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Psicología social desde centroamérica : Sistema, grupo y poder (v2). PDF

208 Pages·2004·124.522 MB·Spanish
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9f-r'sffirr) Ignacio MartÍn-Baró Sistema, grupo y poder II Psicología Social desde Cenffoamérica '-t\ ÑP r' EtBLlg¡¡q¡ rr, ii _¡ #r)t¡r_lp¡.-¿ ji ttr.oo*.ol UCA Editores San Salvador, El Salvador, C.A 1989 gN \\ 302 \rr r Cl¡lt Eiblhhc¡ C¡ntr¡l UES UES BIBLIOTECH CEHTRFL v. 2 Colección Textos Uni¡ersitarios l,Dtt, ilililil]il il]ilt ililtillillllil]il|il Volumen 10 il INVENTARIO: fin42e4 II1UEI1THRIO, lOE3Ii4T Prologo Este es el segundo volumen de una "psicologfa social desde Cenroamé- rica." Cinco años [o separan del primervolumen, pero mantiene su misma perspectiva y, sobre todo, sus mismos objeüvos. Se trata, ante todo, de un esfuerzo por elaborar una psicologfa social que junte el rigor cientffico con el compromiso social, que saque provecho de todo el acerbo de conocimientos elaborados en otros lugares y desde otras inquietudes, pero los replantee crfticamente alalt¿z de los problemas propios de los pueblos centroamericanos en estas décadas finales deL siglo a XX. Por eso es un trabajo en diálogo con la coniente dominante de psico- § logfa social, que es de corte y factura norteamericanas. Tiene, sin duda, esa \ psicologfa social mucho de bueno, ploducto de casi un siglo de trabajo, y § ojalá este reconocimiento no se le escape aI lectoq pero tiene también no t poco de malo, no tanto por 1o que es en sf cuanto por lo que se pretende que sea, es decir, conocimientos universalmente válidos y significativos, § cuando con frecuencia no son más que reflexiones muy provincianas, d concebidas con esquemas estrechos, y sólo parcialmente verificadas en d condiciones al mismo tiempo locales y ab'stractas. Lamentablemente, la crisis que en este sentido afectó a la psicologfa social norteamericana alre- { dedor del comienzo de la década de los setenta no llevó a un salto cuali- ( tativo de la corriente dominante que, tras un breve momento de vacilación, ha continuado con las mismas o similares prácticas, actualmente bajo Ia É hegemonfa modal de los planteamientos "cognitivos." n En este diálogo con la psicologfa social norteamericana se intenta hacer Primera edición, 1989 presente a un nuevo interlocutor, pennanemtemente silenciado y demasia- @ Uca Editores do a menudo ignorado: el pueblo sencillo, las mayorfas populares centro- Universidad Centroamericana José Simeon Cañas americanas. Nos hemos esforzado por cuestionar a Ia psicologfa desde los Apartado postal0l-575, San Salvador, El Salvador, C.A. problemas que más afectan a estos pueblos, empezando por el de la explo- ISBN 84-8405-138-2 tación y miseria, y terminando por el de Ia guera que hoy asola @ Derechos reservados. Hecho el depósito que manda la ley. Impreso en El Salvador por Talleres Griáficos UCA, 1989. .¿ h.) cenuoamérica en forma más o menos lanrada. Es desde esa perspectiva cimiento mu*o* aurique todavla rD r¡na suficierre interacción; er. u¡u histórica desde la que se formulan los principales reparos a muchos de los ya pndyectos @munes en marcha, que esperamosp soepanl asermeisll¡. de I modelos comr¡nmente aceptados en el ámbio académico y se hacen plan- colaboración más estrecha al servicio de las causas I teamientos altemaüvos. Porque una preocupación constante de esta obra lo Si hubiera de confesarme ante el lector, le dila que he pueslo punto : es no sólo scñalar posibles faltos y deficiencias, sino elaborar altemativas final a este segundo volumen con la prcmura de quien ve que una prcnda que, sin lanzar por la borda todo lo hecho, planteen modelos y desarrollos se envejece sin haberla siquiera estrenado: elübro sale asf mayor, pero no dlfcrcntcs, más adecuados a la historia que viven los puebros centroame- maduro. El capftulo primero de este übro lo escribf en 1984, mientras que dc¡rp¡. el tlltimo ha sido temrinado cuatro años