Revista de Ciencias Sociales (Cr) ISSN: 0482-5276 [email protected] Universidad de Costa Rica Costa Rica Robles Robles, J. Amando El conocimiento en la propuesta (cid:28)hombre de conocimiento(cid:29) de Carlos Castaneda Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. 1, núm. 95, 2002 Universidad de Costa Rica San José, Costa Rica Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15309507 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Ciencias Sociales 95: 73-86, 2002 (I) SER: CONOCER Y ACTUAR EL CONOCIMIENTO EN LA PROPUESTA “HOMBRE DE CONOCIMIENTO” DE CARLOS CASTANEDA* J. Amando Robles Robles RESUMEN Frente a quienes reducen el conocimiento a la razón, o a lo sumo, también a la fe reli- giosa, el autor presenta otro tipo de conocimiento, que no es razón ni es fe, el conoci- miento de los brujos como don Juan Matus, el conocimiento silencioso, la meta más grande a la que el ser humano puede aspirar y, por lo tanto, una propuesta. Esta es la misma que han hecho los testigos y maestros de las grandes tradiciones religiosas y de sabiduría. En este caso la propuesta, además de laica, es sabiamente sistémica y opera- cional y, como laica, sumamente actual. En todo caso, profundamente indígena y lati- na. El trabajo da una visión panorámica de ella. 1. IMPORTANCIA DEL TEMA abre la fe. Por la misma razón tampoco debiera ser ajeno a la razón, más específicamente aún, Para quienes el conocimiento se reduce a la razón filosófica, si se asume que llegar a tal a un conocimiento de razón, ya sea este cientí- conocimiento es la aspiración más grande que fico o filosófico, o también, en el caso de cre- debe tener el ser humano, ya que sólo es en es- yentes, a un conocimiento revelado o de fe, un te tipo de conocimiento donde se puede reali- tipo de conocimiento como es el que nos pro- zar plenamente; tema este tan estrechamente pone en toda su obra Carlos Castaneda, que no relacionado con la razón y la filosofía. es razón, tampoco fe, ni se reclama filosófico, No es una profanación sino, tal vez eso suena a profanación, religiosa y laica. sí, una provocación, que sin embargo creemos Sin embargo para los creyentes no debie- importante y necesaria, y ello pese a puntos ra sonar de entrada a profanación si se acepta muy importantes que se pueden y deben discu- que el conocimiento del que nos habla Castane- tir en relación con la personalidad, obra y con- da, aunque sea laico e inmanente, es el conoci- tenidos de Carlos Castaneda. miento más religioso, más espiritual, que el ser Se puede discutir, y hay que discutir, humano puede concebir y alcanzar como tal, y desde su identidad personal hasta contenidos por ello algo a lo que pareciera se quiere aludir enteros, al menos en la formulación “energéti- cuando se habla de fe, del conocimiento al que ca” que les da en la segunda etapa, a partir del libro El segundo anillo de poder, segunda de las dos que refleja el contenido de toda su obra. * (Ponencia presentada en el II Coloquio «El queha- Se pueden discutir métodos y prácticas que cer filosófico en el horizonte del encuentro razón y propone para alcanzar estados de conciencia no fe», Instituto Pedro de Córdoba, Santiago de Chile, 8-12 de octubre del 2001). ordinaria de la realidad y moverse al interior de 74 J. Amando Robles Robles esta. Se puede discutir, y hay que hacerlo, la Porque en este punto no solamente nos segui- identidad, de su informante principal y maes- mos comportando como «la mayor parte de los tro, don Juan Matus, y de sus compañeras y autores europeos y americanos de libros sobre compañeros de formación como brujo o cha- religión y metafísica [que] escriben como si na- mán. Pero no se puede discutir que Carlos Cas- die hubiera pensado nunca sobre tales temas taneda es culturalmente de los nuestros, es un salvo los judíos, los griegos y los cristianos de la latino; y que, para decir no lo menos sino lo cuenca del Mediterráneo y la Europa occiden- mínimo, su propuesta tiene inconfundiblemen- tal», sino que no hemos descubierto y valorado te el color y el sabor generales de la cultura in- las riquezas de la misma naturaleza existentes dígena de la que se reclama originaria, la de los en las tradiciones amerindias de sabiduría. pueblos amerindios del suroeste de los Estados Por todo ello me parece importante, y Unidos y del Norte de México. Ambos aspectos hasta necesario, dirigir nuestra mirada al cono- culturales, lo latino y lo indígena, son muy im- cimiento que constituye la gran propuesta y portantes en el pensamiento y en la teología la- enseñanza de Carlos Castaneda. tinoamericanos, tan inclinados todavía a desco- Pero existe un argumento más, el más nocer riquezas culturales y