Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu ISSN: 0120-1468 [email protected] Universidad de San Buenaventura Colombia Restrepo González, Publio El problema del mal en San Agustín Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu, núm. 146, mayo-agosto, 2007, pp. 97-117 Universidad de San Buenaventura Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=343529897006 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto gustín FrayPublioRestrepo González, O.P.M.• Se propone ofrecer una de las más clásicas interpretaciones, si no la más clásica, a la cuestión del mal, y que ha sido adoptada por gran parte de la tradición cristiana, establecida definitivamente por SanAgustín. El mal y Dios causa primera y Providente; el mal y el orden del mundo; el mal y la libertad, son tres momentos centrales para abordar aspectos que plantea el problema del mal físico y moral. Palabras claves Mal, mal físico, mal moral, perfección, felicidad, orden del mundo, libertad, maniqueísmo, privación. Abstract One ofthe most classicalinterpretations- ifnotthe mostclassical-to the problem of evil ; the one that has been adopted by the great major ity of Christian tradition and definitively established by SaintAugustine, wiil be given. Evil and God prime and Provident cause; evil and order of theworld; eviland freedom; are three centralmoments to address certain aspects that both the physical and moral evil states. IJcenciadoenFilosofíayIJcenciadoenTeologíadelaUniversidaddeSanBuenaventura,Bogotá;IJcencia doenFilosofía(1.S.P. Lovaina, Bélgíca).Filosofía,Teología,AmericanístícayIJteraturaHispanoamericana (UniversidaddeBonn,Alemania).DocentedelaFacultaddeFilosofíadelaUniversidaddeSanBuenaventu ra,Bogotá.EsautordeLaMetafísicaenMar/inHeidegger,UniversidaddeSanBuenaventura,Bogotá:1997. Contacto:[email protected] 98 Keywords Evil, physicalevil, moralevil,perfection, happiness, arderoftheworld, freedom, manicheism, deprivation. Presentación El semestre pasado eny con un grupo de estudiantes trabajamos este palpitante interrogante sobre el mal; y con ese motivo y por apropiada metodología entramos en contacto conlas fuentes agustinianas. Peroelescritoquelespresentofuehechohacetiempo Creoqueman 1. tiene dramática actualidad, y que elintentode dar respuesta al problema del mal, vale la pena. Vamos a ofreceruna de las más clásicasinterpretaciones, sinolamás clásica, a la cuestión del mal; y que ha sido adoptada porgran parte de la tradición cristiana, establecida definitivamente por SanAgustín. Conlainquietudanteestasvivencias, experienciasyacuciantescues tionamientos, yo veo otros elementos e hipótesis para mirarla cuestión realidad del mal. Perono es elespacio aquíparaplantearlosy desarrollarlos; porque lo que se trata, es de ofrecerlavisión, convicción e interpretación de una de las mayores lumbreras de Occidente y del cristianismo, San Agustín, sobre este decisivo interrogante. En muchos apartes se ha utilizado la argumentación silogística, em pleada desdeAristóteles, SanAgustíny, con precisión, enla escolásticay neoescolástica; y hasta se echa de ver mi estilo cuando lo escribí, que es más suelto y a veces como fenomenológico a partir de entonces. Os pido, pues, paciencia y atención, a los que no estéis muy familia rizados con aquella manera, para poder seguir el decurso analítico que hago de la cuestión presentada. Estárecogido,endosentregas,enunarevistainternadelEstudiantadoFranciscanodeFilosofíay de Bogotá,promanuscrito,ynuncapublicadohastahoy. LaRevistasellamaRenovación.Volúmenes XIII.SeencuentraenelArchivoProvincialFranciscano,delaProvinciadelaSantaFe,Bogotá.Calle16 7-35. UNIVERSIDADDESANBUENAVENTURA,D.c., '.FACULTADESDEFILOSOFfAyTEOLOGfA 99 VI. Existe elproblemadelmal. Negarlo, seríaircontraladiariaexperien ciapersonaly social, o, ennuestro caso, eltrágicodolorcolombiano; y, en forma más amplia, contra el sentido común, la filosofía ylahistoria de las i, religiones, quienes de consuno han tratado de solucionarlo. Nada