Revista Espiga ISSN: 1409-4002 [email protected] Universidad Estatal a Distancia Costa Rica Mora Mesén, Víctor Ml. La problemática historiográfica sobre Jesús y su alcance teológico Revista Espiga, núm. 23, enero-junio, 2012, pp. 107-125 Universidad Estatal a Distancia San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=467846242005 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto A R U T A R E T I L Y La problemática historiográfica sobre Jesús D A y su alcance teológico D E I C Víctor Ml. Mora Mesén* O S Recibido: Julio 2011 • Aceptado: Setiembre 2011 RESUMEN Este ensayo busca analizar la problemática surgida sobre Jesús histórico. ¿El Jesús de la his- toria es el mismo Jesús de los evangelios? El tema es polémico y las reconstrucciones serias no lo han agotado. Según el autor, la investigación histórica erudita sobre Jesús es distinta a la visión mediática. Ella tiene que ver con cuestiones literarias, arqueológicas, sociológicas y culturales. De ahí que este trabajo se centre en cuatro subtemas medulares: a. El problema de las fuentes, b. Los criterios para determinar la autenticidad de los datos, c. El problema de la hermenéutica, y d. La utilidad de la investigación para el quehacer cristológico. Palabras clave: Jesús histórico, problemática historiográfica, los evangelios, el problema hermenéutico, método histórico-crítico, quehacer cristológico. ABSTRACT This essay looks for analyzing the problematic arisen about historic Jesus. Is the Jesus from history the same than the Jesus from the Gospels? The issue is polemic and the real rebuilding has not used up. According to the author of the scholar-historic investigation about Jesus it is different to the media vision. She has to do with literature, archeological, sociological, and cultural issues. Therefore, this work is centered on four main subtopics: a. The problem of the sources, b. The criteria to determine the authenticity of the facts, c. The problem of the hermeneutics, and d. The utility of the research for the human endeavor. Key words: Jesús histórico, problemática historiográfica, los evangelios, el problema hermenéutico, método histórico-crítico, quehacer cristológico. * Licenciado en Exégesis Bíblica por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, realizó estudios de Filo- sofía y Teología en el Instituto Teológico de América Central (ITAC). Ha sido Custodio Provincial de los Frailes Menores Conventuales en Costa Rica, Director Ejecutivo del ITAC y Presidente de la Conferencia de Religiosos de Costa Rica. Actualmente es profesor de Sagrada Escritura en el ITAC y Director General del Saint Francis College. [email protected] Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 107 Introducción para usar una figura dogmática funcional a los intereses imperiales Se habla mucho del Jesús his- en su lugar. tórico, sea en obras eruditas, en No hay duda de que estas opi- programas televisivos de amplia niones no dejan de ser una tergiver- divulgación o en obras totalmente sación de la realidad histórica del fantasiosas y carentes de toda se- contenido de los textos en cuestión riedad. Lo cierto es que para el ojo y de los procesos de canonización, crítico ninguna de las reconstruc- pero la narración de una conspi- ciones serias ha dado por agotado ración siempre atrae la atención el tema1. La polémica ha surgido, del gran público. La realidad de por otro lado, como un fenómeno la investigación histórica erudi- mediático que ha puesto en en- ta sobre Jesús es muy distinta, ya tredicho el andamiaje dogmático que su problemática tiene que ver tradicional. Con seriedad concep- con cuestiones literarias, arqueo- tual y metodológica o sin ella, el lógicas, sociológicas y culturales. Jesús de la historia se enarbola en Se trata de entender a un perso- nuestro tiempo como una bandera naje real de un contexto distante ideológica o como un producto con al nuestro, pero que todavía sigue un amplio mercado entre los estra- siendo profundamente significati- tos medios de la población. No es vo para nuestro tiempo. Occidente extraño oír comentarios acerca de