humanas propias y importante de todos. Lo que Carlos Castaneda a pensar que para encontrar riquezas parecidas hace es, aunque él lo niega, y con razón2, una hay que remontarse a las religiones y culturas propuesta de verdadera y auténtica experiencia orientales, como si en el continente americano religiosa o de espiritualidad, aunque laica. Y y en las culturas indígenas nada de parecida en- hay razones muy fuertes para pensar que este vergadura se hubiera producido. es el único tipo de propuesta religiosa cultural- Pero hay algo todavía más importante, mente creíble en el mundo de hoy3. Solamente que venimos de afirmar y cuya importancia, si por esta hipótesis merece la pena desde la reli- aceptamos que realmente existe, no se puede gión y la teología conocer la propuesta de Car- discutir: el conocimiento del que nos habla don los Castaneda. Juan Matus y Carlos Castaneda es el fruto más Este será el objeto de este artículo, subra- granado de las culturas amerindias. Ningún yando en qué consiste el conocimiento al que se otro producto se le puede comparar, pues se nos invita, la inteligencia tan certera y correc- trata del conocimiento silencioso o contempla- ta que don Juan Matus tiene de la naturaleza y tivo, presente en las grandes tradiciones de sa- biduría y religiosas, de su naturaleza y exigen- cias, de la necesidad para ello de «parar el 2 Porque lo que se conoce por propuesta espiritual y mundo», de «frenar el diálogo interno», de ha- religiosa no pasa de ser una propuesta moral, ra- cer y alcanzar el silencio total. Si esto es así, no cionalizada y racionalizante, nunca verdaderamen- se puede ignorar. La teología en general, pero te experiencial. Por eso él niega que su propuesta con mayor urgencia la teología latinoamerica- sea religiosa o espiritual. «—Los guerreros comba- ten la importancia personal como cuestión de es- na, no lo puede ignorar. Si en su tiempo trategia, no como cuestión de fe —repuso—. Tu (1945), cuando Aldous Huxley escribió su obra error es entender lo que digo en términos de mora- La filosofía perenne, consideraba que «no sólo lidad». (El fuego interno, 2ª ed. Madrid. Gaia Edi- no hay razón, sino que tampoco no hay excusa» ciones, 1997, p. 40. «—Lo que los antiguos viden- para que los eruditos occidentales ignoraran las tes dijeron no tiene nada que ver con la fe —dijo—. (…) Los antiguos videntes tomaron otro camino, y doctrinas espirituales de Oriente, calificando el por cierto llegaron a otra conclusión que no tiene hecho de «ignorancia enteramente voluntaria y nada que ver con la fe y el credo» (p. 63). «Todo es- deliberada» y, aún peor, de «imperialismo teo- to se parece al manual de vida monástica pero no lógico»1, ¿cómo nos calificaría a nosotros hoy? es vida monástica». (El conocimiento silencioso,4ª ed. Madrid. Gaia Ediciones, 1998, p. 286). 3 Sobre este punto el lector puede ver Mariano Corbí, Religión sin religión,P.P.C., Madrid 1996; J. Aman- 1 Aldous Huxley, La filosofía perenne, 4ª ed. Buenos do Robles, Repensar la religión. De la creencia al Aires. Editorial Sudamericana, 1999, p. 264. co n o c i m i e n t o , Heredia, Costa Rica, EU N A , 20 0 1 . El conocimiento en la propuesta “hombre de conocimiento” de Carlos Castaneda 75 c alidad de este tipo de conocimiento, todo ello Decidido a hacer su tesis sobre plantas antecedido de una mínima nota biográfica pen- alucinógenas conocidas y utilizadas tradicional- sando que quizás sea necesaria. mente por los indios en el suroeste de Estados Unidos y en el norte de México5, y buscando in- formantes, un amigo le presenta al que va a ser 2. NOTA BIOGRÁFICA MÍNIMA el suyo. Se trataba de don Juan Matus, indio ya- qui que vivía en Sonora6. Ocurrió en una esta- No es fácil rehacer la historia personal ción de buses en Arizona. La impresión que le de Castaneda, ya que hay datos que confunden, produjo permanecería en él para siempre7. Era el resultado pareciera del consejo que le diera el verano de 1960. Después de algunas visitas, don Juan Matus de borrar la historia personal en junio de 1961 comienza un proceso de como un medio de comenzar a superar la im- aprendizaje con don Juan que dura hasta sep- portancia personal o del yo, contribuyendo to- tiembre de 1965, en que después de sufrir una do ello a hacer de él un ser mítico y un mito, gran crisis que sintió que lo puso al borde de la que por lo mismo fue imitado y hasta suplanta- muerte en medio de una experiencia inducida do. Con todo, los siguientes son los datos que de percepción no ordinaria de la realidad, Car- parecen jalonar su biografía4. los Castaneda se retira con la decisión de no Carlos Castaneda, al que casi todos atri- volver más. El aprendizaje