nuevo dijo el filósofo crítico francés postkantiano Renouvier cuando moribun do pronunciaba estas palabras: "La vida no puede tener interés para un pensador, sino a condición de buscar el método de resolver el problema del mal"z. e a El solo hablar del problema es ya problema difícil: cuánto más el resolverlo. Solamente uno hasta aquí, creo, lo ha logrado, como veremos más adelante. a El problema se origina en dos verdades inherentes a todo sery a toda la humanidad: las de que todo tiende a la unidad y a la armonía; y en que elespírituhumano, comopersonalizandoesatendencia, tienelainquietud s a irresistible a la posesión del bien,·de laverdad y de la unidad. Podríaverseunterceraspectoyeselqueseplanteaelhombre, a saber: ¿cómo se relaciona el problema del mal con la primitiva estructura de las cosas y con su autor? O sea: ¿qué o cuál intruso se entrometió en la pri '{ mitiva armonía del sery lo desunió para que quedara obligado a estar en unasituaciónenque-paraemplearlaexpresiónde SanPablo- "gimecon dolores de parto"?; ¿qué hizo desunir al hombre en su interna armonía o :1. separara éste deaquél? ¿Quéelementoseintrodujoencontradelas cosas y su finalidad? O ¿quién introdujo la discordia entre las cosas y aquello que les dio origen? Porque como lo decía el mismo San Pablo: "Sabemos quelacreaciónenterahastaahoragimeysientedoloresdepartoyno sólo 1 ellasinotambiénnosotrosquetenemoslasprimiciasdelEspíritu, gemimos dentro de nosotros mismos..." (Romanos 8, 22-23). Es, pues, todo un misterio el que hay que desentrañar cuando se tra ta el problema del mal: el mismo misterio del hombre que siente dentro y fuera de sí ese dualismo de fuerzas que suspiran por el equilibrio y la unidad. Por eso los diversos pueblos emparentan el problema del origen del mal con los orígenes mismos de la Creacióny de la humanidad y con la esencia y naturaleza de su propio ser: "Enfrentarse con el universo y CitadoporSERTILLANGES,O.p..A.D.ElProblemadelMal.Madrid:EPESA, 1951,p. 10. FlIANCiSCANUI"¡N.OJLjIj • MAYO-AGOSTODE200l 100~'> Fl¿.1l'PUBUORESTk1.:POGf);"';Li.LlfZO.F.tvL la vida es gran audacia. llamar a las puertas de la Creación, como dijo Rimbaud, ¡quéempresamás presuntuosa! Se enjuiciaa Diosyalhombre: a Dios en su Creacióny de ahí en su naturaleza; al hombre en su destino presente y porvenir. Avánzase hasta los confines humano-divinos y cos mo-divinos"3. Pero cadahombreycadapueblo concebiráy sentiráelproblemacomo suyo propio y como único y tratará de darle su propia solución, sin com prenderquizá que en elfondo es elmismoproblemáde todos los tiempos y de todos los lugares. La filosofía cristiana en su acostumbrádatriple división histórica, a saber: patrística, escolástica y neoescolástica, ha querido dar solución, o mejor, explicarla solución que Cristo, consu nacimiento, pasión, muerte, resurrección y doctrina, dio a estos problemas. Aquí solamente nos ocuparemos de]asolución dada en la época pa trística por uno de sus representantes.•Porque, como es sabido, con San Agustín quedó, puede decirse, definitivamente sistematizaday explicada la doctrina cristiana sobre el problema del mal. Los autores posteriores, aun Santo Tomás, no han hecho otra cosa que tomar sus argumentos y explanarlos, agregando una que otra insinuación propia. Nos ocuparemos, al final, de la solución originaria de Cristo, expli cando de raíz según creemos suficientemente, el problema que ha ator mentado y sigue atormentando a los pensadores no cristianos, y aúna los que, llamándose cristianos, no conocen a fondo la redención efectuada porJesucristo. En especial, la filosofía cristiana, fundamentándose enlateología, ha dado respuestaa cuatro de losaspectos queelproblemadelmalpresenta: ¿qué es elmal? ¿Cuáles suorigeny sucausa (eficientey final)? La reden ción del mal. El mal y la Providencia. Algo en la penumbra ha quedado, lo que nosotros quisiéramos desentrañar: el mal y la libertad. A la primera cuestión: ¿qué es el mal? respondemos hoy, doctrina