ha sido marcado por el cristianis- cómo se ha tergiversado la figura mo, por lo que la figura de Jesús de de Jesús por la acción de una jerar- Nazaret está a la base de muchos quía eclesiástica ávida de poder en la de nuestros valores y concepciones época de Constantino, el emperador religiosas y políticas. Pero acercarse romano que utilizó el cristianismo a su realidad histórica nos abre las como un soporte a su autoridad. La puertas de otro mundo: el judaísmo definición de los textos canónicos helenista del siglo primero de nues- del NT tendría como telón de fondo tra era. Para sus contemporáneos, –para esta visión mediática– la inten- Jesús también significó un desafío ción de traicionar al predicador de y una pregunta: unos lo siguieron Galilea, al cual se quiso silenciar apasionadamente, otros decidie- ron acabar con su vida. Investigar porqué ocurrió esto, es el núcleo básico del estudio histórico-crítico 1. Salvo algunas excepciones como Bermejo, F. (2005). Historiografía, exégesis e ideología. de su persona. La ficción contemporánea de las “Tres bús- En el presente ensayo intenta- quedas” del Jesús Histórico. (F. d. Catalun- ya, & F. d., Eds.) RcaT, XXX (2), 349-406. remos dar cuenta sintéticamente 108 Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 A R U de los principales problemas, al- relatos evangélicos no coinciden en T A cances y limitaciones que tiene la esta información, sino que la ma- R E investigación histórica sobre Jesús. nipulan, de acuerdo con sus inte- T Para ello dividiremos la temática reses teológicos y planes literarios. LI en cuatro temas medulares: el pro- Dado el carácter artificial de estos Y D blema de las fuentes que contienen datos, el único material que puede A información histórica fidedigna, ser usado para una reconstrucción D E los criterios para determinar la au- histórica es el tradicional. Sin em- I C tenticidad de los datos, el problema bargo, estos no son datos históricos O hermenéutico implicado en la re- puros, sino que han sido compues- S construcción histórica y la utilidad tos a partir de las necesidades de las de esta investigación para el queha- comunidades cristianas. cer cristológico. En el material tradicional no solo encontramos recuerdos de la 1. El problema de las fuentes vida y enseñanza de Jesús, sino tam- para el conocimiento bién aplicaciones de esos recuerdos histórico de Jesús a la situación de la comunidad cris- tiana, es decir, se han adherido a Cualquier investigación his- estos recuerdos datos que son a su tórica debe definir cuáles son las vez redaccionales. Además, encon- fuentes de información para reca- tramos que en la transmisión de la bar datos. Hoy existe un consen- tradición sobre Jesús se han inclui- so unánime en considerar que los do creaciones de los predicadores evangelios canónicos son la fuente cristianos, que pretendían seguir principal de información histórica con la misión de Jesús. Los cristia- para acceder a Jesús. Pero al mismo nos creían que el Señor resucitado tiempo, estos escritos son el mayor seguía hablándoles por medio de problema al cual se enfrenta la crí- la inspiración dada por su Espíri- tica historiográfica. Desde Wrede tu, por ello los profetas cristianos (1901) se ha establecido que pode- no tenían reparo en identificar las mos encontrar dos tipos de mate- palabras que ellos pensaban ins- rial en los evangelios: el redaccional piradas como palabras de Jesús, y el tradicional. así como identificar las palabras El material redaccional muy de Jesús como palabras del Señor posiblemente es creación del evan- Resucitado. En este último senti- gelista y comprende prácticamente do, las palabras de Jesús adquirie- todo el marco cronológico y geo- ron un cariz totalmente diferente, gráfico que encontramos en las na- que las hizo desvincularse de su rraciones. Esto quiere decir que los contexto histórico para asumir un Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 109 significado más amplio, muchas ve- que el contexto de los evangelistas ces de sentido universal o general. fuera muy distinto. Por ello, una En el material