- maravilla humana cede ante el anfiteatro lio de Roma (Fig. 6) y el legendario Templo de de César; de entre todas las demás obras, Salomón que conformaba obviamente la contri- sólo de ésta hablará la fama12. bución bíblica y un monumento además cerca- Fig. 5.- Coliseo de Roma. Fig. 6.- Capitolio de Roma. QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… 59 s o c n a s a Tr o g Vi o d e Alfr Fig. 7.- J. B. Villalpando. Templo de Salomón. 1596. no a Dios (Fig. 7); por lo que también proponía para destacar la contribución divina al Mundo otra lista de “Siete” maravillas, esta vez natura- les, entre las que tenían un destacadísimo papel el movimiento diario del mar océano, el sol y la luna, la germinación de las plantas y semillas, el fénix místico, un volcán de Sicilia y la fuente caliente de San Hilarión en Grenoble de la que manaba agua y fuego alternativamente15. Beda el Venerable, desde su escritorio del monasterio de Jarrow en la Inglaterra del siglo VII, nombra como novedades la estatua del caballo de Ale- jandro que estaba suspendida magnéticamente del aire en Esmirna y los Baños de Tyana cuyas aguas se podían calentar con una simple vela16. Es decir que no sólo se mantienen por este tiempo en plena vitalidad los listados de “Mara- villas”, sino que varían y se diversifican más los “rankings” establecidos17, dando paso a la pro- ducción del mundo romano en toda su inmen- sidad geográfica y a fenómenos también naturales que explican que, por ejemplo, ten- gan tanto protagonismo los volcanes sicilianos o las fuentes termales con alguna singularidad que cause especial asombro. A su vez la Edad Moderna no dejó de pro- porcionar nuevas listas que fueron romanizando paulatinamente la relación sin por ello abando- nar las grandes obras helénicas y añadir alguna que otra novedad de carácter más moderno. Así, el italiano Marco Fabio Calvo cita, junto a las ya clásicas antiguas, el Capitolio romano, lo Fig. 8.- Laberinto del rey Porsena. mismo que Cesare Cesariano que vuelve a insis- Hypnerotomachia Poliphili. 1499. QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 60 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… s tir en el Coliseo de Roma, añade a su vez un Fuera de Italia habría que mencionar al holan- o nc Obelisco que había levantado César en la misma dés Martín Van Heemskerck que vuelve a consi- a s ciudad e incorpora como gran novedad el Labe- derar maravilla el Coliseo21; en cambio el francés a Tr rinto del rey Porsena18(Fig. 8). El arquitecto Pirro León Godefroy prefirió considerar la “huitième o Ligorio, gran reconstructor imaginario de la merveille du monde” un monumento de su g Vi Antigua Roma19, quedó fascinado por la cate- país, el suntuoso Faro de Cordouan cercano a o goría monumental y proyectiva del viejo Portus Burdeos (Fig. 10), sin duda por su gran magnifi- d e de Ostia al que consideró a su manera maravilla cencia arquitectónica, su clara relación con el Alfr llena de maravillas por disponer de muelles, de Faro de Alejandría, pero asimismo por una espe- almacenes, de un coloso y hasta de un faro que, cie de exaltación nacional ya que Francia, su en su conjunto, casi parecía compendiar el lega- patria, de este modo se convertía por fin en artí- do de maravillas de la Antigüedad20 (Fig. 9). fice y responsable de una verdadera “maravi- lla”22. Su compatriota Freart de Chantelou transmite, por el contrario, a través de palabras de Bernini que el Coliseo de Roma era, en efec- to, una incontestable maravilla del Mundo Anti- guo23. También habría que citar, obviamente, al jesuita Atanasius Kircher gran recreador figura- tivo de muchos de los “milagros” que había cre- ado el mundo: Babilonia, la Torre de Babel, las Pirámides, los Jardines Colgantes, etc.24, y al austríaco Fischer Von Erlach por incluir muchos “spectacula” en su conocida Entwurff einer his- torischen Architektur25 (Fig. 11); aunque nadie más expresivo de la mentalidad compleja y pole- mista de su tiempo en el tema de las “Maravi- Fig. 9.- G. Braun. Portus de Roma según Pirro Ligorio. 1572. llas” que el español Caramuel, uno de nuestros más destacados pensadores del siglo XVII, pues no sólo fue quien más empeño puso en esta- blecer “rankings” y listas distintas de “Maravi- llas” al reconocer las clásicas antiguas helénicas26, las romanas de la Antigüedad27o las que en su opinión merecían haberse “tenido por Milagros y no lo pudieron conseguir”28, sino que además comparó las maravillas antiguas Fig. 11.