más tarde, en 1988. Eso no quiere scla prcsuntuoso además de ingenuo pretender que estos dos vohlme- decir, ni mucho menos, que durante es¡os años haya podido ir puliendo 1o nes constituyen una nueva psicologfa social; ni lo son ni intentan serlo. escrito; por el contrario, más bien signiñca que los tiempos que he 1o- Perc tampoco son un texto más al estilo de los que, más por competencia grado liberar aquf y allá para esa tarea han sido escasos y cortos, y que poderlos comercial que por necesidad cienúfica, año con año lanzan al mercado las vefa con impotencia cómo los manuscritos se empolvaban sin editoriales norteamericanas. se trata de un texto que intenta desbrozar un revisar o completar. No dudo, I»r eso, que habrá ciertas incoherencias en ] sendero muy enmarañado por presupuestos neopositivistas y por exigen- el riüno y aun entre ciertos planteamientos de los cinco capftulos, asf l cias implfcitÍs de quienes tienen el poder, para que por él puedan transitar como de estos capftulos con los de "Acción e ideologfa." No sólo se puede también los dolores y deseos, las penas y esperanzas de nuestros pueblos. rastrear el paso det tiempo en las referencias bibüográficas, sino también Dicho en otros términos, nuestro intento reside en rescatar y desarrollar to- en los ejemplos y las referencias hisóricas. Ciertamente, algo han do aquello que en la psicologia social pueda contribuir a los procesos de evolucionado mis intereses y mis enfoques. Asf,lo que comencé pensando liberación histórica de los pueblos centroamericanos. euizá se trate de una en la famiüa 1o terminé viso desde el sindicato, y 1o que surgió referido a pretensión demasiado utópica. ciertamente, no se presupone que el aporte la universidad fue culminado mirando al ejército y a las comunidades de la psicologfa social a estos procesos vaya a ser grande o crucial; lo que eclesiales de base. si se presupone es que algo puede aportar, y 1o que cuenta es saber qué y En los momenúos actuales pienso que la psicologfa social debe con- como puede hacerlo. Por ello, hemos hablado de la necesidad de realizar ducir a una psicologfa polftica como su fmto más propio. Sé que algunos wra psicologta dc la liberación (Martfn-Barú, 1986c) que, inspirándose en colegas nortamericanos y europeos nos alertan sobre el peligro de mezclar una de las corrientes más originales de la praxis popular latinoamericana ciencia con acüvismo, y de confundir la teorfa con reivindicaciones polf- contemporánea, contribuya al camino histórico que hoy tratan de recorrer ticas. Es posible que en ocasiones caigamos en ese error. Pero tanto se los pueblos de nuestro continente. puede errar por carta de más como por carta de menos, y a mf me resulta La respuesta que hemos recibido a la publicación de "Acción e ideolo- preferible fracasar en el intento comprometido por hacer historia como gfa" ha sido más que estimulante. sabemos que en no pocas universidades parte de un pueblo, que en el esfuerzo pseudoaséptico por mantenerse al laünoamericanas el libro ha circulado en fotocopias, y que ha estimulado a margen de ella. La precaución, perfectamente válida, no debe llevar a la otros a replantearse su propio quehácer psicosocial. pero 1o que más nos inacción, asf como el rigor cientffico no tiene por qué confundirse con la ha animado es descubrir que "Acción e ideologfa" representabi en realidad carencia de opciones. un fruto más -uno entre otros- de una postura y un esfuerzo que, desde Ojalá que este segundo volumen de una psicologfa social vivida, pen- los lugares más distantes y sin un conocimiento mutuo o un acuerdo pre- sada y hasta sufrida desde las circunstancias muy concretas de lucha y vio, no pocos psicólogos sociales latinoamericanos estaban realizando. esperanza del puebto salvadoreño ayude a otros a unir sus esfuerzos a esta Hemos ido encontrando, asf, que en México y en venezuela, en puerto lucha, abriendo su quehacer cientlfico y profesional a la esperanza histó- Rico y en Brasil, en costa Rica y en chile, otros psicólogos sociales se rica de nuestros pueblos. habfan ratuado a una tarea semejante, ligados a los particulares problemas de sus propios pueblos. Hoy existe entre nosotrcs un mayor y méior cono- San Salvador, 3 de noviembre de 1988. ,l 6 ) N I i Indice Prólogo ..................... 