tradicional, por gran parte de los materiales de esta tanto, encontramos: 1) recuerdos época puede ser reconocida a par- objetivos de Jesús (datos anterio- tir del contexto que supone. Uno de res al año 30 d.C), 2) aplicaciones esos indicios serían las particulari- de esos recuerdos en un contexto dades típicamente helenistas. Sin distinto, así como creaciones de la embargo, no necesariamente todo primitiva comunidad cristiana que material con estas características se ponen en boca de Jesús (mate- proviene de la diáspora judeocris- riales procedentes de entre los años tiana, ya que la expansión del he- 30 d.C. – 70 d.C.), y 3) materiales lenismo se había dado ya en toda de la época de los evangelistas que la cuenca del Mediterráneo. Mate- reorganizan todo el material tradi- rial con matices o formas helenistas cional encuadrándolo en un marco puede ser un auténtico recuerdo de cronológico y geográfico artificial Jesús o una creación suya (Porter, (compuestos entre el año 70 d.C. 2000, pp. 126-164). hasta el final de la época de redac- Los profetas cristianos imita- ción de los textos evangélicos, cerca ron el estilo de predicación de Jesús, del 130 d.C.). El problema central así que atenernos a la forma de los de la crítica literaria surge al dife- dichos para determinar su autenti- renciar cada tipo de material para cidad es un criterio poco fiable. De definir qué es útil para una recons- la misma manera, tampoco pode- trucción histórica. La tarea no es mos afirmar que la antigüedad de simple, porque al menos el segundo un texto evangélico reflejaría una tipo de material fácilmente puede ser mayor cercanía con la enseñanza confundido con el primero y vicever- de Jesús o con el recuerdo objetivo sa, ya que poseen la misma forma de un acontecimiento. Esto por- o estilo. Por otra parte, el contexto que el proceso de redacción de los socio-político y religioso era prác- evangelios tuvo lugar desde finales ticamente el mismo para aquellos de la primera generación cristia- cristianos que vivían en Palestina na hasta al menos el año 130 d.C. después de la muerte de Jesús, por lo La reinterpretación de los dichos que poco del material cristiano daría y hechos de Jesús se evidencian en signos claros de una creación poste- todas las obras. rior. La destrucción del templo de Aneja a estas cuestiones, nos Jerusalén y la misión entre los pa- encontramos con la pregunta ganos de las ciudades helenísticas acerca de las dependencias litera- por parte de los cristianos, hicieron rias entre los evangelios. Si bien 110 Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 A R U la teoría de las dos fuentes2 es acep- En relación con la fuente Q., T A tada por la mayoría de los exégetas, que propone la teoría de las dos R E su formulación específica varía de fuentes, se ha asumido que su in- T autor en autor3. Por ejemplo, se formación es independiente del LI discute si Mt. y Lc. conocieron la material marcano. Pero se trata de Y misma versión de Mc. o de la fuen- una propuesta de una fuente total- D A te Q. La misma polémica se da en mente hipotética, nacida para ex- D relación con la transmisión oral de E plicar las semejanzas y diferencias I C la tradición evangélica, es decir, si de los evangelios sinópticos. Sin O el material que utilizaron les llegó S embargo, al asumirla como facti- como un escrito o por medio de ble, la tarea de su reconstrucción la comunicación oral que en ese es una cuestión crucial para la de- tiempo estaba viva. La solución a terminación del material históri- estas cuestiones no es indiferente co, porque las versiones mateana a la reconstrucción histórica, por- y lucana de Q son diversas tanto que nos hablaría de la antigüedad en palabras, formas verbales o en de aquello que se ha transmitido y la extensión de los dichos y/o re- del grado de modificación/creación cuerdos de Jesús. Esto, a su vez, ha de la actividad interpretativa de llevado a preguntarse si Mt. y Lc. la comunidad cristiana. conocieron dos versiones diferentes (Q y Q ), o si bien existían dos Mt Lc traducciones distintas de un mis- mo original arameo. En