realizado lo recoge buyen un origen peruano, habría nacido el 25 de en su obra Enseñanzas de don Juan. Una forma diciembre de 1935 en un pueblecito llamado Ju- yaqui de conocimiento publicada en 1968, que query, próximo a Sao Paulo, en Brasil. Su madre pronto le haría famoso, y con la que obtuvo el tenía entonces 15 años y su padre, 17, y parece «máster». Con ocasión de presentar y entregar ser que le crió una hermana de su madre. Si da- a don Juan un ejemplar de la obra, la vincula- mos crédito a su confesión, su vida no fue fácil. ción maestro-discípulo se restableció «misterio- Con 15 años, en 1951, y después de ha- samente» (s i c ) y se inició un segundo ciclo de ber pasado por un internado en Buenos Aires, aprendizaje que el mismo Castaneda califica de llega a San Francisco, donde vivió con una fa- «muy distinto del primero», que duró hasta ma- milia adoptiva mientras completaba el bachille- yo de 1971. En total, diez años de aprendizaje. rato. Entre 1955 y 1959 toma cursos en el City Don Juan Matus, su maestro, habría na- College de Los Angeles: creación literaria, pe- cido en 1891 y fallecido en 1973. riodismo y psicología. Paralelamente trabaja Lo que sucedió en el aprendizaje ya es como ayudante de un psicoanalista clasificando bien conocido: él quería obtener información centenares de cintas magnetofónicas grabadas en el transcurso de las sesiones de terapia. En 1959 se nacionaliza estadounidense, 5 Aldous Huxley,Las puertas de la percepción, 6ª ed. adoptando legalmente el apellido materno, Buenos Aires. Editorial Sudamericana, 2001, p. 9. Castaneda, y no el paterno, Aranha, e ingresa 6 Además de don Juan hay que señalar a don Genaro en la Universidad de California, en Los Ange- Flores, indio mazateco, que en coordinación con les ( U C L A ), donde se gradúa en Antropología aquél completó la formación de Carlos Castaneda tres años más tarde. Muy dotado para la An- en aspectos muy importantes. Aunque el maestro tropología y aficionado a la misma, dicen que por excelencia fue don Juan, un nagual. Y «ser un nagual es llegar a un pináculo de disciplina y con- era el tipo de estudiante que los profesores trol. Ser un nagual significa ser un líder, ser un gustan tener. En su formación, y en la fideli- maestro y un guía» (El fuego interno,2ª ed. Ma- dad de la amistad, el profesor de Sociología drid. Gaia Ediciones, 1997, p. 19). Don Juan era un Harold Grafinkel, cofundador de la etnometo- brujo vidente,un hombre al que sólo le interesaba dología, jugó un papel especial. ver,ser hombre de conocimiento. 7 «La forma en que me había mirado fue un evento sin precedentes en mi vida» (Una realidad aparte, 4 Cf. Carmina Fort, Conversaciones con Carlos Cas - 1974. 15ª reimpr. Madrid. Fondo de Cultura Eco- taneda, 2ª ed. Barcelona, Ediciones Obelisco, 1995. nómica, [1996] p. 9.) 76 J. Amando Robles Robles sobre las plantas medicinales, don Juan le puso conversión y aprendizaje a los que Carlos Cas- como anzuelo el conocimiento que él deseaba taneda nos invita. pero mientras tanto le iniciaba a un nuevo co- nocimiento, y el aprendiz de antropólogo termi- nó siendo brujo, hombre de conocimiento. A 3. LA PROPUESTA DE CARLOS CASTANEDA: Las enseñanzas de don Juan sucederían en SER “HOMBRE DE CONOCIMIENTO” 1971 Una realidad aparte, Viaje al Ixtlán e n 1972, y Relatos de poder en 1974, obras que por La propuesta de Carlos Castaneda es la sus características formales y temáticas, escritas propuesta de don Juan Matus10. Pues bien, así en forma de diario de campo, más próximas al como se ha dicho que el Evangelio se puede re- proceso de aprendizaje y de experiencia, consti- ducir en el concepto reino de Dios,así todas las tuyen un conjunto diferente de las que la si- enseñanzas de don Juan se pueden resumir en guen: El segundo anillo del poder 1977, El don el concepto y propuesta: ser hombre de conoci - del águila 1981, El fuego interno 1984, El co - miento. Así lo destaca el propio Carlos Castane- nocimiento silencioso (en inglés, The Power of da en el análisis estructural con que finaliza Silence: further lessons of don Juan) 1987, y El Las enseñanzas de don Juan1 1. La estructura arte de ensoñar 1993, obras todas ellas de desa- de estas se compondrían de cuatro conceptos o rrollo y profundización temática, si no a veces unidades, y la primera de todas es «hombre de de explotación sofisticada, de contenidos y expe- conocimiento». Esta era la meta de sus ense- riencias ya presentes en las primeras y que él ñanzas, y así se lo declaró en una etapa muy con propiedad califica de artes o maestrías por- temprana: «“enseñar” cómo llegar a ser un que, efectivamente, la requieren. Estas son el hombre de conocimiento»1 2. Porque