5 Indice ........................ 9 Capítulo primero: Un desorden ordenado 1. La sociedad como sistema ..... 13 funcionalista 1.1. El enfoque .................... l7 adaptación (a) La ............ 24 @) Et logro de objetivos ..................... 25 integración (c) La ............ 25 esquemas............... (d) El mantenimiento de 26 l.z.El conflictivo enfoque ..... 33 ................. 1.2.1. Relaciones sociales .................... 34 ........ 1.2.2. Estructuración social ....... 37 cambio 1.2.3. Procesos de ................. 40 l.3.La sistémica acción ......... 42 2, La construcción social de la realidad ....... 4g ......... 2.1. Introducción ........... 4g 2.2. La producción del orden social ......... .................... 50 Sherif 2.2.1. Los experimentos de ..... 53 ......... 2.2.2. La génesis de un orden social ............ 56 Extemalización (a) ................... 57 Objetivación........... @) ............ 58 Intemalización (c) .................... 59 2.2.3. Dl.r¡ámica de la formación del orden social................... 61 dependencia 2.3. Marginación y ............... 63 2.3.1. EL modelo de la desintegración psicosocial .................. 69 dependencia 2.3.2. El modelo de la ...................... 71 3. La reproducción del orden social ......... ..... 75 reglas 3.1. La rutina y sus ...... 75 ¿ \ humano 3.2. La cultura de la pobreza ................. 84 Capltulo tercero: EI grupo 189 Resumen 88 grupo 1. Et significado de 189 Capltulo segundo: El poder social 9l 2. Enfoques psicosociales sobre el grupo .. 194 grupo 2.1. Seis criterios para definir un 194 1. La realidad del poder......... 91 2.2.Teorla grupal de Freud: solidaridad mecánica .. 194 2. La naturaleza del poder 96 2.3. Teorfa grupal de Lewin: soüdaridad orgánica 2Ol grupales 2.1. Elementos del poder. 97 2.4. Reflexión crftica sobre las teorfas 203 2.2. Dos paradigmas teóricos sobre el poder ......... ra 3. Una teorla dialéctica sobre el grupo humano z}s grupal 2.3. Tipos de poder.... 105 3.1. La identidad 208 organizaüva.............. 2.3.1. Una üpologfa del poder segrln los recursos 106 3.1.1. La formalización 209 grupos 2ll 2.3.2. Una üpologfa del poder según sus efectos 109 3.1.2. Las relaciones con ouos 2.3.3. Una tipologfa del poder según la relación tt2 3.1.3. La concie.ncia de pertenencia a un grupo 213 3. La acción del poder: la dominación social tt4 grupal 3. 1. Nauraleza del conformismo ................ 116 3.3.Lt actividad 217 grupales 3.2. Modelos del conformismo .......... 124 4. Tipologfas 220 Resumen 3.2.1. El conformismo como rasgo de 1a personalidad ........ t24 226 3.2.2. El conformismo como producto de la presión grupal 136 3.2.3. El conformismo como desempeño de un ro1 social.... 143 Capítulo cuarto: La dinámica del grupo primario ........'..... 229 3.2.4. El conformismo como un acto rutinario y trivial de social obediencia 150 1. La célula 229 de168 3.3. Conformismo, fatalismo y dominación social r56 1.1. Mayo 229 4. El rechazo del poder social tu l.Z.La dinámica de grupos .. 232 4. l. Inconformismo, delincuencia y desviación 164 1.3. El grupo primario 234 l.4.Lafamilia .. 4.2. Enfoques teóricos 167 238 primario 4.2.1. La dewiación social como psicopatologfa 167 2, La formación del grupo 239 4.2.2. La desviación social como producto de la tensión z.l.El surgimiento del grupo primario .. 240 ................ gruPal 169 2.1.1. Creación deliberada de grupos 241 4.2.3. La desviación social como exigencia cultural t7t (a) El grupo de trabajo 241 4.2.4. La desviación social como pérdida de control 172 O) El grupo de entrenamiento (f-group)................... 