- F. Von Erlach. Fig. 10.- Faro de Cordouan. Templo de Artemisa en Éfeso. 1725. QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… 61 s o c n a s a Tr o g Vi o d e Alfr Fig. 12.- San Pedro del Vaticano. con las distintas romanas29, apostó por valorar más lo realizado en los tiempos modernos que en los pasados: “... y qué sabemos si mudarían de parecer los que las celebraron (las Maravillas de la Antigüedad), quando viesen la majestad moderna de Palacios y Templos… porque nues- tros ojos están enseñados a ver Cosas mayores y mejores”30; consideró maravilla moderna el Templo de San Pedro del Vaticano31(Fig. 12) y la “Octava” del mundo el español Escorial32, y aún .Fig. 13.- P. Tacca. Estatua ecuestre de Felipe IV. llegó a elaborar, en una especie de reafirmación patriótica y habsbúrgica, un listado de “algunos Milagros de la Architectura que hazen célebre a España” que resulta a todas luces enormemen- te instructivo33. Cita en primer lugar, seguramente para emular la grandeza antigua del Coloso de Rodas, los colosos de bronce “que se han fun- dido en honra de los Cathólicos Reyes de Espa- ña”34y que se encontraban en Aranjuez, la Casa de Campo y Retiro y que deben corresponderse con las estatuas labradas por Leoni de Carlos V dominando al Furor, por Juan de Bolonia de Feli- pe III a caballo y la también ecuestre que hizo Pietro Tacca del Rey Planeta Felipe IV que hoy preside la Plaza de Oriente de Madrid (Fig. 13). Menciona asimismo, en segundo lugar, una máquina tecnológica de arquitectura naval llena supuestamente de perfecciones como era la nave Victoria que había sido la primera embar- cación en dar la vuelta al mundo bajo el mando sucesivo de Magallanes y Juan Sebastián Elcano y que Caramuel, sin complejos, pone en rela- ción directa primero con la bíblica Arca de Noé y luego también con la mítica Argos que, según Fig. 14.- Acueducto de Segovia. los griegos, había sido la primera nave que en el QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 62 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… os pueda hazer daño ninguno”36. En cuarto lugar nc cita Caramuel la Gruta de Nápoles que era “un a s camino muy ancho y muy alto enlosado de qua- a Tr drados sillares que barrena de un lado a otro o todo un monte”37 y que gozaba de gran fama, g Vi como demuestra el que fuese mencionado por o Bernini y aparezca en el diario de Freart de d e Chantelou señalado como una obra magnífica y Alfr antigua que era también conocida como Gruta de Posillipo38 (Fig. 15). Que esté en Nápoles no es obstáculo para que aparezca en este “ran- king” español teniendo el cuenta que entonces la ciudad como todo el sur de Italia y la isla de Sicilia pertenecían a la Corona de España. El quinto “milagro” español es, curiosamente, una obra parecida a la “Gruta” pero situada esta vez en Galicia como era el caso del Monte- furado “donde con semejante attrevimiento se mete todo un río por de baxo de un monte y se desagua en otro valle”39, obra que, por cierto, pudo conocer Caramuel personalmente en los tiempos de estudio que pasó en Galicia en el Fig. 15.- Gruta de Nápoles o de Posillipo. monasterio orensano y cisterciense de Monte- derramo40. Finalmente, como sexto milagro mundo se había construido35. El puesto número español cita nuestro erudito la “Otava Maravilla tres es ocupado por el Puente de Segovia que, del Mundo i que hace célebre a España y tiene claro está, no es otro que el famoso acueducto por nombre el Escurial”41(Fig. 16). Y no le esca- (Fig. 14) “que recibe un Río que cae por una tima elogios; lo llega a llamar “Cathedra de montaña y pasando por medio de la Ciudad, Prima” de las ciencias y facultades arquitectóni- que es harto grande, le vierte sobre otro colla- cas42, “Machina que en la edad es la otava, más do, y le haze correr por otro valle, donde no en Magestad y riqueza la primera Maravilla del Fig. 16.