para don arte de la conciencia de ser, el arte del in t e n t o , Juan saber, aprender, es también la meta de to- el arte de acechar y el arte de en s o ñ a r 8. do ser humano, su destino y su quehacer. «El No cabe duda que a partir del contacto hombre vive sólo para aprender. Y si aprende es con don Juan la biografía de Carlos Castaneda porque esa es la naturaleza de su suerte, para es la historia de una conversión y de un apren- bien o para mal»13. «—El deseo de aprender no dizaje lo que estas obras transmiten, como dice es ambición —dijo—. El querer saber es nues- Octavio Paz9 de Las enseñanzas de don Juan; tro destino como hombres»14. «Nuestra suerte 8 Estar consciente de ser significa estar conscientes 10 Según la observación que hiciera mi amigo y alum- de la maravilla que somos y de la realidad y vernos y no en un curso sobre la obra de Castaneda el antro- verla así. En lenguaje de don Matus, somos emana- pólogo Álvaro Dobles, nosotros somos a Carlos Cas- ciones indescriptibles del Águila. Aunque él es bien taneda lo que él fue a don Juan Matus. La observa- consciente de que lo que está utilizando es un sím- ción es exacta. Carlos Castaneda concibe y escribe bolo. Porque «El resultado es la visión de un Águila sus obras, sobre todo las que forman el primer ci- y de sus emanaciones. Pero no hay ningún Águila y clo, de tal manera, que, además del impacto que se no hay emanaciones algunas. Lo que nos rodea es recibe, si uno se deja, lo ubica en la experiencia de algo que ninguna criatura viviente puede compren- aprendizaje y discipulado que él tuvo. «… yo quería der» (El fuego interno,p. 65). Elin t e n t o es la fuer- comunicar al lector, por medio de un reportaje, el za omnipresente que nos hace percibir. Es poder y drama y la inmediacidad de la situación de campo», fuerza, voluntad, espíritu, gracia. El ac e c h o es la ac- manifiesta Castaneda a propósito del libro Una rea- titud que nos permite sacarle a cada situación lo lidad aparte. Nuevas conversaciones con don Juan, mejor. Es una actitud de sabiduría, de discerni- Madrid. Fondo de Cultura Económica, 1974, p. 15. miento, valoración y control permanente. En s o ñ a r es la capacidad de convertir los sueños también en 11 «Un análisis estructural», en Las enseñanzas de conocimiento de manera que se borra la diferencia don Juan,especialmente pp. 225-236. entre vigilia y sueño, entre sueño y realidad. 12 Ibid.,p. 226. 9 «La mirada anterior», prólogo a la primera edición en español 1974 de Las enseñanzas de don Juan 13 Ibid.,p. 85. [25ª reimpr.] Madrid. (Fondo de Cultura Económi- ca, 1974, pp. 9-23). 14 Ibid., p. 193. El conocimiento en la propuesta “hombre de conocimiento” de Carlos Castaneda 77 como hombres es aprender»1 5, repetirá incan- Ser hombre de conocimiento es conocer el sablemente. Lo contrario es desperdicio y es mundo, las cosas, nosotros, todo, como en sí mis- tristeza: «… pese a lo atemorizante que sea el mo es, y no como un reflejo de nuestro yo ordina- aprender, es más terrible pensar en un hombre rio. Es conocer todo desde nuestro yo profundo, sin aliado o sin conocimientos»1 6. «“Somos desde nuestro yo eterno. Es un conocer directo, hombres y nuestra suerte es aprender y ser inmediato, sin mediaciones, como un ver, pero arrojados a mundos nuevos, inconcebibles”»17. un ver especial. Por ello con frecuencia don Juan «… los seres vivientes existen solamente para Matus hablará a Carlos Castaneda de ve r . «D e s d e acrecentar la conciencia de ser»18. el principio de mi aprendizaje, don Juan había descrito el concepto de “ver” como una capacidad especial que podía cultivarse y que permitía perci- 3.1. SER “HOMBRE DE CONOCIMIENTO” bir la naturaleza “última” de las cosas»23 . Ser hombre de conocimiento es la reali- Ahora bien, ¿qué es ser hombre de conoci- zación más grande y más plena que se puede y miento? ¿En qué consiste? Ser hombre de conoci- debe alcanzar como ser humano. Por lo mismo miento es lo mismo que han vivido y enseñado es la más real, la más íntegra, la más desintere- los grandes testigos y maestros de todas las reli- sada y gratuita, la más concreta y responsable. giones y tradiciones de sabiduría: «llegar a la tota- Don Juan Matus lo subrayará diciendo que el lidad de uno mismo»19 , llegar a ser uno lo que hombre de conocimiento vive precisamente de realmente es, llegar a ser todo, lo que en sánscrito actuar. «Ya deberías saber a estas alturas que llaman “Eso” (tat tvam asi = “Eso eres tú”20 ). Es un hombre de conocimiento vive de actuar, no saber que en cada instante uno está rodeado de de pensar en actuar, ni de pensar qué pensará eternidad, experimentar que en cualquier direc- cuando termine de