elaboradayaa partirde los santos padres, que se distinguen dos aspectos en la esencia del mal: mal formal y mal material y que el mal 3 SERTILLANGES,O.P.,A.D.opuscitatum,p. 15. UNNERSJDADDESANBUENAVENTURA,D.C., • FACULTADESDEFrLOSOFiAYTEOLOGiA F.1'v1. dijo formal consisteenuna"privación" o "carencia": 1) Malformal: esaquello bre: por lo que la cosa es mala o se considera como mala; 2) Mal material: es tino lamismacosaenlaqueestáelmal, olaprivación. Enambos males puede :::os- considerarse otro doble aspecto: físico y moral (llamados también mal de pena y mal de culpa respectivamente). Según esto tendremos: )mo Físico formal: es la misma carencia del bien debido a la naturaleza om física. [POS Físico material: es la misma cosa que porta, si así se puede hablar, la carencia-física. a, a Moral formal: es la misma carencia de rectitud enla acción humana. n, o ~rte, Moral material: es la acción a la que está inherente la carencia de rectitud. pa Conlatanformalísticadivisiónanteriorcreemosquepuedasolucionar San seelproblemapresentadoprecisamenteporalgunosescolásticos, quienes :ada sostienen que el mal, sobre todo el mal del pecado o mal moral y el dolor lres, y el error, son algo positivo yno mera carencia. Puede verse claramente os y que si se trata del mal físico, como en el caso del dolor, se habla de un mal físico material: esto es, un algo positivo en el que falta otro algo que epli debieratenery notiene; yquealnoposeerlocomoqueclamaporllenarsu ltor vacío: clama poruna perfección o cosa positiva que debe ser suya, y que :dos haperdido o debióy deberá adquirir. Elejemplotraído porAristóteles nos lada ilustrará sobre esto: una mujer que se halla ligada a un varón, pero que, por no satisfacerle (su carencia), siente inclinación hacia otros hombres: esto es, está en potencia a recibir otras formas según el sentido que le da t, ha Aristóteles y en donde el desorden nacería de que la mujer no se unió al mta: hombre (queAristótelessupone, segúncreo) queestabadestinadoparaella. jen En otras palabras: existelamateriay la forma y una determinada materia ado, debe estar preordenada para una forma determinada. Si la unión no se establece segúnlamutua exigencia, nacerá eldesorden, ennuestro caso, el dolor es el clamor de la materia por la forma que se le ha arrebatado o a la que mira como imposible de adquirir. Cuando ésta llegue, cesará el dolor: cuando la "Medicina de Dios" o Rafaelllegue, cesará la ceguera de Tobías. En este sentido filosófico y no meramente experimentalsehandeentenderlas palabras de SanAgustín: FRANCISCANUIV1N.O146• MAYO-ACiOSTODE2007 102)~;, "...nos hiciste paraVos, Señor, e inquieto estaránuestro corazónmientras no descanse en VOS"4. Pero es claro que no se da un dolor subsistente en sí mismo: primero tengoyoqueexistirparadarmecuentadequeexistocomoenfermo, osea, para ser consciente de que siento dolor; pues siempre será un ser, algo, quesegúnlas palabrasdelGénesis (1,31), "esbueno", elqueexperimente el sufrimiento, o sienta, o quiera o piense: nadie conoce un dolorpuro, ni un sentimiento puro ni un querer o pensamiento pllros5 No puede • tendencias, sentimientos, voliciones o pensamientos aislados dada potencia, así como éstas no pueden separarse desus respectivos órganos materiales o espirituales (si puede hablarse de.órganos espirituales) ni éstos de sus respectivos organismos paralos que están ordenados. Esto, porlo que se refiere al mal materialfísico: igual cosa pueda de cirse del mal formal en las acciones: carencia de rectitud. Yen aquel "ordenados" del penúltimo párrafo hallamos otra palabra claveparainterpretaralproblema deldolor: el dolory elmalsólo pueden existirenlo finito ylo creado, segúnaquelaxiomapresentadoporEscoto: "Quod non est finitum, non est effectum//6, en donde finitum yeffectum se entienden como el término de una causa eficiente que per se intenta una cosa, dependiendo ésta en su contenido ontológico de aquella; y en ese intentaro dirigir u ordenarpuede entenderse todo