el primer 2. Esta teoría mantiene que Mc. es el evangelio caso, se podría pensar en varias re- más antiguo, que sirvió como fuente tanto a Mt. como a Lc. El material discursivo que dacciones o reinterpretaciones de es común a Mt. y a Lc., pero que no se en- Q. a lo largo del tiempo, por lo que cuentra en Mc., correspondería a una fuente el contexto vital de su redacción hipotética llamada Q. Así Mc. y Q. son las fuentes principales para la composición de sería distinto, dando lugar a varia- los otros sinópticos, pero ellas son indepen- das aplicaciones de la enseñaza de dientes entre sí. Los materiales propios a Mt. y Lc. son atribuidos a fuentes especiales, Jesús. En el segundo caso, queda M. y L. respectivamente. pendiente la búsqueda de un tex- 3. Para más información general Cf. Vargas- to original que pueda dar cuenta Machuca, A. (1993). La llamada fuente Q. de los evangelios sinópticos. Teoría de las de las distintas traducciones, tarea Dos Fuentes. Modernas Precisiones. Ori- que es altamente hipotética y que gen, Composición y redacción de la Fuente no omite la posibilidad que en el Q. Su función en el Cristianismo Primitivo. En A. Piñero, Fuentes del Cristianismo. Tra- proceso de traducción se hayan he- diciones primitivas sobre Jesús (pp. 63-94). cho también agregados y cambios Córdoba, Madrid: Alemendro, Universidad Complutense. al material recibido. Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 111 A este respecto, la aparición del al carácter fragmentario de este Evangelio Copto de Santo Tomás material, que no permite la recons- ha levantado la polémica sobre una trucción de una obra con sentido tercera versión de Q., que estaría completo. En caso de que hayan reflejada en este texto (Q ). La sido obras más extensas, se podría EvTom relación de esta versión y la fuen- pensar que tal vez hayan contenido te Q. a la base de Mt. y Lc. es una material que ahora nosotros iden- cuestión abierta. Mientras algunos tificamos como proveniente de Q. piensan que se trata de una versión Esto explicaría las diferencias en independiente4, la presencia de ma- las versiones de esta fuente en los teriales propios de Mt. y Lc. (M. y sinópticos. Con todo, esto es alta- L. respectivamente) en el EvTom mente hipotético. ha hecho pensar que depende este Suponiendo la posibilidad de de los sinópticos, de lo que se des- reconstruir Q. desde la base de los prendería que no estamos delante testimonios que tenemos de ella, de una transmisión independiente queda el problema de si es posible de Q5. Sin embargo, existe la po- determinar estratos redaccionales sibilidad que el autor del EvTom en la fuente. Q. no se escapa de la conociese por su parte M. y L., si situación que hemos reseñado más es que se trata de fuentes escritas u arriba acerca de los materiales tra- orales independientes. La natura- dicionales. Si bien es posible pensar leza del material propio de Mt. y que Q. fue redactada antes del año Lc. es muy discutida, porque el estilo 70, para Kloppenborg (1999) el propio de cada evangelista se puede material escatológico que contiene notar en ese material, por lo que po- ha sido producido por la activi- dríamos considerarlos como creacio- dad de los profetas cristianos poco nes redaccionales de los evangelistas. antes o después de la destrucción Estudios sobre la relación de M.y L. de Jerusalén y, posteriormente, con la versión de los mismos dichos mezclado con los materiales más en el EvTom pueden resultar úti- antiguos. Con todo, habría que de- les, pero no concluyentes, debido terminar cuál es la procedencia de esos materiales antiguos y su tenor. Este problema tiene mucho que ver con las perspectivas hermenéuticas 4. Por ejemplo, Koester, H. (2007). From Jesus to The Gospels. Interpreting the New Testa- de los historiadores6. ment in Its Context. Minneapolis: Fortress Press, pp. 72-83. 5. Así lo mantiene Meier, J. P. (1991). A Mar- 6. Una basta colección de artículos al respecto ginal Jew. Rethinking The Historical Jesus. se encuentra en Lindemann, A. (2001). The (Vol. I). New York, London, Toronto, Syd- Sayings Source Q and the Historical Jesus. ney, Auckland: Doubleday, pp. 123-139. Leuven: Leuven University Press. 