actuar»24. «Dijo que lo úni- ción uno puede extenderse hasta el infinito, sentir co que contaba era la acción, actuar en vez de que este momento puede ser la eternidad21 . «No h a b l a r »2 5. Se trata además de una realización gastes tu poder en babosadas —dijo—. Estás tra- que hay que conseguir aquí, en este mundo y tando con esa inmensidad que está allá afuera». ahora. No hay escape para la irresponsabilidad. «Convertir en razonable esa cosa magnífica que está allá afuera no te sirve de nada. Aquí, alrede- … mi interés ha sido convencerte de que dor de nosotros, está la eternidad misma»22 . debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo, en este ma- ravilloso desierto, en este maravilloso 15 Una realidad aparte, p. 104. tiempo. Quise convencerte de que debes aprender a hacer que cada acto cuente, 16 Las enseñanzas de don Juan, p. 75. pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho, muy corto para presenciar to- 17 Una realidad aparte, p. 178. das las maravillas que existen26. 18 El fuego interno, 2ª ed. Gaia Ediciones, Madrid 1997, p. 62. 23 Ibid.,p. 35. “Ver”, no ya sólo como condición o es- tado a alcanzar sino como medio, como trabajo de 19 «Así pues, diré, que lo importante para un guerrero la percepción, fue la predilección de don Juan Ma- es llegar a la totalidad de uno mismo» (Relatos de tus. Cf. Una realidad aparte, p. 18. poder,[14ª reimpr.] Madrid. Fondo de Cultura Eco- nómica, 1976, p. 13). 24 Una realidad aparte, p. 100. 20 Expresión frecuente en la literatura sagrada hindú, 25 Viaje al Ixtlán. Las lecciones de don Juan, 1 9 7 5 . [17ª reimpr.] Madrid. Fondo de Cultura Económi- muy especialmente en la Chãndogya Upanishad, si- ca, 1998, p. 68. «El tonal y el nagual son dos mun- glo VII-VIa.C. dos diferentes. En uno se habla, en el otro se ac- túa» (El segundo anillo de poder, 2ª ed. Madrid. 21 Ibid.,p. 19. Gaia Ediciones. 1997, p. 285). 22 Ibid., p. 50. 26 Ibid.,p. 122. 78 J. Amando Robles Robles En fin, ser hombre de conocimiento es es nagual, como le aclara don Juan Matus a desarrollar el nagual que todos somos y lleva- Carlos Castaneda: mos dentro. Somos tonal,seres que percibimos este mundo como aparece, como creemos que No dije eso [“que Dios no existe”]. Sólo es, y así actuamos en él, pero somos también, y dije que el nagual no era Dios, porque ante todo, n a g u a l , capaces de ver el mundo y Dios es un objeto de nuestro tonal perso- toda la realidad como la maravilla que en sí nal y del tonal de los tiempos. El tonal mismos: mundo y realidad son. Un yo, un mun- es, como ya dije, todo lo que creemos do y una realidad, profundamente reales, los que es parte del mundo, incluyendo a más reales, pero a la vez inefables, literalmente Dios, por supuesto. Dios no tiene otra indescriptibles e innombrables: tan trascenden- importancia que la de ser parte del tonal tes a este mundo nuestro son: «—El nagual es de nuestro tiempo31.Y por otra parte, del la parte de nosotros para la cual no hay descrip- nagual puede decirse con rigor lo que di- ción: ni palabra, ni nombres, ni sensaciones, ni jo la Gorda (Elena): El mundo del Na- c o n o c i m i e n t o »2 7. Ni tampoco para el mundo gual es el reino de los cielos32. que como hombres de conocimiento podemos descubrir, ni para la experiencia misma. Tras- Pero, aún y con todo lo que de trascen- ciende de tal manera el mundo del tonal que dental tiene esta meta, ser hombre de conoci- las palabras de este no sirven para expresar la miento, es en su concepción y propuesta una realidad que es. Y en el nagual no hay palabras, «meta operatoria», total y eminentemente ope- no hay conceptos, no los necesita. El nagual ratoria, es decir, es en su naturaleza misma «Puede ser visto, pero no se puede hablar de una propuesta para ser realizada. Y de ello es él»28. Solamente se puede decir de él: existe, es. plenamente consciente Carlos Castaneda, así Y sin embargo es inmanente a nuestro yo, a como de su importancia. nuestro mundo, a nuestra realidad. No existe Ser hombre de conocimiento es una pro- en otra parte, sólo aquí. Es nuestro yo, nuestro puesta no para ser creída y racionalizada, sino mundo, nuestra realidad como son en sí mis- para ser comprendida y realizada, para ser ex- mos, en su verdadera y total realidad, en su perimentada. Esto es algo que de raíz le dife- unidad y totalidad. «No hay movimiento ningu- rencia de la religión y de la moral. Estas deben no. ¡El hombre es sólo mente!»29. su origen a una revelación hecha con autoridad ¿El hombre de conocimiento, el nagual, que, interiorizadas, revelación y autoridad, ge- será entonces Dios? Si con el Pseudo-Dionisio30 neran aceptación y voluntad de cumplimiento. convenimos que