lo intentado o sólo una parte. En nuestro caso del dolor se entenderían las partes del todo o las notas de una naturaleza que están ordenadas al todo esencialmente; caso en el cual, al perderse o arrebatarse al todo por cualquier agente externo o interno aquella parte, ese todo quedará clamando porlo que es elemento esencialde sunaturaleza; yasuturno, laparte estaráclamando por el todo. El mal y Dios, causa primera y providente Pero de lo que acabamos de decir podría colegirse que el mal viene porDios, porlacausaprimera, segúneste otro axioma o escolio escotista: 4 ConfessionesI,1,1.Nota:todaslascitasdeSanAgustín, Madrid: BibliotecadeAutoresCristianos. (Hayva riasedicionesyfechas: 1958...1993...). 5 "Losbienes puedenexistirsolosenalgunaparte, perolos malesensísolos, nunca". SANAGUSTÍN. De CivitateDeiXII,3. 6 Cl.scoruS.DePrimoPrincipio,Cap.II.In:OperaOmnia.CivitasVaticana,1950,p.12-14. UNNERSIDADDESANBUJoN/\VE"ínJRA., c., •FACULTADESDEFrLl)SO'FiAYTl:OLOGjrA P.M. ····.·.;¿<.~103 ~ ras IIQuod non dependet a priori, nec dependet a posteriori" et ultra: Quod non estcausatum causae prioris, nec posterioris, quia posteriorin causan ero do dependet a priore causante"7. La dificultad se soluciona teniendo en ea, cuentaqueestacausalidaddelacausaprimeraenlasegundanodestruye go, la libertad de ésta; problema éste del que nos ocuparemos al final. Aquí o.te sólo digamos que por voluntad de Dios, por la cual fueron hechas todas ,ni las cosas, y más próximamente, por Cristo, las cosas están ordenadas a la Jer perfección, oseaa laintegridad, de sunaturalezatantofísica comomoral, su lo que en último término viene a coincidir en la dirección u ordenación lOS esencial de todo el ser a su plena perfección posible como criatura. Y si ni es voluntad de Dios la perfección de sus criaturas y ese fue su deseo ini cial, mal puede provenir elmal, de Dios, ya que Dios de ninguna manera 1e- puede contradecirse. El mayor placer de Dios al haber creado fue contemplar y ver que lra "todo era bueno" (Génesis 1,31); esto es, que todo gozaba de la aptitud en para "hacerse conforme a la imagen de su hijo", según las admirables to: palabras de San Pablo (Romanos 8,29), extendidas por nosotros a toda la 1m Creación. Pero el máximo placer de Dios, el máximo deleite que pueda Lta otorgar el dar y darse, lo tuvo Dios cuando dijo al hombre por boca de en Ezequiel: "Juroquenoquierolamuertedelpecador, sinoquese convierta >10 yviva" Ezequiel 18,23). la te; Porque en el primer caso, Dios estaba satisfecho de hacer su volun lte tad, de haber perfeccionado su obra; había experimentado el gozo de la es sabiduría. Pero enel segundo caso, alhaberrealizado elhombre una obra :lo tan única y personal, que con razón pudo llamar "suya", Yque, aunque indignado, hizo asombrar a Dios, éste experimentaba el gozo inefable de la misericordiay la generosidad. El mal y el orden del mundo le a: Esclaro, segúnsedesprendedeladoctrinade SanAgustín, alaqueen estelugarapenasaludimosyenunciamos8 queveremosmásdetenidamen , te adelante, que el pecado no cambió el orden del mundo o los planes de 7 íDEM,Ibídem. 8 DeNaturaBani,XVI;DeCivilateDeiXI,18Y23, 1. FlIANCiSCANUMN.e1'16' MAYO-AGOSTODE200! 104~> FilA),PUELlORrSTf\El'OGONzALEZO.F.¡'vI. Dios, yque Cristo, comolohaenseñadolaescuelafranciscana, sehubiera encarnado aunque no hubiera habido pecado, ya que la esencia de Dios y su voluntad le hacen obrar en el hombre y en el mundo la perfección. y la perfección más radical tanto en Dios como en el hombre, consiste en su libertad, ya que según ella Dios lo creó "sin él" y por ella "con él", el mismo hombre cumplirásufin o se apartará de él; mas aunque elhombre se aparte de su fin, Dios que no sólo es libre, sinota.mbiénlajusticiamis ma, libremente justo, cumplirá su fin, o su cometido al crear al hombre al establecerpara su perfección y felicidad lascosas inferiores. Dios obra y obró al hombre y a esas cosas inferiores a él, según la condicióndel-mismo hombre, segúnsunaturalezayesencia.Vesesencial