246 grupos 4.2.5. Una reflexión crftica 172 2.1.2. Surgimiento espontáneo de 252 Atracción................ 4.3. El poder para dewiarse,socialmente t74 (a) ZS3 5. El poder corrompe 177 (b) Semejan2a................. 254 Ansiedad 5.1. La voluntad de poder..... 178 (c) 256 Complementariedad 5.1.1. La brisqueda de poder como tendencia neurótica....... 178 (d) ......... 258 primario 5.1.2. La btlsqueda de poder como tendencia normal 2.1.3. Formación del grupo 259 primario necesaria 180 2.2.La cohesión del grupo 262 vinculantes 5.2. El ejercicio del poder r82 2.2.1. Diversidad de factores 262 grupal Resumen 185 2.2.2.Los ritos de iniciación 265 complementariedad 2.2.3. El desanollo de la 268 3. Funcionamiento de un gn¡po primuio .. 270 i L 10 1l 3.1. La distribución de papeles en el grupo primario 270 3.2.La toma de decisiones grupales 278 3.2.1. El cambio arriesgado 281 3.2.2. La decisión en camarilla 287 4. Entrenamiento, encuentro y conscientización ........... 296 4.1. El entrenamiento de los grupos primario 298 4.2. La conscientización del grupo primario .............. 302 Un desorden ordenado Resumen 304 Capítulo quinto: El grupo funcional 309 l. La división social del trabajo ................. 309 1. La sociedad como sistema ul¡y 1.1. Principales caracterfsticas de los grupos funcionales 310 y orden" ha sido la consigna enarbolada por los movimientos 1.2. Tipos de grupos funcionales 313 más conservadores del mundo contemporáneo, el ideal tras el cual se han 2. La identidad de los grupos funcionales 316 Glcudado los intereses sociales dominantes en cada situación para 2.1. El carácter de los grupos funcionales 316 dcfenderse contra las exigencias de cambio. Richard Nixon justificaba 2.1.1. Estructura intema de los grupos funcionales 317 hcchos como los de Watergate por la necesidad de mantener la ley y el 2.1.2. La referencia intergrupal 319 orden norteamericanos contra la "conspiración izquierdista," mientras (a) El ro1 asignado 321 Ronatd Reagan ha pretendido justificar su agresión contra los pueblos @) El rol asumido 323 ccrit¡oamericanos el terrorismo de minar puertos y de entrenar 2.1.3. La tarea funcional ............. 326 -incluido para el asesinato sistemático en Nicaragua- con el pretexto geopolftico 2.2. Los gremios ocupacionales ............... 331 3. El poder de los grupos funcionales 338 dc que el área es parte de "su" traspatio y de que atrf necesitaba preservar el 3.1. Rafces del poder de los grupos funcionales vo orden y la ley del capitalismo estadounidense. Nada de extrañar entonces y2 que, cobijados por el paraguas ideológico de la contrainsurgencia, los 3.2. Ejercicio del poder de los grupos funcionales 3.2.1. El liderazgo de los grupos funcionales v3 "cscuad¡ones de Ia muerte" se lanzaran a las calles en Brasil y Argentina, 3.2.2. El pam y la huelga 353 Chile y Guatemala, tratando de contener la "conspiración comunisia" y de 4. La actividad de los grupos funcionales 3& defender una ley y un orden social traducidos como "propiedad privada, paEia y familia." 4.1. La tarea de los grupos funcionales 366 4.2. La forma de actuar del gnrpo funcional 372 No hace falta profundizar mucho para descubrir por qué la defensa de la 4.3. El impacto psicosocial de la actividad grupa1 378 loy y el orden constituye un ideal conservador; lo que en cada caso se 4.3.1. El impacto sobre la'sociedad ......... 381 prctende defender es una ley y un orden social concretos, aquella orga- 4.3.2. El impacto sobre los miembros del grupo funcional.. 383 nlzación social reflejada y consagrada por una 1egislación, que viabiliza Resumen 387 los intereses sociales dominantes en cada circunstancia histórica. por ello, quienes defienden la ley y el orden son los mantenedores del sistema biliográficas............ Referencias 391 cstablecido, los beneficiarios principales del llamado statas quo, aquellos Indice de autores 411 oqnuceu esnatcraan emn áusn pmroovmeechnoto pheisrstóornicaol yd edteer mcliansaed od.e la situación ta1 como se Sin embargo, toda sociedad en cuanto tal tiene un orden, y ello tanto si 08e ordenamiento es fruto de una dominación de clases (sea de la burguesfa ¡r-b_- 7 \ o del proletariado) como si es la consecuencia de un consenso popular e igualitario; tanto si se trata de un orden dictatorial como de un orden Texto L revolucionario. condición esencial para que exista una sociedad es que se El sistema social de EI Salvador dé una coordinación mfnima entre las acciones de las personas y grupos que la componen. Co-ordinación significa precisamente una forma de or- I¿ historia moderna de El §alvador comienza con r¡na taza de café. Una den, y no hay modo de eludir la realidad de un ordenamiento colectivo para nueva élite de exportadores y banqueros estaban resueltos a hacer de su pensar en una sociedad, ni siquiera en los términos más radicales de un país el centro cafetalero de Centnoamérica y, con la elección de uno de los anarquismo a ultranza. Si existe una sociedad es porque se da alguna forma suyos, el presidente Zaldívar, en 1876, comenzaron en serio. Sobre la base de orden entre sus miembros, un conjunto de regularidades que armoniza de que ni las comunidades indígenas ni las municipalidades del país las acciones de los grupos y personas de modo que el quehacer de cada uno estaban haciendo un uso eficiente de sus propiedades comunales, los no destruya ni bloquee el producto de la actividad de los demás, sino que nacientes magnates cafetaleros presionaron al gobiemo para eliminar toda forma de üenencia de la tierra que no fuera privada. El gobernador del más bien 1o permita, potencie o complemente. Ese ordenamiento social de Departamento de San Vicenüe escribió en 1879: "I-a mayorfu de estos las acciones y relaciones queda reflejado noÍnativamente en la ley, como agricultrires no desean cambiar su modo de üda o progresar, debido a sus marco regulador máximo de la convivencia en una determinada sociedad, coshrmbres profundamente anaigadas, su carencia de recursos financieros y pero también en las múltiples regulaciones, formales e informales, que se su desconocimiento de las grandes ventajas del cultivo de café." dan en todos los ámbitos de la existencia de los diversos grupos sociales. Los individuos se desarrollan en cuanto personas asimilando un orden las rtiyer ratsie cmopmou ndeaslepsu,é sq, ueen h1a8b8f1a,n epl egrodbuireamdoo sdeunrcainllatem yen tdea qdpeucérse tód eq ulae social a través de los procesos de socialización que les psigua un puesto y colonia, dejarían de existir. Aprobó la legislación para controlar y reclutar les permite lograr una idenüdad social (ver Martfn-Baró, 1983b, Cap. 4). a los despojados para el trabajo en las fincas de café, designó jueces La existencia de un orden es la que da pie al enfoque de la sociedad agrarios que llevaban lista de los que rabajaban cada día en las como un sistema- Etimológicamente, el término sistema proviene del propiedades, y ordenó su captura si ellos salían antes de complefar sus griego "sún-istanai", que significa "poner junto." para los estoicos, tareas. sistema significaba orden y con ello hacfan referencia a la idea de que todo Nuevas leyes permitian a los terratenientes expulsar a los pobladores, 1o real estaba sometido a una ley y que el pensamiento debfa seguir la ley obligándolos a alquilar la üerra o a anda¡ errantes faltos de ella. En la de ese orden sistemático para captar la realidad (ver Fenater Mora, 1966, mayoria de propiedades, los patrones conservaron a unos pocos pág. 687). Desde la perspectiva de la sociedad como sistema, será la trabajadores ---+olonos- para cuidar las fincas entre una cosecha y otra, naturaleza de su unidad, de su orden, más que el carácter de sus partes o algunas veces por un sak¡rio, y otras a cambio de alojamiento y la comida elementos, la que determinará lo que esa sociedad es. Pero un cambio tan radical en un tiempo trn corto traía consigo el Cabe entonces preguntarse cuál es ese orden en un pafs como El Sal- briietasmgoen dtee eunn 1 l8e8v0a,n 1ta8m85ie, nyt o1. 