- Blaeu. Monasterio de El Escorial. QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81 Las “siete maravillas” del antiguo Reino de Galicia. Orgullo y reivindicación… 63 Mundo”43, “libro” de las ideas de la arquitectu- a escribir sobre el Reino el ver que, aunque en os ra recta y oblicua que dibujó el rey Felipe II “con España hay mil cosas de admiración “a vezes en nc a su real mano” y “su divino entendimiento”44; es un olvidado rincón están otras tales de tanta s a decir, que pocas veces se puede establecer un hazaña”52. Señala igualmente que “ay en Gali- Tr mayor paralelismo arquitectónico entre un cia sin que se mienta mantenimientos en tanta o g monumento hispánico y una realización divina, abundancia que muchos se llevan a Flandes y a Vi lo que a todas luces sublima la categoría del Francia sin que en el Reyno una falta se sienta”, o d “milagro” español, lo eleva por encima del dando cuenta, pues, de una abundancia que e resto de “maravillas” del mundo y, por último, era negada o desconocida por los demás espa- Alfr lo pone al mismo nivel que el Templo de Salo- ñoles; en fin, que para hablar de “Galizia la món, la obra absoluta que había sido gestada harta y la plena”, dice, no debe hacerse “por por la sabiduría de Dios45. detras” y con desconocimiento, como se hace No era, por cierto, la primera vez que se con- habitualmente, sino tocándola “como Sancto sideraba “Octava Maravilla” el monasterio-pala- Thomas” para juzgarla “de mala o de buena”53; cio de El Escorial pues esta condición de ahí que no dude en hacer mención de todos extraordinaria surgió casi desde su misma cons- sus tesoros más preciados: de los cuerpos san- trucción y, por consiguiente, en las últimas déca- tos y reliquias que había en el Reino tan desta- das del siglo XVI46; pero todo parece indicar que cadas y abundantes, de todas sus rías y puertos fue reafirmándose a medida que España iba per- de mar del que puede el de Ferrol, entre los de diendo papel en la escena política europea y Europa, “pintalle por sol”54 por “sus grandes requirió por esta razón de argumentos cada vez aferraderos y muy seguras entradas”55, de los más excesivos y desmesurados que reafirmasen ríos principales “y de los pueblos y tierras por do su yo nacional y superioridad artística y cultural pasan”, de las fortalezas, monasterios y “mine- sobre el resto de las naciones47. En consecuen- ros”, de los linajes y solares y casas que hay “de cia, bien pudiera decirse que la condición de que proceden muchas en Castilla”, de las “Maravilla” de El Escorial primero fue motivo de “Armas de Galicia” y, finalmente, de todos los orgullo patrio que expresaba la capacidad técni- “casos notables y de admiración” que hay en el ca y proyectiva de la Monarquía española en su Reino que, en efecto, vienen a configurar una momento de mayor plenitud quinientista y, suerte de listado de monumentos singulares y luego, aunque orgullo también, sobre todo un de auténtica excepción que pueden concep- monumento superlativo que reivindicaba el tuarse, siempre siguiendo sus propias palabras, pasado esplendoroso de España48 que, en cam- de “muy maravillosos”56. bio, había entrado ya, en el nuevo siglo, en una La relación de Molina es, en todo caso, vario- fase de ocaso y postración evidentes. pinta y generosa pues con creces supera el Precisamente, como una decidida reivindica- número mágico de “Siete” que era habitual, tal ción de los valores de un Reino periférico que vez porque, muchas veces y desde tiempos muy era poco conocido, marginal y aún mal visto por remotos, el número en cuestión era más simbó- el grueso de los españoles, es por lo que, el lico que real, del mismo modo que muy cam- Licenciado Bartolomé Sagrario de Molina, mala- biantes también las propias obras consideradas gueño de nacimiento pero mindoniense de como “Maravillas” por los distintos autores que adopción49, escribió hacia 1550 su famosa Des- de ellas habían tratado. No obstante, cita Moli- cripción del reyno de Galizia y de las cosas nota- na todo aquello que daba a Galicia una cierta bles del, con la pretensión de dar a conocer singularidad cultural. Por ejemplo, fuentes de todas sus grandezas materiales y de mejorar así agua famosas por sus propiedades curativas o su deteriorada imagen50. Dice, de hecho, en la espectacularidad –aquí parece evocarse el apre- introducción que “hablar de Galizia y a quien la cio sentido por San Gregorio de Tours por la sublima allá en otras partes por burla se fuente de San Hilarión de Grenoble que consi- toma”51, en clara alusión, sin duda, al menos- deraba una de las siete maravillas naturales debi- precio en que se la tenía y al descrédito en que das a la propia mano de Dios–, como las Burgas había caído. Dice asimismo que le había movido de Ourense, que manaban agua a altas tempe- QUINTANANº4 2005. ISSN 1579-7414. pp. 55-81
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