Dios es innombrable, y por lo Pero no generan experiencia real aquí y ahora. mismo que el mejor nombre de Dios es el Es una promesa no controlada de algo, tampo- « S i n -Nombre», podríamos decir que sí. Pero si co controlado, que siempre se pospone, que lo nombramos, haciendo de él un concepto, en- siempre es cuestión de esperanza y de fe. tonces es producto de nuestro tonal y Dios no Ser hombre de conocimiento es el desa- rrollo verificable de una posibilidad, también ve- rificable, que todos como seres humanos tene- 27 Relatos de poder,p. 168. mos. Es una meta alcanzable y a alcanzar en esta vida y en este mundo, no en otra vida posterior o 28 I b i d . , p. 170. Cf. El fuego interno,2ª ed. Madrid. en otro mundo diferente. La religión y la moral Gaia Ediciones. 1997, p. 59. con sus estructuras de promesa, inherente a la 29 Ibid.,p. 171. aceptación, crean siempre la sensación de que 30 Nos referimos a Dioniso el Aeropagita, monje cris- tiano siríaco que vivió entre el siglo V y V I y de quien no conocemos su verdadero nombre. Cf. “Los 31 Ibid.,p. 169. nombres de Dios”, en Obras Completas del Pseudo Dionisio el Aeropagita (Introducción y notas de 32 El segundo anillo de poder, 2ª ed. Madrid. Edicio- Teodoro H. Martín), Madrid. B. A . C . , 1990, p. 277. nes Gaia, 1997, p. 259. El conocimiento en la propuesta “hombre de conocimiento” de Carlos Castaneda 79 hay tiempo por delante, de que hay otra vida, en cierta manera más difícil posible, no es algo otra u otras posibilidades de llegar a ser lo que que se reciba pasivamente, es algo que se apren- hay que ser. En la estructura hombre de cono- de; es algo que se logra conociendo y aplicando el cimiento esto no es posible. No hay más vida ni conocimiento. Que esto es lo que significa apren- tiempo que estos33, los de aquí y ahora. Por lo dizaje: la adquisición de un dominio, de una tanto tiene que concebirse y presentarse como maestría, de un arte, de una capacidad, de una una propuesta operatoria. Y así lo es. Ser hom- condición. En este caso, repetimos, la condición bre de conocimiento es la condición o estado humana más sublime que se pueda soñar. Es al- humano a lograr en la única vida que tenemos. go que hay que comprender en qué consiste, sa- Por lo mismo, como le repetirá hasta la sacie- ber que se puede producir o lograr, saber cómo dad don Juan a Carlos Castaneda, no es tanto hacerlo y hacerlo cuantas veces se quiera. Aquí cuestión de hablar como de actuar. está la diferencia para don Juan Matus entre los místicos religiosos y los que él llama los «nuevos videntes». En los primeros el ver es una expe- 3.2. ALGUNAS IMPLICACIONES riencia fortuita, los segundos son capaces de ve r el «molde del hombre» cuantas veces quieran35 . Para entender aún más la naturaleza de Ahora se puede comprender mejor por esta propuesta, veamos sus implicaciones. Co- qué podemos calificar la propuesta general de mo se puede comenzar a entrever, son muchas. don Juan Matus y de Carlos Castaneda como una Para comenzar, Carlos Castaneda descompone propuesta religiosa o de espiritualidad, laica, y la exigencia ser hombre de conocimiento en sie- que a la vez ellos lo nieguen, porque no se trata te subunidades o conceptos componentes34 , que de religión o espiritualidad tal como las conoce- se pueden resumir en dos: aprendizaje y esfuer- mos. La de Juan Matus y Carlos Castaneda es zo. O en formulación más explícita, ser hombre una propuesta operatoria, y la de la religión y es- de conocimiento es un asunto de ap r e n d i z a j e , y piritualidad, no. Estas sólo entrevén, intuyen, para llegar a serlo hay que ser y comportarse apuntan y prometen lo que sólo el conocimiento como guerreros, hay que ser un gu e r r e r o . como propuesta asegura y garantiza. En primer lugar y para comenzar, llegar a En segundo lugar, para ser hombre de ser hombre de conocimiento es asunto de ap r e n - conocimiento hay que ser guerrero. Un hombre di z a j e . Ser hombre de conocimiento, llegar como de conocimiento es un gu e r r e r o . Ser hombre de ser humano a la condición humana más grande y conocimiento es una meta alcanzable, pero hay que alcanzarla, y para ello se necesita tener la disposición, el valor, las actitudes y las cualida- 33 «Deseo entrar en el otro mundo [declara la des de un guerrero. Hay que ser esforzado, de Gorda a Carlos Castaneda] estando aún viva, de intención rígida, tener claridad de mente y un acuerdo con las propuestas del Nagual. Para ha- propósito bien claro. El guerrero se define por cerlo necesito únicamente la fuerza de mi espí- su comportamiento en la batalla. Según la ex- ritu. Necesito mi plenitud. ¡Nada puede apartar- me de ese mundo! ¡Nada!» (El segundo