8R98e.v upea¡ltaa sa sdeeg ucraarm spue sciononstr osl,u rlógsie rsoenño rseús- vador, cuál es esa unidad de conjunto, hoy puesta en cuestionamiento del café urgieron la creación de un ejército. En 1900 se abrió una escuela radical por una prolongada guena civil entre las fuerzas en el poder y los para entrenamiento militar. En 1912, el gobierno creó una fuerza de movimientos insurgentes, democráticos y revolucionarios. La pregunta es seguridad especial, destinada exclusivamente a mantener el orden y hacer particularmente interesante por las contradicciones que se dan aI interior cumplir la ley de los patrones en las á¡eas rurales; este cuerpo es la actual mismo de los grupos que luchan desde el poder por mantener o Guardia Nacional. reestablecer "la ley y el orden" salvadoreños (ver Texto l). Armstrong y Shenk, 1983, págs. 16-17 Quizás el caso más interesante lo presenten los demócratas cristianos (ver Hinkelammert, 1981). La Democracia cristiana es un partido polftico de corte reformista, inspirado por el personalismo y la doctrina social de la Iglesia católica, y que apela sobre todo a los sectores medios como su t4 15 \. ./ -4- 7 \ base social de apoyo. En El Salvador, la Democracia Cristiana surgió a la dancia-, lo cual ha llevado a r¡na comprcnsión del sisterna social desde su vida plblica al comienzo de la década de los sesenta, en el espacio abierto fomralidad reguladora. La aceptación casi connatural y con frecuencia ploosr aeilr eosp tricmfoisrmmois tiansd udseU liaal i"zAanliaten zdae lp Marear ceal dPor oCgoremsroln" (Cveenr trWoaembreer,ic 1a9n8o5 )y. ibmlopqUuceitaan ddoe eas tela m posdieclool ohgaf aa gsuodciziaald ola s ucso ümmpirteancisoinóens dye dimefpicoiertnacniatess, Los demócratas cristianos, que repetidas veces han sido vfctimas de fraudes problemas. Esto no significa que la perspectiva funcionalista no tenga electorales y acciones represivas por parte de los gobemantes de tumo, aportes valiosos; pero, cuando menos, debe contraponerse a otras posibles teconocen, o al menos rcconocfan hasta su llegada al poder, que el orden perspectivas sobre los sistemas sociales. En concreto, hay otro üpo de existente en el pafs era injusto y opresivo, y propugnaban su cambio a enfoques que enfaüzan no el orden, sino el desorden del ordenamiento través de reformas socioeconómicas. Sin embargo, confrontados con las social, lo que lleva a una comprensión del sistema social desde su exigencias de un nuevo orden planteadas por las organizaciorrcs populares maErialidad conflictiva. Este enfoque no ha sido casi desanollado en y revolucionarias, se han aferrado al orden imperarite, al que han defendido psicologia social, por lo que cuenta con muy poco bagaje, sobre todo de incluso con los mismos mecanismos de que ellos habfan sido vfctimas. material empfrico. Aquf trataremos de examinar ambos enfoques y de De hecho,los años 1980-1982 en que la Democracia Cristiana compartió contrastar las imágenes de El Salvador como sistema a que se llega desde el@er junto con la Fuerza Armada, consütuyen en conjunto el perfodo una y otra perqpectiva. de la historia salvadoreña en que ha habido, cuantitativa y cuali- Cabe preguntarse si el tema de este capftulo no concieme más a Ia taüvamente, más represión contra el pueblo salvadoreño (ver un cuadro de sociologfa que a la psicologfa social. Si nuestro objetivo fuera realizar un vfctimas en Martfn-Baró, 1983b, pág. 361). Frente a las exigencias de análisis sobre las concepciones de sistema social y su aplicación al caso cambio radical Napoleón Duarte, dirigente demócrata crisüano, jefe de El Salvador u otro pafs, estarfamos efectivamente en el ámbito de la entonces de la Junta de Gobiemo, reconocfa una y otra vez la necesidad de rociologfa. Sin embargo, nuestro interés por el concepto de sistema social cambios, aunque dentro del "orden y la ley" establecidos; de 1985 a 1988, está orientado a lograr una mejor comprensión de la acción de personas