112 Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 A R U Por ejemplo, ¿hasta qué pun- tal manera el proceso histórico que T A to es posible adjudicar a Jesús un resulta inverosímil como secuencia R E pensamiento apocalíptico o al me- real de acontecimientos que termi- T nos escatológico? En el caso de la nara en la muerte de Jesús en cruz. LI fuente Q., ¿no es posible pensar que Empero, no hay duda que el tex- Y D un material que parece directamen- to de Jn es el más teologizado de A te vinculado con una explicación todos los evangelios. Su fecha de D E escatológica de la destrucción de composición, muy posterior a la I C Jerusalén sea en realidad una re- de los sinópticos, explica los con- O interpretación de una enseñanza ceptos elevados de su cristología y S auténtica de Jesús? Otra cosa im- la aparición de nuevos temas, au- portante es el grado de actividad sentes en los otros evangelios. Sin literaria que se piensa tuvo la co- embargo, esto no es suficiente para munidad cristiana y la función que descartarlo como fuente histórica. tenía dentro de su vida. ¿Se dio esta El problema estriba en determinar para controlar el contenido de la qué materiales son antiguos y dig- predicación por parte de los profe- nos de consideración. El principal tas cristianos, tal y como lo propo- obstáculo en esta empresa es la fal- ne Theissen (2002, pp. 44-52)? Aquí ta de material paralelo en otros tex- entra en juego la relación que existe tos que permita una depuración de entre escrito y transmisión oral. una posible fuente antigua. En este Un tratamiento aparte debe particular, la investigación de los darse al evangelio de Juan como estratos de la composición joáni- fuente de conocimiento histórico. ca continua siendo muy hipotética Si bien se puede mantener que su aunque necesaria desde una pers- autor conocía otros textos evangé- pectiva historiográfica. licos, las diferencias entre Jn. y los La nueva tendencia de estu- sinópticos son notorias. Con todo, dios sobre el Jesús histórico, co- sus datos no pueden ser considera- nocida como la Third Quest, ha dos inauténticos, aún cuando difie- propuesto la utilización de textos ran totalmente de la información extrabíblicos como fuente de in- que nos dan los otros textos. De formación para el Jesús histórico. hecho, la trama narrativa de Jn. da Ya hemos hablado brevemente muchas luces para comprender por- sobre la problemática del EvTom. qué Jesús entró en un conflicto tan El resto del material evangélico directo con las autoridades judías. apócrifo tiene en realidad poca La trama narrativa de los Sinópticos relevancia para la investigación resulta demasiado ficcionalizada, acerca de Jesús. En primer lugar en el sentido de que simplifica de porque los relatos apócrifos acerca Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 113 de la infancia están revestidos de Jeremias y proseguido por otros7. un gran ropaje legendario, que cla- Pero al máximo podemos com- ramente proyectan la fe cristiana parar el material evangélico con posterior sobre el primer período esos otros textos y comprobar su de la vida de Jesús, del cual casi coherencia con las enseñazas de Je- no tenemos datos en el N.T. Y, en sús. Si bien algunos dichos pueden segundo lugar, porque muchos de ser mantenidos como auténticos, los otros evangelios son claramen- ofrecen muy poco material nue- te de tendencia gnóstica y están vo para considerar y que pudiese poco interesados en reseñar acon- afectar de manera significativa las tecimientos reales. Los autores de consideraciones historiográficas. estos últimos textos usaron la figu- En efecto, estos dichos solo con- ra de Jesús y sus discípulos como firman lo que podemos averiguar medio de divulgación de sus pro- a través de la consideración de los pias ideas religiosas, por lo que no textos evangélicos. estaban interesados en dar cuenta No hay duda alguna de que la de recuerdos objetivos del pasado. tarea de reconstruir al Jesús Histó- Sin embargo, en los últimos rico pasa por la