anillo presión clásica de don Juan Matus, «—Un hom- de poder,p. 151). bre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con ab- 34 El mero listado de las subunidades, con excep- soluta confianza. Ir de cualquier otra forma al ción de la última, expresa por sí solo de qué se conocimiento o a la guerra es un error, y quien trata: «1) llegar a ser hombre de conocimiento era asunto de aprendizaje; 2) un hombre de cono- lo cometa corre el riesgo de no sobrevivir para cimiento poseía intención rígida; 3) un hombre de conocimiento poseía claridad de mente; 4) lle- gar a ser hombre de conocimiento era asunto de 35 El fuego interno,p. 289. Y cuando no se trata de labor esforzada; 5) un hombre de conocimiento místicos, el resultado es aún más mediocre: «La di- era un guerrero; 6) llegar a ser hombre de cono- ferencia es que los videntes v e n cómo el Águila cimiento era un proceso incesante, y 7) un hom- confiere la conciencia a través de sus emanaciones bre de conocimiento tenía un aliado» (Las ense - y los hombres religiosos no vencómo Dios confie- ñanzas de don Juan, p. 227). re la vida a través del amor» (Ibid.,p. 185). 80 J. Amando Robles Robles la m e n t a r l o » 36 . Tan exigente es llegar a ser hom- c o n t r o l a d o »3 9, gracias al cual puede vivir ple- bre de conocimiento. Hay que ser guerrero, no namente cada momento y cada realidad, por- se puede llegar de otra manera. que para él todas las cosas son iguales, no hay Bien despierto, totalmente claro, plena- cosas más importantes que otras; y llega a su- mente consciente de lo que emprende y, para perar su importancia personal, uno de los ma- ello, sano, sobrio, fuerte. Pero con miedo. En yores obstáculos, si no el mayor, al conoci- verdad, puede ser que muera en ella y sea su úl- miento. Puesto que, en palabras de don Juan, tima batalla. El guerrero sabe que en cualquier «Los guerreros se preparan para tener con- momento puede morir. Por ello tiene siempre ciencia, y la conciencia total sólo les llega la muerte presente, es su compañera, lo fortale- cuando ya no queda en ellos nada de importan- ce. Tiene que entrar a cada batalla, y vivir cada cia personal. Sólo cuando no son nada se con- momento, como si fuese la última. Y con respe- vierten en todo»4 0. Sentencia esta última que to. Valorando retos, obstáculos y fuerzas, alma- recuerda las del Maestro Eckhart: «Mientras yo cenando energía, calculando las fuerzas. El sea esto o aquello, o tenga esto o aquello, no lo hombre guerrero es todo lo contrario de un soy todo, ni lo tengo todo. Hazte puro hasta hombre temerario. Este en el fondo tiene mie- que no seas ni tengas esto o aquello; entonces do, es orgulloso, y, víctima del miedo y del or- serás omnipresente y, no siendo esto ni aque- gullo, se lanza de forma tan exhibicionista co- llo, lo serás todo»4 1. mo no calculada y perece, es derrotado. Es víc- Por último, el guerrero tiene que tomar tima de su “yo”. El guerrero tiene miedo pero su decisión, así como los caminos que condu- lo supera, supera su “yo” y, superado este, no cen a ser hombre de conocimiento, de una ma- tiene otro propósito que el de actuar «impeca- nera convencida y gozosa, siempre libre de blemente», y así actúa, sin miedo, sin interés, miedo y de ambición. A esta actitud y valora- ejecutando una obra de arte. Muerto a sí mis- ción se refiere don Juan Matus cuando habla de mo, no le preocupa ya la muerte, la derrota. Pa- «camino con corazón», cosa que hay que pre- ra él todo es gane, incluso si muere, porque pa- guntarse siempre ante cualquier camino, y si lo ra él hasta la derrota se convierte en victoria. vamos a seguir «con corazón», de manera go- Como dice sugestivamente don Juan, el guerre- zosa, con toda confianza, sin reservas. Pues ro danza delante de la muerte. Y es que, en el «Ningún camino lleva a ninguna parte, pero fondo, el guerrero no muere37. uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozo- Para ello el guerrero es disciplinado, es so el viaje; mientras lo sigas eres uno con él. El frugal, practica el desapego, vive con las cosas otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuer- mínimas necesarias, ama y quiere apasionada- te; el otro debilita»42. mente38pero sin «preocuparse», no está apega- do a nada ni a nadie, es totalmente libre y sólo ansía la libertad total. Acepta siempre la res- 4. EL CONOCIMIENTO EN EL “HOMBRE ponsabilidad de sus actos, practica el «desatino DE CONOCIMIENTO” Hasta aquí hemos enfatizado el ser hom- bre de conocimiento como la condición humana 36 Las enseñanzas de don Juan, p. 72. 37 «Los brujos no mueren» (El segundo anillo del po - der,p. 308; cf. El conocimiento silencioso,p. 145). 