y ya como presidente consütucional del pafs, el mismo Duarte ha man- grupos, que necesariamente son miembros de algrin sistema social -y tenido en medio de una guera de contrainsurgencia y el continuo operar, éste sf es el ámbito propio de la psicologfa social. Nuestro análisis in- bien que en un tono menor, de los "escuadrones de la muerte", que esos fcnta comprender un poco mejor esa realidad total que llamamos el cambios ya habfan sido realizados y, por tanto, que era preciso que todos Slstema social de El Salvador (o, para el caso, de cualquier otro pafs centro se plegaran de nuevo a la ley y al orden consütucionales. ¿CuáI es, en- O latinoamericano) a fin de entender más a fondo el ser y el quehacer "orde- tonces' ese orden que los demócratas cristianos salvadoreños condenan y al nado" de los salvadoreños (o de los latinoamericanos). En este sentido, las mismo tiempo luchan por mantener, critican y utilizan, consideran ina- rafces sistémicas (es decir, ligadas a un sistema sociat) del comportamien- decuado pero defienden con toda la parafemalia mortffera de una guerra? tO de las personas, los intereses sociales que condicionan y dirigen su La respuesta puede variar de manera significaüva segin la perspectiva tctividad cotidiana, aparecerán con tanta mayor claridad cuanto mejor se que se adopte. Hablar de un sistema es hablar de una totalidad, de una ontienda la naturaleza y caracterfticas de la sociedad como un todo de senti- unidad de sentido, y llegar a deñnir un todo supone organizar los datos do y, en concreto, cuanto más se conozca sobre cada totalidad de orden que pertinentes y realizar una interpretación. Ahora bien, según se privilegie cg.un sistema social histórico. unos datos u otros, según se les jerarquice y valore, asf será la inter- pretación. De ahf la importancia de los criterios teóricos que determinan 1.1. El enfoque funcionalista qué datos son importantes y cuáles son secundarios. pocas veces la psi- Si observamos la vida de un batallón de soldados en un cuartel veremos cologfa social se ha preguntado acerca del sistema social en cuyo marco y que existen muy pocas diferencias entre Io que hacen y, casi se podrfa desde cuyos determinismos se produce el comportamiento de personas y docir, entre 1o que son. La similitud empieza por alguna de sus carac- grupos, y, con raras excepciones, el enfoque adoptado en esos casos ha tcrfsticas personales más básicas: se trata de hombres jóvenes, más bien sido elde1 estructuralismo funcional. La perspectiva funcionaüsta enfatiza mnos y fuertes, de origen muy humilde y, con toda probabilidad, con raf- la armonfa y el equilibrio en todo ordenamiento social la redun- -valga 16 t7 ,d \ y mo las células de un organismo viviente, las personas al interior de una ces cÍrmpesinas. Todos visten igual, comen igual son tratados (o maltratados) de la misma manera; todos tienen que hacer los misrnos sociedad necesitan unas de otras tanto más cuanto más dependa Ia res- peoiva satisfacción de 1o que hagan los demás. ejercicios, realizar las mismas tareas, ejecutar las mismas órdenes y hasta esforzarse por eliminar cualquier peculiaridad en su forma de andar, de La idea de comparar a la sociedad con un organismo viviente no es hablar e incluso de pensar. nueva. Probablemente el primero en utiüzarla en sociologfa modema fue Herbert Spencer, un sociólogo inglés del siglo XIX en quien se encuen- Si, tras obsewar la vida en un cuartel, dirigimos nuestra mirada hacia tran ya los principales conceptos del funcionalismo contemporáneo. para la actividad en una oficina pública, nos llamará la atención tanto la di- Spencer (1972), cualquier tipo de evolución sigue el mismo proceso que versidad de gentes que allf se encuentran como el hecho de que cada per- conduce de una homogeneidad caótica hacia una ordenada heterogeneidad, sona parece sumergida en una actividad distinta; hay jóvenes y viejos, hay hombres y mujeres; hay quienes ümpian, quienes escriben a máquina, mediante