utilización de los tiempos J. D. Crossan (1992, pp. textos evangélicos canónicos, que 462-466) ha suscitado la cuestión prácticamente son nuestra fuente de si en el Evangelio de Pedro en- más confiable. El Jesús de la his- contramos una versión indepen- toria es un producto del análisis diente de un antiguo relato de la de textos que utiliza herramientas pasión de Jesús. Las opiniones historiográficas para evaluar el son encontradas, pero hoy nos es material a disposición y emitir un imposible reconstruir ese posible juicio sobre su autenticidad. Esta texto antiguo, ya que el material es la realidad de su base metodoló- está muy entrelazado con motivos gica, que define también su limita- alegóricos o legendarios. Por ello, ción y alcance. Un figura histórica resulta poco útil para la tarea his- de Jesús no puede ir más allá de toriográfica. Además el relato de la esta frontera: la producción litera- Pasión tiene un marcado carácter ria sobre Jesús jamás agotó ni su teológico que pretende ofrecer una interpretación religiosa del hecho histórico de la crucifixión de Jesús. Encontrar otros dichos de Je- 7. Recientemente Morrice, W. (2002). Dichos desconocidos de Jesús. Palabras atribuidas a sús en el material extrabíblico ha Jesús fuera de los cuatro Evangelios. Santan- sido un proyecto iniciado por J. der: Sal Terrae. 114 Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 A R U recuerdo ni el impacto que causó diseminados, sin un orden clara- T A en quienes lo siguieron, por lo que mente definido. Con todo, en su R E nuestros esfuerzos solo tendrán obra la reconstrucción es bastante T un resultado parcial. fluida y rigurosa, sin que por ello LI se explique el porqué escoge cierto Y D 2. Los criterios para material y desecha otro. La aleato- A determinar la autenticidad riedad en la escogencia del material D E de los datos históricos es solo parcial, ya que en este pro- I C ceso interviene el historiador, quien O La problemática de las fuentes asume una perspectiva propia a la S exige articular una serie de criterios hora de organizar la información para determinar su autenticidad que ha podido recabar. histórica. Pero este es un térmi- Precisamente para solucionar no equívoco, en el sentido de que el problema de la subjetividad del no podemos tener certeza total de historiador en la reconstrucción la autenticidad de los datos; solo histórica Theissen y Winter (2002) podemos hablar de probabilidades han propuesto que la discusión po- y grados de probabilidad en ellos. lémica es el mejor camino para lle- Eso quiere decir que una informa- gar poco a poco a consensos. Pero ción auténtica no puede ser pro- para que esto tenga lugar es necesa- bada como tal por estos criterios, rio que la propuesta de una figura simplemente porque no tiene las de Jesús sea plausible para su mun- características necesarias para ser do. Esto significa que tiene que dar un material digno de considera- cuenta tanto de cómo se inserta en ción. Esta es una gran limitación, el mundo contextual judío del siglo porque al final de cuentas construi- I d.C, así como explicar los efectos remos una figura de Jesús fragmen- de su persona en el desarrollo del tada e incompleta. cristianismo primitivo (Theissen & John P. Meier en su obra Jesus. Merz, 1998). Sanders (2004), por su A Marginal Jew (1991, pp. 167-184) parte, mantiene que la única forma ofrece una serie de criterios común- de ser rigurosos en una propuesta mente usados para determinar la es partiendo de la muerte sufrida autenticidad del material. Su ancla- por Jesús. Se trata de un acto po- je principal es el criterio del testi- lítico que exige una explicación monio múltiple, aunque afirma que congruente. El problema con esta este por sí solo no basta para sacar perspectiva es que otros elementos conclusiones. Sin embargo, la apli- de la vida de Jesús, como su pre- cación de estos criterios da como dicación sapiencial, pueden no ser resultado una serie de materiales lo suficientemente considerados, Revista Año XI, N.º 23: 107-125, Enero-Junio 2012 115
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