39 Una realidad aparte, p. 92ss. Es la «santa indife- «Y así bailarás ante tu muerte aquí, en la cima de rencia» de la que hablaba San Francisco de Sales. ese cerro, al acabar el día (…). Y tu muerte se sen- tará aquí a observarte» (Viaje al Ixtlán, p. 218). 40 El fuego interno, p. 153. 38 «Esta es la predilección de los guerreros –dijo–. 41 Citado por Aldous Huxley en La filosofía perenne,4ª ed. Esta tierra, este mundo. Para un guerrero no pue- Buenos Aires. Editorial Suramericana, 1999, p. 147. de haber un amor más grande» (Relatos de poder, p. 381). 42 Las enseñanzas de don Juan, p. 133. El conocimiento en la propuesta “hombre de conocimiento” de Carlos Castaneda 81 más sublime, sólo en la cual el ser humano se q u i c i a l4 6, incompatible con cualquier reserva puede realizar y se realiza plenamente, porque de importancia personal o deseo y uso de po- es esa condición la que constituye su destino. der. Por ello insistirá tanto en este aspecto. Por Pero ¿en qué consiste ese conocimiento? ¿Cuál ello advierte de quienes «llegan a ser magnífi- es su naturaleza? ¿Por qué ese carácter de reali- cos brujos pero malísimos videntes»4 7 y sobre zación última, en el sentido de plena y total? «Lo que hacen los videntes con lo que v e n e s más importante que el veren sí»48. Otro filón temático para entender de qué 4.1. ALGUNAS PISTAS Y TEMAS conocimiento se trata, es la contraposición que continuamente don Juan Matus hace entre el Una primera pista nos la da don Juan conocimiento de los antiguos videntes, que él Matus con su instinto certero, sabiduría y convencionalmente llama «toltecas», y los nue- maestría muy desarrolladas más bien, para el vos. Los primeros descubrieron cómo lograr es- tipo o naturaleza de conocimiento que él quie- tados especiales de conciencia, y desde ellos pe- re y que él enseña. En este tema quizás más netrar en mundos desconocidos y traerlos al al- que en otros el instinto de don Juan Matus es cance de la percepción humana. Es decir, redu- agudo, claro y certero. jeron lo desconocido al nivel de lo conocido, y Desde el primer momento él se declara lo siguieron tratando como este, como conoci- como brujo v i d e n t e , esto es, como brujo que do. No se les ocurrió pensar que casi todo lo ve, y la brujería es para él el arte de ver. No le que nos rodea está más allá de nuestra com- interesa la brujería como poder, en absoluto. prensión y, consecuentemente, no hicieron la «¡Ya no me gusta el poder! Ya no sirve de na- distinción crucial entre lo que se puede cono- da»43. Desde luego, como para todo hombre de cer y lo que no se puede conocer, cometiendo conocimiento, para él también el ver es el fin. así el «espeluznante error», que les costó más El “ver” que se distingue del “mirar”, porque es caro. Mientras que los nuevos videntes sí lo hi- llegar a conocer la “esencia” desnuda de las co- cieron, comenzando así el nuevo ciclo. Para sas. Pero es también un medio. En el sentido de don Juan Matus «Esta es la distinción entre los que los caminos para llegar a “ver” son mu- antiguos y los nuevos. Todo lo que han hecho chos, expresamente él nombra el baile, la dan- los nuevos videntes se origina allí»49. z a4 4, pero incluso en cuanto camino su predi- La importancia de este planteamiento, lección es el “ver”45, la contemplación diríamos más allá de la autenticidad histórica de lo que nosotros, eljnaña-yoga del hinduismo. plantea, reside en la conciencia que don Juan En otras palabras, don Juan Matus lo tie- Matus tiene de la naturaleza del conocimiento ne muy claro, aún sabiendo que un tipo de co- que reivindica: más allá de todo conocimiento y nocimiento en un estado de «conciencia acre- de toda realidad ordinarios e incluso especiales; centada», como él la llama, da poder, no lo conocimiento y realidad no conocibles por la quiere, no es el conocimiento que él persigue, percepción humana, sólo conocibles en otro ti- porque en realidad no es el verdadero conoci- po de conocimiento, en un conocimiento direc- miento. Es un conocimiento anclado todavía en to, sin pensamientos ni palabras. la importancia personal, reflejo del propio yo. El conocimiento que él cultiva y enseña es la conciencia o conocimiento total, punto para él 46 Al comienzo de Una realidad aparte, Carlos Casta- neda dice: «El interés particular de don Juan en el segundo ciclo de aprendizaje fue enseñarme a 43 Las enseñanzas de don Juan, p.88. “ver”» (p. 14). 44 Él nombra a un tal Sacateca, conocido de sus inter- 47 El fuego interno,p. 74. locutores. Pero podríamos citar la danza de los der- viches danzantes en el Islam. 48 Ibid.,p. 66. 45 Una realidad aparte, p. 18. 49 Ibid.,p. 60.
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