una creciente diferenciación y complejidad de los organismos. En Concreto, Spencer (1972,pá9.57) cree que hay cuatro puntos en los que quines preguntan y quienes responde, quienes se encierran en oficinas o las sociedades se asemejan evoluüvamente a los organismos vivientes: quienes gastan su tiempo en reuniones. Cada cual parece ir por su lado, y (l) es diffcil encontrar a dos personas que se parezcan en algo... a no ser en la comienzan como pequeños agregados y van aumentadno en tamaño; forma parsimoniosa con que realizan casi todo. de hecho, la evolución social es desencadenada por el aumento de la población; Para Emile Durkheim (1893119&), el sociólogo francés, estarfamos ante un ejemplo caracterfstico de dos sistema sociales diferentes: el uno (2> amedidaque crecen,las sociedades vanpasando de la simplicidad a la basado en la indiferenciación personal y laboral, el otro en la diferen- complejidad esrucural; ciación de las personas y en la división social del trabajo. En un caso, la (4) "la vida y desarrollo de una sociedad es independiente y mucho más vinculación social, la unidad del sistema se deberfa a los elementos de larga que la vida y desarrollo de cualquiera de sus componentes." igualdad; los soldados del cuartel estarlan ligados entre sf por una soli- daridad mecánica, que les lleva a compartir preocupaciones y trabajos, spencer considera, en consecuenciq que la realidad social no estriba en penas y alegrfas. En el otro, la vinculación social, la unidad del sistema se la suma de las partes que la constituyen, sino que su peculiaridad como to- deberfa precisamente a la difercncia y complementariedad de las personas talidad es distinta de las caracterfsticas propias de sus componentes (spen- que trabajan en la oficina pública; es la diversidad de funciones la que cer, 19'12, págs. 134-135). En ello reside el principal paralelismo de la vincula con una solidaridad orgánica a unos empleados con otros, ya que ¡ociedad con los organismos vivientes, aunque ningrín organismo, animal se necesitan entre sf para poder realizar sus tareas. o vegetal, pueda comparafse con "el organismo social" (ver Texto 2). El ejemplo tiene lfmites, no por obvios menos importantes. I-os La imagen del organismo viviente como un sistema no sólo se ha soldados, además de estar vinculados orgánica y no mecánicamente con rplicado a la realidad social, sino que se ha propuesto como una verdadera oficiales militares, üenen que especializarse y cumplir diversas funciones, 0osmovisión cienlfica para la comprensión de todos los fenómenos en 1o tanto más significativas y complementarias entre sf cuanto más eficaz se que se ha dado en llamar la teorfa general de sistemas (ver Buckl ey, 1967). quiera hacer a un ejército. Por su parte, diffcilmente funcionarán en forma La modema cibemética, sobre todo con su concepción de autocontrol a adecuada los diversos empleados en una oficina si no comparten un mfni- tr¡vés de la "retroalimentación" ("feedback"), ha ejercido un importante mo de objetivos, valores, nonnas de trabajo e incluso de motivaciones lnflujo en la formulación de este modelo. segun Ludwig von Bertalanffy colectivas. Cualquier organización modema necesita que se den elementos (1976)' [a teorfa general de sistemas se caracteriza por tres puntos esen- de similitud y de diferenciación, de solidaridad mecánica y de solidaridad clales: (r) orgánica entre sus miembros. Con todo, la idea fundamental que late en la considera que la complejidad de los fenómenos no puede ser reducida a concepción de Durkheim es que, a medida que crece un grupo humano, se las caracterlsticas parciales; los fenómenos constituyen siempre una produce una mayor diferenciación social del trabajo, pero esta división, en totalidad, y es el todo el que deñne el carácter de los elementos indivi- lugar de separar a las personas, las vuelve más dependientes entre sf. Co- duales como partes; 18 t9 \- \^ I

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