al hombre el ser libre, al menos de hecho; luego Dios ordenó el mundo segúnlacondicióndelhombreyalmododeaquelparaelqueseordenaba, próximamente (elhombre) oremotarn.ente, (Dios). Conloqueelproblema del mal cae finalmente en la libertad delhombre e indirectamente en la de Dios. El mal y la libertad Conlo dicho queda resuelto el problema de la relación entre el maly la Providencia divina. Faltaría por hablar sobre la esencia de la libertad. Aunque no tratamos ahora exprofeso de la libertad, digamos algo sobre ella. Creemos que nadie será capaz de definirla satisfactoriamente: los tomistasensustratados9cuandonosdicenqueeslanegaciónde coacción externa o de necesidad interna o que es la potencia e indiferencia de la voluntad, por la cual, puestos todos los requisitos para obrar, el hombre puede obrar o no obrar, hacer esto, o aquello, hacer el bien o el mal; ni Escotodiciéndonos queeslaautodeterminación; olaescuelafranciscana, engeneral, cuandoafirmaqueesla"Potestasservandirectitudinem propter seipsam"; niKantysusseguidoresenlafilosofíamodernaaldefinirlacomo 9 Comoessabido,sonnumerososlosbuenostratadosdelafilosofíaneoescolástica, ensusdosvertientes las EscuelasTomista (aveces Suarizta, envariastesis) o Franciscana. Mepermitoremitira DONAT. Joseph (ProfessorinUniversitateOenipontana).SummaphilosophiaeChristianae. Porejemplo, Ont,~log.ia. Editio4."et5.°aliquantumimmutata.Oeniponte(Innsbruck).TypisetSumptibusFelicianiRauch, 1921. loreferentealmal, p. 121-131;porlaEscuelaTomista, engeneral; yaVANDEWC)ES,TYINE, ZACHARIAM.CursusPhilosophicus:inbrevecollectus(ScholaeFranciscanaeAptatus)Tomus1.Mechliniae, 1921;Tomusn.Mechliniae, 1925;paracasitodoslostratadosacostumbradosdelaFilosofía;por1<1L'><:ll"l<1 Franciscana. UNIVERSIDADDESANBlJENAVENTURA,D.c., • FACULTADESDEFTLOSOFtAYTEOLOGtA .111. ELPJW2LEMADELMAL.ENS/L\'AGUS1iN "imperativo categórico", nos han dicho qué.es lalibertad. Solamente nos ~ra .os lahan descrito, pero nadie ha entrado o entrará al fondo delproblema de lalibertad. Aclararelmisterio de la libertad, sería aclararel de la predes >ll. en tinación, el de la gracia, el del mérito y el demérito, el de la justicia, de el los que todos tenemos conciencia, y de los que supieronla mayoría de los Ire pueblos; pero sin que sepamos a ciencia cierta qué son. is Tampoco, entonces, podremos nosotros aquí saber qué es la libertad. ~y Pero, no obstante, diremos con SanAgustín que "el silencio... solamente se siente no oyendo" y que estas cosas se "las comprende no conociéndo la las..."10, porqueasícomo "los delitos ¿quiénlos conoce?" (Psalmus 18,13), lal de la misma manera el mérito y una de sus raíces, la libertad, ¿quién los :lo comprenderá? Con lo que hasta aquí hemos dicho creemos que queda claramente la establecido queelmalformalmente considerado,yaseafísica omoralmen la te, no es algo positivo; que su caUsa no es Dios; la relación entre elmal, y en último término, la libertad, con láProvidencia; y cómo se relaciona el pecado con el orden del mundo.También hemos visto, al mismo tiempo, que Dios pormedio delmalcumple susfines, aunque nointenteelmalen sí sino que lo utilicey permita: osea, elproblema de laredención del mal ,y y del dolor. Esta es, en términos generales, la doctrina que hoy tenemos d. acerca del problema del mal, y que hasido tomada de los santos padres. re y con esto llegamos al máximo exponente de la doctrina cristiana )s sobre el mal: San Agustín, quien sistematizó de una manera definitiva, m podemos decir, tal doctrina. la re Estando aún San Agustín enel maniqueísmo (el que con los persas, o.i y aumentando el dualismo, admitía dos principios: uno del bien, Ormuz; a, y otro del mal, Ahrimán) era con frecuencia impresionado por el dilema que su amigo Ne- bridio solía proponerlell y que podemos resumir en , la estos términos: de J., !F. 10 DeCivitateDei,XII,7. 11 Cf.ConfessionesVII,2-3. FIIANCfSCANUlvlN."146'MAYO-AGOSTODE200/
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